jueves, 30 de junio de 2022
La OTAN en Madrid: una estrategia para la guerra mundial
Esto mismo lo había advertido en la reciente Cumbre de las Américas, en Los Ángeles – una demostración de que el Imperialismo 360 abarca a Eurasia, de un lado, pero también a América Latina, que ha sido incluida en el campo de la guerra mundial sin que nadie lo hubiera pedido. Es un escenario infinitamente más grave que el que dominó desde mediados de los años 60 del siglo pasado, bajo el imperio de la lucha contra el comunismo y la Revolución Cubana. Los caprichos (dialécticos) de la historia llevan a la OTAN a un enfrentamiento con los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica – al cual podría ingresar Argentina), un bloque creado a instancias del banco de inversión Goldman Sachs cuando China todavía era el imán internacional más poderoso para las inversiones extranjeras. China ha pasado a ser para el Pentágono y los estados mayores de Europa, el ‘adversario’ “estratégico” por excelencia. El imperialismo es una máquina de devorar pueblos, naciones y la humanidad entera.
En la guerra contra China es donde entran los invitados del Asia-Pacífico a la reunión de Madrid. Se trata de una coalición liderada por la flota norteamericana del Pacífico para controlar los mares y espacios náuticos que circundan a China. Es un paso fundamental en la re-militarización de Japón, una formidable potencia imperialista, que ha visto limitada su capacidad por los acuerdos posteriores al fin de la última guerra. En medio de una inflación galopante, crisis financieras y derrumbe de los salarios, la salud y la educación, el capitalismo mundial re-direcciona recursos para fomentar la destrucción y la muerte. Aunque el gobierno del partido socialista y de Podemos no haya obtenido el acuerdo para incorporar sus posesiones de Melilla y Ceuta, en el norte de África, tampoco se ha quedado con la manos vacías, porque la OTAN ha expresado la intención de extender su dominio al norte de África – desde Egipto hasta Marruecos, pasando por Libia, Túnez y Argelia. Bajo el manto de la OTAN, España sigue al mando de esas ciudades, cuando la monarquía marroquí ha obtenido el reconocimiento de su soberanía en la región sub-sahariana. De nuevo, Imperialismo 360. No hace falta decir que Malvinas ha quedado ratificada en su condición de colonia, además de una base militar de la OTAN. Precisamente la OTAN quiere expulsar a los pesqueros chinos de la plataforma marítima del Atlántico sur. El diario The Wall Street Journal acaba de revelar una reunión de hace dos meses entre Israel, Estados Unidos, Qatar, Arabia Saudita, para activar los planes de guerra contra Irán y Siria. Los servicios secretos del sionismo se encuentran embarcados en un plan de asesinatos de funcionarios iraníes dentro de Irán.
La OTAN se ha extendido al Báltico con la incorporación de Suecia y Finlandia. Finlandia es una potencia militar a título propio, que ha conseguido bajo el manto de su pretendida “neutralidad”. Toda Europa se alista para la guerra. El inglés Boris Johnson dio su apoyo a una reciente propuesta de su colega francés, Macron, para crear una comunidad de estados, más allá de la Unión Europea e incluso de Europa, a la cual bautizó como un nuevo Imperio Romano, o sea, extendido al medio Oriente y al norte de África. Se trata de un refrito del “lebensraum” de Hitler empaquetado en una coalición de ‘democracias’.
Mientras tanto, el gobierno de Lituania bloquea el transporte de mercancías de Rusia a su enclave de Kalinigrad, que, encima, se disputan de nuevo, ahora Polonia y Alemania. Noruega, por su lado, también bloquea el acceso de Rusia a sus instalaciones mineras en el Ártico. The New York Times acaba de documentar que la CIA y brigadas del Pentágono operan en territorio ucraniano, de modo que el enfrentamiento ‘directo’ entre la OTAN y Rusia está avanzando bastante. Con este escenario, la prensa y las cancillerías del mundo siguen sosteniendo que la guerra fue encendida por la invasión de Rusia, y no que ésta fue interesadamente provocada por las potencias de la OTAN, para desencadenar la guerra. Rusia no ha ido a la guerra en nombre de la lucha contra el imperialismo o de la emancipación del pueblo ucraniano de la miseria que le ha impuesto la restauración capitalista y los planes del FMI. Ha ido a la guerra en defensa de sus propios intereses restauracionistas, con la intención de participar del condominio de la dominación del Asia Central con el imperialismo. No tiene la capacidad ni los recursos para hacerlo por cuenta propia. Objetivamente, el régimen de Putin se encuentra en un callejón sin salida, lo cual no podía ser de otro modo. Las masas de Ucrania y de Rusia no deben pagar, de ningún modo, la política criminal de sus gobiernos y de la OTAN. Tampoco el resto de los pueblos del mundo. Es una guerra social y política contra las masas y contra la humanidad. El fin de la guerra sólo puede ser obtenido por el levantamiento revolucionario de los trabajadores.
Mientras tanto, la guerra se encamina hacia una conflagración mayor en el terreno y a nivel internacional. El ejército de Rusia se apresta a controlar la totalidad del sureste de Ucrania y sus puertos, a costa de grandes pérdidas de ambos bandos. Una guerra de larga duración solamente puede desangrar a Rusia, que ya atraviesa un retroceso económico enorme. En el terreno, la OTAN cuenta con toda la capacidad para fomentar desde las bambalinas una guerra de desgaste, incluso de guerrillas en los territorios que han sido ocupados, aunque esto lleve a extender la guerra a Europa oriental. Ucrania cuenta con una línea de suministros viable; con Rusia ocurre lo contrario, pues a medida que avanzan, sus tropas se alejan de sus bases logísticas, mientras no cuentan con el apoyo popular para crearlas en el terreno. Un observador de las reuniones del G-7, recientemente, en Múnich, y de la OTAN en Madrid, califica a los anuncios de mayores paquetes de guerra como apenas “un pinchazo en el Oso”, porque Rusia cuenta con misiles hipersónicos, capaces de disuadir cualquier amenaza. Bien entendido, esto significa el peligro de la guerra nuclear. De otro lado, la desorganización económica internacional avanza a pasos agigantados, no solamente por la inflación, sino por la escasez y la quiebra de las naciones endeudadas. En medio de enormes carencias, todas las Tesorerías y bancos centrales abogan por políticas de rigurosa austeridad. Crecen las huelgas en Europa y Estados Unidos, y las rebeliones populares en parte de Asia y en América Latina.
El ajuste internacional, en medio de una guerra que crece, revela el temor al dislocamiento financiero de los estados en conflicto. Es el caso de la zona euro, donde el BCE ha salido a comprar títulos de España, Portugal, Italia y Grecia, para evitar un default en un bloque con moneda única – lo que demuestra que el peligro de la cesación de pagos no aqueja solamente a las economías “bimonetarias”. La guerra mundial es empeñada por estados imperialistas políticamente débiles, en medio de intensas fracturas de gobernabilidad y de rebeliones populares.
La política de los luchadores obreros y de los luchadores socialistas debe ajustarse a las perspectivas catastróficas de la crisis y la guerra internacional.
Jorge Altamira
30/06/2022
Hallan 50 migrantes muertos en un camión abandonado en Texas
Cincuenta personas fueron encontradas sin vida en un camión abandonado en una ruta próxima a San Antonio, en el estado norteamericano de Texas. Las víctimas murieron por asfixia o bien debido a un golpe de calor. En tanto, dieciséis viajantes fueron rescatados con vida y trasladados a un hospital.
La mayoría de los fallecidos son de nacionalidad mexicana, aunque los hay también de procedencia hondureña y guatemalteca. Son los países de los que parten grandes contingentes humanos, ante la pobreza, el hambre y la violencia de las bandas criminales de la región. El crecimiento de estos flujos es una señal inconfundible de la agudización de la crisis capitalista.
El nuevo hecho luctuoso es solo el último en la espeluznante ruta migratoria hacia los Estados Unidos, en cuyo trayecto miles padecen estafas, abusos y agresiones.
Frente a las oleadas migratorias, Estados Unidos aplica un plan de deportaciones masivas. Los gobiernos de Trump y Biden expulsaron 1,7 millones de personas valiéndose de una disposición que –con la excusa de la pandemia- habilita la expulsión exprés, inclusive de niños que viajan solos.
Al mismo tiempo, parte de la frontera con México ha sido amurallada, y en algunos de sus tramos se ha colocado alambre de púas.
Todo esto incentiva el accionar de mafias que lucran con la desesperación de los migrantes y los conducen a muertes espantosas, como en este caso.
En una muestra de subordinación al imperialismo, el gobierno del mexicano de Andrés Manuel López Obrador tapona y reprime las caravanas que parten desde los países del llamado “triángulo norte” (Honduras, El Salvador, Guatemala) con destino a Estados Unidos, usando a tal efecto la Guardia Nacional.
La crisis migratoria se está transformando dentro de los Estados Unidos en uno de los tópicos de la campaña electoral. El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, apela a un discurso xenófobo que alude a “hordas de migrantes”. En desacuerdo con lo que considera una política débil de Biden en la materia, empezó a derivar micros de migrantes detenidos a Washington, donde son liberados. Pero los demócratas, como ya hemos visto, también impulsan una orientación expulsiva.
Frente a la crisis migratoria, defendemos el derecho incondicional al asilo y planteamos la unidad de trabajadores migrantes y nativos en una lucha común contra la xenofobia, el racismo y los gobiernos capitalistas.
Gustavo Montenegro
Abajo la escalada guerrerista de la Otan
El cónclave discutirá un reforzamiento militar en el este europeo, la incorporación de nuevos socios (Suecia y Finlandia), el aumento del presupuesto de defensa y el combate de los flujos migratorios, entre otros puntos.
Anticipa, por tanto, una profundización de las tendencias bélicas que ya están en curso, y un mayor ataque a los pueblos del mundo.
Belicismo
La Otan se conformó en 1949, con Estados Unidos y algunas potencias europeas como núcleo fundador. La justificación que se daba a sí misma era la defensa frente a la Unión Soviética. Sin embargo, tras la disolución de la URSS, en 1991, la alianza atlántica no solo siguió en pie sino que inició una expansión hacia el este, actuando como el brazo militar de las políticas de colonización económica del imperialismo en los ex Estados obreros. Polonia, Bulgaria, Hungría, Rumania, Albania, la República Checa, los países bálticos, Croacia y Macedonia del Norte son algunas de las naciones que se integraron al organismo en sucesivas oleadas, y que tejieron un cerco sobre Rusia, el bocado más apetecido.
