Los senadores han votado con la mira puesta en la elección de octubre. Las camarillas políticas han dejado para después de las elecciones el “esquema de gobernabilidad” (sic, Infobae, 3.10) que suceda al presente derrumbe. Trump le ha exigido a Milei un gobierno de pseudocoalición, que hasta ahora se limita a una discusión con Macri. Pero lo que preocupa ahora es “cómo se transitan las 15 ruedas cambiarias que faltan hasta el 26 de octubre” (ídem). Los dólares recolectados con el negociado de las retenciones cero han sido rifados en la financiación de una salida de capitales persistente. Los bancos se están asegurando una dolarización. Caputo y su comitiva vuelven a Washington para conocer los condicionamientos que les impondrá el secretario del Tesoro, Scott Bessent, para ofrecerles un ‘swap', o sea una promesa de financiación sin todavía activarla. Bessent ya se encargó de confirmar lo que en estas páginas hemos explicado desde el vamos: el rescatista del Norte no va a rescatar a un gobierno desahuciado, sino a imponerle condiciones que eviten el desembolso de un rescate: en primer lugar una devaluación; la apertura comercial y financiera completa; la privatización acelerada de los emprendimientos nucleares del estado nacional y varias cosas más. Bessent tuvo que afirmar públicamente que para Argentina “no hay plata”, en medio de la disputa en EEUU por el financiamiento de su sector público. La crisis reviste ahora una forma estrictamente política, y plantea una reformulación en el vértice del Estado.
Colapso electoral
El “caso Espert”, cuyo vínculo con el financiamiento narco cuenta con todas las evidencias sobre la mesa, ha acelerado la crisis política, porque supone un golpe mortal a las aspiraciones electorales del gobierno; con el narco como primer candidato a diputado en la Provincia, LLA arriesga perder un gran caudal de votos respecto a los muy escasos obtenidos en los comicios provinciales de septiembre. La polémica sobre si Espert debe renunciar a su candidatura ha desatado una crisis interior en el gobierno. Patricia Bullrich insiste con el “paso al costado” para poder defender su caudal electoral en la Ciudad. La exfuncionaria de De la Rúa, Macri y otros prepara su “salto” del barco libertario. En cambio, Milei y los Caputo se han subido a las mentiras de Espert. La banda de Libra$, Scaturice y Spagnuolo debe defenderse en bloque, porque una admisión del financiamiento narco a Espert confirmaría todas las acusaciones anteriores. Milei no tiene “vida” fuera de los Espert o Caputo, una expresión local de la lumpenburguesia que se agrupa en torno de Trump. Pero los padrinos del Norte atraviesan su propia crisis política y financiera, en un marco también intenso de huelgas y movilizaciones populares. El desbarranque de Milei es un golpe a toda la escoria del fascismo internacional. Casi una admisión de su inviabilidad, al menos por un período. Es muy claro que Milei-Caputo han perdido toda autoridad para pilotear otro megaajuste – esta vez para salir de su propia crisis, no de la heredada del gobierno precedente.
Volviendo al Senado, a los vetos y a las reivindicaciones de la salud y la educación: los Corpacci, Lousteau y compañía han votado un financiamiento que saben que Milei no dará, y que un gobierno o gabinete “alternativo”, devaluación mediante, se encargará de licuar. Mientras ello ocurre con el Garrahan o la universidad, otra parálisis -la del giro industrial y comercial- sirve de marco para despidos y suspensiones masivas. Los únicos que pueden destrabar este impasse positivamente son los trabajadores, con el impulso a autoconvocatorias y plenarios que preparen una huelga general por todas las reivindicaciones pendientes.
Marcelo Ramal
04/10/2025
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