domingo, 26 de octubre de 2014

Anticapitalismo, Antiimperialismo, Socialismo



Exposicion de Julio Gambina (Doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario) en la Escuela de La Paz que se realizó el 26 de febrero de 2014 sobre Anticapitalismo, Antiimperialismo y Socialismo

Mujeres en Lucha - En el 29º Encuentro Nacional de Mujeres / Salta 2014

Informe Semanal sobre el ébola oculta papel de Cuba y ensalza envío marines de EEUU



La contribución de Cuba para frenar el ébola en África Occidental ha sido reconocida por actores políticos y medios tradicionalmente adversos. Hasta el Secretario de Estado de EEUU John Kerry elogió a Cuba por el mayor envío de cooperantes médicos a la región. Por ello, resulta chocante escuchar, en el programa Informe Semanal de Televisión Española, lo siguiente: “La lucha contra el foco del ébola en África, a excepción del contingente enviado por EEUU, permanece como el capítulo olvidado por Occidente”. Edición: Esther Jávega.

Los consejos obreros (Pannekoek)



En este programa de Escuela de Cuadros estudiamos el texto del marxista holandés Anton Pannekoek "Comunismo y socialismo", del libro "Los consejos obreros".
Puedes descargar el texto aquí: www.marxists.org/espanol/pannekoek/1940s­/consejosobreros/ii/18.htm

Harry Villegas, combatiente con Che Guevara en Bolivia: `América Latina puede ser guía de lucha`



Cubainformación TV conversa en La Habana con Harry Villegas "Pombo", Héroe de la República de Cuba y combatiente con Che Guevara en Congo y Bolivia. Pombo analiza la situación de Europa y cómo la crisis capitalista afecta, en este continente, principalmente a los países del Sur y a las capas más humildes de la población.

Víctor Dreke, combatiente con el Che: 'La Revolución acabó con el apartheid racial´



Cubainformación TV conversa en La Habana con Víctor Dreke, Comandante del Ejército Rebelde y combatiente con Che Guevara en el Congo. Dreke nos dice por qué Cuba sigue necesitando de un fuerte Movimiento Internacional de Solidaridad con la Revolución, y realiza un repaso biográfico e histórico que nos lleva a la toma de Santa Clara, al día en que conoció al Che, o al momento en que pasó a la clandestinidad y se integró al Ejército Rebelde. Una entrevista de Lázaro Oramas (periodista) y Ana Gil (cámara).

Marxismo, liberalismo y políticas de la diferencia



De los generales Videla y Pinochet a la guerra psicológica de Hollywood. Doctrina contrainsurgente, hegemonía y fabricación industrial del consenso. De Popper, Isaiah Berlin y Fukuyama a Friedman, von Hayek, von Mises y Alsogaray. ¿Marxismo = totalitarismo? ¿Neoliberalismo = libertad? La antiutopía “1984” de Orwell realizada: el capitalismo actual y el fin de la intimidad. ¿Es posible la disidencia? Multiculturalismo, socialdemocracia y políticas de la diferencia. Ernesto Laclau, Judith Butler y Bruno Bauer. ¿Es realmente “crítico” y “radical” el horizonte de las reformas institucionales? “Emancipaciones” posmodernas, disidencias controladas y revolución socialista. Libertad negativa: ¿ser propietario = ser libre? De Galileo Galilei y Thomas Hobbes a 1789. La concepción de la libertad en Marx. De LA CUESTION JUDIA y los ESCRITOS SOBRE IRLANDA a EL CAPITAL. Libertad como conciencia de la necesidad y libertad más allá de la necesidad material. Libertad como realización en comunidad. Trabajo y tiempo libre. La libertad en el plano individual, en el comunitario y a escala global.

Proyecto Memoria del futuro: BRANCALEONE FILMS y CATEDRA CHE GUEVARA: www.amauta.lahaine.org
Si lo silencian en YOUTUBE (como han hecho con otros) pronto este video estará también en VIMEO (buscalo ahí).

Hidrofractura, una iniciativa imperial





Una charla con Martín Guillermo Álvarez sobre la participación de la Multisectorial No A la Hidrofractura en la marcha mundial por el cambio climático que se hizo en Nueva York, EEUU, hace pocas semanas.
Martin es también uno de los productores de nuestro programa, así que aprovechamos y nos actualizamos sobre el Fracking, Geopolítica y el desafío de las organizaciones populares y la izquierda argentina para abordar y tensionar la agenda energética

“Ha muerto un revolucionario… Viva la revolución”



Un viaje hacia las utopías revolucionarias (CLXVI)

Con esta consigna, acuñada por los campesinos mexicanos durante la Revolución en ese país azteca cuándo fue asesinado Emiliano Zapata, cerró su mensaje de despedida de los restos de su hermano y compañero Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Luis Duhalde.
Más allá de los familiares, éramos muy pocos los que habíamos burlado la brutal represión policial ordenada por la inquilina de la Casa Rosada María Estela Martínez de Perón, dirigida a impedir el homenaje a quién había dado su vida en defensa de los trabajadores y el pueblo; brutalmente asesinado en la noche del 31 de julio de 1974.
En mi caso lo había logrado gracias a mi hermana Susana con la que me encontré cuándo trataba de evitar el ataque de los motociclistas de la Policía Federal que disparaban balas de goma y golpeaban con palos a los que tratábamos de acompañar el féretro con los restos de nuestro amigo y compañero.
La orden, impartida por el Jefe de la Policía Federal Alberto Villar era terminante. En la inhumación sólo podría estar su compañera Helena y algún otro familiar, sin discursos de ningún tipo.
Este había sido designado por el General como subjefe de la Policía Federal, el 29 de enero de ese año, mientras se mantenía en un cargo formal al General Iñiguez, desplazando al subcomisario Vittani que intentaba, sin éxito, depurar a esta institución, de funcionarios denunciados por torturadores y corruptos.
Además participó de la conformación del “Somatén”, que se estructuró el año anterior por sugerencia del “Viejo”, para aniquilar la “infiltración marxista” a la que se le declarara la “guerra” en el encuentro del Consejo Superior Justicialista llevado a cabo, en los primeros días de octubre, en la ciudad de Buenos Aires.
El antecedente más inmediato de este represor era el ataque a la capilla ardiente levantada en el local del Frente Justicialista de Liberación, en agosto de 1972, donde eran velados algunos de los militantes revolucionarios asesinados en Trelew, en la Base naval “Almirante Zar”, el día 22.
En esa oportunidad encabezó un destacamento del Cuerpo de Infantería que, con tanquetas y disparos de armas de fuego, destruyó la sede del FREJULI e impidió el homenaje a los caídos.
En realidad el crimen del que fue víctima Rodolfo era “una muerte anunciada”.
En una editorial firmada por el influyente economista Juan Ernesto Alemann, estrechamente vinculado al capital financiero nacional e internacional, del 17 de marzo de ese año, publicado en el diario en alemán editado en Buenos Aires “Argentinisches Tageblatt “, este sugería aplicar a la guerrilla y a sus “colaboradores” el concepto nazi de “noche y niebla”; para la desaparición sin rastro de los “oponentes políticos”.
Terminaba su artículo consignando “…Si Firmenich, Quieto, Ortega Peña, etc desaparecieran de escena, esto implicaría un golpe extremadamente duro para el terrorismo”. “Esta guerra sucia es imprescindible para evitar que la Argentina se convierta en una nueva Cuba…”.
Siguiendo estas “recomendaciones” resulta evidente que la zona donde se produjo el brutal atentado se había “liberado” y que los ejecutores, encabezados por otro funcionario de la Federal de apellido Almirón, gozaban de absoluta impunidad.
El 1° de agosto, en horas de la mañana comenzó el velatorio en la Federación Grafica Bonaerense, histórica sede de la CGT de los Argentinos; cedida generosamente por Raymundo Ongaro.
Ferdinando Pedrini, un diputado nacional representante del Chaco, que presidía el bloque oficialista, ofreció que este se realizara en el Salón Azul del Congreso Nacional.
Eduardo y Helena Villagra, rechazaron el ofrecimiento, ya que entendían que estaba clara la responsabilidad del gobierno en el asesinato.
Llegué temprano a la sede sindical ubicada en la calle Paseo Colón casi Independencia con una gran congoja y absolutamente convencido que se abría un período, complicado y difícil.
Por sugerencia de los compañeros del FAS, habíamos tomado algunas precauciones entre las que estaba tratar de que no se conociera el departamento en el que vivía con Alba y los chicos.
Al mismo tiempo, Susana, me había entregado una pistola calibre 45 para la defensa de la vivienda en caso de un ataque para estatal la que fue, semanas más tarde, participe de un episodio jocoso; que narraré en una nota próxima.
Me acompañaba mi hijo Mauricio, de sólo 5 años de edad.
Me recibió en la entrada Jorge Di Pasquale, con el que nos estrechamos en un fuerte abrazo, con una emoción incontenible y lágrimas en los ojos; imposibles de ocultar.
Jorge, para entrar en conversación con Mauri, le preguntó dónde vivía.
Este, al que le habíamos dicho que no revelara la dirección a nadie, le contestó “en Avellaneda”.
Carlos María y Marcelo, hermanos de Eduardo, junto a militantes del gremio, vigilaban la entrada y arrojaron a la calle una corona de flores enviada por la presidente.
Asimismo impidieron que el decano de la Facultad de Derecho, que no le había renovado el contrato a Rodolfo, respondiendo a las instrucciones del Ministro de Educación, el connotado fascista Oscar Ivanissevich, Mario Kestelboim ingresara al velatorio y expulsaron del mismo al presidente provisional del Senado, José Antonio Allende.
Una bandera argentina, con un crespón negro, cubría el féretro con la leyenda “la sangre derramada no será negociada” junto a una bandera del ERP y a estandartes de diferentes organizaciones revolucionarias y populares.
Un estandarte de más de diez metros estaba apoyado en una pared reproduciendo el juramento que hiciera el asesinado, cuándo asumiera como diputado nacional.
Durante el día miles de compañeros de diferentes corrientes políticas desfilaron por el lugar para rendir homenaje a quien había ofrendado su vida en la lucha por la Liberación y el Socialismo.
Helena permaneció al lado del féretro durante toda la jornada y parte de la noche, recibiendo las condolencias de quienes, más allá de diferencias o coincidencias, simpatizaban con el “Pelado”.
El diario “Noticias” publicó en tapa la foto emblemática de ella junto al cadáver de su compañero que recorrió el mundo, como una prueba más de la fascistización del régimen.
Al día siguiente, con un cielo encapotado que anunciaba una inminente lluvia, se puso en marcha el cortejo rumbo al cementerio de la Chacarita.
Estudiantes, trabajadores, profesionales, militantes de las diferentes corrientes y organizaciones revolucionarias y populares, integraban este.
Al frente de la columna marchaban, junto a Eduardo y Helena, entre otros, Vicente Zito Lema, Gustavo Manilow, Carlos Gonzalez Gartland, Roberto Sinisgaglia y Mario Hernández.
Desde que comenzó la marcha se iniciaron las provocaciones de la policía que cumplía las órdenes emanadas de la Casa Rosada, de impedir el funeral.
Al pasar frente a esta las consignas arreciaron “La sangre de Ortega es lucha y es bandera”.
“Vea. Vea, vea, que cosa mas bonita, Ortega dio su vida por la Patria Socialista “. “Se va a acabar, se va a acabar, la burocracia sindical “.
Al empezar la lluvia se decidió, que parte de los que participaban de la multitudinaria marcha, se trasladaran hasta el cementerio en diferentes buses, otros en subte, que fue mi caso, o en vehículos particulares.
Los primeros, en su mayoría, fueron detenidos por la policía y alojados en diferentes comisarias.
Al llegar a la Chacarita un cerco policial con órdenes de disparar impedía el acceso a la necrópolis, al mismo tiempo que un comisario de apellido Torres detuvo el vehículo que trasladaba el féretro e intentó apoderarse del mismo.
Los compañeros diputados Mario Abel Amaya y Rafael Marino, se sentaron sobre este para impedir que se consumara el intento policíaco.
Comenzaron tensas negociaciones al mismo tiempo que, con una brutalidad inusitada, éramos dispersados los que tratábamos de acompañar, hasta su última morada, a nuestro compañero.
En las corridas me encontré en la estación, donde el clima era irrespirable por los gases lacrimógenos disparados por los represores, con mi hermana Susana quién me señaló un camino para ingresar al lugar en donde serían sepultados los restos de Rodolfo.
Luego supe, por el “Negro “Amaya, representante de la UCR en la Cámara de Diputados, lo que fue el maltrato policial y las difíciles negociaciones que llevaron varias horas, mientras una pertinaz llovizna y una tarde gris, le daban el marco a este impedido tributo a un luchador.
Finalmente con un puñado de compañeros pudimos acompañar a Helena y escuchar el mensaje de despedida de Eduardo Luis que, con una emoción inocultable, saludaba a la persona con quien había compartido un intenso período de la vida profesional y política.
¿Qué pasó en aquél agosto de “Noche y Niebla”? ¿De qué forma se empezaba a instrumentar la decisión de frenar el desarrollo del movimiento popular y revolucionario? ¿Cuál fue la respuesta de los trabajadores y el pueblo frente a esta escalada? Estos y otros temas abordaremos en nuestra próxima nota.