La posible incorporación de Ucrania y Georgia, que estaba bajo análisis, precipitó la invasión rusa y el actual conflicto bélico. Por eso, la reunión de Madrid definirá a Moscú como “amenaza” -y a China como “desafío sistémico”.
En el flanco oriental, la alianza atlántica planea aumentar la cantidad de tropas, transformando sus batallones en brigadas, lo que supondría doblar el número de soldados actuales.
Al mismo tiempo, se exhortará a los integrantes del club a que incrementen sus presupuestos de defensa hasta alcanzar el 2% del PBI. España ya anunció una suba de en el área. Mientras ajustan en educación, salud, salarios y jubilaciones, los Estados capitalistas refuerzan la industria armamentística.
En cuanto a la integración de Suecia y Finlandia, que terminará por plegar a todos los países nórdicos a la Otan (Islandia, Noruega y Dinamarca ya son socios), se subsanó la traba principal, que eran las objeciones de Turquía, uno de los miembros de la alianza. Ankara, Helsinki y Estocolmo suscribieron un memorándum conjunto en que los dos últimos se comprometen a combatir al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), a la extradición de referentes kurdos, y al intercambio de información de inteligencia. Por tanto, el fichaje de estos países no solo elevará la zozobra en Europa sino que multiplica las agresiones contra el pueblo kurdo.
En el primer día de la cumbre, el presidente norteamericano Joe Biden se reunió con Pedro Sánchez, el mandatario anfitrión. Acordaron un mayor despliegue norteamericano en el país (subir de cuatro a seis los destructores en la base de Cádiz, incrementar de 1.200 a 1.800 la cantidad de marineros) y un respaldo recíproco contra los flujos migratorios desde América Latina a Estados Unidos y desde el norte de Africa al Estado español. El momento de este pacto no podría ser más ilustrativo: cincuenta migrantes latinoamericanos fueron hallados muertos en un camión abandonado en Texas. Y en Melilla, ciudad española en el continente africano, casi cuarenta personas fueron asesinadas por las fuerzas marroquíes, en cooperación con las fuerzas españolas, cuando saltaban un vallado fronterizo.
Además de todo esto, la Otan ratificará el apoyo militar al régimen ucraniano, que incluye el suministro de armamento pesado.
No a la escalada guerrerista
La cumbre de la alianza atlántica desató una importante movilización de miles de personas este domingo en las calles de Madrid, que reclamó la disolución de la Otan, rechazó la guerra y cuestionó al gobierno de Sánchez por el envío de armas a Ucrania y la represión a los migrantes. Para el miércoles 28, se había previsto una nueva convocatoria, pero no fue autorizada.
Es necesario repudiar la escalada guerrerista de la Otan y plantear el retiro de las tropas rusas de Ucrania. Con estas consignas, el Partido Obrero convoca un acto en la Cancillería argentina, el jueves 29 al mediodía.
Gustavo Montenegro
miércoles, 29 de junio de 2022
martes, 28 de junio de 2022
Maniobras y desplazamientos, en medio de una crisis terminal
Comentaristas de diferente laya coinciden en afirmar que semejante colapso reviste un carácter “político”. Con ello, simplemente confiesan que el régimen político ha ingresado en una cuenta regresiva, sin que ninguno de ellos se anime a esbozar aún una salida. Es lo que ocurre también en el corazón del Estado y del gobierno, en la búsqueda de un nuevo eje de poder político y un nuevo gabinete. Catorce gobernadores pejotistas se reunieron para reconstituir su “Liga”, incluyendo entre ellos al cristinista Kicillof –pero sin conseguir sumar todavía al santafecino Perotti y al cordobés Schiaretti. Los diarios informan, mientras tanto, que el llamado “albertismo” ha quedado reducido a un círculo de amigos y al ministro Guzmán. Los ministros que se alineaban con el presidente pasaron a responder a Cristina Kirchner, la cual también movió sus fichas: por un lado, desató una escalada verbal contra los movimientos sociales, que sirvió de punta de lanza para una posterior escalada judicial. El kirchnerismo, así, armó su propio “lawfare”, pero contra un viejo enemigo del matrimonio K –el movimiento piquetero. La vice, además, escuchó el programa económico del macrista Melconian y recibió al ala de la CGT que no responde a ella, en la persona del (¿ex?) albertista Héctor Daer. Los hilos de un golpe político se están tejiendo a la vista del país entero, con Cristina Kirchner como principal titiritera. El blanco de este fragote es la salida del gabinete de Martín Guzmán. Pero esa remoción implicaría un tiro por elevación a Alberto Fernández, el cual quedaría reducido a un papel decorativo hasta 2023. Está en discusión la formación de un nuevo gobierno, con CFK en las bambalinas.
Contradicciones
La operación en curso buscaría presentar a una parte del elenco de la coalición de gobierno con iniciativa-la famosa “lapicera”-, y sobre esa base, recrear la confianza del gran capital y los acreedores de la deuda. Pero el límite insuperable de los conspiradores es que no tienen en la mano ninguna carta sustancialmente diferente a la que ofrecen Fernández-Guzmán. Lo demuestra la propuesta “cristinista” del racionamiento de importaciones, que el gabinete actual, con Scioli a la cabeza, comienza a poner en marcha, con la oposición de la Unión Industrial. Es incierto que un nuevo gabinete consiga, por ejemplo, que la gran burguesía financie las importaciones de materias primas con sus propios recursos, algo que ya le rechazaron a Guzmán y Scioli. Un gobierno de recambio podría intentar también una “rediscusión” con el FMI, aunque un barajar y dar de nuevo podría implicarle a los recién llegados nuevos compromisos de ajuste. Por lo pronto, el Fondo acaba de advertirle al gobierno contra los aumentos no previstos de salarios y jubilaciones. El FMI no objeta la inflación galopante, siempre y cuando contribuya a licuar los gastos salariales y sociales del Estado. Al calor de todas estas contradicciones, los conspiradores no han encontrado aún un ministro y un jefe de gabinete, o sea, un programa económico.
Mientras tanto, Guzmán apuesta a pasar el invierno, o sea, la penuria energética, y sostenerse en el cargo. Le ha jurado a los banqueros nacionales y extranjeros que sostendrá los títulos en pesos a como dé lugar. El gobierno, en suma, se encuentra librado a la suerte de una junta de especuladores de deuda. Después de la crisis de gabinete post PASO, y de la salida de Kulfas, una crisis de gabinete sería un recurso extremo para evitar un adelantamiento electoral general. Las provincias, en cualquier caso, ya están pergeñando sus propios adelantamientos.
Operación contra la clase obrera
Por sobre todas las cosas, el relevo político que se está cocinando es una maniobra contra los trabajadores, en un escenario signado por la carestía galopante, la erosión de los salarios y la perspectiva de un nuevo parate económico, que termine frenando las únicas incorporaciones de empleo que tienen lugar –las del trabajo precario. A nadie escapa que un relevo de Guzmán sería presentado como la salida delministro del FMI, y por lo tanto, un pasopara voltear el ajuste. En nombre de esa salida, el nuevo gabinete se aseguraría la venia de los Grabois, Yasky y Pablo Moyano, pero también de los Daer, que están en pleno pasaje al “campo” pejotista-cristinista. El soporte sindical y “social” es necesario para hacer correr una “lapicera” que va por la desindexación de salarios y jubilaciones, en medio de una aceleración inflacionaria y devaluatoria; por la conversión de los planes sociales en trabajo precario de los municipios o, sencillamente, su eliminación. A partir de acá, es muy claro que toda iniciativa de lucha o movilización debe denunciar sin ambigüedades a la operación política que pilotea CFK, como una tentativa de reagrupar a los explotadores frente a una crisis cada vez más aguda y, a la vez, bloquear una intervención propia de los explotados. A los ajustadores de hoy, y a los que se preparan para relevarlos en nombre de banderas “nacionales y populares”, hay que oponerles otra perspectiva de poder, la del gobierno de trabajadores. Con esa orientación, trabajamos por congresos obreros de ocupados y desocupados, y por la perspectiva de la huelga general.
Marcelo Ramal
28/06/2022
Cristina Kirchner junta a gobernadores y a la CGT
La atención ha estado puesta en los últimos días en el discurso de Cristina Kirchner, el 20 de junio pasado. En la ocasión, la Vicepresidenta expuso un programa de gobierno, al menos de emergencia. Luego de las sucesivas crisis que tuvieron lugar desde la derrota del Frente de Todos en las Paso, por primera vez consiguió darle forma a una iniciativa política, que enseguida fue respaldada por un bloque de catorce gobernadores peronistas y por un conjunto de ministros y secretarios que, hasta el día previo, decían seguir el liderazgo del presidente, Alberto Fernández. De la cruzada no se han plegado el santafesino Perotti ni el cordobés Schiaretti, o sea la mitad de la Argentina productiva y política. Se ha creado, entonces, una "dualidad de poder" que deberá mostrar sus agallas, porque hasta ahora se encontraba agazapada, con CFK en franco retroceso. El Congreso, o sea incluido su propio Senado, dio el visto bueno al acuerdo con el FMI, relegando a los márgenes el voto contrario de la Cámpora.
En aquel discurso, Cristina Kirchner planteó la necesidad del reforzamiento de un estado en quiebra. De un lado, reclamó el desalojo de las organizaciones sociales de la calle, y el desalojo del Evita de los ministerios, que lideran dos funcionarios "albertistas"– Emilio Pérsico y el Chino Navarro. La disputa política por los barrios de los conurbanos de todo el país ha pasado a primer plano. La Vice declaró concluida la "contención social" que se atribuía a esas organizaciones. Del otro lado, CFK volvió a desempolvar la pseudo tesis de la “economía bimonetaria” y la denuncia del “festival de importaciones”, para responder a la corrida que se ha desatado contra los títulos en pesos de la deuda pública y al default virtual de la deuda en dólares del Tesoro. El dólar, como patrón monetario internacional, fue consagrado luego de la Segunda Guerra y ratificado después de que se declarara su inconvertilidad al oro. Progresivamente, se ha convertido en un factor de derrumbes financieros y crisis políticas e internacionales.
