Las obras de trazado de la doble vía del Ferrocarril Belgrano Sur, en el tramo que va desde la estación Libertad hasta su fin, en la estación Marinos Crucero General Belgrano, se han suspendido. El reinicio de la misma se estima para marzo, pero no hay fecha cierta. El gobierno ha nombrado recién hace unos días a quien dirigirá la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado, Alejo Maxit, quien fuera Secretario General de ANSES durante el gobierno de Macri. La suspensión se produce en el medio de la disputa entre el capital extranjero y el capital local por las obras públicas, dentro de las cuales estarían incluidas las ferroviarias. Un periodista deslizó, que el rumbo que tomara la nueva dirección con las obras suspendidas o por hacer, podría parecerse a aquel que tomó Carlos Menem con FEMESA: dejar degradarse el sistema ferroviario para justificar su privatización. El periodista menciona que, a diferencia de la privatización menemista, que se daba luego de décadas de desinversión, esta privatización se beneficiaría de los últimos diez años de inversión en el ferrocarril (enelsubte.com, 18/01). Aunque reconoce que la misma fue hecha luego de la masacre de Once y no como parte de un “programa de gobierno”, esta afirmación omite que las “inversiones”, aun así, fueron conservadoras. Se limitaron a mantener la estructura existente, sin extender el trazado más allá de los centros urbanos “tradicionales”. Los últimos 20 años, el trazado urbano se ha extendido más allá del segundo cordón, sin una línea férrea que lo acompañe. El kirchnerismo, a pesar de decir querer “la felicidad del pueblo”, dejó la urbanización a la libre voluntad e iniciativa del mercado, con un Estado “ausente”.
Las obras en cuestión abarcan toda la línea del Belgrano Sur que va desde Dr. A. Sáenz, en Nueva Pompeya, CABA a Marinos C. G. Belgrano, en Parque San Martín, Merlo. Incluía renovación de vías, de estaciones, electrificación de un tramo, señalamiento y construcción de pasos bajo nivel. La suspensión se produjo cuando faltaban sólo unos pocos metros para que la doble vía alcance la estación final, en Merlo. La electrificación también quedó por hacerse. La obra incide fuertemente en la calidad de vida de la población trabajadora que reside en lo que ya es el segundo cordón del Conurbano Bonaerense, pues quienes residen adonde llega el tren, están en las periferias del distrito y su movilización a los lugares de trabajo implica, la mayoría de las veces, la utilización de tres transportes. La doble vía permitiría el aumento de la frecuencia de los trenes y, consecutivamente, una reducción en el tiempo que tardan los trabajadores en llegar a sus casas. No está demás agregar, que desde el punto de vista de los gastos que le implica al trabajador el viático, a pesar de la suba general en todos los transportes, el tren no deja de ser el más eficiente y económico, incluso es el transporte más sustentable, por su baja emisión de carbono, un rubro donde el gobierno descubrió recientemente sus “dotes medioambientales”.
Desde el punto de vista de la integración y el enriquecimiento cultural, el tren -como cualquier transporte masivo- es una poderosa herramienta, pues saca del aislamiento a los trabajadores que se encuentran retirados y, por tanto, sin acceso a la masa de la oferta de espectáculos, entretenimientos y esparcimiento que ofrece la ciudad. La suspensión de las obras se enmarca en el objetivo del gobierno de Milei de privatizar los trenes lo que provocaría la dolarización de su tarifa. La privatización, al igual que como sucedió durante el menemismo, no redundará en una mejora del servicio, pues para que se mantenga un flujo de inversión, el boleto haría insoportable el costo de viáticos a los trabajadores. A contramano de lo que dice el liberalismo, quienes más se han beneficiado con los subsidios al transporte, además de las patronales privadas del mismo, han sido los capitalistas, porque el boleto barato les permitió pagar salarios “baratos”.
La política privatizadora con la que amaga el gobierno de Milei traerá una época repetida de desinversión y aumento de la tasa de accidentes. Además, el parate de la obra pública provocó una oleada de despidos y suspensiones en el gremio de la construcción, el aumento del desempleo y la caída del salario que las patronales blanden con el objetivo de imponer una reforma laboral de facto en el mundo del trabajo.
Se hace imprescindible el reinicio de las obras tal cómo estaban planificadas. Ningún despido y ninguna suspensión. No a la privatización del ferrocarril, por la estatización completa del sistema y su gestión bajo control de trabajadores y usuarios. Llamamos a todos los trabajadores y usuarios de esa traza frroviaria a impulsar Asambleas Vecinales para poner en pie un movimiento de lucha, en unidad con los trabajadores ferroviarios, por la finalización de las obras, bajo control obrero.
Patricia Urones
20/02/2024
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