miércoles, 7 de julio de 2010

El capitalismo no está en crisis


La UE sigue imponiendo su agenda neoliberal. Bruselas anuncia ahora que los sistemas de pensiones no serán sostenibles, salvo que se aumente la edad de jubilación hasta los ¡70 años! A ello le tenemos que sumar las privatizaciones, las desregularizaciones, las liberalizaciones, las reformas en los sistemas educativos, sanitarios, el aumento de los impuestos indirectos, las reformas laborales, los ajustes fiscales, los paquetes de ajuste estructural destinados a recortar el gasto social, la reducción del número de trabajadores públicos, las reformas financieras destinadas a que las entidades de mayor peso absorvan a las que han tenido problemas en los últimos tiempos, ya rescatadas previamente por los Estados a golpe de talonario público, y un largo etc. de medidas que poco a poco van viendo la luz a lo largo y ancho de toda Europa.
La supuesta crisis económica del capitalismo, pues, está sirviendo, y mucho, a los propios intereses del capitalismo imperialista. Cada vez es más evidente que no existe la tan cacareada crisis del capitalismo, no al menos como potencial peligro para el buen funcionamiento de los intereses de quienes lo dominan a su antojo, sino simplemente como una situación coyuntural que los gobiernos de turno, por imposición directa del FMI y la UE, están aprovechando para profundizar en el neoliberalismo salvaje, en la desmantelación de los Estados, y en el recorte sin miramientos de los derechos civiles y laborales que hasta ahora las clases trabajadoras habían conseguido arrancar con sus luchas de las garras del poder burgués dominante.
El capitalismo no está en crisis, el capitalismo no está en peligro. El capitalismo tiene una máxima fundamental: la maximización de los beneficios de las clases dominantes, a costa de lo que sea.Y ello se sigue dando actualmente con más fuerza incluso que estos años previos de supuesta bonanza económica del sistema. De crisis, nada.
Lo que está en crisis, lo que está en peligro, es el modelo europeo fundamentado en el Estado del bienestar, y, sobre todo, son los derechos, intereses y los pocos beneficios que hasta ahora las clases trabajadoras de los países desarrollados podían haber obtenido de este sistema explotador, injusto y genocida.
Lo que llaman crisis, en realidad, no es más que un periodo histórico en la evolución del capitalismo en el cual las clases dominantes siguen su particular lucha de clases, conquistando ahora terrenos que hace unos pocos años hubiesen sido impensables, sin causar auténticas revueltas sociales en todos y cada uno de los países afectados.
Hablemos claro, pues. El capitalismo no está en crisis: el capitalismo está en plena expansión.
El capitalismo está en una etapa histórica que, si todo sigue por este mismo camino, algún día será recordada como la etapa en la que el capitalismo ganó definitivamente la batalla a todas las ideologías de izquierdas, tanto a las más radicales, como a las más moderadas. Desde la socialdemocracia al Marximo clásico, toda la izquierda está perdiendo en estos días la batalla frente a los ataques del neoliberalismo capitalista.
El capitalismo, en definitiva, está culminando ahora la obra que comenzaron Reagan y Thatcher hace unos treinta años, que se profundizó luego con el diseño y consolidación de una UE neoliberal, y cuyos principales beneficios políticios, económicos y sociales están ahora comenzando a recoger las clases burguesas dominantes, de un lado y del otro del Oceano Atlántico.
Lo que estamos viviendo ahora no es más que un recoger los frutos de aquella siembra neoliberal que comenzó hace tres décadas en dos de los países más poderosos del mundo, y que ha sido cultivada con esmero después por todas las burguesías nacionales, de todos los países del mundo, con apoyo y colaboración de los gobiernos de turno, especialmente en eso que llaman el mundo desarrollado. Ahora están recogiendo los frutos de todo aquello: como fruta madura que cae del árbol neoliberal.
Hay que asumirlo de una vez, hay que aceptarlo tal cual es, no hay que andarse con más eufemismos, ni pensar que lo que está ocurriendo en la actualidad esté beneficiando en algo a los intereses de la izquierda revolucionaria. Todo lo contrario. Dejemos ya de hablar de la crisis del capitalismo, porque no es verdad.
La expansión del capitalismo a costa de los intereses de las clases trabajadoras, hoy como ayer, ayer como hoy. Eso es lo que estamos viviendo, solo que en una etapa más avanzada de la expansión capitalista, tal vez la más profunda que haya habido hasta ahora en la historia.
Tengámoslo claro, pues. El neoliberalismo no se detendrá, salvo que sean los pueblos mismos quienes lo obliguen a batirse en retirada, vencido y humillado. De momento, nos están ganando la batalla, y por goleada. Habrá que tener esperanza en la remontada.

Pedro Antonio Honrubia Hurtado

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