El objetivo político de la disertación fue plantear el despido de Guzmán y de Pesce del ministerio de Economía y del Banco Central, respectivamente. A tiempo o a destiempo, la Vice sostiene que sin una remoción de quienes firmaron el acuerdo con el Fondo y sin la formación de un gabinete que una a gobernadores e intendentes, el gobierno vuela en pedazos a corto plazo y el peronismo sufrirá la derrota de su vida en 2023.
Antes incluso de la perorata de Cristina Kirchner, Pesce había salido al rescate de los bancos y fondos comunes que tienen títulos del Tesoro en pesos, para evitar el derrumbe de la cotización y una corrida al dólar y a la devaluación. Guzmán, luego del discurso, prometió hacer lo mismo toda vez que fuera necesario, más la decisión de cortar la autorización a importaciones que no obtuvieran su propio financiamiento. Estas medidas, tomadas por un gobierno sin respaldo, atizarán la inflación y la devaluación del peso en los mercados paralelos. El derrumbe financiero y la crisis política se han convertido en una pareja de siameses, en el entendimiento de que sin una nueva coalición política el estallido es más o menos inminente. Luego de sus conversaciones con el neoliberal Redrado y el neoliberal Melconián, Cristina Kirchner debe haber llegado a la conclusión de que hay que hacer una explosión controlada de la bomba, para evitar que estalle en el comienzo de la campaña electoral. Si como aseguró el domingo pasado la economista Dal Poggeto, las salidas "gradualistas" se han agotado, la bi-monetarista del peronismo, Cristina Kirchner, se encargará de llevar adelante en forma más completa el programa del FMI del que decía renegar.
La insistencia de CFK en las importaciones es distorsiva, porque independientemente del monto de ellas, Argentina ha logrado un sólido superávit comercial de 15 mil millones de dólares, que se ha ido por los canales de los bancos y financieras a "refugios" más seguros en el exterior. El presidente del BCRA, en entrevista televisiva, señaló que estaba esperando una liquidación de 2.500 millones de dólares por exportaciones ya realizadas. La Vice ha expresado en reiteradas ocasiones su cariño por la agro-industria exportadora, a la cual el gobierno le ha dado una ley de incentivos a la inversión. La exigencia que el Banco Central ha impuesto a los importadores, de que consigan su propia financiación en el exterior, sólo puede ahondar esta crisis, porque la mayor parte de los productos que se manufacturan con bienes importados se destinan al mercado interno, donde no se recogen dólares para cancelar los préstamos a su vencimiento.
La movida de la Vicepresidenta ha despojado a Alberto Fernández del poder político con que creía contar, luego de que firmó el acuerdo con el Fondo y denunció la “invasión” de Rusia. El Presidente, un guitarrista, entona la música que conviene en cada reunión, en especial cuando el mercado de exportaciones de Argentina es China, y el “festival de importaciones” viene de allí también. El viraje de Héctor Daer, un albertista que ha salido a pedir el perdón de CFK, muestra que la CGT ha decidido acompañar en bloque la embestida de la Vicepresidenta, con la improbable deserción de Antonio Cavallieri, que se acaba de reunir con Macri. Daer es un muy antiguo compinche del Presidente, desde antes incluso que ambos organizaran una brigada anti-piquetera para desalojar, en 2008, sin éxito por otra parte, a los trabajadores del Hospital Francés. Por su lado, la montonera-menemista del Frepaso, Patricia Bullrich, ha advertido el enroque que se viene – es así que acaba de declarar que se opone a cualquier reclamo de cambios en el gobierno, porque se trata de voltear al gobierno mismo.
Antes de que se produzca el fracaso del recambio que elucubra Cristina Kirchner, es necesaria una muy clara delimitación política de esta operación y del bloque que la sostiene –en primer lugar la burocracia cegetista. En este nuevo escenario, el único "paro general" que podría declarar la CGT sería el que pudiera servir como fórceps para echar del gobierno al dúo señalado por CFK. Una consigna de paro general cegetista sería claramente "funcional" a la maniobra de la jefa anti-piquetera del peronismo. En la transición a este escenario es casi una certeza de que el Evita "mamma mía" se plegará como una sábana al bloque kirchnerista.
Para quienes palpitando las encuestas descuentan el giro a la derecha del electorado (JxC más Libertarios reunirían el 70%, aproximadamente, de la intención de votos), el pasaje súbito de la iniciativa política hacia el kirchnerismo debe sorprender. Es un hecho que, desde el 20 de junio, la oposición macrista no ha tenido otro recurso que machacar sobre el avión venezolano. La aeronave cruzó todas las fronteras de ida y de vuelta sin problemas, hasta encontrarse con que en Argentina ni YPF le quiere vender combustible. Esto ocurre cuando Biden ha decidido levantar las restricciones al petróleo de Venezuela y de Irán, para contrarrestar el embargo que la Otan ha declarado sobre Rusia.
De nuevo, antes de que se evapore esta iniciativa política es necesario producir una clara delimitación política, esto para no seguir sumando confusión en la clase obrera. La delimitación política servirá para preparar a los luchadores para agotar cualquier experiencia que aun quede por vivir con este pseudonacionalismo anti-obrero, y agrupar y organizar a la clase obrera en un partido socialista y revolucionario. La quiebra de cada eslabón de la crisis histórica reforzada en la última década debe ser al mismo tiempo un factor de desarrollo de la conciencia y de la organización de los explotados.
Jorge Altamira
28/06/2022
G7, las potencias capitalistas conspiran
El encuentro se desarrolla en Baviera, en el sur alemán
El G7, grupo que nuclea a las principales potencias capitalistas del mundo (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón), desarrolla entre el 26 y el 28 de junio su cumbre en Elmau, Baviera, en el sur alemán. Entre los países invitados, figuran la Argentina, India, Indonesia, Senegal y Sudáfrica. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, tuvo una participación online, de la que solo se conocieron en forma pública algunos extractos.
El eje del encuentro está puesto en los enfrentamientos con Rusia y China. En el caso de Moscú, se están resolviendo nuevas sanciones para afectar al Kremlin. Entre ellas, la prohibición de las importaciones del oro ruso, del cual el Reino Unido era hasta ahora uno de los principales compradores. También se estudian trabas al acceso de Rusia a ciertos insumos industriales y tecnológicos, y un precio tope al petróleo proveniente de ese país. Si bien Washington y Bruselas han establecido ya un embargo al crudo ruso, la medida en consideración valdría para otros países.
En el caso de China, se acordaría un paquete de 600 mil millones de dólares en inversiones en infraestructura en naciones periféricas o de “desarrollo medio”, como un modo de competir con la ruta de la seda de Beijing. Esta iniciativa encuentra sus límites en el propio cuadro económico internacional, signado por las subas de las tasas de interés, un elevado endeudamiento estatal y corporativo, la reticencia empresaria a invertir debido a la caída de la rentabilidad, y las tendencias recesivas.
El encuentro en Elmau busca mostrar una postal de unidad frente a Moscú, en momentos que han surgido disensiones entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), por un lado, y dentro de los propios Estados Unidos, por otro, con respecto al conflicto bélico. En términos generales, la cuestión pasa por si se debe continuar la guerra y tratar de dar un golpe de fondo al Kremlin, o, por el contrario, se debe explorar un cese de hostilidades que incluya un reparto territorial. (A estas disputas podríamos añadir las que han estallado entre Londres y la UE por el protocolo sobre Irlanda del Norte).
El agrietamiento en el imperialismo es inseparable de las dificultades que está encontrando Ucrania en el terreno militar, ya que Rusia -tras su fracaso en capturar Kiev- ha logrado progresos en el este; los límites de la política de sanciones económicas (Moscú reorientó con cierto éxito sus exportaciones energéticas hacia India y China, y el rublo se ha revalorizado); y del propio agravamiento de la crisis internacional, con una aceleración de las tendencias inflacionarias tras el estallido del conflicto, que incrementa el mal humor social en las metrópolis -en el caso de Estados Unidos, a pocos meses de las elecciones de medio término.
La agudización de la crisis capitalista no deja indemne a ninguno de los contrincantes del tablero internacional. Golpea tanto a Rusia y China como al imperialismo, y es partera de crisis políticas (acaba de caer el gobierno de Bulgaria) y levantamientos populares (Ecuador, Sri Lanka).
En su alocución en la cumbre, el presidente argentino Alberto Fernández tuvo una intervención adaptada a los convocantes: ratificó la condena a la invasión rusa, pero omitió toda crítica a la expansión de la Otan y el despliegue imperialista en el este europeo. Planteó que la política de sobrecargos del FMI por ciertos préstamos debe ser revisada, esto después de cerrar un acuerdo con el organismo financiero que refuerza la tutela del imperialismo sobre el país -a tal punto que incluye una revisión trimestral de cuentas.
La reunión del G7 tendrá su prolongación en la cumbre de la alianza atlántica, que está por empezar en una ciudad de Madrid sitiada por las fuerzas de seguridad. Allí se dará un nuevo paso hacia la integración de Suecia y Finlandia a la Otan, perfeccionando el cerco contra Rusia y profundizando las tendencias bélicas. El fin de semana, miles de personas marcharon en repudio a este cónclave.
Luchemos por la disolución de la Otan. Fuera el imperialismo del este europeo. Retiro de las tropas rusas de Ucrania.
Que la crisis la paguen los capitalistas. Por gobiernos de trabajadores y el socialismo.
Gustavo Montenegro
lunes, 27 de junio de 2022
Decadencia del capitalismo local y disputa de la hegemonía estatal
Cristina Fernández de Kirchner (CFK) marca la cancha del debate político estratégico en el capitalismo local. Todos los análisis políticos remiten a su discurso del 20/6 y el impacto sobre las filas oficialistas y opositoras.
Sea para el elogio o la crítica, el mensaje ocupa el centro del debate mediático y político. Su punto de partida es la legitimación del “capitalismo como el más eficiente modo de producción”, asociado al consumo extendido de la población. Es algo que se contradice con el crecimiento de la desigualdad global en estos tiempos de triple crisis, a la que alude CFK: continuidad del impacto del 2008 más pandemia y guerra en Europa.