Manuel Justo Gaggero. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”.

La cárcel de los niños pobres



Estaba esperando a que llegáramos. Miraba con los ojos bien abiertos hacia el doble portón color celeste que separa el encierro de aquella libertad no tan libre, que no le ofrece tantas opciones para elegir. En cuanto nos vio entrar, se puso de pie y extendiendo sus brazos como paloma que está aprendiendo a volar, corrió hacia nosotros.
Otra vez esos sentimientos encontrados circularon por nuestros cuerpos: el de agradecerle a la vida que aún estuviese vivo y el de pensar cómo acompañar ese aprendizaje en ese contexto: en la cárcel de los niños pobres, donde los espacios de libertad no existen y donde la policía, aunque vista de civil, sigue oliendo a policía.
Nunca me gustó entrar al San Martín. Se hace presente en mí una huella tan cercana que hasta en ocasiones, le achaco el haber elegido, significado y resignificado mi quehacer laboral y militante a esa huella. Es la huella que me imprimió la historia de mi padre, que de algún modo también es mía y me habita.
Cuando muy niño, su madre decidió venirse a la gran ciudad desde la provincia de Córdoba en búsqueda de un mejor por - venir. Imagino a los ojos de mi padre, iguales a los del adolescente que nos esperaba con los ojos - y los brazos - abiertos. Iguales a los ojos que describe Baudelaire en el poema Des yeux des pauvres.
Cuando mi abuela se dio cuenta que las luces de la gran ciudad no eran tales, y que la realidad poco tenía que ver con aquel imaginario que circulaba en las familias que habitaban en el campo de su provincia natal, que no podía hacerse cargo de sus hijos y trabajar al mismo tiempo, que estaba muy sola y que los lazos de solidaridad aquí eran distintos, tomó la decisión de dejar a sus cinco hijos al cuidado de otros, aunque le resultó difícil no separarlos. Cada uno de ellos tuvo un destino diferente. Y a mi padre, le tocó el pupilado del Instituto San Martín.
En aquella época funcionaba como colegio pupilado para los hijos provenientes de familias pertenecientes a alta alcurnia de la sociedad, aunque como eran “benéficos y benefactores”, el colegio guardaba algunas vacantes para aquellos niños de familias pobres, a las que había que reeducar, refuncionalizar y reinsertar en el sistema social.
Está claro que los niños ricos concurrían a la escuela del instituto todos los días, realizaban actividades deportivas y recreativas, recibían visitas de sus familiares durante la semana y los fines de semana, lo pasaban fuera de la institución, con sus familias.
Pero éste no fue el caso de mi padre: mientras los niños ricos estudiaban, él pelaba papas o picaba cebollas en la cocina. Mientras los niños ricos realizaban actividades deportivas o recreativas, él limpiaba los baños o lavaba los utensilios de la cocina o los trastos sucios que sus compañeros habían dejado después de almorzar, cenar, desayunar o merendar. Mientras los niños ricos los fines de semana se iban a sus casas familiares, mi viejo se quedaba encerrado en el instituto, solo y sin visitas, sin juegos, sin un abrazo tierno que lo abrigue, sin palabra.
Sólo quedaba presente la figura del celador, quien cuando definía que “las cosas no estaban bien”, podía decidir dejarlo toda la noche arrodillado sobre un colchón de maíz, pasarle “la cero” por la cabeza y dejarlo parado toda una noche de invierno en el patio del colegio.
Nos recibió con un abrazo, como siempre. Nos sentamos en uno de esos bancos fríos, hechos de material y pintados de color verde oscuro. Hacía ya tres semanas que estaba allí, encerrado. Me miró con esos ojos transparentes - esos que tienen los niños - y me dijo: mi vieja todavía no vino a visitarme. Yo me visto para ella, ves? Hoy me puse la mejor ropa que tenía para que ella me viera pero otra vez, no vino. Siempre me dice cuando la llamo por teléfono que va a venir y después no viene. Lo que pasa es que ella no me quiere.
Pensaba en mi viejo, cuando en su relato nos contaba que siempre esperaba a su madre los fines de semana, que imaginaba que iba con ella a la plaza o al cine, que conocía el lugar donde su madre vivía, y en el desencanto que sentía cuando ese pensamiento mágico se hacía trizas contra el piso cuando los fines de semana terminaban y su madre una vez más, no había ido a “visitarlo”.
Conversamos sobre su proyecto cuando lo sacaran de allí, expresó su deseo de terminar la escuela y de que “lo deriven a un hogar donde se sienta contenido, donde pueda hacer las cosas que le gustan” (sic).
Y nuevamente mi padre se hizo presente en mis pensamientos cuando indagábamos en su historia infantil y rememoraba que había descubierto que le gustaba mucho crear y construir juguetes de madera. Entonces, los fines de semana pasaba horas y horas en el taller de carpintería imaginando, re-creando y fundando un nuevo universo interno: había descubierto el universo del juego, un universo propio, pleno de significantes y de significados.
A la hora de despedirnos, luego de acordar volver a vernos la semana siguiente, me pidió que le guardase una pulsera. Tenía en su muñeca numerosas pulseras hechas con mostacillas de distintos colores. Tomó la de color verde, la puso en mi muñeca y me dijo: “… ésta tenela vos. Quiero que me la guardes. Ves…? Es verde, como la esperanza.”
Mi padre, a partir de la construcción de un espacio propio y creativo, comenzó a ser re - conocido entre sus compañeros, quienes preferían jugar con los juguetes que él construía a jugar con los juguetes costosísimos que les regalaban sus familias y comenzó a ser incluido en los juegos colectivos. Fue entonces cuando esta vez los adultos lo re - conocieron y se dieron cuenta que era un buen jugador de fútbol. A los dieciocho años, jugaba en la reserva del Club Atlético San Lorenzo, terminó sus estudios secundarios y comenzó a estudiar fotografía.
Fue un gran fotógrafo artístico, cuando sus sueños de ser jugador de la primera de San Lorenzo se diluyeron en el momento en que detectaron que descubrieron que padecía de tuberculosis. Cuando lo contaba se reía y nos decía: es que las “tumbas” no alimentaban…
Fue un gran trabajador, un gran amigo de sus amigos, un tipo solidario, un gran padre. Un tipo presente. Un hombre lleno de ternura.
Qué fue lo que se movilizó en su mundo interno cuando niño para poder erigirse en un adulto feliz? Esa es la pregunta que me circunda cada vez que un niño des - amparado por su familia, la sociedad y por el Estado es encerrado en el Instituto San Martín cual si fuese un delincuente. Ya no puedo preguntárselo a mi padre, porque hace algunos años partió de este mundo en búsqueda de otros sueños.
Y pienso, tal vez la respuesta se halle en el significado que el niño le concedió a la pulsera que dejó a mi cuidado. Tal vez la tarea sea la de des - armarla, re - inventarla, re - pararla, re - descubrirla y con ternura, restituírsela re - significada.

Claudia Silva (APE)

Hay equipo

Entrevista a Julio Gambina, presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (Fisyp

