domingo, 18 de noviembre de 2012

El 7D para la clase obrera.



Los Medios que no reflejan los intereses de nuestra clase

Ante tanto fuego cruzado generado a partir de las opiniones hegemónicas, por un lado del gobierno K, que cuenta con su aparato de medios de comunicación propagandísticos en manos de sus empresarios amigos, y a caballo de los muy necesarios y económicos “fútbol y automovilismo para todos” (que pagamos los trabajadores millonarias sumas con nuestro sacrificio por intermedio del ANSES, mientras nos siguen usurando el sueldo con el impuesto al trabajo, con el veto al 82% móvil para los jubilados y con la inflación galopante); y por el otro lado, de su mas fuerte contrincante político hoy, que no se trata de un político opositor, sino de un grupo hegemónico de comunicación empresarial como Clarín. Ambas posturas no presentan un marco en el cual la voz de los trabajadores pueda tener su espacio y así, poder conocer la realidad de manera límpida y transparente.
Hoy, una buena parte de la clase obrera se encuentra obnubilada y enceguecida en medio de este campo de batalla de intereses empresariales y patronales, viéndose en muchas ocasiones, obligados por la interacción comunicacional, a tomar una postura de ese “inmenso abanico” de dos opciones. Este escenario montado por el poder empresarial/gubernamental, es generador de un espacio de confusión, enfrentamiento y de polaridad en la opinión de muchos trabajadores, hoy claramente golpeados y desfavorecidos por este tipo de maniobras que operan de “vendaje” a la hora de revelar los hechos de la manera en que la clase trabajadora necesita conocerlos. Un ejemplo claro es cuando tenemos una manifestación obrera afuera del canal 13 para restituir a trabajadores despedidos de manera injusta, y tanto el medio como el gobierno operan de manera conjunta ante estos escenarios: el grupo Clarín omitiendo y tapando la información y el gobierno enviando a la policía Federal para reprimir a los trabajadores. Otro ejemplo claro es cuando un grupo de trabajadores deciden cortar una calle o acceso en señal de reclamo, tanto a los empresarios por hacer prevalecer su postura de manera autoritaria, como al gobierno, por la inacción y la falta de representación a la hora de velar por los derechos de los trabajadores, y en esos casos, grupos de información empresarial como Clarín, deciden centrar el foco de la información sobre el corte y el problema de tránsito, en lugar de dar a conocer el “¿Por qué?” de dicha medida de fuerza.
Hay un punto de convergencia en las ideas que ambos profesan y mantienen a rajatabla y que distan de aquello que verdaderamente nos ofrece el enfoque de clase, ese lente a través del cual vemos, o deberíamos ver los obreros, y que es el único que nos brinda una imagen clara y sin distorsiones para nuestra clase.
Ese escenario polarizado de medios masivos de propaganda y comercialización empresarial, se trata entonces, de un terreno insulso e infértil para la construcción de un modelo comunicativo que represente a la clase trabajadora y que refleje la realidad desde nuestra perspectiva de clase, para que nos permita expresarnos y debatir nuestras ideas, y al no contar con ese canal de comunicación que aún no nos fue provisto ni de parte del estado ni de parte de las empresas, es que nos vemos obligados a tomar las cartas en el asunto, si es que queremos lograr que dicho espacio sea creado. En este escenario debemos salir a la creación de medios alternativos capaces de difundir problemáticas sociales para que sea difundida la lucha de los trabajadores, de los pueblos originarios, de los estudiantes, etc... en cada rincón que lo requiera. La construcción de dichos espacios no es sencilla, requiere de mucho sacrificio, de mucho trabajo en equipo, organizado y consciente que nos permita lograr una herramienta útil y seria para el objetivo que debemos cumplir.
¿Que solución y que beneficios reales nos pueden brindar tanto una “ley de medios”, que beneficia claramente a los intereses de funcionarios y empresarios amigos del gobierno, y cuales otros nos puede brindar la opinión y la información de un grupo hegemónico de la comunicación empresaria como la del grupo Clarín a un trabajador? La respuesta es clara y concisa: No existen beneficios ni soluciones al problema de la comunicación y de la opinión de nuestro pueblo en ninguna de las variables que hoy se nos presentan, ni tampoco mañana, luego del famoso 7D.
Muchos mercenarios cobijados con mantas de dinero sucio querrán venir a presentar a la ley de medios como la solución de la comunicación popular, vendiéndola como una apertura del abanico cultural de los pueblos y la multiplicidad de las voces y la pluralidad que esta dice garantizar.