El mensaje deslegitima cualquier búsqueda de alternativas, ejemplificando con el cine: con “Good bye Lenin” explica el fracaso de la provisión de bienes y servicios para el consumo masivo; y con “La vida de los otros” critica el control social y autoritario del estado. La conclusión es que el capitalismo es lo que hay como horizonte, forma eficiente de producir, y debe desestimarse cualquier exploración de organización alternativa del orden económico social sustentado en la explotación y el saqueo.
Así, la disputa política se reduce a la mejor gestión del orden capitalista y de allí se deriva un conjunto de argumentaciones para explicar la especificidad de la recurrente y continuada inflación local, que diferencia a la Argentina de la mayoría de los países del sistema mundial, aun cuando ahora, la suba de precios aparece como fenómeno global.
Argumentos
La línea argumental apunta contra el discurso hegemónico, liberal monetarista, que instala un sentido común de causal “monetaria” para el ascenso de los precios.
Apoyada en estadística del G20, destaca que el país no se encuentra entre los principales “déficits fiscales” o “comerciales”, a la cabeza de los cuales se encuentra EEUU. Explicita los cambios regresivos en la distribución funcional del ingreso de estos años en el país, con perceptores de la ganancia que se apropian para el 2021 del 58% del ingreso, contra el 42% de los perceptores de salario. Abunda con datos relativos al crecimiento de la rentabilidad de las inversiones, antes de impuestos y pagos de deuda, que llegan en el país y para un caso al +412,6% entre 2019 y 2021. En rigor, la lógica capitalista de privilegio a la ganancia.
Los argumentos son críticos respecto de las causales monetaristas de la inflación, o de responsabilizar al déficit fiscal o comercial, o por desacoples entre la oferta y demanda, como aquellos que aluden a la presión tributaria.
Si enfatiza en la “evasión fiscal”, comparando la recaudación potencial del orden del 45% contra una efectiva del 28% del PBI.
La evasión fiscal, la fuga de capitales y el dominio de la producción y circulación de pocas empresas concentradas explicarían la situación actual de inflación recurrente. Ahí está la especificidad de la suba de precios en la Argentina, lo que demanda, en el discurso de CFK un estricto ejercicio del poder ejecutivo en el control estatal de estas variables y actores dominantes de la economía local. Son críticas a la ineficiencia del oficialismo en el ejercicio del gobierno.
En definitiva, el excedente económico, altamente concentrado en pocas manos, evade impuestos y acumula en divisas en el extranjero, para lo cual requiere que ingresen divisas al país, vía endeudamiento, tal como ocurrió en la gestión Macri (2015-19).
La deuda es el mecanismo privilegiado de ingreso de divisas para facilitar la fuga de capitales y, por ende, la constitución de activos externos por grandes capitales que actúan en el proceso de producción y circulación local.
El razonamiento continúa señalando que ante la falta de divisas luego de la fuga, el poder económico presiona por acelerar las devaluaciones monetarias para continuar disputando la apropiación privada del excedente económico.
Para resolver el problema demanda la eliminación de los secretos bancarios, fiscales y bursátiles y un ejercicio más decidido del control estatal sobre los grandes capitales.
Hegemonía
Quizá, el argumento ausente remite a la disputa de la hegemonía del Estado capitalista local, entre capitales externos y sus socios locales en contraposición con aquellos que disputan el excedente en el mercado interno; o entre quienes estimulan la acumulación en el marco de la especulación y la lógica fundada en la apropiación de rentas, del suelo o el dinero y aquellos que privilegian la producción de plusvalor en el terreno de la elaboración material de bienes y servicios.
La decadencia del capitalismo local viene de lejos. Si para mediados del siglo XX el país explicitaba el mayor PBI de la región, la debacle del presente se explica por la disputa política para disciplinar a la sociedad según las aspiraciones de la dominación. Brasil y México desplazaron a la Argentina del podio en la generación de riqueza, asociada a la construcción de hegemonía al interior de sus estados capitalistas.
Entre 1930 y 1976, ese poder de restauración estuvo asociado a los golpes de Estado, y ahora, sin posibilidad inmediata de golpe, la disputa electoral no termina de resolver una hegemonía restauradora del bloque de poder que construyó la Argentina potencia entre 1880 y 1930, por lo que la disputa política por el poder del Estado transita la alternancia de la gestión capitalista, tal como vimos con el menemismo o la alianza en los ´90, y luego con el macrismo.
Se trata de una alternancia que no termina de definir la estabilización del Estado capitalista para un proyecto de rumbo e inserción en la contemporaneidad crítica del orden global.
El Estado capitalista argentino no termina de disciplinar a las clases subalternas, con fuerte tradición (desde el último cuarto del Siglo XIX) en la organización popular, sindical, territorial, política y cultural; pero tampoco puede dirimir una clara hegemonía de un proyecto político que se orienta por la dolarización o subordinación de la economía local al dictado de la potencia del dólar; o aquellos que resuelven las contrdiciones con la devaluación para la apropiación recurrente del excedente económico.
Ni dolarización ni devaluación, como proyecto, parecen definir las contradicciones del capitalismo local, por eso la persistente decadencia local, como especificidad nacional de la suba de precios, ahora agravada por la inflación internacional.
La inflación mundial es producto de los debates por la hegemonía capitalista, en donde el régimen del capital confronta la perdida de rentabilidad, y la tendencia decreciente de la productividad del trabajo con mayor apropiación privada del excedente económico por grandes capitales concentrados.
Argentina desde su especificidad busca su lugar en el capitalismo global, pero también desde las desconformidades y protestas sociales extendidas puede encontrar nuevos rumbos de alternativa política para una emancipación en contra y más allá del capitalismo.
Julio C. Gambina. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP.
El “internacionalismo” de los crímenes dictatoriales
Un libro que echa luz sobre el entramado internacional puesto al servicio de las acciones de “contrainsurgencia”, con el punto de atención en nuestro país y una mira puesta en el vértice instalado en Estados Unidos.
«Asesinos sin fronteras: la CIA, el Batallón 601 de Inteligencia y las operaciones internacionales del Estado Terrorista argentino: el caso Molfino»
Eduardo Luis Duhalde
Témperley. Tren en movimiento. 2021
560 páginas.
El libro que nos ocupa tiene carácter póstumo. A la muerte de Eduardo Luis Duhalde quedaron inconclusos los borradores de esta obra. Años después de su fallecimiento fueron ordenados, completados y ahora publicados por un grupo de personas que puso los borradores en condiciones de llegar a un público amplio.
El núcleo inicial de este estudio fue el tratamiento minucioso del secuestro en Lima y asesinato en Madrid de Noemí Giannetti de Molfino, progenitora de una desaparecida e integrante de las Madres de Plaza de Mayo. Una operación criminal llevada a cabo durante 1980 por agentes de la dictadura argentina.
La relevancia del caso tiene relación con que constituye un ejemplo cabal de la expansión internacional del terrorismo de Estado, que podía actuar en diversos países, contando con la participación activa o al menos el silencio cómplice de fuerzas armadas y policías locales.
Duhalde decidió en el transcurso de su escritura no limitarse al análisis particular del caso, sino contextualizarlo con las acciones estadounidenses en pro del terrorismo de Estado en nuestro país y en otras latitudes de América Latina.
También se ocupa in extenso de la conformación y accionar del Batallón de Inteligencia 601 del ejército argentino, una de las unidades militares con mayor presencia en la represión ilegal, y protagonista directa del crimen que tuvo a la señora de Molfino como víctima.
El “internacionalismo” de los genocidas.
Como es sabido, el autor no se acercó a su objeto de estudio desde un interés académico sino a partir de su proficua y prolongada actuación en la defensa de los derechos humanos. Esa trayectoria incluyó su período de exilio en España. Organizador por entonces de la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU), le tocó involucrarse de modo directo en la denuncia de los crímenes dictatoriales en general y en este caso en particular.
En el capítulo que se refiere a la actuación estadounidense se repasan las andanzas tanto de la Central de Inteligencia norteamericana (CIA) como de la agencia antidrogas (DEA). Asimismo hay referencias al involucramiento de agentes franceses en la represión. Desde la preparación de golpes cívicomilitares, el entrenamiento de torturadores, hasta los esfuerzos desplegados en la captura y asesinato del Che, son tratados en pasajes de esta sección de la obra.
No sólo se ocupa de los actos violentos, sino asimismo de la oscura estela de negocios ilegales que los represores realizaban al amparo de su aparente impunidad.
En la parte dedicada al batallón 601 se encuentra una reconstrucción de las acciones de esta unidad especializada. El batallón cumplió un papel clave en operaciones como la desarticulación de la “contraofensiva” de Montoneros. Y asimismo tuvo protagonismo en el desarrollo del emprendimiento internacional para el hostigamiento del gobierno sandinista y el combate contra las guerrillas en otros países de Centroamérica.
Militares de inteligencia argentinos se establecieron en Honduras para realizar estas acciones bajo dirección norteamericana. Fueron estos servicios en lo que algunos creían una “tercera guerra mundial” contra el comunismo los que forjaron la ilusión de que la dictadura argentina se había convertido en una aliada dilecta de los EE.UU. Y que la primera potencia mundial los podría apoyar en iniciativas como la ocupación de Malvinas.
Es sabido como terminó esta historia, los militares de nuestro país fueron tratados con el desprecio que se le otorga a una tropa de mercenarios indisciplinados. Pese a ello cumplieron su triste papel de fuerza de choque al servicio del poder imperial.
El tratamiento del secuestro y asesinato de Molfino toma particular relieve por constituir una muestra singular de colaboración internacional de fuerzas represivas. Las ramificaciones de la trama abarcan a Perú, Bolivia, Brasil y España, además de Argentina.
A partir del secuestro de tres argentinxs en Lima, se desenvuelve el armado para trasladar a la única sobreviviente a España, para ultimarla allí. Resultan elocuentes el cinismo y la crueldad que despliegan en la acción fuerzas que ya habían tenido oportunidad de colaborar en el entretejido de crímenes internacionales. Como por ejemplo el asesinato del expresidente boliviano Juan José Torres en nuestro país.
Lo inusitado en esta ocasión es la participación de los servicios secretos de tantos países en esta acción de represión clandestina. Esta vez la red llega hasta Europa, a través de la policía española, que hace su parte en procura de que se creyera que la secuestrada había llegado en condiciones de libertad a España. Y que el asesinato pasara por una “muerte natural”. Una vez más quedan en evidencia los aspectos sombríos de la tan elogiada “transición española”.