Mario Hernandez (MH): Ya estamos en línea con Julio Gambina. Estaba leyendo tu artículo “Cambios en el Banco Central de la República Argentina” y me quedé con una frase: “Hay equipo”.
Julio Gambina (JG): Hace mucho tiempo que en Argentina no se veía un equipo económico con un liderazgo, con un propósito claro más allá de discutir el rumbo. En el artículo hago mención que quienes llegaron con un equipo al Ministerio de Economía fueron el tristemente célebre Martínez de Hoz en tiempos de la dictadura militar que desembarcó con un equipo fuertemente cohesionado ideológicamente, preparado para llevar adelante el proceso de transformación que nutre la política económica de los últimos 40 años en Argentina.
Otro equipo económico importante fue el liderado por Domingo Cavallo construido desde Córdoba en la Fundación Mediterránea, auspiciado por el sector empresario hegemónico, en particular por el titular de Arcor, que creó un equipo profesional, técnico, que se prepararon antes de ser funcionarios de gobierno, que consolidaron los cambios producidos por Martínez de Hoz.
Alejandro Vanoli, nuevo presidente del Banco Central, es parte del Plan Fénix que surgió con profesores de la Universidad de Buenos Aires en los ’90 criticando la política neoliberal en los tiempos que también actuó Axel Kicillof quien armó un centro de investigaciones en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.
Está claro que ahora en el Directorio del BCRA y distintos puestos del Ministerio de Economía hay un equipo de jóvenes que militaron en el movimiento estudiantil y académico compartiendo investigaciones con Kicillof, por lo tanto, se trata de un equipo de profesionales que actuaron en conjunto previamente a ser funcionarios de gobierno, es decir, que es un equipo que viene trabajando en conjunto en militancia estudiantil universitaria, en investigación profesional y ahora ocupan varios puestos gubernamentales. Esto hacía mucho que no se veía en Argentina y, lógicamente, sin compararlo ideológicamente con los equipos de Martínez de Hoz o Cavallo, ahora está por verse si este equipo viene para desarmar la institucionalidad gestada en tiempos de la dictadura y los ’90 que consolidó una transformación reaccionaria del capitalismo en Argentina, o se trata de un equipo fiel y cohesionado ideológicamente entre ellos pero para consolidar la inserción subordinada del capitalismo argentino en el sistema mundial. Eso estará por verse, pero no se podrá decir que no hay un equipo cohesionado articulando la política monetaria-cambiaria desde el BCRA y la política fiscal, de ingresos, económica en general, desde el Ministerio de Economía.
Lo dejo como interrogante porque mucho se habló en los últimos tiempos con el gobierno de Néstor Kirchner cuando se decía que era el verdadero Ministro de Economía luego de la ida de Roberto Lavagna y con Cristina Fernández hasta cuesta recordar algunos de los nombres que pasaron por el Ministerio de Economía donde claramente no había equipos constituidos. Ahora, con Kicillof al frente, desde fines del año pasado se ha ido poblando el Ministerio y recientemente el BCRA de colaboradores que tienen una misma tradición e historia. Habrá que ver si eso se potencia en un cambio de política económica. No es lo que parece hasta ahora por las señales que se vienen viendo en el sentido de querer insertarse en el mercado mundial para obtener créditos internacionales, recibir inversiones extranjeras, afianzado en las negociaciones con el Club de París, el acuerdo de pago a Repsol y con el pago de las sentencias del CIADI, pero esto de que hay equipo plantea que ahora no habrá excusas para decir que si se quiere cambiar no se puede porque están dadas todas las condiciones para hacerlo desde el punto de vista de la constitución de un conjunto de profesionales cohesionados y fidelizados en una propuesta que encarna el Ministro de Economía.
MH: Veo que le abrís un crédito a la gestión económica. También en tu artículo señalás que la Ley de pago “soberano” incluye la constitución de una Comisión Investigadora con mandato para producir un informe en el término de seis meses. Sigo atentamente todos tus trabajos y salvo cuando fue la nacionalización parcial de YPF, es la primera vez que veo que en los últimos tiempos abrís una expectativa de este tipo.
JG: Uno escribe para alguien. Yo siempre pienso para el movimiento popular, para la izquierda en Argentina y creo que más allá de la orientación gubernamental hay un sector del movimiento popular y de la izquierda que tiene expectativas en el gobierno. No estoy hablando solo de militantes sino de votantes, de adherentes, de mucha gente que cree que hay una parte del gobierno que apunta en un sentido crítico a las políticas neoliberales hegemónicas en los últimos años desde los tiempos de la dictadura militar y el menemismo.
Estamos llegando al fin del 2014 y discutiendo si es el fin de un ciclo y tengo la sensación que hay que generar expectativas para que una parte de la izquierda o el movimiento popular con expectativas depositadas en el kirchnerismo pueda viabilizar propuestas de transformación en un sentido contrario al orden capitalista, de confrontación con el imperialismo, con las clases dominantes y, por lo tanto, hay que habilitar condiciones para la emergencia de un proyecto político popular emancipador, anticapitalista y antiimperialista en Argentina.
Axel Kicillof y algunos de los que participan en la conducción económica compartieron con muchos de nosotros en el 2001, por ejemplo, la conformación de Economistas de Izquierda (EDI). Ahí había algo, en la militancia contra el neoliberalismo en los ’90 de muchos de estos jóvenes que hoy participan de la gestión económica, compartiendo debates teóricos, políticos, militancia social que cuesta creer que pueda regalarse tan fácilmente al proyecto de las clases dominantes. En ese sentido es que habilito un crédito.
Fue lo que pasó con la expropiación parcial de YPF que pudo haber sido el punto de partida para una política emancipadora en materia de hidrocarburos. La nueva Ley de hidrocarburos no camina en ese sentido. Lo mismo pasó con la recuperación de la línea aérea de bandera, con la estatización de las AFJP, fueron todas medidas que generaron expectativas y pudieron servir de punto de partida para iniciar procesos de transformaciones que no se han verificado.
Ahora uno vuelve a esperar que esto avance. La presencia de Vanoli en el BCRA es parecida a cierta expectativa que nos generó la designación de Mercedes Marcó del Pont, que también era integrante del Plan Fénix. Yo creo que no sirve tener una expectativa negativa recurrente de que todo siempre se va a inclinar para el lado de las clases dominantes.
La realidad tendrá que demostrarnos si esto es así o no. La Ley de hidrocarburos, la apuesta a Chevron, a favor de los no-convencionales, nos dicen que aquella expectativa con la expropiación de YPF se frustró. El camino que siguieron con la devaluación de enero de este año nos muestra que las expectativas que había de cambios en el BCRA no avanzaron y se salió de Marcó del Pont a Carlos Fábrega que ahora ha sido despedido y asociado a negocios especulativos de familiares en el sistema financiero, por lo tanto, ahora puede pasar lo mismo, pero eso no quita que tengamos algunas señales incluso para pensar que el movimiento popular puede empujar las mejores tradiciones críticas a las políticas neoliberales y encarrilar un proyecto de transformación.
Si no se lucha es muy difícil arrancarle concesiones a cualquier gobierno
MH: ¿Ubicás en esta línea el discurso de la presidenta en la ONU denunciando al terrorismo económico y la responsabilidad de la justicia de EE. UU.?
JG: La Ley de pago soberano está escrita como al revés. Se dice vamos a pagar, para eso hacemos el cambio de domicilio y luego figura la Comisión investigadora. Uno diría que debería haber sido al revés, primero investigar la deuda y mientras tanto suspender los pagos. En ese sentido, cuando la presidenta denunció al terrorismo económico uno dice: si el juez Griesa declara el desacato de la Argentina y la presidenta dice que son terroristas económicos los que demandan al país, lo que corresponde es ir a un desacato unilateral. No hace falta que nos declare desacatados un juez de EE. UU., que incluso su sentencia fue criticada por amigos muy funcionales del sistema financiero internacional porque ha provocado un despropósito.
Al propio Banco Mellon de Nueva York se le quitó la licencia para funcionar en Argentina y la Ley de pago soberano le quitó el carácter de banco fiduciario de la deuda argentina, es decir, que la sentencia afectó los negocios del propio sistema financiero con sede en Nueva York.
El discurso de la presidenta para ser efectivo y la solidaridad internacional generada en la ONU con más de 120 países a favor de Argentina, al igual que las múltiples declaraciones de organismos internacionales a nuestro favor, marcaría que hay condiciones políticas para suspender los pagos y una investigación a fondo de la deuda señalando los responsables.
Esto que estoy diciendo va a contramano de la realidad porque Domingo Cavallo acaba de ser sobreseído de la demanda judicial por el megacanje. Son temas muy complejos y contradictorios, pero es importante que en tu programa y en estos debates, pero sobre todo en el debate en el movimiento popular, poder marcar que nuestro discurso crítico y emancipador no es utópico, que hay posibilidades, realidades y, en todo caso, lo que necesitamos es afianzar una fuerte voluntad política del movimiento popular en Argentina para que gestione algunos cambios desde arriba que pueden lograrse.
Fijate que se acaba de ratificar en el Ministerio de Trabajo la personería de la CTA y eso fue producto de la lucha de más de 20 años por su reconocimiento. Algunos podrán decir que el gobierno necesita tener una central sindical afín y por eso legaliza la central dirigida por Hugo Yasky y al mismo tiempo que no tiene más remedio que legitimar a Micheli. Ese pensamiento, esa lógica está bien, pero uno no puede mirar para otro lado y negar el desarrollo real y la construcción de una central sindical en el marco de la fragmentación del movimiento obrero en Argentina que muestra cinco centrales de trabajadores.
Lo importante es ver que si no se lucha, si no se presiona, es muy difícil arrancarle concesiones a cualquier gobierno, no solo al actual. El martes 14 va a haber una audiencia pública en el Congreso Nacional convocada por la Asamblea por la suspensión del pago de la deuda donde, entre otros, estará Eric Toussaint, el titular del Comité de la Deuda Externa del Tercer Mundo para generar un clima de debate en el Parlamento y el conjunto del movimiento popular para una campaña por la suspensión del pago de la deuda. Un tema que muchos creen que es imposible, el propio gobierno nos dijo durante mucho tiempo que era imposible investigar la deuda porque distintos turnos constitucionales la habían legitimado y legalizado con distintos canjes.
Han pasado 30 años de gobiernos constitucionales y ahora, aunque muchos dicen que es formal y no va a tener sentido práctico, hay una Ley que establece una Comisión investigadora. Entonces, es un logro del movimiento popular. La izquierda históricamente, desde los tiempos de la dictadura militar sostenía el no pago de la deuda, consignas como “FMI o pueblo”, marcando que había una contradicción muy fuerte. Muchos que entonces luchaban por el no pago de la deuda, ahora desde el gobierno han sustentado esta política de desendeudamiento que ha significado el pago de más de U$S 190.000 millones en estos años, como cancelación de esa misma deuda, es decir, se trata de recuperar viejas consignas y discutir incluso con un conjunto de personas, muchos de ellos funcionarios, legisladores y adherentes del kirchnerismo que han sostenido estas políticas, que en el último año creyeron que el accionar del gobierno era el límite de lo posible y hoy hay condiciones, si el movimiento popular genera movilización y debate ideológico en el conjunto de la sociedad, para que eso que parecía imposible pueda ser una realidad.
MH: Estoy en compañía de Matías Eskenazi con quien compilamos El debate Piketty sobre El Capital en el siglo XXI, para el que gentilmente nos escribiste la contratapa. También mencionaste a Eric Toussaint que participa de la publicación con un artículo “Anular la deuda o gravar el capital. ¿Por qué elegir?”, escrito en colaboración con Patrick Saurin y Thomas Coutrot, que visitará nuestro país la semana que viene y tiene previsto presentarse en el Congreso Nacional como dijiste y en las VII Jornadas de Economía Crítica en La Plata.
Te voy a dejar con Matías, pero antes te voy a decir algo sobre los jóvenes funcionarios que alguna vez formaron parte del EDI recordándote que Fernando Henrique Cardoso dijo: “Una cosa es ser intelectual y otra cosa es ser político”.
JG: En rigor hay intelectuales orgánicos de las clases dominantes y también del movimiento popular. En el ámbito del saber científico y popular todos protagonizamos la política. El gran desafío para nosotros es poder interactuar en el plano ideológico, de las ideas, para generar conciencia y sentido común contra el objetivo que tienen las clases dominantes, en ese sentido yo no le regalo a nadie. Está muy bien traer a cuento a FHC porque fungió de pensador marxista en un tiempo y luego terminó siendo funcional a las clases dominantes del Brasil y del mundo en un debate que todavía nos involucra.
MH: Y vaya si lo sigue siendo.
JG: Me parece muy interesante discutir estos temas.
MH: Ayer precisamente los abordamos con Claudio Katz por estos mismos micrófonos en “¿Sin salida?”. Ahora sí te dejo con Matías.
El fallo Griesa frustró el plan del gobierno de ganar tiempo endeudándose
Matías Eskenazi (ME): Desde mi valoración Kicillof está por debajo de FHC tanto intelectual como políticamente, pero quería retomar algunas cosas que planteaste porque coincido en que desde Roberto Lavagna no hay un equipo económico que desde el punto de vista personal tenga una coherencia, también Lavagna tenía un plan no solo económico sino político, tal es así que comenzó su gestión durante el gobierno de Duhalde y continuó con Néstor Kirchner hasta finalizar la reestructuración de la deuda en el 2005. Después de eso NK prescindió de él.
También mi sensación es que ahora no hay excusas porque todo el equipo económico responde a una misma dirección, pero no han llegado al Ministerio de Economía en la llamada “etapa rosa” del kirchnerismo, sino en un momento que hay que administrar los flancos débiles del modelo y en un primer momento plantearon un plan industrial que hasta ahora quedó en la nada. Luego una política que consistía básicamente en arreglar con todos los organismos de crédito internacionales para volver a tomar deuda, una política que está lejos de ser industrialista o popular, que fue frustrada por los propios a quienes se quería convencer. El fallo de Griesa da por tierra con este plan y mi sensación es que no hay otro alternativo. El plan que consistía en ganar tiempo endeudándose fracasó, no porque el gobierno haya dado marcha atrás, sino porque ha sido frustrado por un juez estadounidense y ahora no hay un rumbo económico coherente.
JG: Lo describís muy bien y por eso digo que se pueden generar expectativas en la sociedad y crear condiciones en el movimiento popular para discutir el rumbo de la Argentina en el futuro cercano.
No se trata de esperar al 2015, para construir en un año, en medio de una elección, un proyecto político alternativo que desde una disputa electoral genere condiciones para un cambio económico en el país, sino hay que hacerlo desde ahora generando las condiciones de movilización.
Es una punta del ovillo para discutir la suspensión de los pagos ya y alentar la auditoría e investigación de la deuda para generar condiciones objetivas de transformaciones, lo que solo se logra con movilización popular. Si hay un equipo económico que quiere formular un proyecto emancipador la condición de posibilidad son las condiciones políticas de movilización popular para esa transformación.
No hay excusa porque hoy no hay superávits comercial ni fiscal para sustentar una política social masiva y mucho menos para armar un proyecto de transformación del modelo productivo y de desarrollo. Eso supone una política que vaya contra la sojización y la dominación de las transnacionales de la alimentación y la biotecnología, ir contra el aliento a la megaminería y la explotación de los hidrocarburos no convencionales y contra la industria de armaduría que se ha desarrollado especialmente en el sector automotriz.
Estoy hablando de una transformación en profundidad, no es que tenga expectativas en que el gobierno lo vaya a hacer, pero si coincidimos en que ahora hay equipo, no tienen excusas o, de lo contrario, se afianzará lo que vamos viendo en la última etapa del gobierno de CFK donde en un sentido muy pragmático se orienta a subordinarse a las demanda de los capitales transnacionales.
ME: Espero que podamos retomar esta discusión en alguna presentación que organicemos con El debate Piketty sobre El Capital del siglo XXI.
JG: Un gran libro que ha generado muy buena repercusión por los comentarios que he visto en las redes sociales. Es muy necesario que se difunda.

