Hoy se cumple un año del asesinato del militante Mariano Ferreyra, quien recibió un disparo en el pecho durante una manifestación por el pase a planta permanente de trabajadores ferroviarios tercerizados. Los autores materiales del crimen respondían al secretario general de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, actualmente preso junto a otros nueve imputados. El uso de patotas es una de las formas que adquiere el disciplinamiento hacia la clase trabajadora y que es impulsada y sostenida por los empresarios, los gobernantes y la burocracia sindical. En este sentido, sigue siendo indispensable la autoorganización de los trabajadores para dar respuesta. Por ANRed.
Por ANRed - L (redaccion@anred.org)
"Hago lo que hago porque quiero a la justicia. Si bien yo nací en una familia de pequeños propietarios y no he experimentado la injusticia que sufre tanta gente, tantos trabajadores, sé que no sólo lucha contra ella quien la padece, sino también quien la comprende. Lo fundamental es que todos los que tenemos un concepto de justicia y equidad, debemos luchar para construir una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a que lo conduce este sistema que afecta hasta el derecho de vivir" (Agustín Tosco)
El 20 de octubre de 2010, Mariano Ferreyra, de 23 años, fue asesinado por un disparo en el pecho, cuando una patota de la Unión Ferroviaria (UF) arremetió contra quienes exigían el pase a planta permanente de trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca. Hubo otros heridos: Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Pintos.
Mientras Mariano volvía a morir con las afirmaciones de integrantes del gobierno nacional -para quienes el asesinato del militante del Partido Obrero era el resultado "fortuito" de un "enfrentamiento” y de un patotero al que "se le fue la mano" (1)- y de los llamados intelectuales K -que cuestionaban principalmente por qué un militante, un estudiante, un joven, acompañaba un reclamo ferroviario (2)- miles de trabajadores, junto a organizaciones sociales, políticas, de Derechos Humanos y estudiantiles, comenzaban a reclamar justicia y cárcel a los responsables. El 21 de octubre, la Plaza de Mayo fue colmada con la presencia de más de 60 mil personas y las movilizaciones y actos signaron a varias ciudades de la Argentina.
A nivel judicial, el resultado de esta exigencia llegó cuatro meses después. El 22 de febrero se detuvo a los jefes de la patota, es decir, a José Pedraza, titular de la UF, y a su segundo, Juan Carlos “Gallego” Fernández. En el marco de la causa, los otros presos son: Cristian Favale -supuesto autor material del crimen-, Gabriel Sánchez -a quien también testigos señalaron como autor de los disparos-, Pablo Díaz, Claudio Alcorcel, Guillermo Uño, Salvador Pipitó, Juan Carlos Pérez y Jorge González. Cabe señalar que no hay policías detenidos por haber liberado la zona y permitir el ataque a mansalva.
El asesinato de Mariano Ferreyra volvió a poner en el tapete una serie de cuestiones, desde la precarización laboral sostenida por las empresas y avalada por el Estado hasta los subsidios que perciben los dueños del transporte público y la falta de inversión en el mejoramiento del mismo. A ello, hay que sumarle el accionar de patotas que responden a la burocracia sindical.
Pero también vale destacar la contraparte: Mariano Ferreyra no era ferroviario; la solidaridad y el compromiso de su militancia lo llevó a participar de la medida de fuerza impulsada por los trabajadores del tren. El no padecía la tercerización pero la comprendía y había decidido dar la batalla.
Poco ha cambiado de un año a esta parte. El disciplinamiento a quienes dan la pelea por salario justo y por condiciones dignas de trabajo, a quienes combaten la tercerización y el trabajo en negro, a quienes luchan por la democracia sindical, sigue siendo moneda corriente. “El Be”, amigo y compañero de Ferreyra, escribió: “Un homenaje no puede ser sólo un recordatorio. Un homenaje a lo Mariano es un discurso, un volante, una lucha” (3). Es decir, el homenaje que vale es la búsqueda de acciones para dar vuelta la “moneda corriente”.
Viejas dinámicas, nuevos ejemplos
Una frase que recorre la historia es “la explotación del hombre por el hombre”, premisa básica del sistema capitalista. Es sabido que, para lograr una mayor explotación, el empresariado requiere y necesita de una mano de obra dócil y dominada. Además, las patronales gozan de un Estado que es netamente subsidiario del gran capital.