Un trabajo de décadas.
El conjunto del libro echa luz en torno a una amplia gama de instigaciones y complicidades activas, que contribuyeron a dar mayor fuerza y siniestra eficacia al plan genocida que se desplegó en Argentina. El ensañamiento desplegado en la repetida secuencia secuestro-tortura-asesinato se multiplicó por miles en el accionar de fuerzas empeñadas en arrancar de raíz a los cuestionadores del orden social capitalista.
El autor ha puesto en juego un vasto conjunto de documentos. Algunos de ellos son citados a lo largo de la narración y otros son reproducidos íntegros como anexos de la obra. Entre estos últimos se incluye amplia documentación acerca de la CADHU. La siguen las conclusiones de un informe del Archivo Nacional de la Memoria sobre el batallón 601. Y hasta la propia voz de los criminales, a través de un informe acerca de Montoneros.
Duhalde, ya en la primera mitad de la década de 1980, fue el autor de un libro iluminador, El Estado terrorista argentino. Allí apuntó a un panorama global acerca de la criminalidad dictatorial. Esta vez se orientó a un repaso de la misma infame conjunción de fuerzas. Lo que varía en esta ocasión es que al reconstruirse una acción en particular, se facilita la comprensión de las diversas piezas puestas en juego.
Todo el trabajo puede ser tomado como parte del legado de una figura que, desde los tempranos días de su colaboración con el asesinado Rodolfo Ortega Peña, puso sus virtudes de abogado, historiador y periodista al servicio del esclarecimiento de los actos de barbarie cometidos desde el poder, a satisfacción de los grandes intereses nacionales e internacionales.
Esta publicación, varios años después de su muerte, acerca evidencia de la empecinada continuidad de Duhalde en las investigaciones indispensables para llevar a la luz pública la tenebrosa urdimbre del terrorismo de Estado.
Más allá de discrepancias que puedan existir con algunos tramos de su actuación pública, cabe sobre todo el reconocimiento agradecido a un representante de toda una generación que puso en juego sus esfuerzos para que los crímenes dictatoriales no queden impunes.
Daniel Campione | 24/06/2022
domingo, 26 de junio de 2022
El fusilador de la Masacre de Trelew se sienta en el banquillo de los acusados
Desde hace casi 50 años, Roberto Bravo viene esquivando a la Justicia argentina gracias a que cuenta con la ciudadanía estadounidense. Pero desde este lunes deberá enfrentar una corte federal en Florida por una demanda civil planteada por familiares de cuatro de sus víctimas.
Si había un verdugo en la base aeronaval Almirante Zar, ése era Roberto Guillermo Bravo, un teniente de tan solo 30 años que gozaba maltratando a los presos políticos que habían protagonizado una fuga desde la cárcel de Rawson pero que, a diferencia de sus compañeros, habían llegado demasiado tarde para subirse a un avión y escapar hacia Chile. En la madrugada del 22 de agosto de 1972, Bravo fue uno de los marinos que entró con sus armas al lugar donde estaban los 19 detenidos y detenidas y abrió fuego. Durante casi 50 años, Bravo logró escabullirse de la Justicia. A diferencia de otros militares, no fue juzgado por la Masacre de Trelew porque tuvo la suerte de que la Armada Argentina lo destinara a la embajada en los Estados Unidos. Este lunes deberá sentarse ante un jurado en una corte federal en Florida porque parientes de cuatro de sus víctimas le entablaron una demanda civil que podría abrir la puerta a que, de una vez por todas, el marino retirado –devenido en hombre de negocios– empiece a pagar por sus crímenes.
Eran las 3.30 de la madrugada del 22 de agosto de 1972. Estaba por cumplirse una semana desde la fuga del penal que habían protagonizado militantes de las principales organizaciones político-militares, cuando los marinos comenzaron a abrir los candados de las celdas y a ordenarles a los presos que se formaran en una hilera con las cabezas gachas. Sin más, empezaron a disparar. Algunos murieron en el acto. Otros fallecieron mientras eran atendidos y tres sobrevivieron.
– ¿Van a contestar el interrogatorio? --gritó Bravo mientras caminaba desencajado hacia el interior de la celda que compartían Alberto Camps y Mario Delfino.
– No –le respondieron los dos hombres.
Bravo ni siquiera se inmutó y disparó. Primero a Camps; luego a Delfino, a quien mató en el acto.
Camps sobrevivió a la Masacre de Trelew junto con María Antonia Berger y Ricardo René Haidar. Los tres le relataron su experiencia en mayo de 1973 al periodista y poeta Francisco “Paco” Urondo. Su testimonio se convirtió después en el libro La patria fusilada. Por entonces, la justicia por esos crímenes era un horizonte, pero nadie ni siquiera imaginaba que Bravo sería enviado a Estados Unidos y mucho menos que los tres sobrevivientes se convertirían, años después, en víctimas de la próxima dictadura.
Más allá de las fronteras
Raquel, hija de Camps, es una de las familiares que presentaron en octubre de 2020 la demanda civil contra Bravo en el distrito sur de Florida. También lo hicieron Eduardo Capello, Alicia Krueger y Marcela Santucho por sus parientes que fueron asesinados en la base Almirante Zar.
La iniciativa apunta a obtener algún tipo de reparación por parte de Bravo, que viene consiguiendo sortear a la Justicia argentina por el hecho de haberse radicado en Estados Unidos y haber conseguido la ciudadanía local. A diferencia de sus compañeros de armas, él no fue parte del juicio que se llevó adelante en 2012 en Comodoro Rivadavia, en el que se declaró que la Masacre de Trelew –que adelantó parte de la metodología represiva que implementaría la última dictadura– fue un crimen de lesa humanidad, algo que ratificó en 2014 la Cámara Federal de Casación Penal. Después de muchas demoras en la Corte Suprema, ese fallo quedó firme.
El gobierno nacional reclama la extradición de Bravo desde 2008 para ser juzgado por sus crímenes –16 homicidios y tres tentativas de homicidios–. En 2010, un juez estadounidense rechazó el pedido y convalidó –en gran parte– la defensa de Bravo, que decía que se trataba de una acusación política y que él estaba alcanzado por la amnistía que dictó Héctor Cámpora en mayo de 1973 –que no buscaba más que sacar a los presos políticos de las cárceles–. En 2019, las autoridades argentinas volvieron a pedirle a Estados Unidos que extradite a Bravo. El tema está a estudio del juez Edwin Torres.
En paralelo con la solicitud de extradición para juzgarlo penalmente corre la demanda civil interpuesta por familiares de las víctimas con el apoyo del Center for Justice and Accountability (Centro para la Justicia y la Rendición de Cuentas, CJA) y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). La presentación se hizo bajo la Ley de Protección de las Víctimas de Tortura (TVPA, por su sigla en inglés), que permite que los tribunales estadounidenses juzguen torturas y ejecuciones extrajudiciales cometidas en otros países.
“Este juicio es una de las tantas estrategias que han ideado las víctimas para llegar a obtener justicia. Los familiares de las víctimas y los tres sobrevivientes vienen haciendo la denuncia para que se investigue desde el momento de los hechos. Finalmente, 50 años después, Bravo se va a sentar frente a un tribunal aunque no sea argentino, pero esto demuestra la determinación de las víctimas”, le dijo a Página/12 Sol Hourcade, coordinadora del área de Memoria, Verdad y Justicia del CELS. “Es un paso muy importante en la búsqueda de justicia”, remarca, por su lado, Eduardo Hualpa, abogado que interviene en la causa por la Masacre de Trelew desde que en 2005 se presentó la denuncia.
De represor a empresario
Después de la masacre, la Armada se ocupó de proteger a sus fusiladores. El entonces teniente Bravo llegó en 1973 a la embajada argentina en EE.UU. como agregado militar. Seis años después, en 1979, pidió la baja. Mientras estuvo en actividad aprovechó para forjar su relación con las fuerzas armadas estadounidenses e hizo cuanto curso pudo: infantería avanzada, asalto aéreo o reconocimiento anfibio con el Cuerpo de Marina. Esas destrezas, en general, no son para alguien que colgó los botines –o, en su caso, la ametralladora–, lo que generó suspicacias sobre si Bravo puede haber vuelto durante la dictadura o si pudo haber incursionado en la represión en Centroamérica. El 24 de marzo de 1980 –al cumplirse el cuarto aniversario del golpe– recibió una buena noticia: tenía la residencia permanente. En septiembre de 1987, ya era ciudadano estadounidense. Para entonces, ya llevaba cinco años viviendo en Miami.
Durante más de 35 años, Bravo fue un misterio para la Justicia argentina. En 2008, una investigación del periodista Diego Martínez en este diario probó que estaba en Miami y dedicado a los negocios. Presidió el RGB Group –que brindaba servicios a las fuerzas estadounidenses–, el RLM Services Inc, el One Fountainhead Center LLC –un negocio inmobiliario– y se dedicó también a la encuadernación a través de la firma Stafford Bookbinding Inc, algo que destacó su abogado defensor para pedir que Bravo esperara la decisión sobre la extradición en su casa. Para ello, Bravo pagó una fianza de un millón de dólares y, junto con sus tres hijos, dos sobrinos y dos amigos, aportaron propiedades por 4.327.000 dólares como garantía.
Las audiencias del juicio civil se extenderán durante la semana. Es probable que el veredicto se conozca después del 4 de julio. De encontrarlo culpable, Bravo no afrontará una pena de prisión, pero es probable que tenga que empezar a pagar por sus crímenes con algo de la fortuna que amasó mientras se escapaba de la Justicia argentina.
Luciana Bertoia
26 de junio de 2022 - 01:49
Del Puente Pueyrredón a los nuevos desafíos de las luchas de los trabajadores
20 años después de la masacre de Avellaneda, una nueva ofensiva antipiquetera.
Al cumplirse 20 años de la masacre de Avellaneda en que fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, los paralelismos con la actualidad son evidentes para todos. Un pujante movimiento piquetero que ganas las calles contra el hambre y el intento de facturarle la crisis a los trabajadores, y un ataque de todas las fracciones políticas del poder, que inclusive tienen reciclado entre su personal político a los responsables de aquel crimen de Estado. Hoy como en ese entonces, aquí se juega una pelea de gran alcance.