Matías Eskenazi - Mario Hernandez

Mariano, que ahora es calle



Mariano Ferreyra se extiende cinco cuadras, bordeando el terraplén de las vías del Roca. Nace en el momento mismo en que se cruza con Pavón (ahora Yrigoyen) -avenida de la Estación Darío y Maxi-, hasta el puente Bosch. Mariano Ferreyra acaba de reemplazar al coronel Bosch. Con barba, bandera del PO y una flor colorada que le perfora el pecho, tiene una calle. Ya no es necesario ser un genocida del desierto, haber liberado un par de países, ser un independentista de la Corona, un intendente del siglo XIX, un precursor de la deuda externa o un prócer con bronce eterno para ser calle. Esta calle cortita, por donde marchaban las columnas de los tercerizados, fueron los últimos metros del recorrido vital de Mariano. Arriba, en la altura de las vías, la columna verde de Pedraza.
Luego el intento de subir a las vías, las piedras de la Unión Ferroviaria, el corte que fracasa, la Policía Federal que se abre y mira bucólicamente hacia la nada mientras la patota ataca a un flaco grupo desarmado, la corrida hasta Barracas, Mariano que cae en Perdriel y Luna y la sangre que serpentea como un arroyito mínimo y va resuelta por la calle que cuatro años después llevará su nombre y después dobla en la esquina de Pavón y se mixtura con la otra sangre, la de Darío, la de “si yo salí por mí y salí por todos / cómo es que ahora no hay nadie aquí a mi lado / que me retenga la luz en los ojos, / que contenga este río colorado”. La de Darío y Maxi que ahora son cartel formal de estación y nombre que ubica en estas vías, paralelas a la sangre de Mariano que contendrá este río colorado para que Darío no esté tan solo, sosteniendo una llamita que se apaga.

Gordos y empresarios

Cuatro años atrás la sangre de Mariano enrojecía una esquina de Barracas. El pecho hundido por una enorme flor colorada se abría para que entraran veinte años de historia. La locomotora que bufa, los vagones oxidados donde vive la gente sin casa, los sindicatos ricos y empresariados, los sindicalistas gordos, burócratas, los holdings de patronales y gremialistas para esclavizar a los mismos trabajadores, los cesanteados, los humillados, los tercerizados, los ennegrecidos, los despreciados por el mismo estado socio de los gremios – empresas para reducir al máximo la porción de los privilegios.
Ahí estaba Mariano, con apenas 23 años y una militancia salpicada de ardores que lo empujó a engordar la marcha magra de los tercerizados del Roca. Una bala de la barra brava de la Unión Ferroviaria le hizo estallar el corazón. A él, que en las vías de un mundo de hostilidad manifiesta amasaba su revolución diaria.
Tres años después llegó la justicia. De primera instancia. Con Pedraza y un par de policías sueltos como tope. Con el sindicalista empresario que organizó su fuerza de choque contra los trabajadores a quienes debía defender. Con dos policías en condena como ovejas negras de un estado inocente. Con la conversación confianzuda y campechana entre el ministro Tomada – y el reo Pedraza (después del crimen de Mariano) como un detalle de color. No hay sociedad ni acuerdo en la represión sino complicidad ocasional en el territorio. Ni premeditación ni “convergencia intencional para matar”. Casi el azar.

Ahora es calle

Pero Mariano ahora es calle. Reemplazó al coronel Bosch y es la próxima después del Comisario Mayor Gutiérrez. Cinco cuadras tiene la sangre de Mariano que nace en el puente y termina en la esquina de la estación. Cinco cuadras de un pibe flaco, con barba, encendido por la injusticia, convencido de que por sus manos también pasaban los hilos para cambiar la vida.
Ahora es calle. Es un charquito en esta historia hilvanada con sangre. Con Darío y Maxi solos en la estación.
Y los huesitos de Luciano investigados con lupa para saber en qué esquina lo atropelló el Estado.

Silvana Melo (APE)

110 años de lucha por una jubilación digna

Hace 110 años que las luchas del movimiento obrero, junto con importantes conquistas, lograron la ley 4349 de creación de la primera Caja de Jubilaciones para los trabajadores que desempeñaban cargos permanentes en la administración estatal.
Esta conquista, al igual que las logradas en la Previsión Social, fueron producto de las luchas de los trabajadores, de sus organizaciones sindicales. Así fue que entre otras acciones, en 1958, al calor de las huelgas y movilizaciones gremiales, se creó la ley 14499 que estableció el 82% móvil. Muchas conquistas fueron avasalladas por sucesivos golpes militares y gobiernos reaccionarios, como en la década menemista, cuyas retrógradas leyes 24241 y 24463, en lo fundamental, siguen vigentes. De allí surge, a 110 años, la necesidad de una nueva ley previsional que reestablezca el 82% móvil sobre el salario, un haber jubilatorio mínimo para cubrir la necesidades básicas y el manejo de los fondos previsionales por sus interesados, como establece la Constitución Nacional en su artículo 14 bis, o sea por los representantes de los trabajadores activos, jubilados y la participación del Estado.

El rol de los trabajadores jubilados

Los trabajadores son los productores de la totalidad de la riqueza material, intelectual, cultural, que pertenece a toda la Sociedad. De la riqueza total producida por los trabajadores en el sistema capitalista, el poder dominante del capital se apropia de su ganancia y deriva una parte para cubrir las necesidades del Estado, al que asignan el Poder formal para la administración política eficiente, para el aseguramiento de sus ganancias. Con diferencias en cada país,de acuerdo a los sectores hegemónicos de la burguesía que administran el Estado.
Con esta concepción, con la imposición de las leyes previsionales vigentes en nuestro país, cuando el trabajador se jubila y deja de ser fuerza de trabajo manual, intelectual o mercancía para la producción de plusvalía, es transferido a los poderes del Estado para su sobrevivencia. Luego de haber aportado durante 30 a 40 años un salario o ingreso diferido para tener en la vejez una jubilación acorde con ese salario o ingreso, los jubilados, sometidos a estas leyes, constituyen un eslabón en el sistema de explotación capitalista. Por ello, el rol de los trabajadores jubilados, debe ser fundamentalmente en los propios sindicatos y organizaciones donde protagonizaron las luchas por el salario, convenciones colectivas, la solidaridad con el conjunto de trabajadores, incorporando la defensa de sus intereses y de los futuros jubilados.

La realidad actual y las perspectivas

Más del 80% de los jubilados y pensionados nacionales reciben un haber jubilatorio inferior a la Canasta Básica de un adulto mayor. De ellos más del 60% reciben una jubilación inferior al insuficiente Salario Mínimo, Vital y Móvil. El INSSJyP “PAMI”, la Obra Social de los jubilados, sigue intervenida y en un un creciente deterioro. No hay viviendas en comodato para situaciones graves producidas por los aumentos inflacionarios. Para cada uno de éstos y para cada necesidad hemos presentado proyectos de leyes y propuestas para su implementación, que difundimos en los comunicados semanales, con las acciones cotidianas, en los miércoles de los jubilados.
En la realidad objetiva de la crisis global del Sistema capitalista, las perspectivas de la Seguridad Social y, en particular, la Previsión Social, está sufriendo, a nivel internacional, los ajustes que se descargan sobre el conjunto de los trabajadores activos y jubilados, con la magnitud de acuerdo a la combatividad y correlación de fuerzas en cada país. La única y verdadera perspectiva, como la experiencia histórica nos ha demostrado, está en las luchas, su coordinación y organización.
Lucha, organización y una contraofensiva ideológica y cultural, para hacer realidad nuestras propuestas, que son necesarias porque son posibles
Se hace imprescindible una verdadera batalla ideológica y cultural. Desde las esferas del poder económico y gubernamental se instala la tesis de la inviabilidad del 82% móvil y del otorgamiento urgente de un aumento de emergencia, con el argumento de la desfinanciación del sistema jubilatorio, sin someterlo a un profundo debate que permitiría demostrar esta falacia, que tiene otros objetivos.
Es una labor ideológica, utilizando Centros de jubilados y organizaciones afines como mediadores con la masa de jubilados y pensionados con el objetivo de generar conformismo, resignación, posibilismo, para lograr pasividad en la etapa de la vida que debiera ser de jubileo, y no de subsistencia bajo límites de pobreza. Lo que no se dice, y forma parte de una necesaria contraofensiva ideológica y cultural es que quienes aportamos durante toda nuestra vida activa a un fondo que hoy es la caja más importante que maneja el Poder Ejecutivo a través de la ANSES, es utilizado para cubrir necesidades presupuestarias como el pago de cuotas e intereses de deuda externa y otros requerimientos, cuya contraprestación, en lo fundamental, son inversiones en títulos públicos, convirtiendo a la ANSES en uno de los organismos de mayor deuda pública del Estado, cuando la prioridad debiera ser resolver la situación por la que atraviesan la inmensa mayoría de los jubilados.
Es imprescindible para ello, la creación de un Instituto Nacional de Previsión Social, para la dirección y administración de los aportes de los trabajadores provenientes de sus salarios o ingresos, las contribuciones patronales y del Estado como responsable de la Seguridad Social, para el pago exclusivamente de jubilaciones y pensiones, una entidad pública no estatal, dirigida por sus beneficiarios, los trabajadores activos y jubilados, que son quienes aportan mensualmente para su sostenimiento. y participación del Estado.
Que los importantes fondos existentes deben ser incrementados con los ingresos de aportes y contribuciones del trabajo de más de un tercio de la Población Económicamente Activa no registrado, del restablecimiento de la totalidad de las contribuciones patronales, disminuídas por Menem-Cavallo y que siguen vigentes, que ambas aumentan aún mas las extraordinarias ganancias de los grandes grupos económicos y que es responsabilidad del Gobierno resolver. A la vez, incrementos con ingresos provenientes de una profunda reforma tributaria para gravar las transacciones financieras e impuestos directos a las grandes ganancias y fortunas, entre otras medidas, que pongan el objetivo en el sujeto, los jubilados y pensionados.
A la teoría de la resignación y posibilismo le debemos responder con mayor unidad, movilización, organización y una profunda labor ideológica, A la teoría del aislamiento de los jubilados con los trabajadores activos, respondemos con la concepción clasista de Sindicatos y Central de trabajadores que incluyen en su plataforma las reivindicaciones propias y de todo el pueblo trabajador, organizando en su seno a los jubilados. A la teoría que distribución del ingreso es entre los menos pobres a los más pobres, como la vigencia del impuesto a las ganancias sobre salarios y jubilaciones. Como lo producido con las necesarias aunque insuficientes aumentos otorgados a la jubilación mínima, que fue cubierta en parte con el achatamiento de las escalas, que conduce a convertir la jubilación en un “subsidio a la vejez”. Como la implementación de las necesarias moratorias previsionales con fondos del ANSES sin tocar los intereses de los grandes grupos económicos, respondemos con la necesidad de la distribución de la riqueza.