Nada mas lejos de esa realidad, ya que dichas emisoras sólo son contempladas si sólo si, son cooperativas o grupos de trabajo que están bajo el ala del gobierno, como hace poco quedó demostrado con emisoras que decían haber sido entregadas en manos de pueblos originarios y luego quedó evidenciado que fueron a manos de cooperativas kirchneristas que no tienen ningún tipo de relación.
Estos medios en su gran mayoría están a cargo tanto de punteros como de intendentes y gobernadores corruptos que se quedan con la mayor parte de la torta de esas emisoras que dicen “garantizar la pluralidad de voces”, y cuando desembarcamos en cualquier provincia de nuestro país, al ingresar a una ciudad o pueblo, apreciamos que la totalidad de los medios de comunicación locales o zonales están a manos de un intendente o de un puntero amigo, genuflexos de este gobierno, del que reciben una importante “ayuda económica” para hacer funcionar dichos medios, pero que en definitiva son los garantes de la instalación del monopolio de la información y la opinión en dicho pueblo o ciudad, sin contar que se quedan con la mayor parte de los fondos para la creación de dichos medios.
Una maniobra similar la realizaba el grupo Clarín cuando invadía comprando las licencias de canales locales desesperados y casi en quiebra, para poder instalar así toda su maquinaria de comunicación que favorecía sólo a sus intereses por unos pocos pesos, y con la anuencia en su momento tanto del gobierno Menemista, como luego de la Alianza, de Duhalde y hasta del propio Néstor, el mismísimo que fuera un setentista combativo de la 1050, en ese momento fué el comandante y líder de la “revolución multimedial”, entregándoles a sus grandes amigos del momento, Magnetto y Herrera de Noble, casual o causalmente también un 7D, la concesión de Multicanal, Cablevisión y Fibertel, otorgándoles así la torta máxima de participación y el manejo de la información jamás visto en este país.
Ambos modelos de información no vinculan ni tienen en cuenta a los medios alternativos, canales generadores de información genuina de aquello que a la clase trabajadora le interesa o debería interesarle, sin las tapaduras que generan los intereses empresariales y/o gubernamentales, que son los principales interesados en desarticular todo acercamiento, toda construcción y todo marco de unidad dentro de la clase obrera, de pueblos originarios y los estudiantes. La intención de formar dichas herramientas de comunicación no obedece a la conformación de un medio masivo como lo concebimos hoy bajo esta estructura de comunicación gubernamental/empresarial que intenta fomentar el consumo y la idiotez en las masas, basándose de modelos que se encargan de ocultar la realidad o maquillarla para que el pueblo la vea de manera amigable para sus intereses, o peor aún, que ni siquiera la pueda ver.
¿Cómo nos veremos favorecidos los trabajadores luego del rimbombante 7D? Con nada, al igual que hoy en día, ya que tanto funcionarios y empresarios sólo velan por los intereses de sus bolsillos y sus abultadas cuentas en el exterior. Dicha ley no garantiza la comunicación alternativa, tan necesaria para la clase trabajadora. Los medios de comunicación que contempla la ley, y que no estén alineados con el modelo gubernamental, no recibirán los subsidios para obtener los costosísimos pliegos de las licencias y los aparatos e instrumentos necesarios para dichos canales de información, y deberán recurrir al dinero que provenga de otras fuentes, como el de la publicidad, y de esa manera, el canal de información dejaría de ser alternativo, porque debería responder a un interés económico que hizo posible el pago tanto del pliego como la instalación del medio en si, que no es económica.
Por eso, el único camino posible para la clase trabajadora, en esta instancia de forcejeo de intereses hegemónicos que nos plantea el poder, es el de construir cadenas de medios alternativos capaces de generar difusión, intercambio y comunicación veraz y concreta, a través de canales de información de bajos recursos económicos y que requieran el conocimiento y el aprendizaje necesarios para poder optimizarlos y mejorarlos. Que estén al servicio de los intereses de nuestra clase; con objetivos específicos y contundentes, capaces de lograr un acercamiento en la opinión de la clase obrera y que puedan generar espacios de debate de ideas, que participen activamente en cada lucha como así también en la construcción política de un verdadero frente unitario del pueblo capaz de enfrentar al poder establecido en la lucha de clases.
Sólo así lograremos que la comunicación y los medios estén en manos de los trabajadores.

Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo

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