Es lo que manifestó la dirigente del Polo Obrero de La Matanza, Gabriela De La Rosa, desde el ollazo en el Obelisco con que respondieron a las ofensas de Cristina Kirchner: “la vicepresidenta millonaria del gobierno ajustador no va a decirnos a las mujeres piqueteras cómo organizarnos. Venimos luchando contra los punteros en los barrios desde la época en que Cristina y Néstor apoyaban al gobierno de Duhalde y sus punteros. Su planteo sobre los programas sociales es la misma que la de Macri, Bullrich, Milei y Marra, es decir apunta contra las organizaciones de lucha que venimos enfrentando el pacto con el FMI”.
La contestación da en el clavo, porque todo el sentido de bregar por subordinar a los beneficiarios de programas sociales a intendentes y gobernadores del ajuste apunta a barrer con los planes, haciendo de ellos una plataforma de mano de obra precaria para el Estado y eliminando -como reclama al unísono el gran capital- la competencia que significan para ramas enteras de la economía que pagan salarios en torno a la canasta de indigencia, la cual dicho sea de paso aumentó en los primeros cinco meses del año un 35%.
Como recuerda el editorial semanal de Prensa Obrera, escrito por Gabriel Solano, con sus declaraciones la líder del kirchnerismo no hace más que regresar a sus orígenes, cuando junto a Néstor gobernaban Santa Cruz en aquella década menemista celebrando la privatización de YPF y reprimiendo a los que perdían su laburo con esa entrega. En definitiva, como concluye el legislador porteño del FIT-U, “pretende encarar el futuro con los métodos del pasado”.
Lo que Cristina quiere esconder es la enorme pauperización laboral que sigue extendiéndose, o más bien su propia responsabilidad en ello. Calificó de “insólito” que existan más de un millón de planes cuando la desocupación se registra en un 7%, aunque si no fuera por los Potenciar Trabajo que se contabilizan como ocupados escalaría a casi el doble. De hecho, según los recientes informes del Indec, a pesar de que el PBI se incrementó en el primer trimestre un 0,9% la cantidad de asalariados es la misma, solo que hay 200.000 menos con aportes jubilatorios que pasaron a engrosar la porción de precarizados. El dato vale para ver que asistimos a una intensificación de la explotación, y que la reforma laboral que impulsan todas las fuerzas patronales no creará más empleo sino menos y más barato por más trabajo.
La ofensiva contra el movimiento piquetero no se limita a estos ataques discursivos, sino que se expresa en una verdadera ola de criminalización de la protesta. El fiscal federal Marijuan denunció, sin más base que una maniobra mediática de Clarín, a Gabriel Solano y Eduardo Belliboni, presentando como una extorsión los aportes voluntarios que hacen los compañeros del Polo Obrero para costear los gastos de los comedores y la organización para cubrir lo que deliberadamente se ahorra el Estado. Invierte la realidad, porque precisamente el Polo crece por el pasaje de miles de beneficiarios de planes que se hartan de los punteros peronistas y se suman a una corriente que se basa en asambleas y lucha contra el ajuste.
La preocupación central de la burguesía es cómo avanzar en una regresión histórica en las conquistas de la clase obrera, teniendo semejante movimiento organizado de manera independiente protagonizando acciones de masas en todo el país. Esto porque además es un pilar de apoyo para las tenaces peleas que se libran en el movimiento obrero contra la destrucción del salario, como el Sutna que paraliza las plantas del neumático o la docencia de numerosas provincias que se autoconvoca para superar el escollo de la burocracia sindical.
A su manera es lo que pretende zanjar a la fuerza Patricia Bullrich, una de las presidenciables del PRO, quien desde Rosario se valió de la incapacidad para resolver el flagelo del narcotráfico para bregar por una “integración de las Fuerzas Armadas en la democracia”, o sea valerse de ellas para la represión interna. Una “democracia” militarizada. Algo similar expresa la admiración que profesa Milei por la expremier británica Margareth Thatcher, soñando con replicar a la “Dama de Hierro” que derrotó poderosas huelgas como la de los mineros; el resultado de ello, vale tener presente, no solo fue un retroceso para los trabajadores sino un desmantelamiento de la industria inglesa. En Argentina sería directamente una desertificación productiva.
Más aún, otras declaraciones de Milei evidencian lo falaz de todo su presunto liberalismo. Prometió que de llegar a la Casa Rosada trasladaría la embajada argentina en Israel a la ciudad de Jerusalén, en línea con la opresión sionista al pueblo palestino y replicando a Trump… en nombre de la Biblia. Su defensa del carácter confesional de un Estado de los más opresivos, que niega todo derecho ciudadano a una parte sustancial de la población, admite que lejos de ser un libertario es un promotor del poder estatal despótico contra los trabajadores, y por eso coincide con CFK en el afán de poner los planes sociales bajo lo más enquistado de la casta política, como los barones pejotistas del conurbano, e incluso cierra filas con el oscurantismo que reacciona contra la ola verde.
Es la reacción en toda la línea, en sintonía con la política del imperialismo. Lo vemos en lo que se supone que era el país más liberal, o más bien la Meca del capitalismo. Nos referimos a que el máximo tribunal de Estados Unidos anuló el fallo Roe vs Wade que legalizaba la interrupción voluntaria del embarazo a nivel federal, en un fallo reaccionario que hasta puede terminar en la penalización de la homosexualidad en algunos distritos. Esta revancha medio siglo después de aquel gigantesco movimiento de lucha de las mujeres norteamericanas es otra muestra de que la decadencia del capital como régimen social acarrea un retroceso civilizatorio.
Como sea, es también un intento de contrarrestar un alza en la lucha de clases a nivel internacional, cuando salen a la luz las consecuencias globales de la guerra imperialista que la Otan y Putin libran en Ucrania, con la disparada en el precio de los alimentos y la energía, y que en los propios Estados Unidos se expresa en un proceso de sindicalización en empresas emblemáticas como Apple.
El hecho es que las ofensivas reaccionarias deberán enfrentarse a movimientos vivos. Hasta cierto punto lo refleja por estos pagos la triunfante toma del Nacional Buenos Aires, donde la lucha estudiantil no solo logró quebrar la protección de la gestión y la universidad a personajes abusadores o violentos, sino el compromiso de avanzar en el dictado de educación sexual con participación de la propia comunidad educativa. Son puntos de tensión, como en otro orden de cosas expresó la insólita represión a los terciarios del ISFD 103 de Lomas de Zamora en Puente La Noria cuando reclamaban contra las zonas liberadas; en un accionar que luego Berni respaldaría buscando criminalizar al compañero docente detenido con difamaciones.
En suma, el panorama que se viene es el de grandes confrontaciones, pero vale divisarlo desde una perspectiva amplia. Si, desde cierto punto de vista, las críticas de Cristina confiesan que el actual gobierno del Frente de Todos es una versión muy degradada del nacionalismo burgués que encarnó el peronismo en su momento, por su parte la defensa de la religiosidad opresiva de Milei es un retroceso respecto del liberalismo de la época de ascenso de la burguesía cuando protagonizaba revoluciones separando a la Iglesia del Estado, como en la Francia de 1789. Es una declinación histórica del capitalismo, con sus expresiones criollas en las salidas que se promueven a ambos lados de la grieta, hecho que otorga un valor estratégico a la orientación que guía las resoluciones del XXVIII congreso del Partido Obrero de construir un gran movimiento popular con banderas socialistas, trazando una contraposición de clase.
Vamos a una gran campaña política por un paro nacional y un plan de lucha para derrotar el ajuste del FMI y sus peones, y por abrir paso a una salida de los trabajadores. Buen domingo de lucha, Darío y Maxi están presentes.
Iván Hirsch, editor de Prensa Obrera.
Gran audiencia pública en Diputados por la derogación de los beneficios a la Iglesia
El Frente de Izquierda fue el único bloque político que participó.
El viernes 24 de junio realizamos una audiencia pública en la Cámara de Diputados para impulsar una iniciativa popular para derogar las normas dictatoriales que benefician a la Iglesia Católica. La actividad fue convocada por OLA (Organizaciones Laicistas de Argentina), un conjunto de diversas de organizaciones que luchamos por la separación de la Iglesia del Estado.
La actividad comenzó con la presentación de OLA y la agenda respecto a las iniciativas laicistas que se vienen tomando desde este espacio, principalmente la acción de amparo que fue interpuesta por la imposibilidad de ejercer el derecho constitucional a una Iniciativa Popular (artículo 39 de la Constitución Nacional) para que el Congreso de la Nación derogue normas de varias dictaduras que confieren privilegios a la Iglesia Católica.
Seguidamente intervino la diputada Romina Del Plá, quien se refirió a varios proyectos que impulsamos desde la banca del Partido Obrero en el Frente de Izquierda contra los beneficios al clero y la injerencia de la Iglesia, y denunció que fueron sistemáticamente cajoneados por los bloques mayoritarios del oficialismo y la oposición derechista en el Congreso Nacional.
Entre esos proyectos está la modificación de la ley de ESI para su aplicación efectiva y obligatoria; la devolución de tierras para la construcción de viviendas en Villa Celina, que fueron entregadas al Obispado de San Justo y luego vendidas a Coto; la eliminación de todos los privilegios a la Iglesia Católica y la finalización de exenciones impositivas y de todo financiamiento estatal a estas instituciones oscurantistas.
Por su parte Vanina Biasi, dirigente del Partido Obrero y del Plenario de Trabajadoras (y diputada electa por rotación en el FIT-U), denunció que el gobierno nacional sigue sosteniendo el rol de las iglesias como elemento disciplinador de las mujeres y las diversidades.
También tomaron la palabra la diputada del PTS en el FIT-U, Miriam Bregman, y la dirigente del MST, Vilma Ripoll. Para finalizar, desde OLA se destacó la ausencia del resto de los bloques políticos, debido a que mantienen vínculos políticos con el clero.
Esta iniciativa se inscribe en la lucha por la separación de la Iglesia del Estado que puso en la agenda la gran Ola Verde que conquistó el derecho al aborto.