Lucha reivindicativa y construcción de alternativa política de poder popular

La lucha de la clase obrera por las reivindicaciones del pueblo trabajador, que incluye a los trabajadores jubilados, está indisolublemente ligada a la lucha por elevar la conciencia en la necesidad de una alternativa política de Poder popular. Como fue resuelto en Congresos de la CTA, a partir de una Constituyente Social, la construcción de un Movimiento político, social y cultural de liberación, de contenido antiimperialista, anticapitalista y socialista. Actualizar, desarrollar, profundizar este proyecto político estratégico es la esencia de la existencia de una CTA clasista, autónoma de los patrones, de los Gobiernos y Partidos Políticos. Una fuerza política surgida desde los movimientos reales de la clase obrera y sectores populares, un ámbito de acumulación de cada lucha parcial económica, social, política, electoral.
En las condiciones actuales de una profunda crisis del sistema capitalista, se acentúa la agresividad político militar del imperialismo en el mundo, y en particular en nuestra América latina, con acciones políticas, económicas, militares y lograr el aislamiento, para destruir individualmente los procesos revolucionarios. Crece nuestra responsabilidad en la construcción de la fuerza política estratégica, para una Argentina integrada con los pueblos y Gobiernos de Cuba socialista, y con diversos proyectos anticapitalistas y socialistas como Bolivia, Venezuela, Ecuador, que conforman La Alternativa Bolivariana de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe ALBA que abrieron este camino en nuestra América Latina.

Marcos Wolman

Testimonio en Entre Ríos



Un sobreviviente presta testimonio sobre torturas en la dictadura
Noticia de Casapueblos-AEDD

Torturas y sed constante

Un sobreviviente de la última dictadura militar narró que durante su cautiverio estuvo trece días sin tomar agua y dijo que cuando “les rogaba” a sus captores que mitiguen su sed, éstos se negaban para que no muriera por los efectos de la picana eléctrica con la que lo torturaban y prolongar así su interrogatorio.
Carlos Isidoro Weinzettel, uno de los testigos de la megacausa Area Paraná, en la que se investigan delitos de lesa humanidad ocurridos en la costa oeste de Entre Ríos, recordó que después de los interrogatorios, “cuando nos quedábamos solos con la guardia, las torturas seguían. Nos golpeaban todo el día”.
Weinzettel fue secuestrado el 21 de agosto de 1976 y estuvo 14 días con los ojos vendados y maniatado a una parrilla de hierro, donde recibió las descargas de la picana eléctrica. En sus declaraciones señaló al ex auditor del Ejército Jorge Humberto Appiani, al ex médico de Institutos Penales Hugo Mario Moyano y al ex director de la cárcel de Paraná José Anselmo A-ppelhans, de ser partícipes de las sesiones de torturas a que fue sometido. Weinzettel es el esposo de Alicia Ferrer, quien también fue secuestrada. Ella tenía tres meses de embarazo, pero lo perdió a causa de las torturas.

Proyecto de reforma del código procesal penal anunciado por la presidenta: Criminalizar y estigmatizar la pobreza

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció el envió al Congreso Nacional de un proyecto de reforma del Código Procesal Penal de la Nación, el pasado martes 21, que lejos de aportar un cambio sustancial en la resolución de los conflictos sociales, expresa otro guiño en este irreversible giro a la derecha del kirchnerismo, de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.
Así, los reincidentes serán privados de su libertad durante el proceso. Los extranjeros “flojos de papeles”, es decir pobres, serán deportados si son sorprendidos en la comisión “flagrante” de un delito, en un país que descolla por las causas armadas. A la vez, el concepto vago de “conmoción social” extenderá aún más la prisión preventiva que hoy encierra a más del 60 por ciento de presos y cautivas. Reincidencia: el derecho penal debiera ser de acto y no de autor, aunque – según el proyecto -, será al revés.
Es necesario aclarar que el cuerpo normativo cuyo proyecto de reforma se va a comenzar a tratar en el Senado se limita en su aplicación a la justicia Federal – delitos contenidos en leyes especiales como los referidos a estupefacientes, lavado de dinero y contrabando – y a la justicia Nacional, que es aquella que entiende en los procesos iniciados a raíz de delitos cometidos en el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Resulta importante destacar que las provincias mantienen para sí la facultad de dictarse su propio código de procedimiento en materia penal. Una excepción es la aplicación supletoria de este código que se busca reformar en cuestiones que el Código de Procedimiento Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires – que entiende en delitos delegados por Nación, como lesiones en riña o abandono de personas – no regule expresamente.
El cambio del sistema “mixto” al “acusatorio” prevé que todas las investigaciones –y no algunas, como hasta ahora– sean llevadas adelante por la fiscalía, órgano encargado de instar la acción penal, y formulen su acusación frente al juez competente.
Se incorpora a la víctima como figura autónoma en la causa, y sin necesidad de constituirse como querellante podría incidir directamente en el proceso, impugnando sentencias absolutorias u oponiéndose a la libertad del condenado, entre otras.
A su vez, el tan anunciado acortamiento de los plazos procesales no parece presentar grandes variaciones en la práctica judicial, dado que el actual Código también prevé plazos reducidos de duración de la instrucción que son letra muerta jamás aplicada a favor del imputado, salvo, por supuesto, que éste porte traje, corbata y otras señas de identidad. Asimismo, la eliminación de la prescripción como extinción de la acción penal por el paso del tiempo, quedó como un concepto confuso en el discurso y pareció más destinado a concitar adhesiones que a una realización concreta. Sería de gravedad extrema que semejante idea prosperara, dado que se multiplicarían los seres privados de libertad. Y, además, ¿cuál sería la línea divisoria con los crímenes de lesa humnanidad que son imprescriptibles e inanmistiables?

Neopunitivista

El discurso neopunitivista alentado por los medios masivos de comunicación y reproducido de forma sistemática por los representantes políticos de los que cortan la torta y la clase media acomodada que impone opiniones, usos y costumbres, se hizo carne en el anuncio de Cristina. Así, hizo hincapié en dos artículos que incorpora este proyecto y reflejan de manera clara la línea institucional que caracteriza al Estado: criminalizar y estigmatizar la pobreza. El artículo 35 prevé la expulsión del país del extranjero en situación irregular (“flojo de papeles”) que haya sido sorprendido en flagrancia de un delito –en el momento de cometerlo o inmediatamente después– o que el mínimo del delito que se le impute sea menor de 3 años. La expulsión se daría por un plazo de entre 5 y 15 años. No queda realmente claro el alcance del artículo citado dado que está incorporado como una posibilidad de la suspensión del proceso a prueba (“probation”), que se puede dar solamente a partir de la solicitud del propio imputado.

“Conmoción social”

El artículo que no deja lugar a discusión es el 185, que regula lo referido a la prisión preventiva. Una interpretación bienintencionada del Código Procesal Penal actual, como extensión de la Constitución Nacional, establece que la privación de la libertad del imputado durante el proceso – inocente hasta tanto un juez por medio de sentencia fundada diga lo contrario – se debe dar como excepción y a los fines de garantizar su desarrollo, por peligro de fuga o entorpecimiento de la causa. La práctica jurídica ha menoscabado los derechos de los imputados aceptando como válida una fórmula que de acuerdo a la pena en expectativa permite a los magistrados presumir los riesgos procesales.
Esta situación, grave de por sí, se ve agravada a raíz de la incorporación del concepto de “conmoción social” como parámetro a tener en cuenta por el juez que determine la privación de la libertad del imputado durante el juicio. Este nuevo concepto no está respaldado por ninguna referencia positiva que indique cuándo estamos frente a un “estado de conmoción social” sino que parece haber sido incorporado estratégicamente para dejar librado al criterio de los jueces, fiscales, querellantes, víctimas y sobre todo de la televisión si una persona debe ser privada de su libertad mientras se investiga la comisión de un delito.

Reincidencia: el derecho penal es de acto y no de autor

Además, en la exposición de motivos y en el discurso de la presidenta se hizo mención a la figura de la reincidencia, que es una materia regulada por el Código Penal y no de procedimiento. Se expuso cuál es la línea que deben seguir los jueces al momento de decidir el dictado de la prisión preventiva y las excarcelaciones: los reincidentes serán privados de su libertad durante el proceso. Tal postura discriminatoria pareciera desconocer que nuestro derecho penal es de acto y no de autor. Se condena a una persona por un hecho determinado, no por ser determinada persona. Y ésta no debería ser estigmatizada para siempre luego de haber cumplido una pena.
Esta “demagogia punitiva” que busca ser ley, además de ser peligrosa para cualquier estado de derecho, es contraria a la Constitución Nacional y a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos que postulan al principio de inocencia y al “in dubio pro reo”–ante la duda, estar a favor del imputado– como raíz necesaria de todo procedimiento penal. La regla pasaría a ser que los procesados aguarden la sentencia encerrados en una jaula.
Como sucede con la mayoría de los presos en nuestro país, quienes esperan la sentencia en estas instituciones que invisibilizan la devastación sistemática de un núcleo social determinado y evidentemente seleccionado. Que son sometidos a condiciones de alojamiento infrazoológicas, a la tortura cotidiana, a la falta de atención médica, al hambre y a una muerte cada 38 horas en las cárceles argentinas.

Juan Ignacio Maurin

sábado, 25 de octubre de 2014

China: de Giovanni Arrighi al General norteamericano Clark

Hace algunos pocos años, el ya fallecido economista y sociólogo italiano Arrighi, publicaba su célebre trabajo, Adam Smith en Pekin. Tras una reinterpretación explícita de la teoría de Adam Smith, suponía que el economista escosés no habría teorizado en realidad sobre el capitalismo sino sobre un supuesto sistema de mercado “no capitalista”.

