domingo, 19 de septiembre de 2010

Vilcentenario: ¿Celebrar dos cientos años de dominación?


Los chilenos sabemos de ese gobierno solo por sus obras aún presentes y las obras inconclusas de ese gobierno aún inconclusas están.
Para destruir ese gobierno debieron sumar a la agresión militar externa de una de las mayores potencias militar y colonialista de la época, la corona española, la traición de supuestos “patriotas” que secretamente operaron, a través de la “logia Lautarina”, al servicio de la capitalista corona británica.
Su gobernante, el revolucionario José Miguel Carrera Verdugo declara, en su Diario Militar, con ocasión de la Toma del Poder, el 2 de Diciembre de 1811, “Los hombres que componían el Congreso, en su mayor parte ignorantes, asesinos i últimamente dirigidos por uno o dos perversos, fue el motivo que nos determino a su deposición”.
José Miguel Carrera, presidente de Chile, fundador de las bases institucionales de la republica con los tres poderes que aún lo conforman y regidos bajo la Constitución de 1812 y una administración federal, considera estratégicamente indispensable la incorporación del mayor número de chilenos a la construcción de la independencia nacional. Por tanto, entre sus “obras” esta la de celebrar como festividad secular la “Independencia de Chile” el 18 de Septiembre, en honor a la celebración del primer Cabildo de Santiago de Chile convocado sin la venia de la corana española. El día 18 de Septiembre es el primer día festivo, no religioso, que se da un gobierno distinto al de la dominación colonial. Es un día de recreación popular y de ejercicio militar que comienza a celebrarse “legalmente” a partir de 1812.
Sus enemigos ponen termino a su gobierno con una desastrosa derrota militar, el 1 y 2 Octubre de 1814, en la Plaza de Armas de Rancagua, en el combate que se conoce como el nombre de “El Desastre de Rancagua”. Cabe destacar que, en esta batalla, no capitularon las tropas patriótico revolucionarias. Por el contrario los revolucionarios lucharon sin tregua hasta morir. La fuerza militar llevada por su “jefe” a encerrarse en la Plaza de Rancagua, plaza que cuenta con solo cuatro accesos, sin agua para la tropa, ni para enfriar los cañones de la artillería, era y es literalmente a una “trampa”. Este triste hecho de armas significo la pérdida de más del 90% de la fuerza mejor apertrechada de la revolución y la pérdida total de la artillería revolucionario patriótica a merced del ejército colonialista español. De mil quinientos patriotas y revolucionarios que encerraron en la plaza solo, se conoce, de la propia voz de los vencedores el rescate de no más de 150 mal heridos. Sin embargo, el jefe de la fuerza revolucionaria y su asesor militar ingles “sospechosamente” rompen ilesos el cerco militar colonialista.
Tamaña afrenta y traición a la patria revolucionaria llevo a Luis Carrera, hermano menor de José Miguel, a cobrar con la vida en un duelo, en Argentina, del asesor militar de O´Higgins,. John Mackenna del cual José Miguel ya ha descrito, en su Diario Militar “No quiero pasar en silencio las disposiciones de Mackenna, (re)conozcamos de todos modos su pobre cabeza y no creamos en lo futuro que son grandes hombres todos los que hablan inglés.". O´Higgins y la Logia Lautarina cobraran venganza con el fusilamiento de los hermanos Carrera.
Desde 1814, como sabemos, se restaura el poder colonial español en Chile y los bienes de los patriotas revolucionarios son confiscados. Allende los Andes los patriotas revolucionarios chilenos son perseguidos por la Logia Lautarina, digitada desde Londres. El control político y militar para “liberar” a Chile de la colonialista Corona Española lo tiene ahora la capitalista Corona Británica.
La preocupación advertida por José Miguel Carrera a su padre en 1810 “si nos dejamos llevar por infundados recelos seremos presa del primer advenedizo que quiera subyugarnos”, era ya, en 1814, lamentablemente una realidad.
Luego de la Batalla de Maipú, el 5 de Abril de 1818, se consolida el poder político y militar de la Logia Lautarina sobre los revolucionarios chilenos, sus lideres son asesinados y perseguidos. La concupiscencia en el poder lleva a la Logia Lautarina a compartir con la corona española parte del botín. O´Higgins nombra como su ministro de Hacienda a José Antonio Rodríguez Aldea, “realista”, fiscal de la Real Audiencia, contraparte de O´Higgins en el tratado de Lircay, Mayo de 1814, donde este, en ausencia de José Miguel Carrera, abjura de la Independencia de Chile, José Miguel desahucia el tratado y en el combate de las Tres Acequias, le perdona la vida a O´Higgins, en aras del interés superior de la Independencia. No obstante, 1 y 2 Octubre de 1814, como se ha señalado, la Traición se consuma.
Chile, la patria libre soñada por José Miguel, desde 1818, cae en manos del codicioso imperialismo capitalista británico. Es la historia del siglo XIX, los bienes a los patriotas revolucionarios no se restituyen, el Pueblo es sometido a condiciones de barbarie, comienza el saqueo capitalista de sus recursos.
Hoy cuando celebramos el “bicentenario” de esta nueva dominación no podemos negar la certeza de las palabras de un político profesional, al decir:
“Me parece que no somos felices; se nota un malestar que no es de cierta clase de personas ni de ciertas regiones del país, sino de todo el país y de la generalidad de los que lo habitan. La holgura antigua se ha trocado en estrechez, la energía para la lucha de la vida en laxitud, la confianza en temor, las espectativas en decepciones. El presente no es satisfactorio y el porvenir aparece entre sombras que producen la intranquilidad.
No sería posible desconocer que tenemos más naves de guerra, más soldados, más jueces, más guardianes, más oficinas, más empleados y más rentas públicas que en otros tiempos; pero ¿tendremos también mayor seguridad; tranquilidad nacional, superiores garantías de los bienes, de la vida y del honor, ideas más exactas y costumbres más regulares, ideales más perfectos y aspiraciones más nobles, mejores servicios, más población y más riqueza y mayor bienestar? En una palabra, ¿progresamos?”
Fragmento del texto de Enrique Mac Iver, diputado, sobre la Crisis Moral de la República, 1910, de hace cien años.
Hoy, en el 2010, que podemos agregar, salvo que es un Vil centenario más y que no tenemos nada que celebrar. Si mucho que organizar, Si mucho por construir.
No obstante, debemos advertir que en estos últimos cien años la rebeldía del pueblo, su energía por liberarse del yugo dominador ha sido usurpada por la pequeña burguesía conciliadora y reformista, primero le arrebato el partido a Luis Emilio Recabarren, luego con el Frente Popular le infringió una derrota al movimiento popular que se tradujo en la persecución y proscripción de los proletarios más concientes y luego con la Unidad Popular arrastro al movimiento obrero y popular a la mayor derrota estratégica de la cual aún no logra recuperarse con cuantiosa perdidas de vidas y personas. Con el saqueo de las transnacionales del patrimonio de todos los chilenos y el aplastamiento de los pueblos originarios que, sin embargo, en su resistencia, nos dan un ejemplo colosal de lucha.
Reitero, nosotros, los marginados, los excluidos, los que aceptamos este modelo de organización social, los que rechazamos al capitalismo, los que vemos en el Socialismo una sociedad realmente democrática, más humana y participativa no tenemos nada que celebrar. Si mucho que organizar, Si mucho por construir.

¡¡Arriba los que luchan!!

Alirio Herrera

http://www.defensadelcobre.info

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