martes, 26 de junio de 2012

Un cielo de banderas




En el día de ayer, pasadas las 19 hs, el acto principal que se realizó sobre la Av Pavón a metros de la Estación Darío y Maxi (Ex Avellaneda) convocado por el Frente Popular Darío Santillán, reunió las voces de los familiares de víctimas de la represión estatal.

Relatar la historia contemporánea desde una mirada reivindicativa de la lucha de los sectores populares es una tarea imprescindible en la construcción de -otro- sentido contrahegmónico en nuestra sociedad, con el fin de ampliar los recorridos que éste imprima en generaciones futuras.
En el día de ayer, familiares de luchadores sociales, de jóvenes que han dejado su vida en la calle , en esos territorios que como su lugar de identidad los unía a otros impulsando “los sueños y aspiraciones propias que construirían una sociedad mejor y más justa para todos”, se congregaron uniendo sus voces, frente a una multitud que cubría el cielo de banderas, durante el acto principal de la Jornada Cultural que se realizó en la estación Darío y Maxi, por los diez años de la Masacre de Avellaneda.
El 26 de junio de 2002, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki eran asesinados por la policía bonaerense en una manifestación y bloqueo del Puente Pueyrredón reclamando el aumento de un plan social. Darío tenía 21 años, y Maximiliano 22.
El 5 de abril de 2007, la Policía de Neuquén asesinaba al docente Carlos Fuentealba a los 41 años de edad cuando participaba de una protesta cortando la ruta junto a compañeros en reclamo de un aumento salarial.
El 31 de enero de 2009, desapareció Luciano Arruga en el barrio 12 de octubre en Lomas del Mirador, partido de La Matanza, lo vieron por última vez en un destacamento policial luego de haber sido gopleado brutalmente por la policía. Luciano se negó a robar para la policía, tenía 16 años.
El 20 de octubre de 2010, Mariano Ferreyra es asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria en connivencia con las fuerzas de seguridad, durante una movilización de protesta contra la precarización laboral. Mariano tenía 23 años.
El 1° de enero de 2012, Jeremías Jonathan “Jere” Trasante, Claudio Damián “Mono” Suarez y Adrián Leonel “Patóm” Rodríguez son asesinados en el barrio de Moreno, por barrabravas y narcos que trabajaban en la Comisaría 15 de Rosario, con la complicidad de la Unidad Regional II. Jere tenía 17 años, el Mono 19 y Patóm 20 años.
La criminalización de la protesta social en donde los jóvenes son las víctimas de la connivencia de los gobernantes y funcionarios políticos con las fuerzas de seguridad y los sectores que pugnan por el poder, dejan visibilizado un marco de impunidad que año tras año se acrecienta.
En diálogo con Marcha los familiares de Darío Santillán, Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra y el Mono analizan qué significa continuar peleando, cuáles son las herramientas para enfrentarse al dolor y cómo se proyectan las reivindicaciones en la organización.

Unirse para luchar

“Nos une la lucha por seguir buscando justicia, y en seguir buscando que se sepa qué es lo que hace cada uno desde su lugar, es también la necesidad de dar testimonio de lo que sucedió el 20 de diciembre, el caso de Pocho, de Fuentealba, de los tres pibes de Rosario. Hoy esto aparece como un desafío para hacerle frente a la impunidad y a la ausencia de justicia.” (Leo Santillán, hermano de Darío Santillán)
“Lo que nos une en esta lucha es el enemigo, en el caso de la Masacre de Avellaneda a través de la orden de del presidente de aquel entonces y en el caso de los pibes, por orden de los narcos conjuntamente con la policía, quienes asesinaron a los chicos.” (Lita Suárez, mamá del Mono)
“Lamentablemente, en un primer momento, lo que nos unió el carácter de asesinato, los crímenes políticos cometidos contra nuestros familiares. Tanto el operativo de Darío y Maxi, como el caso de Carlos, aunque en distintos contextos políticos, tenían un mismo fin: el disciplinamiento de los desocupados, en el caso de los jóvenes, y en Neuquén el disciplinamiento hacia los docentes organizados, prácticamente la única oposición que había contra el poder. En un segundo momento, hoy, nos une el hecho de que no hay justicia completa. Y esa semana los episodios tornaron nuestra vivencia más rebelde –en referencia a las salidas de Poblete y el traslado de Fanchiotti a una cárcel de régimen abierto– nos avisó que no hay tregua. Pero también nos une el tipo de militante que fueron Darío, Carlos y los otros que recordaremos en esta fecha, nos une su compromiso de entrega.” (Beto cuñado de Carlos Fuentealba)
“Hay varios puntos en común, uno de ellos es la solidaridad entre los familiares de víctimas de asesinatos políticos, de violencia institucional y policial. Hay un sentimiento humano y de solidaridad que logra superar, a su vez, las diferencias políticas de los asesinados frente a un punto común: el abuso policial, para que no pase nunca más.” (Pablo Ferreyra, hermano de Mariano Ferreyra)