El modelo de esta entelequia es China. En principio es la China previa a la Revolución Industrial. Una China floreciente –como efectivamente lo era- que habría sido vencida no por la potencia de la productividad del trabajo de que gozaron Inglaterra y Europa –como señala Marx en El Capital- sino debido fundamentalmente a la potencia de las armas. En todo caso no estaría de más preguntarse por qué se habrá ganado Europa el derecho a las armas, aunque no es este el lugar para discutir el asunto. Mejor recordemos que el mismo Arrighi cita muy pertinentemente a Marx quien también en El Capital define a las guerras como fuerza militar partera de la transformación capitalista de la sociedad mundial. Pero dejemos esto para más adelante. La cuestión es que China invadida, oprimida y sojuzgada, como lo estuvo desde las Guerras del Opio, fue víctima de la decadencia durante un siglo. De la visión de Arrighi parece desprenderse que China sólo se habría “redimido” muy parcialmente con la revolución del ’49 porque la verdadera redención, en realidad, llegó después.
Créase o no, según Arrighi la “redención” habría comenzado con Deng y la restauración que habría abierto nuevamente el camino a la China “de mercado, no capitalista”. Una extraña redención que adquirió fuerza con Tiananmen y con la conversión de China en la principal fuente de trabajo barato y superexplotado del mundo, o dicho con mayor precisión, en la principal fuente de plusvalor absoluto. La afirmación tiene sentido, porque el objetivo de Arrighi en Adam Smith en Pekin, es oponer a una teoría de clases, la marxista, una teoría de “La Riqueza de las Naciones” o sea, una teoría –literalmente- de otra clase. En conclusión, el actual crecimiento extraordinario de China asociado al período más agudo de la decadencia norteamericana, sería algo así como la venganza de Oriente. De resultas que la China que habría vuelto a ser “de mercado no capitalista” –cuestión que el mismo Arrighi termina reconociendo, al menos implícitamente, como una vana ilusión-, sería portadora de un nuevo tipo de ascenso pacífico. Agregando Arrighi que la comparación histórica más pertinente entre una potencia en declinación y otra en ascenso como China, sería la relación de “cooperación” entre Gran Bretaña y Estados Unidos durante los años ’20.

El General Clark

Hace algunos pocos días, el general retirado del Ejército de Estados Unidos y ex Comandante Supremo de la OTAN en la guerra de Kosovo, Wesley Clark, retomaba en The New York Times una pregunta ya formulada por Kissinger: ¿Es posible que China acuerde con Estados Unidos a fin de crear una estructura internacional en la que, por primera vez en la historia, un estado naciente sea incorporado a un sistema internacional y al fortalecimiento de la paz y el progreso? Un interrogante similar a la afirmación de Arrighi. El alerta de Clark, es que China estaría viendo cada vez más a Estados Unidos como un adversario y rival potencial. El ex general afirma que si desde fines de 1970 Beijíng buscó una asociación estratégica con Estados Unidos para disuadir una amenaza soviética y se disponía a escuchar y aprender de los militares norteamericanos, el punto de inflexión se produjo con la crisis de 2008 y sus secuelas. A partir de aquel momento China habría comenzado a ver a Estados Unidos como un sistema que falla, como una economía atrapada en la deuda y un gobierno disfuncional, vulnerable a ser reemplazado en su lugar de líder del mundo. En el análisis de Clark Estados Unidos debería mirar a China más allá de los paralelismos históricos. El crecimiento económico de China y el desafío que presenta es mucho mayor que el de Japón en la década del ’80. Hace un siglo Alemania era una potencia ascendente dispuesta a hacer la guerra pero nunca tuvo la población o la capacidad industrial de los Estados Unidos, o hasta la década del ’30, el liderazgo de un solo partido político por encima del estado de derecho. Tampoco está China como la Unión Soviética, económicamente aislada del mundo. No hay ningún precedente histórico. Siempre según Clark, si durante más de dos décadas la política de Estados Unidos hacia China fue de equilibrio entre el “compromiso” y la “contención”, una versión de la política estadounidense hacia la Unión Soviética durante la guerra fría, el “pivote” hacia Asia que la administración Obama anunció en 2011, fue percibida como un cambio hacia la contención, es decir, como dirigida contra China. Y resulta que el problema estratégico más profundo de Estados Unidos es el desafío más fundamental de China a la arquitectura global del comercio, el derecho y la “solución pacífica” de las controversias que los Estados Unidos crearon después de la Segunda Guerra Mundial. De modo tal que Estados Unidos tendría que ser muy “claro” convenciendo a China de que sus intereses no están en la expansión territorial sino en asumir la responsabilidad de compartir el liderazgo global. Le deberían “explicar” también que una alineación más estrecha con Rusia sólo puede provocar a Estados Unidos y sus aliados así como que sus fuerzas militares en expansión, tienen “consecuencias”. Después de toda esta alharaca “democrática” reafirma que Estados Unidos necesita una visión estratégica propia de largo plazo incluyendo entre otras cosas, una economía fuerte sobre la base de la independencia energética, una democracia fuerte y la capacidad militar para pararse frente a China en caso de crisis. Con estas piezas, dice Clark, Estados Unidos podría tener éxito en ayudar a China a asumir su legítimo lugar de líder mundial y quizás uno al mismo nivel que Estados Unidos de una manera que promueva la prosperidad y la estabilidad global. Quizás entonces los líderes chinos se sentirán lo suficientemente seguros para conceder la “democracia real” para su pueblo. Pero va a ser un largo viaje.

No siempre hay una primera vez

Las posiciones de Arrighi, de Clark y de Kissinger, tienen un exótico punto de contacto. La idea de la posibilidad de reemplazo de la decadente hegemonía imperialista mediante una alianza cooperativa que por supuesto, cada uno interpreta a su modo. La discusión sobre la caracterización de China no consiste en si China es capitalista, como se preguntaba Arrighi ya tardíamente en 2007, sino, en todo caso, en qué medida podría estar China adquiriendo rasgos imperialistas en el sentido leninista del término. Planteamos la semana pasada en El destino de China y la economía mundial, algunos elementos en lo referente a la exportación de capitales. Otro elemento clave consiste en investigar su capacidad militar. Si bien el incremento en el gasto de armamentos de China durante los último años es notorio, hay que tener en cuenta que su punto de partida es muy bajo y por ahora, en cuanto a los resultados, la distancia con Estados Unidos, o incluso con Rusia en términos de ojivas nucleares, es sideral. China representa aproximadamente el 8% del gasto militar mundial frente al abrumador 41% de Estados Unidos. Tampoco está para nada claro que una disputa por la hegemonía mundial se planteará entre China y Estados Unidos. Amén de que existen muchos otros jugadores, entre ellos Alemania, tampoco es claro si China logrará evitar el destino de Japón, aunque fundamentalmente por la debilidad norteamericana, ello parecería menos probable. En todo caso, resulta complejo aún definir si China avanzará o no en adquirir en mayor cuantía rasgos imperialistas. Sin embargo es clave poner de relieve tres aspectos. El primero de ellos es que si bien existen puntos de contacto entre la relación chino-norteamericana y la relación anglo-norteamericana en los años ’20, las diferencias son tales que pensar un escenario semejante resulta por decir lo mínimo, una abstracción. Las similitudes se producen en el terreno de la relación comercial y su declinación, a partir de 2008 y en el terreno de la dependencia monetaria. Pero si en los años ’20, cuando Estados Unidos era ya primer productor mundial de muchas mercancías fundamentales, su productividad equivalía al 150% de la británica, la situación de China hoy, es muy distinta. Aún siendo la segunda economía mundial por PBI, su productividad, medida en términos de producto por persona empleada y según datos del informe de The Conference Board de 2014, representa apenas el 17,1% de la de Estados Unidos. El segundo aspecto es que la cooperación durante los años ’20 entre Estados Unidos e Inglaterra –que se puso en práctica cuando Estados Unidos mostró su superioridad- estuvo muy lejos de resolver la crisis de hegemonía imperialista que abrió la decadencia británica. Por el contrario, la falta de una hegemonía clara es parte (aunque sólo parte) indisoluble de la inestabilidad de los años ’20. La cuestión de la hegemonía y la estabilización del capitalismo mundial, recién se resolvió luego de la Segunda Guerra y con el indiscutible establecimiento de la hegemonía norteamericana. El tercer aspecto es la discusión más importante a la que por ahora sólo dedicaremos unas líneas. En una situación de estancamiento secular capitalista no se puede descartar al menos teóricamente, en el mediano o largo plazo, algún tipo de “cooperación” entre estados imperialistas. Pero una situación tal, lejos de actuar como punto de partida de un nuevo período pujante de la economía global, sería en todo caso, el acompañamiento de su decadencia y autodestrucción con un altamente probable recrudecimiento de la lucha de clases. No hay por qué olvidar agudas palabras de Marx, sobre todo cuando pasaron la prueba una y mil veces: las guerras son la fuerza militar partera de la transformación de la sociedad mundial capitalista.

Paula Bach

Aumento del empleo público y baja salarial

El presupuesto nacional 2015 presenta nuevamente un aumento en el empleo público del estado nacional. Este no es un dato nuevo y se hace extensivo a los estados provinciales y a las gestiones municipales. El aumento del empleo público, su evolución histórica y el vínculo con el deterioro salarial como una de las caras de la precarización laboral, son analizadas en esta nota.
El proyecto de Presupuesto 2015, con media sanción en Diputados y a punto de convertirse en ley el próximo miércoles tras la aprobación del Senado, prevé para el próximo año un aumento en los llamados “recursos humanos” dependientes de la Administración Nacional, en cargos permanentes y temporarios.
El empleo público nacional se ha ido incrementando cada año en cada uno de los presupuestos presentados. Se pasó de una plantilla de cargos permanentes y temporarios de 232.386, presupuestada en 2004, a una de 389.396 para el 2015 (un 68 por ciento de aumento). Comparado con al año en curso el incremento será de 12.171 nuevos puestos para el año próximo. El aumento de los trabajadores en el Estado lo muestra así en su rol de regulador de la desocupación.
Nicolás Villanova es sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, responsable del área de Estadísticas del Centro de Estudio de Investigaciones en Ciencias Sociales. Es especialista en el abordaje de los temas de trabajo y empleo.
Con él conversamos durante una entrevista en el programa Los Locos de Buenos Aires para abordar el tema del aumento del empleo público, analizar su evolución histórica y el vínculo con el deterioro salarial como una de las caras de la precarización laboral.
“En la última década el empleo estatal creció mucho. Si uno analiza históricamente es una tendencia que se viene dando desde la década del 70. En la década del ‘50 el empleo estatal era de aproximadamente entre un 10 y un 12 % del total de los ocupados y los asalariados industriales constituían cerca de un 20/21 %. En la última década eso empezó a revertirse ya que el empleo estatal ocupa un 16 % del conjunto de los trabajadores ocupados en la economía mientras que los asalariados industriales cerca del 11/12 %. Con lo que se podría decir que en términos relativos el empleo industrial viene decreciendo. Y si se analiza el empleo en el Estado ha ido creciendo a lo largo de las décadas: 11 % en la década del ‘70, un 14 durante el menemismo, y en la última década un 16 %”, detalló.
“El crecimiento del empleo en el Estado no es más que la precarización de los trabajadores porque los salarios que obtienen son mucho más bajos que los de trabajadores industriales registrados”, agregó Villanova.
Recientemente se conocieron cifras del aumento del empleo público que el presupuesto de la provincia de Buenos Aires también prevé. Además, un recorrido por los diferentes rincones de del país muestra claramente que este fenómeno no es solo nacional sino también provincial y con fuerte impronta a nivel municipal.
Villanova explica que el Estado no es algo homogéneo; una cosa es un empleado en el Estado nacional y otra en los estados provinciales o municipales. Sus investigaciones muestran cómo los procesos de descentralización de servicios del estado nacional hacia las provincias y municipios - que arrancan en las décadas del ’50-‘60, se van profundizando en los ‘70 y finalmente en los ‘90- influyen en la pérdida de salario. Estos procesos se dieron en especial en servicios como la educación y la salud. “Los empleados municipales y provinciales son los que peores salarios obtienen y son los que porcentualmente representan la mayor cantidad dentro de los diferentes estados”, afirmó.
“En la última década el empleo provincial representa el 70 % de los trabajadores del estado mientras que en los ’50-‘60 los empleados del estado nacional representaban el 63 %. También se observa, incluso en el mismo estado nacional, que han crecido mucho los empleados contratados (monotributistas y artículos específicos para el empleo por contrato) sobre todo en la última década que de un 6 % pasaron a constituir un 18 %”.
Para Villanova, los bajos salarios estatales son en parte la explicación de la baja salarial a nivel general. “Cuando uno ve el promedio de los salarios del conjunto de los trabajadores de la economía, estos procesos (de descentralización) también explican la precariedad laboral de determinadas ramas. Tienden a incrementarse los trabajadores que se ocupan en ramas que peores salarios pagan y esto en la última década es muy fuerte”.

