Las razones de la contundencia están en la crítica situación que viven los trabajadores: salarios y jubilaciones licuadas por la inflación, planes sociales congelados a valores de diciembre, comedores populares sin comida y con mayor demanda por el aumento de la pobreza. A esto se agregan los tarifazos que no cesan -incluso con varios postergados.
Esto en el marco de un derrumbe de la actividad económica que nos acerca no ya a la recesión sino a la depresión, según economistas cercanos al gobierno. Los datos del Indec indican que la industria cayó un 21,2% de manera interanual en marzo y 6,3% respecto del mes previo. En el caso de la construcción “en marzo de 2024 el Indicador sintético de la actividad de la construcción (Isac) muestra una baja de 42,2% respecto a igual mes de 2023. El acumulado del primer trimestre de 2024 del índice serie original presenta una disminución de 30,3% respecto a igual período de 2023” (El Cronista, 8-5).
También fue un paro que debió sortear varios obstáculos: la enorme presión de las patronales, que en general cerraron filas con el gobierno contra la medida de fuerza; las amenazas del propio gobierno; el cuadro de despidos y la caída de la actividad económica que ayuda a que estas amenazas y aprietes calen; la enorme informalidad laboral con millones de cuentapropistas.
También la desconfianza en la burocracia sindical que ha dejado pasar los mil y un ataque a los trabajadores sin levantar la voz, con dirigentes eternos que parecen más representantes de las patronales que de los trabajadores -razones por las cuales muchos votaron a Milei como expresión de repudio. Un análisis más pormenorizado y minucioso revelará dónde y cómo se encararon y se pudieron superar, o no, estos obstáculos.
Esta enorme expresión popular a pesar de la burocracia sindical, del carácter pasivo del paro, de la ausencia de un plan de lucha, fue sin dudas una masiva expresión de rechazo a la política del gobierno. Y no es la primera, viene precedida de grandes manifestaciones contra el gobierno el 8 y el 24 de marzo, la rebelión en defensa de las universidades que puso más de un millón de manifestantes en las calles de todo el país, el propio acto del 1° de mayo de la CGT cuya masividad le impidió levantar la medida del 9. Y no solo eso, llegamos al paro con el plan de lucha del Sutna por la paritaria y las agresiones en Pirelli y Bridgestone; con el paro de los Aceiteros, con el paro declarado –y luego frenado por la aceptación de la conciliación obligatoria- de los petroleros en Neuquén (Vaca Muerta), el extendido plan de lucha de las organizaciones piqueteras violentamente reprimido, y por varios conflictos en dependencias, empresas, etc. La bronca pesa y se hace sentir.
Ley Bases: un ataque criminal
Este paro se hace cuando Milei logró que la Cámara de Diputados le apruebe su “ley Bases” y el paquete fiscal por los votos de la “oposición” dialoguista e incluso de algunos diputados del PJ. El conocimiento que los trabajadores van tomando del contenido de la ley ha sido un factor de impulso para que el paro tuviera tan alto grado de acatamiento, porque la esencia de esta es el ataque por varias vías a la población trabajadora: con una reforma laboral que quita derechos sustanciales y permite que las patronales actúen sin límites, por la eliminación de la moratoria previsional que golpea fundamentalmente a las mujeres y en un país donde millones de trabajadores son informales, que habilita los despidos en los estatales, que le permite avanzar al gobierno con la privatizaciones, la entrega de las riquezas mineras y petroleras. Un paquete que quita impuestos a los capitalistas y recarga los que pagan los trabajadores sobre sus salarios y como consumidores.
El gobierno está empeñado en que estas dos leyes aprobadas por Diputados pasen “el trámite” del Senado, pero este objetivo se le está haciendo cuesta arriba, a pesar de que en Diputados cedió a varios reclamos de los distintos lobbies capitalistas que se viabilizaron a través de los diputados de la oposición. No hay ninguna intención de parte de estos de hacer fracasar la ley pero se abren frentes de conflictos importantes entre ellos por el Rigi, que entrega a los inversores extranjeros beneficios leoninos en detrimentos de los grupos capitalistas locales; por el conflicto con la ley del tabaco que beneficia a Tabacalera Sarandí; por el rechazo de algunas provincias al impuesto al salario porque les plantea un choque en sectores vitales –fue uno de los motivos del alto acatamiento en el Sur-, entre otros.
La burguesía y sus partidos no quieren que Milei fracase, pero tampoco quieren que sea a costa suya: la recesión es un golpe para un sector importante de ella, el precio del dólar no convence a los exportadores que quieren una devaluación, el impuesto país que el gobierno sostiene porque cada vez pesa más en la recaudación afecta el envío de remesas de utilidades, el conflicto con las generadoras de energía que exigen el pago de una deuda millonaria que Milei pretendió patear con un bono a 2038 para sostener el famoso “déficit 0” que hace agua por los cuatro costados. Buscan que en el tratamiento en el Senado se acuerde la agenda propia. En este marco la aprobación en el Senado se va atrasando y el gobierno sabe que seguramente volverá a Diputados, todo indica que el gobierno llegaría al 25 de mayo sin la ley aprobada, y posiblemente sin dictamen del Senado, todo lo cual implica un golpe en su pretensión de erigirse en árbitro de la situación.
Lo cierto es que la clase capitalista está interesada en su propia agenda, que incluye los ataques a los trabajadores. El paro planteó la agenda de los trabajadores.
A seguirla
El 9 hubo dos conferencias de prensa. Una en Congreso por la mañana de los sindicatos combativos y las organizaciones de lucha que dio una perspectiva al paro por boca de representantes de diversas e importantes luchas: rodear el Congreso cuando se trate la ley en el Senado con una enorme movilización para frenarla y reclamó a la CGT un plan de lucha con paros y movilizaciones para quebrar el plan criminal de Milei.
Por la tarde la directiva de la CGT, en su conferencia de prensa, después de felicitarse por la contundencia de la medida no definió ningún rumbo. Daer desestimó movilizarse cuando el Senado traté la ley, Moyano insinuó que él iría acompañando a los aeronáuticos que ya definieron marchar a Congreso ese día. Las “vacilaciones” en la cúpula cegetista son la expresión de su seguimiento a la agenda capitalista no a la de los trabajadores, desperdiciando la enorme demostración que significó el paro.
La tarea es preparar una multitudinaria movilización, y paro, en todo el país para ese día. Para ello hay que multiplicar la agitación develando a los ojos de los trabajadores qué esconde la ley, poniendo en primer lugar la defensa de los derechos laborales, del salario, de las jubilaciones, de la comida para los comedores y los subsidios para los desocupados, rechazando la entrega de los recursos naturales, y los impuestos que golpean a los trabajadores. Exigiendo el plan de lucha hasta quebrar el plan de Milei.
Esa es la tarea. Vamos con todo a impulsarla.
Eduardo Salas
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