Pía Garralda
sábado, 25 de junio de 2022
Aborto en Estados Unidos: avance reaccionario anunciado
El atraso en el que está hundido el principal país imperialista del mundo es otra muestra de la completa inviabilidad del capitalismo y una expresión de la debacle económica, que empieza a encontrar respuestas en las luchas obreras y en la sindicalización creciente de la clase trabajadora, que obtuvo un resultado exitoso reciente en la organización de trabajadores de Amazon.
El golpe reaccionario de la corte se da en este cuadro. Los sectores populares se topan con ataques a derechos que se otorgaron muy tardíamente. También hay que marcar que nunca fue posible el acceso igualitario al aborto debido a los costos del mismo, que hoy ronda los 530 dólares (Jacobin). La deriva de la anulación del fallo Roe vs Wade puede terminar en la penalización de la homosexualidad en algunos Estados. La amenaza figura en el fallo del juez Clarence Thomas, un afrodescendiente reaccionario hasta los tuétanos. Varias activistas están proponiendo cerrar sus apps de seguimiento de ciclo menstrual o cualquier otra que pueda ser usada para presentar pruebas contra mujeres que abortan. Lo que se llama un régimen del terror.
Las legislaturas “han impuesto requisitos draconianos a las clínicas y han obligado al personal a someterse a un proceso burocrático; han obligado a los médicos a recitar mentiras a sus pacientes y han exigido ecografías innecesarias y onerosos períodos de espera”. Así describe la activista Jenny Brown el cuadro actual (Jacobin, 5/5). Aún en este grave cuadro, precedido por otros obstáculos como el fallo Hyde que impidió el giro de fondos federales para garantizar la práctica, continuó el proceso de cooptación demócrata que evitó consolidar una ley de aborto que evitara la fragilidad legal actual producto de lo cual cinco personas deciden terminar con varios derechos.
Aunque en 13 Estados con claridad se procederá a la prohibición porque ya tienen leyes que los habilitan, el Instituto Guttmacher calcula que son 26 los Estados en los que puede haber retrocesos.
La responsabilidad del Partido Demócrata
En 2007 Obama prometió una ley que reglamentara el fallo. Cuando asumió en 2009 decidió no cumplir su promesa. Avanzar para que el movimiento castigue a los demócratas y se plante de manera independiente de los partidos del régimen es vital.
Desde septiembre tiene media sanción una “Ley de protección de la salud de la mujer” que admite la práctica del aborto hasta la viabilidad. Su aprobación en el Senado está cuestionada, aunque es posible si los demócratas abandonan el “filibusterismo” (obstruccionismo parlamentario). “Debemos aprobar una legislación que codifique el caso Roe v. Wade (…) Y si no hay sesenta votos para hacerlo (por los requisitos del Senado), debemos reformar el filibusterismo para aprobarla con cincuenta votos” dijo Biden tratando de mostrar una firmeza que nunca caracterizó a su espacio político responsable de haber llegado a este punto. En mayo había dicho que no iba a modificar la pauta de votación en el Senado y es preciso recordar que el actual presidente votó a favor de la enmienda Hyde. No es de fiar nada de lo que digan los demócratas.
Desde la aprobación en la Cámara de Representantes de la Ley por la salud de las mujeres no hicieron nada por su avance, cuando ya hace más de un mes que está confirmada la derogación del fallo Roe. La conmoción social por la derogación es muy grande. Solo moviendo masas en todo el país se puede revertir el ciclo de retroceso de años de avances reaccionarios.
Las responsabilidades demócratas son recordadas en estos días, ya que cuando fueron gobierno y pudieron no quisieron darle un estatus más seguro al aborto legal. Mientras que el 70% de la población está a favor del aborto, el régimen garantiza que cinco de los suyos lo hagan caer. Esto pasa en “la mejor democracia del mundo” donde la policía mata a negros y goza de la más completa impunidad y los pibes matan a otros porque gobierna la Asociación del Rifle.
La importancia de volver a las calles por el aborto legal
En Estados Unidos se emitió el fallo “Roe vs Wade” en 1973 bajo presión de un movimiento de mujeres que venía en alza en EEUU y en muchos otros países del mundo. Eso ocurrió 53 años después de que el gobierno de la URSS legalizara el aborto apenas a dos años de la revolución. La supremacía del gobierno de las y los trabajadores se ve claramente en estos hechos. En Argentina, 100 años después que en la URSS, se aprobó una ley de legalización parcial, hasta las 14 semanas, arrancada con miles y miles en las calles. Por su parte, la degeneración estalinista brilló por lo contrario: ilegalización temporaria, persecución a las diversidades, vuelta de la mujer a la vida doméstica. Cualquier parecido con la realidad del capitalismo en decadencia no es coincidencia.
Luego de la segunda ola del feminismo que conquistó este derecho en 1973 (encuadrado en el derecho más general a la privacidad), la orientación que primó fue la de la cooptación del movimiento. La confianza de que el capitalismo se puede humanizar o mejorar. En el transcurso de estos años el feminismo se topó con las enormes contradicciones que supone reclamar derechos sin golpear al régimen que los niega y dando la espalda a las mayorías. La marca del feminismo burgués (por su programa) que permitió el carrerismo estatal de unas pocas a expensas de las mayorías de mujeres pobres, afrodescendientes y latinas.
La lucha de la mujer en EEUU transitó la búsqueda de una igualdad capitalista luego de la segunda ola, entre mujeres y hombres, consumada en el destaque de algunas en puestos del Estado. La presencia de las mujeres en el ejército norteamericano solo sirvió para convertirlas a ellas en violadoras de prisioneros, como ocurriera en Abugh Rahib. Sin embargo, las condiciones de vida de las mujeres empeoró considerablemente durante los últimos 50 años, a un ritmo superior de la pauperización vivida por el conjunto de la clase obrera.
Con las mujeres desmovilizadas el olor rancio del capital avanzó. El financiamiento a los sectores neopentecostales por parte de patronales y sectores republicanos impactó en la lucha contra la ola verde en Argentina y financió la campaña de Bolsonaro.
Para arrancar la ley en el Senado, que es solo una punta para desarmar el camino reaccionario consolidado en cada Estado, será necesario sacar conclusiones de cómo actúan los partidos del régimen.
En EEUU resulta esencial volver a las calles por el aborto legal de forma independiente de lxs demócratas.
En política no hay vacíos, si no avanzamos nosotras avanza la derecha bajo los ojos cómplices de un progresismo postrado y concentrado en cumplir con el FMI. Que la ola verde vuelva al centro de la escena en toda América.
Vanina Biasi
El movimiento piquetero quebró la política de ajuste y represión del gobierno de Duhalde
Este 26 de Junio se cumplen 20 años de la Masacre del Puente Pueyrredón, donde la represión conjunta de la Policía Bonaerense, la Federal, la Prefectura y los servicios de inteligencia culminó con el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, además de cientos de trabajadores heridos -incluso con balas de plomo- y detenidos. Esta movilización fue convocada por la Segunda Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT) en medio de un proceso de conflictividad social en ascenso.
La lucha contra el gobierno de Duhalde
Luego de la movilización de masas del 19 y 20 de diciembre de 2001 que volteó al gobierno de De la Rúa desfilaron por la Casa Rosada cinco presidentes distintos en un período de quince días. Hasta que finalmente en enero de 2002, designado por una Asamblea Legislativa y ajeno a la voluntad popular, Eduardo Duhalde asumió la presidencia.
El nuevo gobierno buscó rescatar al Estado y recomponer la ganancia de la burguesía golpeada por la enorme movilización popular de diciembre. Impuso una megadevaluación y pesificación compulsiva de los depósitos en moneda extranjera, en un contexto de inflación creciente y avance extremo de la pobreza. Estas medidas afectaron a amplias capas de la población trabajadora y pequeños ahorristas multiplicándose las luchas obreras y populares en forma de asambleas barriales, piquetes y ocupaciones de fábricas. La principal tarea del gobierno era, entonces, la de contener y anular este movimiento popular.
Por un lado se creó la Mesa de Diálogo Nacional en donde participó un sector del movimiento piquetero integrado por la CTA (junto al FTV de D’ Elia) y la CCC junto con funcionarios y la Iglesia. Este sector es el que venía de pegar el histórico faltazo a las jornadas populares del 20/12/2001 bajo el argumento de no querer participar de un golpe orquestado por Eduardo Duhalde y los intendentes del PJ, es decir, los mismos con quienes ahora se sentaban a negociar para contener la conflictividad social que seguía creciendo.
Frente a esta política de cooptación, el Polo Obrero logró reagrupar en el Bloque Piquetero Nacional a las organizaciones dispuestas a continuar con un plan de lucha para quebrar el ajuste puesto en marcha por el gobierno. Desde este reagrupamiento se organizó la primera Asamblea Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados en cuya convocatoria se planteaba: “El nuevo gobierno de Duhalde es enemigo de los trabajadores y el pueblo. Es ilegítimo, porque frente al reclamo popular de “que se vayan todos” fue elegido por las corruptas cámaras legislativas. Duhalde expropió la voluntad popular y preside hoy el país con un objetivo central: salvar a los bancos y empresas, al capitalismo todo y volver a poner al país al servicio de los monopolios y los acreedores externos”. Y da cuenta del proceso que atravesaba el país: “Constatamos que en todo el país la clase trabajadora y los sectores populares luchan, no descansan, se organizan. Asambleas populares, puebladas, coordinadoras de base, ocupaciones de fábrica y huelgas se multiplican por todos lados. Necesitamos unirlas, para coordinar la lucha contra este gobierno y el régimen y por una salida que no esté dictada por el capital sino por los trabajadores y el pueblo”.
El Bloque Piquetero y las ANT desarrollaron importantes planes de lucha que se abrieron paso frente a los intentos de cooptación del gobierno. La primera asamblea se realizó en febrero con una masiva participación en el centro del poder político del país, la Plaza de Mayo. La segunda, el 22 de junio, fue la que incorporó en el plan de lucha una serie de cortes en todo el país para el 26/06, entre ellos el del Puente Pueyrredón. En esta asamblea se votó la consigna: “Por un nuevo Argentinazo. Fuera Duhalde y el FMI, que se vayan todos”
La represión
La política de contención diseñada por el gobierno de Duhalde no logró contener al movimiento de lucha. Por lo tanto, se volvió prioritario encontrar otra forma de detenerlo para garantizar las medidas de hambre reclamadas por el FMI y los capitalistas.