Los salarios como mecanismo compensador de la economía

“Es interesante pensar este fenómeno como mecanismo compensador de la economía. Por ejemplo, cuando el tema de la pobreza se analiza en base a desde qué importe de canastas se es pobre o no, se pierde algo fundamental y es que la pobreza presupone una relación: hay más pobres como condición de que haya más ricos. La riqueza de unos pocos es condición de la pobreza de unos tantos mas. Entonces hay un problema de la economía”, afirmó Villanova.
Desde el del Centro de Estudio de Investigaciones en Ciencias Sociales se analiza la historia económica argentina, cuáles han sido las fuentes de sostenimiento de la misma y cómo hoy el salario es la variable de compensación de otras rentas. “Hasta la década del ‘70, la economía argentina recibía sistemáticamente un porcentaje enorme de transferencias que provenían del agro, o sea que la industria argentina dependía de la renta agraria y ese era uno de los mecanismos de compensación fundamentales de una economía que es muy chica a nivel internacional y que no logra alcanzar la productividad media mundial. Luego de los ‘70 esa renta no alcanza para todos entonces aparecen otros mecanismos de compensación que están vinculados al endeudamiento externo; fuerte endeudamiento en la década del ‘70 y fuerte endeudamiento en la década del ‘90. En la última década lo que se ve es que agotada la transferencia de la renta agraria y agotada la posibilidad de endeudamiento externo lo que queda es la baja salarial. Uno ve una caída absoluta del salario desde la década del ‘70 hasta la actualidad”.
Si bien durante la última década ha habido una recomposición salarial, la misma se basa en haber partido de uno de los salarios más bajos de la historia argentina de los últimos 70 años. “La devaluación de 2002 operó como una baja muy fuerte salarial y de ahí se comenzó a relanzarla economía. Muchos analistas ven en el kirchnerismo un momento de recuperación de la economía. Pero algo que se puede ver es el piso salarial sobre la cual parte esa recomposición. Si se compara la baja salarial de los años 2002/2003/2004 y hasta el 2005 uno ve que la rentabilidad de los industriales creció a nivel record. Sobre la base de la baja salarial muy fuerte la rentabilidad empresarial creció, luego de la crisis. Ese es el proceso de recomposición”, aseveró Villanova.
El promedio de ingresos de los trabajadores ocupados durante el segundo trimestre de este año rondó los 5700 pesos, según el último informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma. Este ingreso, a valores de poder adquisitivo, no llega al promedio de la década de los ‘90 (6.200 pesos actuales) y son la mitad de lo que representaba un salario en 1975.
Villanova propone en este sentido poner en debate si se trata de un problema de gestión política o si es en realidad un problema de la economía misma. “Si se ve la tendencia histórica a la baja salarial, a la precarización laboral, entonces lo que está cuestionado es la economía misma. Son las relaciones que estructuran el capitalismo actual”, concluyó.

RED ECO

Noé Jitrik: “Cortázar fue leído con pasión, con entrega, con mucho interés”



A propósito del centenario del escritor argentino, del 25 al 27 de agosto se realizaron las Jornadas Internacionales “Lecturas y relecturas de Julio Cortázar” en la Biblioteca Nacional. El escritor y crítico Noé Jitrik intervino en la mesa de cierre “El rol del intelectual”. Conversamos con él sobre este evento y en general sobre el escritor. (Primera entrega de la entrevista)

¿Cómo fue el cierre y qué balance hacés en relación a las jornadas por el centenario de Julio Cortázar en la Biblioteca Nacional?
En la mesa que estuve yo –de cierre–, sobre el final, se discutió, ya que Cortázar tiene suerte post mortem… y no la tiene tanta.
Tiene suerte porque se habla de él hasta el exterminio. Es decir: por todas partes y por todos los recovecos que se puede imaginar uno en relación con un escritor, y eso es una suerte que no muchos escritores han tenido. Incluso se podría decir que la tuvo más que Borges en ese sentido.
Y la mala suerte es que la adhesión política de Cortázar –que fue muy evidente, que no se puede negar… por Cuba, por Nicaragua, contra la dictadura argentina– fue una actitud correcta, limpia, etc., y desbalancea el enfoque… Entonces, ¿qué es lo que queda? ¿Qué es lo que queda desde el punto de vista de la literatura? ¿Su obra o su adhesión política? Y hablar de la adhesión política –o de lo político– es desplazar el interés hacia lo político propiamente dicho.
De tal manera que por alguna intervención del público en la última sesión parecía que teníamos que discutir sobre Cuba sí o no, y no se trataba de eso, para nada: no era el lugar para hacer un examen o balance de si Cuba triunfó o no, si realizó o no, o si la revolución está al alcance de la mano o no…
Bueno, en ese sentido, balance: gran veneración. Grandes celebraciones. Mucho incienso, por todos lados, en relación con él. Una gran idealización de la obra de Cortázar y de la persona de Cortázar, y este desplazamiento, casi inevitable, hacia esa zona, política.
Eso es, también, en cierto modo, un balance.
El problema con la obra de Cortázar es ver si está vigente en su totalidad, por un lado; y si ofrece nuevas asperezas, rugosidades, como para ver las cosas de otro modo, o ver cosas nuevas que no se han visto antes.
¿Vos qué impresión tenés sobre si se lo lee actualmente a Cortázar, y quiénes y cómo lo leen?
Bueno, sobre eso hay informaciones casi te diría estadísticas. Es decir, cuando estábamos en París [en marzo de 2014], también hablando de Cortázar, la gerente o editora de Alfaguara dijo que Rayuela se está reeditando a 50.000 ejemplares por año. De manera que hay lectores. Quiénes lo están leyendo… Ahí hay un problema que a mí me interesó –hace rato– destacar, y es lo siguiente: cuando aparece la obra de Cortázar hay momentos, hay distintas temperaturas. Una cosa es cuando apareció Bestiario, que es una zona de silencio en torno al libro; es un pequeño hecho editorial aunque los textos son excelentes.
Pero es un pequeño hecho editorial más bien vinculado a la revista Sur, editorial Sudamericana y ese tipo de situaciones. Pero después que empieza a escribir novelas, que publica Los premios en Buenos Aires, ya empieza a ser visto de otro modo. Ya empieza a ser visto con una curiosidad mayor y la editorial se esfuerza por presentarlo con un aspecto novedoso.
Cuando aparece Rayuela es una explosión. Es decir, la gente se identifica mucho… los lectores corrientes… digamos de esta capa de clase, de esa burguesía ilustrada de Buenos Aires, se entusiasma mucho con Rayuela no necesariamente en virtud de un espíritu crítico muy refinado sino porque toca varias cuerdas Cortázar que son muy sensibles para esa clase media ilustrada, para ese grupo ilustrado de Buenos Aires, que es la relación con París, siempre inquietante: hay que ir a París; todo viene de París; qué pasa en París; qué les pasa a los argentinos en París. Desde el coronel Mansilla en adelante siempre se habla en la Argentina de París. Si alguien presenta la relación Buenos Aires-París, y hace la ligazón, eso impactó. Eso por un lado.
Por otro lado la representación de la vagancia: el tipo que anda suelto y que ve cosas, y le pasan cosas –tanto en París como en Buenos Aires–; eso también era como muy atractivo. Más ciertas idealizaciones: las mujeres… Todo ese conjunto hace un impacto en esa clase media, que hace después el fenómeno más fuerte de la recepción literaria, que es el “boca a boca”. Cuando salió Rayuela se hablaba de Rayuela todo el tiempo; lo mismo que cuando salió, algunos años después, Cien años de soledad de García Márquez. Eso cambió el estatuto de lectura. Es otro momento de Cortázar.
Instalado en esta situación, Cortázar, con cada cosa que va publicando, es objeto de interés.
Muy bien, hasta ahí está todo perfecto: así fue leído: con pasión, con entrega, con mucho interés.
Pero pasaron treinta y cuarenta años. En esos treinta y cuarenta años pasaron muchas cosas –en todo el mundo, numerosos cambios en todos los órdenes–; y también en el pensamiento. En esos años termina, fallece, el existencialismo. Nace y muere el estructuralismo. Hay una recuperación del marxismo. El psicoanálisis sienta plaza. La lingüística hace un aporte fundamental y aparece la mirada semiótica. Y esas corrientes, aunque los lectores ilustrados –siempre hablo de lectores ilustrados– no conozcan todo eso, ni se hayan comprometido con ninguno de esos movimientos… esos movimientos son maneras de ver que penetran en la capacidad, en el modo de la lectura.
Por lo tanto si todo eso pasó, debe haber generado –es posible que haya generado– modificaciones en la lectura de esos textos de Cortázar respecto de las miradas iniciales.
Yo creo que –y no lo puedo probar, porque tendría que hacer un trabajo que no me corresponde; me parece que es una hipótesis a tener en cuenta– la lectura puede haber cambiado. Y entonces esa lectura que cambió –o bien dio más cosas de las que se vieron antes en la obra de Cortázar–, o bien tiene un estupor frente a eso, en función de todos estos parámetros históricos que están gravitando, y no atina a ver nada nuevo sino a repetir sensaciones o respuestas anteriores. O bien a apartarse, también en función de que esta manera de ver impide quizás volver o acercarse a una obra de esa dimensión, como es la de Cortázar.
¿Y tu intervención en la Biblioteca Nacional planteó algo de todo esto que estamos charlando o planteó otras cosas?
Planteé varias cosas que me interesaba destacar como modos de ver. Por ejemplo: cuál es el contexto –literario– en que aparece la obra de Cortázar. Curioso eso. Es interesante señalarlo. Hay como tres líneas en ese momento 1940-1950.
Una, digamos las prolongaciones de Boedo, encarnadas en los escritores afiliados al Partido Comunista. Otra, la de gente como una prolongación remota –aunque no fiel– de Florida –ese viejo conflicto, de la década del ‘20–, en el Grupo Sur. Y hay una tercera línea, de los que no están ni en uno ni en otro caso, que son los de la “poesía pura”, por llamarla así, que es la Generación del ‘40, básicamente. Hay más cosas, pero esas son fundamentales para pensar.
La línea del PC; la línea de los escritores del PC culmina en el “realismo socialista” a la soviética; pero no necesariamente son tan fieles a la línea del “realismo socialista”. Obras como las de [Juan José] Manauta, [Alfredo] Varela… O Enrique Wernicke, o el propio González Tuñón, se escapan de eso. Pero en ellos hay como una especie de sentimiento de culpa respecto de la afiliación al PC. Y es que se obligan a ser [escritores] sociales, cuando en realidad, muchas ganas no tenían –no sé–. Por esa razón es una literatura que la teoría posterior que viene posiblemente del “compromiso” interpreta muy bien: ellos son “comprometidos” antes que se planteara la idea del compromiso. Y exactamente son fieles a esa idea sin conocerla. E ignorando quizás que esa idea tiene una historia: viene del existencialismo. El existencialismo viene de la fenomenología, y viene también de cierta inflexión que hizo de la fenomenología un tipo como Heidegger. Entonces, no es tan simple el asunto pero ahí está la idea del compromiso…
La otra línea, la que se agrupa en torno a Sur, es una línea literariamente más abierta –es decir: con mayor respiración–, atenta a lo que pasa en el mundo y sobre todo, lo que escritores que están ahí, concentrados, persiguen, es un rigor en la forma. Un rigor en la formulación. Un rigor en el pensamiento. Eso da un resultado muy importante para la historia de la literatura argentina; eso da el momento de mayor madurez de la expresión literaria. Si vos ponés ahí a Borges, a Bioy, a Mallea, a Bianco, a Cortázar… a varios más que andan por ahí... poetas como Girri… a Mujica Lainez –en los primeros libros–, hay rigor ahí, ¿no? Entonces ese rigor –y eso es lo que dije yo–, o esa manifestación de rigor, es lo que nos permitió, al hacer la Historia crítica de la literatura argentina, un volumen que se llama “El oficio se afirma”. Porque tenía ese sentido.
Los “cuarentistas” están metidos –digamos– en los vahos que brotan del Río Paraná por la tarde. Son así… parecen estar en las nubes, pero alguien hace el puente entre eso y el máximo compromiso que se podía pensar a partir del año ‘45, que es el peronismo. Eva Perón los concentra, los invita; hace unas peñas semanales con los poetas cuarentistas. Entonces imaginate vos… Pero ellos no bajan de la nube…
Ahora qué pasa con Cortázar…
La primera publicación de Cortázar es un libro de poemas…
Sí, un libro suelto, no por Sur.
Un producto muy muy claro de la revista Sur puede ser Silvina Ocampo, porque está cerca. María Rosa Oliver, también porque está cerca, están ahí. Pero Borges y Bioy Casares, que forman parte, están siempre reticentes con Sur, pero siempre dentro de ese programa –formal, si vos querés– que metafóricamente se puede poner en torno a la revista Sur: escribir bien; escribir con rigor; escribir con claridad sobre los géneros –no confundir–.
Trabajar la palabra, las ideas, los personajes…
Todo. La paradoja es que Cortázar, que empieza a formar parte de esa cosa aunque no esté totalmente en la revista Sur –eso es una manera de decir–, se ocupa en ese momento de literatura, hace ensayos literarios muy agudos…
Ahí está el “exuberante” libro sobre John Keats, por ejemplo.
Yo recuerdo algunos que publicaban en la revista Realidad, una revista que dirigía Francisco Romero en ese momento: me acuerdo de una cosa sobre Ricardo Güiraldes muy inteligente, admirable, pero siempre pensando en la palabra, la expresión, el rigor y todo eso.
Cortázar termina por publicar el Libro de Manuel, que es un libro… no “tipo PC” pero más o menos… Más bien “pro Monto”, ¿no? Vuelve un poco a eso. Por un camino sinuoso que habría que preguntarse por qué se produce.

