jueves, 16 de mayo de 2024

Los comedores populares, centros de lucha contra el avance del hambre y los narcos


El gobierno de Milei quiere destruir las organizaciones sociales para hacer pasar el plan motosierra. 

 El gobierno de Milei lanzó una campaña artera y sucia contra las organizaciones sociales, particularmente contra el Polo Obrero, con la mira puesta en destruirlas y estar en mejores condiciones de imponer su plan motosierra en beneficio de la burguesía y el capital financiero internacional. 
 Los capitalistas y su gobierno, a través de los medios de comunicación patronales y los espacios de propaganda gubernamental, están tratando de instalar en el imaginario popular la idea de que las organizaciones sociales son bandas criminales, cuyos líderes dirigen masas acríticas que con una actitud pasiva llevan adelante una orientación política que se les impone a través de métodos coercitivos. 
 Lo cierto, sin embargo, es que las organizaciones sociales y piqueteras, cuyo periodo de ascenso tuvo lugar en la década del ’90 bajo Menem y cuyas filas se fueron nutriendo de trabajadores despedidos o que no consiguen trabajo por la incapacidad del modo de producción capitalista de introducir en el mercado laboral a todos los desocupados, se han convertido en verdaderos centros de organización y de lucha contra los planes antiobreros de la clase burguesa y sus distintos gobiernos. Cumplen un rol positivo desde el punto de vista de los intereses generales de la clase trabajadora. 
 El Polo Obrero, por ejemplo, no solo está a cargo de comedores a los que asisten cada vez más trabajadores y niños frente al crecimiento de la miseria. Comedores que son atacados por el gobierno de Milei, que ha recortado el envío de alimentos, y se sostienen con el aporte solidario de productos que hacen comerciantes y vecinos. También se transformó en un factor de lucha contra la cooptación de jóvenes por parte de las bandas narco, que tarde o temprano se verán beneficiadas por el blanqueo de capitales que impulsa el elenco libertario. En Rosario, ha impulsado piquetes y planes de lucha denunciando el avance narco y al poder político que está vinculado a ese negocio. En La Matanza ha llevado adelante iniciativas de características similares. 
 Asimismo, organiza luchas contra el Estado (municipios, provincias, Nación) por la urbanización de los barrios, la instalación de cloacas, el otorgamiento de viviendas para los trabajadores, contra la inseguridad, por el aumento de presupuesto para las escuelas y las salitas hospitalarias, por aumentos de salario, contra los femicidios, y por diversas reivindicaciones que tienen que ver con las condiciones de vida y las penurias del pueblo trabajador. Además, ha puesto en pie talleres de alfabetización y escolarización para que niños y jóvenes puedan salir adelante y para incentivar a que otros terminen sus estudios. Ha puesto en pie talleres de oficio para que trabajadores tengan más herramientas para salir a buscar empleo. No se trata, como se ve, de una actividad que se restringe a la lucha por la entrega de planes sociales, que son más bien la manifestación de que la burguesía no crea puestos de trabajo y también de una política de socialización de la miseria (en tanto se financian con dinero de los trabajadores). Ante la inexistencia de trabajo genuino, se le reclama al Estado que otorgue un ingreso a los desocupados para que puedan reproducir, con todos los límites que esto acarrea, sus condiciones de existencia. 
 Cuando el Polo Obrero y las organizaciones sociales salen a las calles para protestar contra el intento de los gobiernos de liquidar los planes sociales y por su universalización e incremento también están peleando en defensa del salario de todos los trabajadores. Esto, porque el plan social funciona como un piso salarial. Si algún patrón quisiera pagar un salario cuyo monto sea inferior al del plan social ninguna persona estaría dispuesta a aceptar ese trabajo. Es decir, se le pone un límite a la explotación capitalista. En cambio, si la burguesía lograra eliminar los planes sociales o reducir considerablemente su monto se generarían las condiciones propicias para que el capital pueda ir hacia una desvalorización brutal del precio de la fuerza de trabajo. 
 Las organizaciones piqueteras son, por otro lado, un factor de apoyo a la lucha de los trabajadores ocupados. Allí donde hay protestas obreras contra despidos o atropellos patronales de algún tipo muy probablemente haya delegaciones piqueteras bancando esa pelea para que triunfe. El sindicato del neumático (Sutna), que se hizo conocido fundamentalmente por conquistar la mejor paritaria del movimiento obrero en 2022, agradeció en innumerables oportunidades al Polo Obrero y al resto de las organizaciones por brindar apoyos a su pelea por aumentos de salario.
 El movimiento piquetero batalla contra la política de atomización de la clase obrera que la burguesía promueve mediante el desempleo. Cabe destacar que el Polo Obrero se ganó un prestigio entre los sectores más explotados y oprimidos por esforzarse denodadamente en ponerse a la cabeza de la lucha por mejorar las condiciones de vida en los barrios y por no someterse a ningún gobierno. En eso estriba la independencia política. Asimismo, se abrió paso en la escena política y fue sumando activistas y trabajadores a su causa desarrollando una lucha política directa contra los punteros y sus organizaciones, que responden a los partidos del régimen (PJ, PRO, UCR). Los mismos punteros que fiscalizaron para La Libertad Avanza en los comicios de 2023. Los métodos que utiliza el Polo Obrero para organizarse son los de la democracia obrera: se debate qué hacer en asambleas y se eligen delegados que se renuevan con el tiempo y son pasibles de ser revocados. Nadie es obligado a hacer nada. Es todo lo contrario a la organización burguesa que prima en el gobierno u otros sectores, donde una minoría decide todo despóticamente. 
 El gobierno de Milei está integrado por ladrones, defensores de la dictadura, fascistas, personas vinculadas al negocio narco y todo tipo de elementos con intereses hostiles a los de la clase obrera. “Entre la mafia y el Estado prefiero a la mafia”, dijo un Milei en modo campaña electoral hace unos años. Ocultó que las mafias en el mundo han crecido bajo el amparo de los estados y que el propio Estado es una organización mafiosa y conspirativa cuyo propósito histórico es sostener la explotación y opresión de una clase sobre otra. Ahora, él es el timonel del Estado argentino y gobierna con métodos gansteriles: hace allanamientos por la noche, amenaza a los trabajadores diciéndoles que si protestan su salario se verá reducido, le roba la comida a los pobres y los ingresos a los trabajadores y jubilados, etc. 
 Viva el movimiento piquetero, que organiza a los desorganizados y es uno de los mejores frutos que dio la clase obrera argentina. Lo defendemos a muerte porque impulsa la lucha contra el avance del hambre, que es el producto de la imposición de la política de la clase capitalista. Reforcemos la pelea contra el gobierno libertario, con la mira puesta en derrotarlo. 

 Nazareno Suozzi

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