Días antes de la movilización se reunió un “consejo de seguridad” integrado por una caterva de funcionarios responsables de la masacre que tendría lugar el 26/06, que se fueron reciclando en los sucesivos gobiernos democráticos. Un mes antes, en una reunión de gobernadores, donde participó Nestor Kirchner, se definió la “política de seguridad” frente a la protesta social. Todo estaba orquestado para asestar un duro golpe al movimiento piquetero.
La jornada del 26/06 se desarrolló en varios puntos del país, pero la represión más brutal se concentró en el Puente Pueyrredón. El accionar conjunto de la Bonaerense, la Federal y Prefectura tuvo sitiada a la ciudad de Avellaneda durante horas. Policías de civil recorrieron la ciudad reprimiendo y deteniendo manifestantes a varias cuadras del puente. Como lo destacan las entrevistas realizadas por Prensa Obrera, hasta llegaron a ingresar al hospital Fiorito con el objetivo de detener a los heridos que estaban siendo atendidos allí.
El saldo de este accionar del Estado y las fuerzas represivas fue el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, cientos de detenidos y heridos (decenas de ellos con balas de plomo).
La primera reacción del gobierno de Duhalde fue la de defender el accionar policial. En declaraciones del día siguiente, Aníbal Fernández (el entonces secretario general de la Presidencia) llegó a justificar lo ocurrido resaltando que en las ANT se habían organizado “hostilidades hasta el 15 de julio” y se había “reivindicado la lucha armada”.
T
al como pasa en la actualidad, con las declaraciones de CFK sobre los planes sociales y la denuncia del fiscal Marijuan a Gabriel Solano y Eduardo Belliboni, el ataque contra el movimiento piquetero y los que luchan tiene como objetivo acallar la lucha contra el hambre, la miseria y la desocupación.
Domingo Díaz
viernes, 24 de junio de 2022
Algoritmo sensible, élites insensibles: el problema de raíz del capitalismo 4.0
“Es sensible”, afirmó Blake Lemoine, en referencia al chatbot LaMDA, acrónimo de Modelo de Lenguaje para Aplicaciones de Diálogo (El Destape, 13/06/2022).
Rápidamente acuden a nuestra imaginación películas y series que cuentan acerca de un futuro distópico, donde una especie de “dictadura cyborg” domina la tierra. No nos interesa aquí filosofar acerca del límite entre lo posible y lo imposible, sino más bien problematizar acerca de las características de esta transformación tecnológica, que es objetiva, material y pretende aparecer como irreversible.
Desde el Foro Económico Mundial, que año a año se reúne en Davos, vaticinan los escenarios de un futuro que interpela la imaginación del mejor cineasta. En los últimos tiempos este Foro, donde una nueva aristocracia financiera y tecnológica resuelve una serie de objetivos estratégicos que luego se operacionalizan e imponen como decisiones políticas para toda la humanidad, viene proponiendo el “Gran Reseteo”, una iniciativa que llama a dar forma a una recuperación económica y a la futura dirección de las relaciones globales en nombre de una supuesta prosperidad de todos.
La guerra, la pandemia y la destrucción del planeta asedian al mundo como si fueran las Plagas de Egipto. La diferencia es que esto no se trata de un relato bíblico, sino que son obras de un capitalismo insaciable que, lejos de todo lo que vociferan los libertarios, se muestra como un sistema incapaz de garantizar la continuidad de la vida humana. La ONG Red de Huella Global anunció que el próximo 28 de julio será el “Día del Sobregiro de la Tierra de 2022”, y marca la fecha en que la humanidad utilizará todos los recursos biológicos que la Tierra regenera durante todo un año calendario.
A eso se agrega una inflación mundial descontrolada, una economía que no crece, un aumento descomunal del precio de los alimentos y la energía, que realmente hacen pensar que el escenario futuro es catastrófico. Será la extensión de un presente que ya lo es.
Un simple ejemplo basta para dimensionar la escala del asunto: Andrew Bailey, el gobernador del Banco de Inglaterra -cuna histórica del capitalismo- pidió disculpas a los parlamentarios británicos y anunció “apocalípticos aumentos de precios de los alimentos a nivel mundial”, que van a generar “una hambruna global” (Clarín, 17/05/2022).
En economía política es sabido que, dentro del capitalismo, un mayor desarrollo de la ciencia y la tecnología, produce una prescindencia mayor de la mano de obra, ensanchando la brecha entre una clase trabajadora calificada, a la que los estrategas del marketing llaman “colaboradores” y tientan con salarios en dólares, y un ejército de trabajadores con “saberes obsoletos” condenados a la precariedad, conformando, como remanente, una “clase inútil” que se traduce en un aumento de la desocupación y la pobreza a escala global.
Los CEO´s del mundo lo saben muy bien. Elon Musk ya hablaba del tema en 2017, cuando en la Cumbre Mundial de Gobierno sostuvo que “cada vez habrá menos trabajos que un robot no pueda hacer”, por lo que “surgirán nuevos empleos en los que sea fundamental combinar la inteligencia humana con la inteligencia artificial para que se potencien. Habrá que implementar algún programa frente al “desempleo masivo” (Forbes, 26/08/2021).
También Barak Obama, ex presidente demócrata de EEUU, en su participación en el Digital Entreprise Show (DES 2022) explicó que, indudablemente, la automatización “va a reducir el número de empleos que realizan tareas repetitivas. Lo que necesitamos es reimaginar cómo se distribuye el trabajo, puede que tengamos menos empleos que antes. Debemos tener esta conversación ahora para que cuando llegue toda esta revolución estemos preparados. No estamos anticipando lo rápido que están viniendo estos cambios. Debemos plantearnos ya la jornada de cuatro días por la llegada de la inteligencia artificial” (El Español, 14/06/2022).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que tenemos una población mundial de 8000 millones de personas, donde la fuerza de trabajo que se encuentra ocupada hoy es de 3.300 millones de personas, de las cuales 2.000 millones cuentan con trabajos informales y apenas 1.300 millones con trabajos formales, con Derechos garantizados. Es decir, el trabajo “digno” sólo emplea al 41% de la población económicamente activa a nivel mundial.
En cuanto a las proyecciones para 2022, también la OIT, en su informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2022”, prevé un aumento récord de desocupados, después de dos años de crisis pandémica, observando “daños potencialmente duraderos en el mercado de trabajo”, aumentando la población obrera sobrante (OIT, 17/01/2022).
El Instituto McKinsey publicó en un informe que un 5% adicional de trabajadores se agregará al 22% de la población que ya era vulnerable antes de la Pandemia de Covid-19. El Informe, estima que cerca de ocho millones de personas podrían ser desplazados de sus trabajos por este proceso de automatización y digitalización para el 2030, es decir, dentro de 8 años.
Esto nos deja ver dos cuestiones fundamentales. Por un lado, que producimos igual o más en menos horas de trabajo formal. Por el otro, surge de manera inevitable un cuestionamiento acerca de qué ocurre con el tiempo de ocio, o el “tiempo disponible” que se libera en los días y las horas que “no se trabaja”, dado que los límites entre nuestro tiempo de trabajo y nuestro tiempo de ocio se desdibujan con la irrupción masiva de la virtualidad.
En este tiempo de claroscuros, los grandes avances de estas “nuevas fábricas” -las plataformas digitales a las que accedemos desde nuestros dispositivos móviles- generan condiciones extraordinarias de producción y apropiación de riquezas basadas en el tiempo (no pago) que dedicamos frente a nuestras múltiples pantallas, posibilitando un lucro excepcional y una capacidad de moldear los comportamientos de la humanidad de una manera cada vez más sofisticada.
¿La reducción de la jornada y el salario básico universal como salida?
La reducción de la jornada laboral y el salario básico universal, son, para las élites económicas dominantes, salidas elegantes del atolladero civilizatorio donde han puesto al conjunto de la humanidad luego de haber trasnacionalizado y digitalizado los mecanismos de extracción de plusvalía. Proyectos de ley que intentan regularlos, rondan los parlamentos del mundo para ser debatidos e incorporados, con matices, a la política de Estado de sus países.
En Inglaterra recientemente se supo de una prueba piloto en 60 empresas, que redujeron su jornada laboral a 4 días a la semana. Ya se han registrado también casos en Islandia, Japón y Suecia. Argentina no es la excepción, existen proyectos de ley circulando en la Cámara de Diputados para ambos temas.
Dichas iniciativas se configuran como paliativo a este nudo gordiano que, por lejos, las trasciende. Creemos que el interrogante que se abre debe ser acompañado por una profunda discusión sobre el régimen de propiedad de los sectores estratégicos de la economía contemporánea, y cómo los sectores económicos “intensivos en conocimiento” se apropian de riquezas que la humanidad toda produce en la digitalización y virtualización de la vida económica, política y social.
La disputa por el tiempo disponible
Con todo esto cabe preguntarnos: ¿Ya no disponemos ni siquiera de nuestro tiempo de ocio?, ¿Hay una apropiación aún mayor del tiempo disponible social? Si ya el tiempo de trabajo necesario para que este sistema funcione se reduce al mínimo, porque la tecnología hace por nosotros lo que antes solo era posible por la acción humana, ¿quién se apropia de ese tiempo disponible que la humanidad en su conjunto ha liberado por la revolución tecnológica en curso?
Más allá del dilema ético sobre los grados de humanización que pueda adquirir la Inteligencia Artificial, el problema es que, a pesar de que la automatización de los procesos productivos llegue a límites impensados, los seres humanos seguimos siendo los únicos capaces de producir riqueza.
Es el trabajo social, en su acepción más amplia, la actividad creadora que posibilita el mismo desarrollo científico y tecnológico. Hay que preguntarse, entonces, si estará al servicio del bienestar de los y las que trabajan o seguirá bajo la lógica de un capitalismo en el que cada vez la frazada es más corta.
Paula Giménez, Matías Caciabue | 22/06/2022
*Cacciabue es licenciado en Ciencia Política y Secretario General de la Universidad de la Defensa Nacional, UNDEF en Argentina. Giménez es Licenciada en Psicología y Magister en Seguridad y Defensa de la Nación y en Seguridad Internacional y Estudios Estratégicos. Ambos son Investigadores del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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