Resulta interesante y clarificador recordar las observaciones del economista Eduardo Lucita, luego de las elecciones primarias que tuvieron lugar el 14 de agosto y que dieron como clara ganadora a Cristina Fernández de Kirchner: “Las distintas fracciones del capital han tomado nota de este nuevo escenario y reacomodaron el peso relativo de las fracciones al interior del bloque de poder, que ahora aparece comandado por el sector industrial (...) (En) El almuerzo en la Bolsa de Comercio que congregó a las seis principales cámaras patronales y (en) el Seminario ‘Argentina: perspectivas económicas y políticas’ (...) se concluyó en que ‘o recuperamos el diálogo o esperemos que todo empeore’; para luego coincidir tanto en ‘hacer los mayores esfuerzos para no socavar los buenos indicadores logrados’ como en que ‘La Argentina continuará creciendo... pero es necesario aumentar la inversión privada’.”
“Finalmente -continúa Lucita- en la celebración del Día de la Industria, el discurso del titular de la UIA, Ignacio De Mendiguren, no dejó dudas del ‘respaldo al gobierno y al modelo’. A tal punto fue ese apoyo, que la presidenta Cristina Fernández en su discurso de cierre no pudo menos que señalar: ‘Es la primera vez que no tengo que responder a lo que se dijo’. Pocos días después el titular de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Biolcati, se rindió ante las evidencias viendo la necesidad de ‘la búsqueda de soluciones más allá de la confrontación... hay que cambiar el tono y aprovechar la oportunidad del cambio para sentarse a conversar de manera madura’.”(4)
En sintonía, se continúa percibiendo el creciente acercamiento de la presidenta hacia los sectores económicos dominantes. El lunes 17 de octubre, Cristina Fernández visitó Coninagro como primera muestra de reconciliación post conflicto del campo en 2008. Las elecciones del próximo domingo 23 y el contexto de crisis mundial presentan el escenario ideal para seguir fortaleciendo el alineamiento del gobierno con la burguesía, y se vislumbra lo que muchos trabajadores sostienen: que el costo de esta nueva crisis sea pagado por la clase obrera. De hecho, ya han comenzado las primeras suspensiones en fábricas como Alpargatas y FIAT. Asimismo, el Presidente de Acindar no sólo admitió un ajuste en el personal contratado de la firma, sino que también opinó que “el ambiente sindical está exacerbado” y que “habría que mejorar esta situación” (5).
Vale recordar que la presidenta, en varios de sus discursos, ha tenido claras referencias a la clase trabajadora, tanto en su “invitación” a subirse al cordón de la vereda (6) como para ironizar sobre la tendinitis que sufren los trabajadores de subte y señalar que la denuncia de los metrodelegados se traducía en "actitudes egoístas, insolidarias, impropias" (7).
En este sentido, en el que se vislumbran como socios el gobierno y el empresariado, es que varios analistas se han referido a la idea de disciplinamiento para acallar (y acabar) las medidas que diferentes sectores combativos inician a través de planes de lucha en post de diversas reivindicaciones y reclamos. A gobernantes y empresarios, se suman las direcciones burocráticas, tendientes a perpetuarse en las más altas esferas del poder de los sindicatos, debido a los beneficios económicos que les representa el manejo de los aportes de los afiliados y de las obras sociales, entre otros.
El disciplinamiento puede adquirir diversas formas. Por citar ejemplos concretos y recientes:
- Amedrentamientos, intimidaciones o ataques a través de patotas que responden a la patronal -como fue la denuncia de los trabajadores de la línea 60 de colectivos (8)- o la burocracia -tal como sucedió con estatales y municipales que denunciaron el accionar de patotas vinculadas a UPCN (9)
- Represión a través de las fuerzas del Estado. Aquí podemos señalar el desalojo a los docentes santacruceños que acampaban frente al Ministerio de Trabajo de la Nación (10)
- Vía judicial: hay más de 6000 luchadores sociales procesados, uno de ellos ha sido el delegado ferroviario Rubén Sobrero, recientemente excarcelado (11); mientras que otros trabajadores permanecen presos, como los petroleros de Las Heras -Víctor Oñate y Juan Acosta- y Carlos Olivera de SITRAIC.
- Medidas “ejemplificadoras”, como los “despidos antisindicales”. Una muestra de este disciplinamiento podemos encontrarla en la cesantía de Facundo Lahitte, trabajador con 4 años de antigüedad del INDEC, “colaborador delegado” de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y con una amplia actividad gremial (12) (*)
Estas formas, junto con otras que podría adquirir la búsqueda de disciplinamiento, tienen un mismo objetivo: generar y mantener en el conjunto de los trabajadores la sensación del miedo, bajo un imaginario de consignas del estilo “Si te organizas, te despedimos”.
