miércoles, 20 de junio de 2012
La guerrilla urbana cumple cincuenta años
De izquierda a derecha: Juan Carlos Cibelli, Ariel Hendler, Jorge Borean y Jorge Pérez.
Tras cumplirse cincuenta años de la primera acción urbana armada en Argentina, precursores de lo que después fueron las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL) relatan sus experiencias. Por ANRed
Por ANRed - Sur (redaccion@anred.org)
Hace cincuenta años, en la madrugada del 16 de junio de 1962, tuvo a lugar la primera acción armada de guerrilla urbana, en la cual se asaltó la armería del Instituto Geográfico Militar del barrio de Palermo. Quienes estuvieron detrás del golpe, fueron miembros de una agrupación secreta sin nombre que fue precursora de las Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL).
Con motivo del quincuagésimo aniversario de este operativo, miembros fundadores y de generaciones posteriores dieron una charla, organizada por miembros de la agrupación estudiantil “El Viejo Topo” en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, sede de Marcelo T. de Alvear 2230. En dicha ocasión, los miembros fundadores Juan Carlos Cibelli, Jorge Pérez y Jorge Borean relataron la preparación del operativo junto a los motivos de su decisión de levantarse en armas.
Cibelli relató varios detalles sobre el desarrollo e implementación del asalto. “Planeamos todo como siete u ocho meses antes, juntábamos planos, estudiábamos a la gente del instituto, juntamos los contactos y hasta hicimos un molde de la llave de la armería e hicimos una nueva”. La incursión contó con el apoyo de catorce miembros de la agrupación (siendo su total de dieciocho miembros en ese entonces), se hizo prácticas con escaleras improvisadas, corte de alambres y creación de rutas de escape.
“Fue una operación hecha con precisión quirúrgica” dice Jorge Pérez, miembro fundador. Hizo énfasis en el uso del secreto para evitar caer en un enfrentamiento armado y poder pasar desapercibidos. También contaron que dejaron en la escena un boleto de tren como pista falsa donde figuraba el nombre José C. Paz, barrio que en ese entonces contaba con una población militar perteneciente al bando “azul”, facción más cercana al peronismo dentro del ejército.
En medio de una charla muy íntima contaron, además, el motivo que los llevó a alzarse en armas. Cibelli relató su experiencia en Mir-Praxis, de Silvio Frondizi, un abogado intelectual que se separaba del trotskismo y el stalinismo. Junto a Frondizi se formaron los primeros miembros de la futura FAL, pero decidieron armar un grupo nuevo debido a la poca eficacia del proceder puramente intelectual.
“Lo importante para nosotros era entender, entender la realidad, eso nos decía Silvio” dijo Cibelli.
Además, otro motivo de su alzamiento era cambiar las cosas en un país cuya ebullición política y social eran cuestión de todos los días. “Si uno se lo pone a pensar -decía Cibelli- no había otra cosa que hacer”.
También estuvieron presentes las miembros de segunda generación como Viviana Ressig y Ana Elgarte, quienes relataron su ingreso a las FAL (constituidas ya como tales) por medio de contactos en el caso de Ana y de la fusión del FAL 22 con la rama “original”.
Estuvo presente también Ariel Hendler, autor del libro “La guerrilla invisible” y licenciado en psicología de la UBA. Hendler dio detalles con gran precisión, como resultado de su investigación sobre las FAL a modo de ilustrar con mayor cantidad de datos los relatos contados.
Así finalizó el encuentro, donde estos y estas militantes mostraron una parte de sí, una parte que decidió sustentar sus palabras con la acción de la insurrección: la decisión de entender la realidad circundante, de cambiar el país dentro de las acciones posibles, de llegar a un objetivo común, alzándose contra la represión de turno.
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