domingo, 31 de julio de 2011
Santos y santismo: más violaciones a los derechos humanos, asesinatos, saqueo multinacional, fomento paramilitar...
Ya va casi 1 año de posesión del presidente actual de Colombia: Juan Manuel Santos. Las violaciones a los derechos humanos continúan incrementándose y sigue la agresión sistemática desde las herramientas legales (fuerza pública) e ilegales (herramienta paramilitar) del estado y multinacionales contra la población.
Desde el 7 de agosto 2010 han sido asesinados impunemente 34 defensores/as de los derechos humanos, 15 dirigentes agrarios que exigían la restitución de las tierras usurpadas con violencia a los campesinos y 27 sindicalistas la mayoría de la Central Unitaria de Trabajadores CUT , miles más han sido amenazados de muerte. Crece el drama del desplazamiento y la desaparición forzada de personas, continúa la práctica de las ejecuciones extrajudiciales con 29 nuevos casos en el último año, sigue siendo crítica la situación en las cárceles donde literalmente se pudren más de 7 mil prisioneros civiles por razones políticas, además de los más de 500 presos políticos guerrilleros, los cuales también suifren condiciones aberrantes de reclusión. hay en realidad más de 7.500 presos polítricos en las cárceles del régimen colombiano lo que hace del régimen colombiano un 'record' en presos políticos. Alta cuota de responsabilidad en esta crisis de los derechos humanos le cabe a los grupos narco paramilitares cuya existencia es negada ante las cámaras por el gobierno recurriendo a la coartada de cambiarles el nombre por el de “bandas criminales emergentes”, mientras siguen su accionar criminal en contubernio con la fuerza pública en casi todo el país.
ALGUNAS CIFRAS DEL TERRORISMO DE ESTADO EN COLOMBIA:
El estado colombiano es el ejército más armado del mundo por los gringos, junto con Israel y Egipto: un ejército genocida, ese mismo ejército que detrás del batallón de la Fuerza Omega del Plan Colombia, tiene la mayor fosa común del continente: 2000 (2mil) cadáveres de desaparecidos.
En Colombia son asesinados el 60% de todos los sindicalistas asesinados en el mundo, por la fuerza pública o la herramienta paramilitar de multinacionales y estado.
Colombia es 'record' en presos políticos: 7.500 hombres y mujeres, en su inmensa mayoría civiles enjaulados bajo burdos montajes judiciales.
El crímen de estado de la desaparición forzada es otro 'record' horrendo, la "democracia" colombiana supera las cifras de tortura y desaparición forzada de las dictaduras del Cono Sur:ONU reconoce al menos 57.200 desaparecidos, las víctimas reclaman unas 250.000 personas desaparecidas, en sólo 3 años las herramientas represivas del estado colombiano desaparecieron a 38.255 personas (informe Medicina Legal).
Otro 'record' que hace de Colombia el país con más desplazados del mundo, junto con Sudán:
5,2 millones de personas desplazas forzadamente por la herramienta paramilitar y sus masacres, con la finalidad de ofertar las tierras así despojadas al gran latifundio y las multinacionales: el 40% del territorio colombiano está pedido en concesión por multinacionales mineras.
Es inhumano colaborar con el régimen de Santos: hacerlo es apoyar el genocidio más dramático de la historia contemporánea del continente americano, es colaborar con el imperialismo estadounidense.
Ya es hora de llamar las cosas por su nombre: el gobierno que hay en Colombia es una dictadura camuflada, o en todo caso una "democratadura" paramilitar, en la que la farsa de las elecciones es una pantomima macabra cuando se sabe que los opositores políticos son asesinados, que partidos enteros han sido exterminados por el estado colombiano, como lo hizo con la UP (5000 asesinados por las herramientas del estado colombiano, el genocidio político consta ante la CIDH) ; cuando el mismo PDA actual denunció 50 asesinados sólo en los 3 primeros meses de Santos, cuando se sabe del "voto con pistola" y del fraude y amedrentamiento que ejerce la terrorífica herramienta paramilitar. Herramienta paramilitar que, impune, y con armamento del mismo ejército, se encarga de asesinar opositores políticos, y de masacrar para desplazar ingentes cantidades de personas de las zonas codiciadas por multinacionales y latifundio.
Urge ya solidaridad internacional en la denuncia del régimen colombiano, y que cese la complacencia con dicho régimen del terror.
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