Una nueva situación en la universidad.
“Que la rebelión universitaria llegue a los centros de estudiantes”, titulamos hace dos semanas en Prensa Obrera, y así fue. La victoria de la lista 8 encabezada por El Frente (UJS-PO) en Medicina fue la conclusión del enorme despliegue de lucha del movimiento estudiantil y docente. El eje del triunfo fue un activismo que comenzó el año peleando por el derecho al aborto y llegó a las elecciones en medio de la huelga y las ocupaciones generalizadas de facultades. Nuestra lista logró catalizar esta experiencia de pañuelazos, asambleas y clases públicas que se sucedieron sin solución de continuidad. La campaña se militó con el pañuelo verde, símbolo de insubordinación en una facultad cuyo Secretario Académico fue al Congreso a equiparar el derecho al aborto con la “desaparición forzada de personas”. Los ayudantes ad honorem organizados junto a la AGD, muchos de ellos estudiantes avanzados, impulsaron la movilización de los recién ingresados uniendo a las diferentes capas del movimiento estudiantil en lucha.
La agrupación Nuevo Espacio, un engendro entre el PJ de Medicina y la Franja Morada de Económicas, terminó de ganarse el odio de los estudiantes al repudiar la toma de la facultad y hostigar a la asamblea que la organizó. Fue la izquierda –y no el kirchnerismo– la que logró canalizar esta nueva situación. La huelga universitaria mostró el carácter conciliador con el macrismo de los gremios K, que levantaron el paro y firmaron un acta de espaldas al movimiento. Rectores y decanos K buscan un pacto con el gobierno similar al que sus gobernadores están negociando en torno al presupuesto de ajuste para el 2019. Los vínculos que unen a las camarillas universitarias y burocracias sindicales con el gobierno macrista quedaron expuestos ante los ojos de miles de estudiantes. Es esta experiencia la que detonó el triunfo de la izquierda en la facultad más grande de América Latina.
Chau “Fuba” paralela
La “Fuba” paralela que Nuevo Espacio y sectores del PJ-K (la UES, MLI) habían intentado montar mediante el fraude quedó herida de muerte. Ahora vuelven a ser mayoría en la Junta Representativa los centros de estudiantes opositores a Franja Morada y el rector Barbieri. La ofensiva del régimen contra la Fuba independiente y la lucha estudiantil se convirtió en un búmeran. La semana había arrancado con la Fuba en el semáforo rojo de Clarín y extensas notas “periodísticas” que aseguraban una caída de la representatividad de la izquierda. Pero el resultado fue exactamente el inverso.
El ataque a las ocupaciones y la extorsión de dar por perdido el segundo cuatrimestre fueron los puntos más altos de una ofensiva coordinada entre el Consejo Superior de la UBA y los grandes medios de comunicación. Los decanos macristas y sus agrupaciones pretendían dar cátedra de cómo luchar contra ellos. El Partido Obrero, en particular, fue colocado en la mira como el responsable de todos los conflictos, en una maniobra evidente para desplazar al enorme movimiento estudiantil-docente del centro de la escena. La respuesta vino de parte de asambleas masivas en Psicología, Filosofía y Sociales que repudiaron los aprietes oficiales y votaron nuevas medidas de lucha allí donde se levantaron las tomas.
En las urnas, lo de Medicina no fue un hecho aislado. A la victoria de la semana anterior en Veterinaria hay que sumar el triunfo con el 52% de los votos en Farmacia y Bioquímica, el segundo lugar obtenido en Económicas y la gran elección en Derecho, donde conquistamos la secretaría que hasta este año estaba en manos del PRO. Las listas asociadas con el macrismo y el rectorado, por el contrario, perdieron delegados en prácticamente todas las facultades.
Que la izquierda pase al frente
Pasado este primer round, el movimiento estudiantil avanzó varios casilleros y las fuerzas del gobierno y el ajuste quedaron debilitadas. Hasta el propio Clarín debió reconocer la primacía de la Fuba de izquierda en el movimiento de lucha. Como prolongación de ese movimiento, la victoria en Medicina muestra un camino a seguir. La pelea seguirá esta semana en Exactas, donde nos presentamos como alternativa a los pactos entre la Mella y la Cámpora, que se opusieron a marchar a Plaza de Mayo y encubren el ajuste que “su” decano descarga al interior de la facultad. Capítulo aparte merece la situación de Sociales, donde la UES quedó en evidencia como una patota hostil a los estudiantes y trabajadores de la facultad. La agenda electoral se completa con Filosofía, Psicología, Fadu y Agronomía.
Hay una nueva situación en la universidad que debe ser desarrollada en todas sus posibilidades revolucionarias. El movimiento estudiantil puede desplazar a los aparatos corruptos que el Estado alimenta para neutralizar su capacidad de acción. La salida no son los pactos de ajuste para llegar al 2019, sino la lucha ahora en alianza con la clase obrera para derribar todos los ataques al pueblo. La izquierda debe ofrecer esta perspectiva y no recluirse en un sectarismo conservador como hicieron el Nuevo Mas y el PTS en Medicina, el primero presentando una lista divisionista que sacó el 1% y el segundo esquivando la contienda con excusas de ocasión. La UJS-PO en Medicina desarrolló otra orientación: unir las fuerzas del activismo y la izquierda para quebrar a las agrupaciones del gobierno y las autoridades. El movimiento estudiantil está de pie y es la hora de impulsarlo a la victoria.
Julián Asiner
presidente de la Fuba
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