domingo, 3 de julio de 2011
Carta a mis queridos comandantes Chávez y Fidel.
Salud es el buen funcionamiento de un organismo no solo personal sino social, detectar a tiempo formaciones patológicas en ambos es lo que permite prolongar sus vidas, la revolución tiene dos errores fundamentales que se deben atender con la misma urgencia, comandante.
A esta hora hermosa del 3 de Julio regreso a casa luego de pasar todo el día marchando junto a la juventud patriota que ha salido a la calle a escribir su declaración de juventud antiimperialista y a rogar por su retorno, la furia del pueblo, su entrega y amor, como usted mismo nos dijo vía tweeter, es la mejor medicina.
Me quedé recordando un viejo discurso suyo donde decía que la especie humana podría estar siendo el cáncer del planeta que habitamos, su crecimiento desordenado, su invasiva explotación de todos los recursos, comprometía ya de forma importante el funcionamiento del sistema ecológico que nos garantiza la vida, ese discurso suyo me pegó muy duro cuando lo escuché, por terrible y por certero, de allí entendí que la revolución ya era una cuestión de sobrevivencia. Ha sido un error fundamental de nuestra especie creer que lo que hacemos no repercute en un universo milimétricamente armónico.
Estas noches que transcurren luego de la intervención a la que debió someter a su cuerpo para extirpar un mal que le amenazaba de muerte, deben ser horas de reflexiones para todas y todos en donde entendamos que de igual forma hay que diagnosticar los “errores fundamentales” que tienen en riesgo a nuestra revolución bolivariana, que debemos actuar con la misma urgencia para intervenir y sanar esta gesta necesaria de la patria nueva ante dos “errores fundamentales” que ya casi se hacen costumbre: la corrupción y la burocracia” Puedo estar seguro que su mente se pasea también por esta realidad, pues si para algo es importante su vida no es sino para entregarla, para darle larga vida a nuestra revolución.
El camino que viene debe obligatoriamente asumir la revisión sobre estas dos patologías que arrastra la revolución en sus doce años. Hay que intervenir nuestra organización revolucionaria en todos sus ámbitos entonces para sacar hasta la última célula infectada de capitalismo. La corrupción no es otra cosa que el capitalismo interno en la mente de nuestros funcionarios, el deseo de riqueza que carcome al final los sueños de transformación convirtiendo a los mejores cuadros en corruptos que se roban disfrazadamente los dineros del pueblo y de su revolución. El pueblo lo sabe, lo siente, lo sufre. Es falta de conciencia en los que se dejan atrapar por la sed insaciable del dinero y es la gran falla nuestra de no detectarlos y castigarlos ejemplarmente ante el pueblo.
La burocracia es otro mal endémico. Nace de las instituciones mismas que heredamos y que como nos cuesta en convertirlas en instituciones que funcionen y atiendan y resuelvan los problemas del pueblo. Allí adentro quedan muchos funcionarios que son enemigos, que se dedican a dilatar y complicar cualquier trámite y hasta en muchos casos cobrarle al pueblo para darles el trámite que le corresponde de forma gratuita por derecho. Eso afecta la gestión revolucionaria en casi todos los ministerios, termina generando decepción y desencanto y más aun decepción cuando somos nosotros los incapaces de detener estos malos funcionarios. La falta de escuela ideológica, de escuchar al pueblo y sus reclamos, de la prepotencia de funcionarios que se regodean en la altura de su cargo, son terribles para la salud revolucionaria.
Comandantes, uno que escribe de vez en cuando, debe soñar con que de alguna forma ustedes puedan tener acceso a nuestras letras, yo cumplo con el deber de escribirlas para saber que se dijo lo que había que decir. Quien me conoce y me lee sabe que hasta soy famoso y catalogado como adulador y ritualista de sus personalidades, lo que no deja de seer cierto, mi admiración por ambos es y será infinita, pero igual amo y me entrego al pueblo y a la historia. Así como hubiera sido un golpe muy duro que Chávez se perdiera por no haberse chequeado su salud, lo será para todas y todos que se pierda esta hermosa y necesaria quinta república.
Se que su retorno debe traer nuevas victorias, le pido que una revisión sobre los errores fundamentales de nuestras organizaciones revolucionaria sea una de ellas.
Cuídese de aquí en adelante como debe cuidarse un comandante y cuidemos entre todos a nuestra gloriosa revolución bolivariana, indispensable para salvar la tierra.
¡Venceremos!
Raúl Bracho
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