sábado, 18 de agosto de 2012
“Ideólogos, no cómplices”
Tres personas que estuvieron presas declararon en el juicio por delitos de lesa humanidad en Jujuy. Mencionaron que fueron trasladados en camionetas del Ingenio Ledesma, cuyo dueño está imputado. También denunciaron a un obispo.
Por Adriana Meyer
“Los empresarios fueron los ideólogos, no los colaboracionistas de la dictadura”, afirmó el ex docente y dirigente gremial Carlos Alberto Melián. La contundencia de su afirmación sorprendió a todos, durante su declaración testimonial ante el Tribunal Federal 2 de Jujuy en el marco de la causa sobre Luis Arédez y otras víctimas del terrorismo de Estado. Mientras sigue pendiente la definición de la situación procesal del dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, el expediente suma testimonios como el de Melián, que fue calificado como “muy importante” por el fiscal ad hoc Pablo Pelazzo y por el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos, Juan Manuel Sivila.
El testigo relató que fue detenido el 9 de abril de 1976 en Libertador General San Martín y trasladado al penal de Gorriti en una camioneta de la empresa Ledesma. En ese momento destacó el rol fundamental del empresariado a partir del golpe de Estado. Dijo que cuando estuvo detenido en la Unidad Penal 9 de La Plata “había trabajadores de Ford, del Ingenio Ledesma y mineros de El Aguilar, que habían sido entregados por las empresas para que los detuvieran”, y describió que antes de subir al avión Hércules “nos sacaron todo, anillos, cadenas, relojes y arriba nos hacían cantar el carnavalito, al que no cantaba le daban un garrotazo o lo amenazaban con tirarlo al vacío”. Melián manifestó que cuando estaba detenido en La Plata, lo fue a ver José Eduardo Bulgheroni –otro de los imputados en Jujuy por homicidio agravado, privación ilegítima de la libertad y torturas– y le dijo que cuando saliera en libertad no tenía que volver jamás a Libertador, lo mismo le habían dicho a su esposa, con tres hijos y otro en camino.
Además de haber militado en el Partido Intransigente (PI), Melián fue dirigente sindical en Agua y Energía de Jujuy, y era docente de la Escuela Técnica de la Fundación Ledesma, donde fue dejado cesante. Otro tramo importante de su testimonio fue cuando recordó que el obispo Miguel Medina iba dos veces a la semana a dar misa en la cárcel de Jujuy. Una vez, cuando él le preguntó por los desaparecidos Jorge Turk, Osvaldo Giribaldi, Jaime Lara, Dominga Alvarez de Scurta y María Alicia Ranzoni, le respondió que habían sido “trasladados y juzgados en Tucumán y luego fusilados”. En coincidencia con otros testimonios sobre Medina, destacó que el prelado confesaba a los detenidos y luego transmitía lo que escuchaba a los represores.
“La reparación tiene que llegar a todos, como dijo Néstor Kirchner, en Ledesma, Blaquier usó al Estado para hacer estos crímenes y buscó a militares y policías para que hagan el trabajo sucio”, dijo. Además de ratificar el uso de camionetas del ingenio en el secuestro de personas, aseguró que los represores se alojaban en el hotel de los Blaquier. Durante su detención en el penal de Jujuy, dijo haber hablado con los desaparecidos Jorge Weis, Turk y Giribaldi, y Ranzoni, que estaba en el pabellón de mujeres. Y recordó que en la Unidad 9 hablaba con Luis Arédez sobre “cómo sobrevivir” echados de Ledesma. Melián fue a declarar a San Salvador de Jujuy desde Santiago del Estero, donde vivió su “exilio interior” de casi 40 años.
Ayer también declaró Luis Ramón Bueno, quien había sido despedido de Ledesma por su tarea sindical, detenido el 24 de marzo de 1976, llevado a la seccional 11 de Libertador, donde estaba Arédez, trasladado en camioneta del ingenio al penal jujeño y posteriormente a La Plata. Calificó ese viaje como “un martirio” porque les pegaban patadas “como salvajes, unos verdaderos locos”. El tercer testigo fue Antonio Filliu, un comerciante que también fue detenido el 24 de marzo del ’76, pasó por la comisaría de Ledesma, la cárcel jujeña y luego la platense. Recuperó su libertad –según dijo– en la primera lista que firmaron Jorge Rafael Videla y Albano Harguindeguy.
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