El 1 de octubre se cumplieron 20 años del ingreso a la fábrica Zanón en Neuquén y la toma de posesión por parte de los obreros ceramistas y su sindicato. En el predio fabril se realizó un acto al que asistimos muchas de las organizaciones que estuvimos en aquella acción. Primero en el acampe en las puertas y luego apoyando la ocupación y su puesta en marcha posterior.
A 20 años, realizar un recuerdo de aquellos pasos es educativo. En el marco de aquel 2001 histórico y de una creciente ola de iniciativas obreras y populares que culminaron con el Argentinazo, dos meses antes las y los obreros ceramistas decidieron ingresar a la fábrica, transformando su despido en lo contrario: la ocupación del lugar de trabajo y la puesta en marcha bajo su gestión. La lucha contra el “lock out” patronal y la ocupación es contemporánea de algunas puebladas con asambleas populares como en Zapala, Picún Leufú, la asamblea popular en la UNCo. Incluso el estado de ánimo popular se reflejó en las elecciones, donde hubo un 23% de votos en blanco y donde la izquierda obtuvo una votación creciente (3,63% el PO).
Decíamos entonces: “… están dadas las condiciones para que el Estado neuquino se haga cargo de garantizar (abasteciendo de materias primas, gas y electricidad) la continuidad de la producción y la utilización de esa producción para escuelas, hospitales o planes de vivienda, abriendo así nuevos puestos de trabajo” (Prensa Obrera Nº 725 – 7/10/2001).
Zanón se transformó en una “causa popular” rápidamente. Al punto que con la movilización se impuso que una jueza disponga que una “guardia obrera” (sic) custodie la fábrica. A fines de octubre se realizó un gran acto en las puertas de Zanón, junto a sindicatos como las seccionales de Aten recuperadas en ese entonces, a movimientos de desocupados, partidos de izquierda y organismos de derechos humanos. El gran ausente fue la CTA (dirigida en ese entonces por el degenarismo) más preocupada en sostener al gobierno en picada de De la Rúa que en otra cosa. De hecho estuvo borrada de aquel Argentinazo, privilegiando la alianza con sectores empresarios en vez de impulsar y organizar la rebelión popular y la huelga general.
En Neuquén, como parte del estado de rebelión generalizado, y a pesar del bloqueo político de las burocracias sindicales, nuevos contingentes de trabajadoras/es se sumaban a la lucha. Los estatales a partir de sus asambleas, de la Piap (Planta de Agua Pesada) contra la amenaza de cierre, con gremios como petroleros y Uocra en alerta ante despidos. Nuestro partido levantó la consigna de “Fuera De la Rúa-Cavallo” y “Asamblea Constituyente Popular” y para eso impulsó en Neuquén y en todo el país “convocar a un Congreso de trabajadores y desocupados para votar un plan de lucha que marche a la huelga general hasta imponer los reclamos de los trabajadores”. (Prensa Obrera Nº 728 – 8/11/2021).
El Argentinazo del 19 y 20 de diciembre barrió con el gobierno de la Alianza y abrió un nuevo ciclo político. La ocupación de Zanón y su puesta en marcha, lejos de ser un hecho a “contrapelo” de un proceso de rebelión y ocupaciones, fue su máxima expresión, donde esta experiencia llegó más lejos.
Mucha agua corrió desde entonces. Y como lo recordaron en decenas de intervenciones en el acto en Zanón, el papel que jugaron las organizaciones sindicales, de desocupados y los partidos de izquierda fue muy importante para bloquear las maniobras del gobierno y la patronal para rematar la maquinaria primero (vaciamiento), los intentos de desalojos mediante violentas represiones, las maniobra leguleyas avaladas por la justicia y hasta las provocaciones de la exburocracia desalojada del sindicato ceramista.
Los plenarios y encuentros, que jugaron un factor de reagrupamiento y terminaron arrastrando en el calor de la crisis del Argentinazo, hasta a las dirigencias burocráticas de la CTA empujadas por las bases. La fábrica, a pesar de haberse votado producto de esta lucha histórica una ley de expropiación que fué un paso hacia adelante, nunca se estatizó bajo control obrero. Incluso el gobierno y todo el régimen logró colocar dicha ley bajo la subordinación del juicio de quiebra, lo que abrió el camino a nuevas provocaciones de la patronal y los acreedores durante años.
Tras 20 años de lucha de clases en sus avances y retrocesos, en sus vaivenes, con un plantel de un tercio de sus mejores épocas y tras haber superado el año y medio de pandemia sin dejar de producir, hoy el gran reclamo de la gestión cooperativa obrera es la necesidad imperiosa de la renovación tecnológica de su maquinaria. Un reclamo que lleva más de una década. Agravado ahora por el ahogo financiero que impone el mercado capitalista en el marco de la crisis.
Esta comprometido por la gestión cooperativa obrera que dirige la fábrica, el lanzamiento de una campaña por dicha renovación tecnológica. Una renovación comprometida por la demagogica electoral del kirchnerismo en su momento y nunca concretada.
Es una campaña que debemos impulsar a fondo y transformarla en una nueva causa obrera y popular para quebrar el vaciamiento y ahogo financiero capitalista en marcha. Otra forma de rematar la fábrica y liquidar una experiencia obrera que trasciende internacionalmente.
Norberto E. Calducci
No hay comentarios:
Publicar un comentario