lunes, 11 de junio de 2012

“Sigo sosteniendo que no habrá verdadera democracia mientras haya villas miseria”




Osvaldo Bayer fue homenajeado en un acto que desbordó el Aula Magna de la Universidad Nacional de Mar del Plata. En diálogo con Marcha se refirió a “Mundo Bayer”, a su debate con Hebe y al rol de los organismos de derechos humanos y del periodismo en la actualidad.

El hombre que rescató de la historia a anarquistas como Severino di Giovanni, Simón Radowitzky y Kurt Wilckens recibió, por parte del “Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana”, una placa y un diploma con la firma de más de 50 organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos, culturales, asambleas ciudadanas y de representantes de pueblos originarios. Fue en el marco del “III Encuentro latinoamericano de Trabajo Social”, organizado por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud, la vicepresidencia de la Federación Universitaria Marplatense y el Movimiento Sur.
El historiador, que aportó su pluma y su palabra para echar luz sobre los crímenes de Julio Argentino Roca, del coronel Ramón Falcón, del teniente coronel Varela y del coronel Rauch, fue recibido por cerca de 450 personas, en su mayoría jóvenes, que siguieron con atención su discurso y aplaudieron con entusiasmo los pasajes más salientes del mismo. Bayer dedicó el reconocimiento a sus “queridos amigos” asesinados por la última dictadura cívico-militar.
“Increíble”, soltó luego de la ovación que, de pie, lo abrazó al comenzar la conferencia, “después de ser perseguido, de tener que irme al exilio, de haber leídos cómo fueron quemados mis libros, de pronto... actos como este”. “Por eso mismo -agregó-, yo siempre ofrezco estos reconocimientos a mis queridos amigos Rodolfo Walsh, el Paco Urondo y Haroldo Conti. Ellos lo merecen y mi gran pena es que no puedan ver actos como estos, porque si hubieran sobrevivido imagínense los homenajes que hubieran recibido”.
Antes de entrar al lugar donde recibiría su reconocimiento, Bayer aceptó dialogar unos minutos con Marcha.
El canal Encuentro emitió, a razón de un capítulo por semana, “Mundo Bayer”, un original documental televisivo de cuatro capítulos, relatado en primera persona, bajo la dirección de la productora El Hilo. Luego de las buenas repercusiones que tuvo, comenzaron a filmar otros cuatro capítulos, que se pondrán al aire a fin de año.
- ¿Qué significado tiene para usted el proyecto “Mundo Bayer”?
- Bueno, significa algo increíble. Después de haberme perseguido por mis libros, haber atravesado ocho años de exilio, resulta que ahora salgo en la televisión argentina. Es decir que finalmente se ha triunfado. Los que fuimos perseguidos ahora tenemos realmente derecho a contar nuestra experiencia, todo lo que vivimos, principalmente las injusticias que vivimos. Pero, claro, me da pena que mis queridos amigos, los que fueron desaparecidos, no tengan la misma oportunidad que tengo yo, de haber vuelto y de haber sido reconocido con todas mis obras.
En su edición de Mayo, la revista Sudestada publicó una entrevista en la que Osvaldo Bayer se refirió a la decisión de Madres de Plaza de Mayo de alinearse con el gobierno. “Hebe llevó a la perdición a las madres cuando las hizo oficialistas”, sostuvo. Las repercusiones no se hicieron esperar. Hebe contestó con dureza, acusándolo de “gorilismo”. El docente Marcelo Valko, renunció a la Universidad de las Madres en respaldo de quien considera un “maestro”. Luego de las primeras reacciones, la polémica, que podría haber sido un disparador de un debate necesario sobre el rol de los intelectuales y de los organismos de derechos humanos en el contexto político actual, no sobrevino en un debate más profundo.
- ¿Qué balance hace de esa polémica?
- Ya no quiero hablar de eso. Para mí no es una polémica, sino una acusación de Hebe de Bonafini, a la cual no quiero referirme porque yo siempre tengo un gran respeto por las Madres de Plaza de Mayo, en toda la lucha que tuvieron contra la dictadura militar y después por los derechos humanos.
- ¿O sea que el debate se circunscribe a sus diferencias con Hebe?
- Yo no voy a entrar en discusión con Hebe, porque sería aprovechada por los enemigos que están esperando estas divisiones internas. Pero yo voy a continuar sosteniendo que los organismos de derechos humanos no tienen que pertenecer a una dirección política, sino que tienen que ser siempre independientes para tener libertad. Y desde ahí sí saludar a los actos buenos que hacen los gobiernos con respecto de los derechos humanos, pero también criticarlos cuando realmente se olvidan de cumplir con ciertas normas de defensa de esos derechos humanos de toda la población.
Otro debate interesante que ofrece este contexto gira alrededor del papel del periodismo, de si es posible o no quedarse al margen de la dicotomía oficialismo-oposición.
- ¿Se puede ejercer el oficio con independencia en un momento político como este?
- El periodista, como profesional, tiene que guardar siempre la verdad de la información, tiene que mantener la ética de la información. Yo he sido echado de varios órganos de prensa por haber mantenido esa independencia. Hay que ofrecer la información de todos, la opinión de todos, pero realmente en forma positiva, no atacando a unos y favoreciendo a otros, sino trayendo la verdad de los hechos.
- ¿Cree que la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual puede contribuir a romper estas dicotomías?
- Yo siempre he luchado para que los medios sean de derecho público, y no que pertenezcan a empresas, a familias o a gente particular. De derecho público: ni estatal ni privado; donde estén representados todos los organismos de base y los partidos políticos. Los periodistas tenemos que luchar en ese sentido. También el gobierno tiene que ayudar a las cooperativas de periodistas, que son los profesionales de la información, para evitar realmente que toda nuestra información dependa de dos empresas privadas que cada vez son más poderosas, como el diario Clarín y el diario La Nación. Estos no solamente son propietarios de esos diarios, sino también de canales de televisión, de radios, y más medios en el interior.
En el rescate que Bayer ha hecho del anarquista Severino Di Giovanni, tanto en ensayos, como en el libro dedicado al “idealista de la violencia”, no es la Colt calibre 45 la que lo define, sino su ética.
- Hace poco, Néstor Kohan escribió sobre usted que toda su obra debería leerse como una “concepción ética de la historia”. ¿Está de acuerdo en esta caracterización de su trabajo?
- Bueno, yo creo que siempre he defendido la ética de la historia. Es lo único que nos puede salvar como seres humanos: luchar por la vida, luchar por la verdad, y no caer en la defensa de organismos que después nos llevan a la guerra, nos llevan a la guerra de fronteras, nos llevan a la guerra de los intereses, y hacen este estilo de vida argentino con las enormes villas miseria que presenta Buenos Aires y del otro lado los countries. Yo sigo sosteniendo que no habrá verdadera democracia mientras haya villas miseria.
Así, con esa definición mucho más apegada a la ética que al realismo político, Osvaldo Bayer dio por terminada la entrevista. Lo estaba esperando una sala repleta. 85 años de experiencia y lucha, metidos en el cuerpo de un socialista libertario, cruzaron el hall de entrada del Aula Magna de la Universidad, donde centenares de jóvenes lo esperaban para rendirle su merecido homenaje.

Federico Polleri.

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