sábado, 4 de octubre de 2025

La campaña electoral encubre la gran crisis en desarrollo


El desplome de la figura de Espert, el primer candidato de Milei en el distrito más importante del país, podría sellar el destino del gobierno en las elecciones del próximo 26. A la “recomendación” de Fantino para que Espert se baje de la lista, se ha sumado nada menos que Patricia Bullrich, quien empieza a temer por su propia postulación en la CABA. El barco tambalea en todas las variantes: una renuncia de Espert, para “salvar a Milei”, será un baldón de tierra para todas las listas de Milei en el país, pero su permanencia, que es lo que defiende hasta ahora el presidente, tendrá iguales o peores consecuencias electorales. 
 No obstante, la deriva de la campaña oficial es más amplia. Los distritos del interior de la provincia de Buenos Aires han cambiado los saludos por los abucheos; es lo que ocurrió en Tres Arroyos y en 9 de Julio, donde los productores reclamaron por la ausencia de obras para paliar las inundaciones. El ruralismo bonaerense brama, porque la historia de las “retenciones cero” les implicó una confiscación en beneficio de un puñado de aceiteras. En el extremo sur, Ushuaia recibió a Milei con movilizaciones de repudio protagonizadas por metalúrgicos y estatales. 
 El arco de gobernadores y partidos que sostuvieron a Milei en estos casi dos años ha salido a jugar de opositores, precisamente, para salvar sus propias posibilidades electorales. Con la otra mano, se anotan en la “recomendación” de Scott Bessent a Milei, respecto de formar un gabinete de coalición para después de octubre. Es el mismo mensaje que transmitió Macri en su reencuentro con Milei, donde el expresidente se autopostuló como canciller. Pero pensar que Macri pueda ser un rescatista político de Milei es algo que solo puede concebirse a 8.500 kilómetros de Argentina, o en la sede del diario La Nación.

 Puerta giratoria de dólares

 La deshilvanación electoral del gobierno tiene lugar cuando el golpe de “humo” provocado por la reunión de Milei-Caputo con Trump-Bessent comienza a disiparse. Caputo y el Banco Central dicen cumplir con el mandato del FMI de acumular reservas con vistas a los vencimientos de deuda de 2026. Pero los especuladores, con mayor entusiasmo que el gobierno, han salido a comprarle todos los dólares conseguidos con el negociado de las “retenciones cero”. Al precio de 1.450 pesos la dolarización no tiene freno, incluso cuando se ha instaurado un cepo no declarado sobre las operaciones de cambio a través de títulos o con billeteras virtuales. El gran capital se desprende de los bonos argentinos y acelera la fuga de capitales. Las palmadas de Trump y Bessent han acelerado esa fuga, porque es harto sabido que la condición de cualquier rescate post electoral es otra devaluación. 
 Pero un gobierno derrotado de nuevo en las urnas no tendría los recursos políticos para pilotear el cimbronazo social que implicará esa devaluación y el salto inflacionario subsiguiente. Argentina no debe lidiar solamente con una cesación de pagos, sino con una crisis de poder político. Con la intención de evitar ese desenlace, Trump volverá a recibir a Milei el próximo 14. Será una suerte de extorsión al electorado argentino, de que un rescate financiero del norte estará atado a a los resultados del 26 de octubre. SSin embargo, el chantaje falla por partida doble. Del otro, el propio rescatista, o sea Trump, está flojo de papeles porque su Congreso rechaza ampliarle el límite actual para endeudarse. Hasta la propia base social de Trump cuestiona que intente salvar al amigo Milei “with my money” (“con la nuestra”). Los agricultores norteamericanos también están con bronca, porque Trump les cerró el mercado de soja de China, con su guerra de aranceles contra la potencia asiática.

 Kicillof, el otro gran deudor del Sur

 La eclosión política y financiera del gobierno liberticida ha mandado a segundo plano otra monumental crisis financiera: la del “nacional y popular” Kicillof en la provincia de Buenos Aires. Kicillof emplazó a la Legislatura bonaerense a que lo autorice a refinanciar una deuda de 1.050 millones de dólares, contraída por la macrista Vidal y reconocida integralmente por su gobierno. Kicillof condiciona el Presupuesto 2026 de la Provincia al previo refinanciamiento de esa deuda; o sea que subordina los ingresos y gastos del Estado a las necesidades de sus acreedores. Más parecido a Milei no se consigue. El “equilibrio fiscal” mil veces explicado por Milei es un remanente de los pagos de la deuda pública. En definitiva, quienes se presentan como alternativa a Milei quieren salir de la tenaza del capital financiero con los mismos métodos de Milei. Pero esa refinanciación es inviable con el “riesgo-país” cómodamente arriba de los mil puntos. Ello explica por qué los integrantes de la “Fuerza Patria”, de norte a sur, se han convertido en los principales defensores de la “gobernabilidad” del liberticida. El peronismo trabaja sin descanso para evitar que los trabajadores emprendan una acción histórica independiente contra la miseria social, desvalorización del salario y flexibilidad laboral. Sus agentes sindicales y, principalmente, los llamados “combativos”, se acaban de reunir no para resolver cómo se termina con Milei-Caputo, sino para recibir en 2027 al gobierno al que suponen propio. Como en 2001, la burocracia sindical, de un lado, y el imperialismo, del otro, sostienen los piolines de un gobierno en descomposición. 

 Ficción

 Este escenario de conjunto delata la completa ficción de la campaña electoral en curso. Los candidatos y partidos recorren un denominador común: el ocultamiento de una crisis terminal y, por lo tanto, de su programa frente a esa crisis. Mientras los pseudopartidos en presencia (son todos coaliciones improvisadas) juegan a la “renovación del medio término”, el gran capital discute qué gobierno y qué régimen deberá hacerse cargo del derrumbe de la contrarrevolución “libertaria”. Kicillof ha vuelto a pedir un “mesa nacional” con los gobernadores y el gobierno, esta vez para enfrentar al narcofemicida que terminó con la vida de tres muchachas de las barriadas del conurbano.
 La campaña del FITU transita por ese mismo encubrimiento político, a fuerza de autoproclamación y de planteos identitarios; está ausente la crítica al kirchnerismo y a su colaboración política para que Milei no se venga abajo. Ha abandonado por completo el uso de la campaña electoral como tribuna revolucionaria y socialista. La campaña de ficción oculta, también, un derrumbe industrial sin atenuantes. La crisis fabril se descerraja sobre la clase obrera y da lugar a vigorosas respuestas de lucha, como ocurre en Bed Time, Vasalli, los siderúrgicos y la docencia de todo el país. El septeto de gobernadores de Provincias Unidas se ha exhibido con Madanes Quintanilla, el dueño subsidiado de Aluar y de los despidos masivos en Fate, como los renacidos defensores de la “burguesía nacional”. 
 Para Política Obrera la tribuna electoral debe servir para poner de manifiesto, ante la clase obrera, el alcance extraordinario de la crisis en ciernes y su naturaleza capitalista. Señalamos, ante los conflictos y luchas en curso y ante la indignación de las masas, la necesidad de preparar una huelga general por todas las reivindicaciones, mediante autoconvocatorias y plenarios. En una dinamizada lucha de clases, “una chispa puede incendiar toda una pradera”. 

Marcelo Ramal
 01/10/2025

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