Hacer frente al dolor y construir la organización.

“La impunidad, la falta de justicia de muchos policías absueltos –mas allá de los casos emblemáticos- así como en los casos de gatillo fácil y los casos que no son visualizados, nos tiene que llevar a denunciar estos casos, y en los casos más visibles, acompañarlos y poder seguir estas causas que están estancadas como en el caso de Carlos Fuentealba. Después de su muerte lo que me pasó fue poder llegar a entender un montón de cosas que él decía, el primer tiempo fue muy difícil y me costó mucho pero también vi construirse mucho reflejado en lo que él hablaba: el tema del cambio, de luchar , de lo uno que va haciendo a medida que van pasando los años.” (Leo Santillán)
“El dolor lo convertí en lucha y junto a mis compañeros estamos pidiendo justicia y seguir adelante con el cambio social. Fui dando los pasos de la lucha necesarios en este proceso que es individual pero también colectivo; movilizando todos los primeros, yendo a los Tribunales, integrando la Comisión Investigadora y siendo querellante de la causa. Un gran avance la organización, fue el avance de la causa, los procesados que ya son cinco, y en este sentido se logró un fortalecimiento de la organización luego de la Masacre de los pibes.” (Lita Suárez)
“El dolor se enfrenta con una actitud militante. Los responsables no son solo los que apretaron el gatillo, sino los que dijeron que lo hicieran. El dolor, es mucho, es el que nos convierte a los familiares en compañeros y nos confiere un parentesco político y en ese sentido es que se puede construir un sentimiento colectivo transformador.
Hay que dar el ejemplo, porque los poderosos no pueden seguir practicando terrorismo de estado en plena democracia. Nos une la multiplicación de ese ejemplo. El abrazo contenedor es tan importante como el abrazo político, uno al lado del otro.No nos olvidemos de Teresa Rodríguez, de Luciano Arruga y otros jóvenes que vienen siendo asesinados por motivos políticos. Es necesario avanzar hacia la denuncia, pero también hay que lograr que se cumpla las conquistas.” (Beto)
“Está el duelo personal, el dolor se puede compartir, pero hay dolores propios. Por otro lado, está el desafío de estar preparado políticamente para visibilizar el caso, sostener una versión que no es la de los medios. Hay que articular esa muerte y ese dolor con algo más colectivo, transformarlos en resortes institucionales para los cambios que reivindicamos y a partir de ellos crear posibilidades de discutir y cambiar las cosas. Darío y Maxi, fueron quizá los primeros muertos de las primeras luchas que cambiaron la militancia y las prácticas políticas en la última década. Su muerte es un ejemplo de los ideales por los cuales luchaban, un ejemplo de ese compromiso.
En el caso de Mariano, recién empieza a repercutir en la discusión de una agenda sobre qué tipo de trabajo y dignidad laboral hablamos. Hay, claro, que darse una discusión sobre sistema judicial y la corrupción, y sobre la flexibilidad de las condenas; hay que señalar lo que no está bien, avanzar en esas causas. Y por último, desde su ejemplo, debemos discutir qué rol tiene el sindicalismo, cómo se da en la práctica la representación sindical, qué entendemos por representación de los trabajadores.” (Pablo Ferreyra)

Marcha

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