martes, 24 de mayo de 2011
Energía nuclear en la Argentina
La minería del uranio, la operación de las centrales nucleares y la disposición de sus desechos radiactivos hacen a la energía atómica costosa, contaminante y peligrosa: es mejor prevenir que llorar.
Cuando a las cinco menos cuarto de la tarde de ayer se abrieron las puertas de la Central Atómica un impresionante tsunami de trabajadores salió en busca de los medios de transporte para volver a sus casas. No creo que haya en la Argentina una entidad donde se concentren tantos miles de asalariados. Y, como un signo de los tiempos, justo en ese lugar está más manifiesta que en ningún otro la opción que nos propone el sistema: o morir de hambre o morir trabajando (y, de paso, dejando a las generaciones venideras un país devastado).
Desde la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas) y otras organizaciones afines les llevamos fraternalmente a esos compañeros nuestro pensamiento acerca de la energía nuclear: que es mortalmente riesgosa, que es cara y que origina un pasivo ambiental que se proyecta miles de años hacia el futuro.
Aunque nuestro aspecto pequeñoburgués no facilitaba —teóricamente— una comunicación franca y una receptividad sin prejuicios, el hecho fue que las expresiones de rechazo abierto resultaron insignificantes, y fueron ampliamente compensadas con los gestos de simpatía que detecté en los trabajadores que pasaban a nuestro lado, ya instalados en sus ómnibus: tengamos en cuenta la conciencia y el coraje requeridos para manifestar, ante sus propios compañeros, reservas o críticas acerca de la actividad que les proporciona el sustento.
La experiencia continuó más tarde en la ciudad de Zárate, que nos vio llegar a la peatonal portando nuestros altoparlantes y volantes. A favor del tiempo tan benigno, en esas pocas cuadras se concentraba una multitud de paseantes de esa ciudad y pueblos aledaños: podemos asegurar que para muchísimos habitantes de la zona, si hasta ahora no querían pensar en el terrible vecino que les han endilgado, con nuestra irrupción el tema se les ha colado por los ojos y oídos.
Y esto recién empieza.
Juan del Sur.
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