La mayoría de los medios ha sopesado la renuncia de Mauricio Macri a una candidatura presidencial en relación a la interna o las internas que se barajan al interior de Juntos por el Cambio. Dejan de lado, en cambio, un enfoque de conjunto, que ubique al proceso electoral en el horizonte de la cesación de pagos, una hiperinflación en puertas y la tendencia subterránea a la rebelión popular que, a esta altura, asoma como una impronta internacional.
Cuando Macri todavía se perfilaba como candidato, era el abanderado de la tendencia política que prometía una salida “rápida y drástica” a la crisis, a través de un gobierno que, perentoriamente, declarara la guerra al mundo del trabajo. Deslizaba incluso una ´autocrítica´ por el llamado “gradualismo” de su gobierno contra el salario o los gastos sociales. El endeudamiento macrista tuvo lugar en medio de un “sobrecumplimiento” de las metas fiscales. No es entonces el déficit el que crea la deuda sino la deuda la que busca un déficit para aplicar el dinero. El aumento exponencial de la deuda bajo el macrismo y bajo el segundo kirchnerismo no obedeció al “gasto” sino al propósito de crear un “mercado de capitales” local, que dé salida al dinero que no encuentra inversión.
Dejando de lado lo accesorio, entonces, la salida de Macri de la carrera electoral es un reconocimiento de que la política de shock es por lo menos peligrosa y seguramente inviable. En definitiva, Macri resolvió no hacerse cargo del ´paquete´ que lo tiene como principal mentor, y que ahora ha delegado en Bullrich y Jorge Macri, su primo. Esto, si ganan las internas de JxC. Martín Redrado, asesor “estratégico” de Larreta, le dijo a Clarín que el propósito es aplicar un “plan integral” que deberá pasar por el Congreso. La Nación, en cambio, donde Macri tiene intereses propietarios, sostuvo en un editorial que todo debía hacerse en un mes por medio de una cadena de decretos de necesidad y urgencia. Melconian hizo saber su posición, elogiando el canje de deuda local, hace un mes, que fuera denunciado por la Bullrich en una reunión con banqueros.
La cuestión de la deuda
Nada retrata mejor el cuadro político que la “agenda” que ocupa los días de los bloques políticos en presencia. Los candidatos discuten sobre el valor de los títulos de deuda, en pesos o en dólares; su valor nominal y de mercado, su riesgo y expectativa de pago. Hay una fuerte pugna de intereses. En la mencionada reunión con los popes de la asociación de bancos locales -ABA- Bullrich se negó a dar seguridades de que no defaultearía la deuda pública en pesos. Quería que esa “bomba” explotara en el curso de la campaña electoral, no después. El ´círculo rojo´ le advirtió a Macri que su pupila tomaba un camino peligroso.
Del otro lado, Massa
La baja de Macri revela el impasse de la “salida de shock”. Massa eligió contener la hiperinflación mediante el zarpazo a los bonos en dólares de Anses. Un ´shock´ nacional y popular: aumenta la deuda en dólares del sector privado, a cambio de papelitos de colores pesificados para los organismos públicos. La Anses tiene también en su cartera un porcentaje importante de las acciones en grandes corporaciones privadas -Techint y otras. La degradación del “Fondo de Sustentabilidad” es la premisa -
o la excusa- de una nueva reforma jubilatoria, con el aumento compulsivo de la edad de retiro.
La defección de Macri obedece a la certeza de que no puede ganar una elección anunciando un ´shock´ como lo hace Milei. Pero pone una gran piedra en el pavimento: la exigencia de que JxC le entregue CABA, la joya del negocio inmobiliario, a su primo. Si esto no prospera, Macri volverá al potrero. La convergencia al centro -Massa o Scioli, de un lado, Larreta y Lousteau, del otro- tiene un pedregoso camino por delante. Necesitará el respaldo total de la embajada norteamericana, del Tesoro de Estados Unidos y del FMI.
Marcelo Ramal
28/03/2023
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