Demian Paredes

Noé Jitrik: “Todas esas etiquetas son tentativas para empezar a hablar de algo de lo cual es difícil hablar”



Segunda parte de la entrevista al escritor y crítico Noé Jitrik, a propósito del centenario de Julio Cortázar y las Jornadas Internacionales “Lecturas y relecturas de Julio Cortázar”, realizadas en la Biblioteca Nacional.

Así como hay un “Cortázar escritor” también hay un “Cortázar comprometido”…
Sí; y esa es una formulación que yo hice, en relación con Cortázar, de algo que se habla inevitablemente, del compromiso político.
No pudo salvarse… Se le pide al escritor y al intelectual en general que se comprometa: que firme, que ponga su adhesión, etc. No se le pide al tipo común que anda por la calle. El tipo común va y vota, y ahí se para... El resultado de la elección ni siquiera mucho le interesa (que salga “el más mejor”, o sea: el más votado). Y todo lo demás no le importa. Pero pareciera que al escritor y al intelectual sí. Pero hay que hacer una distinción: una cosa es el intelectual, para el cual “lo político” es su objeto; otra cosa es el escritor, cuyo objeto es “el objeto imaginario”.
Entonces, hay que distinguir. Y es misterioso, porque al escritor, cuyo objeto es imaginario se le pide un compromiso con lo “real crudo” incluso mucho mayor que al intelectual, cuyo objeto es lo político. Hay ahí una especie de situación paradójica que de repente los escritores, muchos escritores empiezan a sentirse muy culpables porque no responden totalmente al pedido que se les está haciendo. Y a veces quieren responder, pero entonces se hacen la ilusión del “poder la palabra”. Entonces conté –ahí conté– el cuento de Platón. Platón era un intelectual muy reputado en su momento; como era muy bueno, muy famoso, genial, el tirano de Sicilia, llamado Dionisio el viejo, lo convoca para que lo asesore.
¡Y ya sabemos cómo le fue!
Como no le gustaron los consejos que le daba, lo vendió como esclavo. Alguien, un alma piadosa lo rescató, se volvió a Atenas –un poco… con una sensación probablemente de fracaso–, y resulta que Dionisio el viejo se muere y –como es un demócrata– hereda el trono Dionisio el joven, que también invita a Platón… Y Platón agarra otra vez.
Es decir: la idea que tienen ciertos intelectuales –o pensadores o filósofos o escritores– de que pueden incidir en el tipo que tiene el poder, hace que de pronto se obnubilen y que magnifiquen sus posibilidades de convencer o de dirigir incluso al político –y no pueden entender incluso por qué él está ahí y no el propio escritor–. Y le vuelve a pasar lo mismo: no le gusta lo que le dice Platón a Dionisio el joven y otra vez lo vende como esclavo.
Finalmente Platón volvió a Atenas, volvió a ese jardín que se llamaba Academus, a pasear por ahí y a pensar en lo que había dicho Sócrates acerca de temas tan intrascendentes como por ejemplo la poesía, la organización de la república, la ética… cosas menores en relación con la importancia que tiene lo político.
Y eso hace una tradición que llega hasta nuestros días; hay gente que se hace la fantasía de poder incidir, y terminan con una sensación de desdicha y de perplejidad, como fue el caso de Cortázar en Cuba. Cuando se produce el tema de [Heberto] Padilla, Cortázar no sabe qué hacer. No sabe qué hacer porque piensa –creo que piensa– que está muy mal lo que le pasa a Padilla –está muy mal que lo censuren; está muy mal que interpreten sus poesías como “contrarrevolucionarias”–, pero mucho más importante es “la revolución”, la salud, la enseñanza, etcétera.
Y entra en el juego estaliniano, de los “viejos bolcheviques” que terminaron por aceptar el cadalso –que los fusilaran– porque lo más importante era la revolución y no el error –el terrible error que se estaba cometiendo con ellos… la injusticia histórica espantosa–. Porque la disidencia no tiene que estar ligada a la muerte necesariamente.
Hay que ver de qué disidencia se trata. Pensar que un tipo como Bujarin –por ejemplo– podía ser terrible enemigo de la Unión Soviética… o Trotsky un “agente alemán” y cosas por el estilo es una aberración de una conceptuación del poder respecto a la cual el escritor que adhiere después es un alma desdichada; no ha podido hacer nada para evitarlo.
Hay como una expectativa para que se pronuncien; que no solamente nos brinden cuentos y novelas sino que también hablen de la realidad…
¡Y esa es una cosa que hay que explicar! Hay que tratar de explicarse el porqué de esa exigencia. Habrá una explicación. Y es que, para todo el mundo, lo simbólico es muy importante. El comercio simbólico. Y los escritores encarnan un poco ese mundo simbólico.
Es como las quejas que hay sobre la Iglesia: el cura de aldea, por ejemplo, no puede solucionar la miseria –en el caso de que la quiera solucionar–; pero se le exige. ¿Por qué? Porque el cura, como pareciera que habita el universo simbólico está obligado a hacer determinadas cosas, ya que lo simbólico actúa en las cabezas de la gente con una potencia extraordinaria. Y si vos admitís este argumento de lo simbólico, lo que podemos llamar la adhesión, e incluso el compromiso con determinadas causas, también pasa por eso.
Pensando en términos no espurios, digamos de decisiones legítimas: vos ves que el mundo es injusto, que el mundo está mal, que el sistema es perverso (“no lo soporto; quiero hacer algo para cambiarlo”; eso es legítimo), entonces, ¿por qué lo hacés? Bueno, porque esos valores que vos creés que hay que imponer son valores abstractos, en cierto sentido, que la acción tendería a concretar… Y entonces ahí está la adhesión, ahí está el compromiso que citábamos antes.
Por ejemplo Abelardo Castillo lo había “resuelto” en los ‘60 de una manera bastante sencilla –se podría decir–, al separar, cuando hablaba del “compromiso del hombre, no del escritor”.
Él era un típico representante del compromiso sartreano en ese momento. Era la manera que había encontrado Sartre para canalizar esa cosa.
Ligado al tema del “boom”, y quedándonos en las obras literarias, hay que señalar que también se lo filió a Cortázar al “realismo mágico” (o a “lo real maravilloso”, en palabras de Carpentier).
A mí mucho no me gustan esas etiquetas. A mí me parece que es literatura lisa y llana. Para dar un ejemplo extremo: hay un fenómeno, una cosa que para mí hay que considerar en una crítica sistemática a Cortázar que es el fenómeno de “recontextualización”. Las imágenes cambian el carácter y la función según el lugar donde se pongan. Entonces cualquier imagen, trivial, “la moto estaba estacionada en un lugar prohibido”, si la tomás así es una frase municipal, no tiene importancia. Pero si la ponés cerca de la descripción de un personaje que está a punto de cometer un robo o algo así, cambia de carácter.
Uno podría recontextualizar la guía del teléfono, y convertirla en relato; si no en su totalidad –ocuparía mucho espacio– en parte, con esa idea… Desde ya como un extremo, como un ejemplo grotesco de esto. Pero ese fenómeno de recontextualización es como si se produjera sobre algo que en otro lugar no tiene alcance literario, no tiene resplandor literario.
A mí lo que me interesa es el fenómeno de la recontextualización; yo puedo leer algo de la llamada “literatura realista”, o “fantástica” o “mágica” o lo que sea, de la misma manera siempre. Es decir: en tanto me diga algo. Me ilumine alguna cosa.
Yo no pienso “qué inteligente el tipo, que hizo que el príncipe se convirtiera en sapo, y el sapo en príncipe; me parece una maravilla”… ¿Lo tengo que llamar fantástico a eso? Eso es literatura. La literatura es eso. Como que todas esas etiquetas son tentativas para empezar a hablar de algo de lo cual es difícil hablar.

Demian Paredes