Por supuesto que, a estas estrategias empresariales y del Estado, hay que sumar la dominación en el plano intelectual. Alejandro Belkin y Pablo Ghigliani señalan que “El capital necesita para su reproducción individuos que se adapten dócilmente a sus necesidades. Coarta el desarrollo de la personalidad crítica de los trabajadores. Los acostumbra a obedecer, a recibir órdenes, a no pensar por su cuenta. Las decisiones son tomadas por la dirección de la empresa, por quienes se suponen son los depositarios exclusivos del saber, por quienes, se dice, saben qué se debe hacer y qué no se debe hacer. La información que se le permite manejar a los empleados, en tanto súbditos de los empresarios, se restringe exclusivamente a la necesaria para desarrollar sus actividades laborales, en beneficio de la burguesía. En definitiva, el capitalismo consagra la división entre el trabajo manual y el intelectual”.
Es por ello que la lucha no debe darse meramente en el aspecto reivindicativo (suba de salarios, mejores condiciones) sino también en el plano de la emancipación por formas radicalmente diferentes de relaciones humanas, que “implica necesariamente la disputa por la construcción de otras formas de subjetividad entre las masas explotadas”, afirman Belkin y Ghigliani.
El 11 de octubre, en un encuentro sindical que tuvo lugar en Buenos Aires (13), varios referentes hablaron sobre la necesidad de que los delegados y los activistas sindicales se vinculen a las bases. Néstor Marcolín, delegado de la línea 60, relató que “cuando paramos la línea 60 por el asesinato de Mariano Ferreyra nos costó un montón hacer un paro de una hora. El compañero de base, el mismo tercerizado que habíamos logrado pasarlo a convenio, no entendía por qué teníamos que salir a parar. Hay que dar una pelea concreta con todos los laburantes, hacer un laburo a largo plazo con las bases, una construcción verdadera y genuina”.
Por su parte, Norberto Señor, Secretario General de ATE-SUR, luego de finalizado el encuentro, dialogó con ANRed y aseveró: “Necesitamos construir nuestro propio proyecto, un verdadero proyecto de liberación del pueblo, de los trabajadores. Terminar con la opresión, con la explotación. Y, en camino a esa necesidad, si no hay un protagonismo masivo, generalizado, si no hay asambleas genuinas, si los delegados, los dirigentes, se despegan de esta base, no actúan conforme al ánimo, a la voluntad, a la decisión masiva, más tarde o más temprano nos quedamos aislados y es más fácil golpearnos. Se necesita la unidad de la vanguardia, pero la más importante es la unidad de esa vanguardia con la más amplia masa de trabajadores y de sectores populares si realmente queremos ganar y no simplemente mostrarnos, figurar o hacer propaganda política”.
A un año del asesinato de Mariano Ferreyra, es necesario hacer un balance no sólo sobre los cimientos sobre los que se asientan el empresariado, el gobierno y la burocracia para alcanzar sus intereses, sino también sobre la forma en que los trabajadores en su conjunto dan una respuesta “para construir una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a que lo conduce este sistema que afecta hasta el derecho de vivir”.
Notas:
Los enlaces que hacen referencia a dichos de representantes del gobierno nacional o de los "intelectuales K" han sido elegidos meramente a modo ilustrativo; pudiéndose encontrar variedad de ejemplos en las noticias inmediatas y en días posteriores al asesinato de Mariano Ferreyra.
(1) Aníbal F. defendió el accionar de la Policía Federal: "Hizo lo que tenía que hacer", Clarín, 21 de octubre de 2010.
(2) Sobre el uso político de los muertos, Página 12, 24 de octubre de 2010.
(3) El jefe, por “El Be”.
(4) El Estado y el inestable equilibrio entre trabajo y capital, por Eduardo Lucita.
(5) "El ambiente sindical está exacerbado, habría que mejorar esta situación", Ámbito Financiero, 16 de Octubre de 2011.
(6) Sentados al cordón de la vereda, por Leónidas Ceruti.
(7) Indignación de Cristina por la "tendinitis" de los trabajadores del subte, La Nación, 7 de septiembre de 2011.
(8) Nuevos ataques y amenazas a trabajadores, por ANRed.
(9) La dirigencia de UPCN y sus vínculos políticos, por Nicolás Grimaldi.
(10) Urgente: Desalojaron el acampe de los docentes de ADOSAC, por ANRed.
(11) Ante la detención de Rubén Sobrero, paran los trabajadores del Ferrocarril Sarmiento, por ANRed.
(12) Recrudece el conflicto en el INDEC ante un nuevo despido, por Trabajador del INDEC
(13) Buenos Aires: Encuentro sindical contra la represión y los ataques a trabajadores, por ANRed.
(*) Un paréntesis indispensable: estos ejemplos son del ámbito sindical, sin embargo la lucha por la vivienda, por la educación pública, por los derechos de los pueblos originarios, por la identidad de género y otra,s se pueden enmarcar en estos mismos términos.
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