sábado, 13 de octubre de 2012

Los vínculos del terror con Ledesma



Durante cinco horas, Condorí explicó al tribunal de Jujuy que el ingenio, propiedad de Pedro Blaquier, “era considerado como una empresa de interés nacional” por la dictadura. Contó cómo los gerentes intentaron extorsionar a sindicalistas para que se fueran.

Por Adriana Meyer

“Ledesma era considerada (por el gobierno militar) como una empresa de interés nacional”, fue una de las frases con las que Hugo Condorí, ex sindicalista sobreviviente de la dictadura, resumió el fuerte vínculo entre el ingenio de los Blaquier y el terrorismo de Estado. A pesar de haber sufrido sucesivas amenazas e intimidaciones, el testigo prestó una extensa y detallada declaración en el primer juicio oral por delitos de lesa humanidad cometidos en Jujuy, antes y después del golpe de 1976.
Condorí, ex presidente de la obra social del Sindicato Azucarero de Ledesma, respondió durante cinco horas las preguntas del Tribunal Oral Federal de Jujuy, y afirmó que “era terrible la vinculación del Estado con la empresa” Ledesma. Dijo que el propio brigadier Teodoro Alvarez, ante una pregunta que le hizo el ex comandante de la Fuerza Aérea y encargado de seguridad de la empresa, le respondió que Ledesma es “una empresa de interés nacional”.
En cuanto a las víctimas cuyos casos están siendo juzgados, el testigo recordó que la desaparición de Jorge Weiss y Carlos Ernesto Patrignani ocurrió cuando fueron sacados del penal de Barrio Gorriti de Jujuy y “no volvieron”. Sostuvo que uno de los gerentes de Ledesma, el fallecido Mario Paz, le ofreció un “portafolio lleno de dinero” a Weiss para que se fuera de Libertador San Martín y dejara de trabajar en la empresa. Lo mismo le pasó a él, pero ambos se negaron a aceptarlo. Luego explicó que a Weiss el propio gremio lo dejó sin cobertura porque ya había sido intervenido.
Tal como había indicado en su testimonio durante la instrucción del caso, Condorí relacionó la desaparición de Luis Arédez, ex intendente de Libertador General San Martín, con sus exigencias a la empresa Ledesma para mejorar el cuidado de la salud de los trabajadores y con haber logrado cobrarle impuestos a esa firma, al menos durante el breve período de su mandato.
Sobre sus propios padecimientos, contó que la primera detención que sufrió se produjo a fines de 1972, por parte del grupo encabezado por “el Astiz Jujeño”, un policía federal ahora detenido que identificó como el “El gaucho” Martín, en la calle Belgrano, entre Otero y Sarmiento. En cuanto a la segunda detención, dijo que fue en abril de 1975, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón, cuando presidía una comisión de huelga del ingenio. En esa oportunidad fue llevado al penal de Gorriti, y mencionó al oficial Américo Lezcano, como quien lo detuvo, hasta que logró luego una libertad limitada. Y sobre los imputados del juicio –Rafael Braga, José Bulgheroni y Antonio Vargas– apuntó que no los conoció, pero sabía que formaban parte de la cadena de mandos del área 323, cuyo jefe era el coronel Néstor Bulacios.
“La información que aporta Condorí y el contexto histórico de su relato ubica claramente que los motivos de los secuestros de Arédez y las demás víctimas tuvieron su origen en el enfrentamiento que tenían con la empresa Ledesma”, dijo a Página/12 el fiscal ad hoc Pablo Pelazzo. Y precisó que pedirá al tribunal copia para agregar este testimonio a la causa en la que está siendo investigada la presunta participación de Carlos Pedro Blaquier y otros empleados jerárquicos del ingenio en la denominada Noche del Apagón y otros delitos de lesa humanidad ocurridos en Ledesma durante la dictadura.
“Hemos vivido una jornada muy intensa, Hugo Condorí hizo una denuncia contundente de todos los vejámenes y violencias a los que fueron sometidos los trabajadores azucareros, y detalló cuál fue el papel del ingenio Ledesma y toda su complicidad en la política represiva de la dictadura”, dijo desde Jujuy el diputado nacional Juan Carlos Junio, del Frente Nuevo Encuentro que integra el ex gremialista, tras acompañarlo ante la Justicia. Junio hizo referencia a los ataques que sufrió el testigo y su familia, uno de ellos a pocas horas de haber dado una entrevista a este diario. “Como sabían que su testimonio era trascendente quisieron doblegarlo a través del miedo, intentaron secuestrar a uno de sus nietos, amenazaron a una de sus hijas y sufrió otras agresiones directas, pero no lo quebraron y su declaración fue un acto de conciencia y valentía”, expresó.

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