lunes, 20 de agosto de 2012
Centro Cultural Pampero: historia de un mítico espacio colectivo cultural de Quilmes
Breve historia del Centro Cultural Pampero, ubicado en la localidad bonaerense de Quilmes. Un mítico reducto cultural que surgió al calor de la efervescencia social argentina del 2001, y que a partir de ahora además albergará obras de artistas independientes en su recientemente inaugurada sala de teatro. Por El Caminante y miembros del Centro Cultural Pampero para ANRed.
Por ANRed - Sur (redaccion@anred.org)
Un Centro Cultural con historia
Delimitada por las vías del Ferrocarril Roca y la intersección de las calles Otamendi y Vieytes, se encuentra la Plaza Pampero II, que lleva el nombre de un globo aerostático que despegara desde ese lugar a fines de 1913 batiendo récords de distancia, altitud e incluso cumpliendo la proeza de cruzar la cordillera de Los Andes; en su esquina sur, como mojándole la oreja a las nuevas y modernas construcciones edilicias, se alza empecinada la casona que otrora fuera parte de la usina productora de gas para el alumbrado público desmantelada en 1953. Esta casona continuó funcionando como centro de administración local de la empresa de gas del Estado hasta 1972, cuando fue abandonada definitivamente por el traslado de las oficinas comerciales al pujante centro comercial quilmeño.
La historia más reciente da cuenta del deterioro, producto de los moradores ocasionales y el pillaje, que se acrecentaron a partir de la privatización de las empresas del Estado por parte del gobierno menemista durante el neoliberalismo de los años `90, que como en muchos otros casos desestimó edificios públicos por considerarlos no rentables, obviamente en comparación con el gran negociado que implicó su adquisición. A partir de ese momento el antiguo edifico entró en su etapa más sombría, generando una preocupación en los vecinos, sólo atenuada por las leyendas e historias de fantasmas errantes que tejían en torno a él los niños del lugar.
La profunda crisis económica y social que se tornaba día a día más insostenible, deviene en duros cuestionamientos a la clase política y las instituciones hacia fines del 2001, generando al calor de las rebeliones populares el desarrollo de una gran diversidad de espacios sociales que se plantean nuevas instancias organizativas como herramienta para construir una sociedad distinta, con la producción cultural propia de los sectores populares como uno de los ejes fundamentales de esa construcción.
Es en ese marco que a mediados del 2003, un grupo de estudiantes universitarios junto con algunos integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Quilmes, uno de los movimientos sociales de la Coordinadora Aníbal Verón, con el apoyo y el consentimiento de los vecinos, decidimos ocupar la histórica casona para llenarla de vida proyectando en ella el desde entonces “Centro Cultural PAMPERO”, con la finalidad de producir y difundir desde ese espacio nuestra genuina cultura popular.
Los primeros meses, con no poca obstinada voluntad, nos dedicamos con exclusividad a las tareas de reconstrucción de algunas habitaciones del edificio que nos permitieran habilitarlo para iniciar las primeras actividades. Tras cada jornada de trabajo intuíamos el gran potencial que encerraba el lugar, y entre pastones para los contrapisos y caleada de paredes fuimos definiendo los criterios de construcción y desarrollo del centro cultural, que se fueron enriqueciendo en estos nueve largos e intensos años de existencia, por haberlos compartido fraternalmente con innumerable cantidad de compañeros y agrupaciones. Estos criterios podrían resumirse en nuestra constante convocatoria a andar juntos el camino de construcción de un espacio abierto y plural, fomentando actividades a partir de las cuales poder encontrarnos, reflexionar y elaborar colectivamente, herramientas que nos permitan aportar a la generación de un pensamiento crítico para una mejor comprensión de la realidad en la que vivimos, sus contradicciones y la posibilidad de su transformación.
Estos años de trabajo suman en el haber del Centro Cultural PAMPERO infinidad de actividades de todo tipo desde y hacia la comunidad, y en cada uno de sus integrantes una experiencia de organización basada fundamentalmente en la unidad en las acciones, que hoy nos permite demostrar con hechos concretos la importancia y la riqueza de la coordinación con esos criterios.
La unidad y acción conjunta de los compañeros del “Centro Cultural Pampero”, del “Movimiento Cultural Hagamos lo Imposible” y de “Las Vueltas del Caracol”, como parte del espacio, hacen posible en estos momentos, que estemos llevando adelante dos importantes proyectos, una sala de teatro independiente y una radio popular, herramientas que consideramos invalorables para extender la posibilidad de continuar brindándonos como un espacio de coordinación, articulación y vínculo con todos aquellos que compartan nuestro anhelo de formarnos, organizarnos y luchar por una sociedad mejor.
Crónica de la jornada de inauguración de la nueva sala de teatro del Centro Cultural Pampero:
Un centenar de personas se dieron cita en la Plaza Pampero II, de la ciudad quilmeña, para asistir a la inauguración del nuevo teatro del Centro Cultural Pampero, mítico reducto cultural de la localidad forjado por organizaciones populares.
El número que abrió la temporada oficial de ciclos de espectáculos en el primer piso del Pampero, donde está ubicada la flamante sala, estuvo a cargo del grupo de teatro del Movimiento Cultural Hagamos Lo imposible “El murmullo”.
Los integrantes del Centro Cultural Pampero se mostraron felices por esta nueva experiencia que “servirá de aporte para desarrollar y profesionalizar las prácticas artísticas independientes, asegurando espectáculos gratuitos en un contexto en el que hay pocos lugares que tienen esta oferta”, según contaron. Al mismo tiempo extendieron su invitación “a todo artista dispuesto a compartir sus trabajos con un público que, a medida que se sigan garantizando eventos cada fin de semana, irá en aumento”.
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