Milei, en la sede de su hogar de infancia política, la Corporación América de Eduardo Eurnekian, llamó a los empresarios a “ajustarse los cinturones porque habrá muchas más reformas”. El facholibertario acelera por dos motivos; el default del total de la oposición, incluido especialmente el peronismo, y como una manera de ganarle tiempo a los explosivos factores de choque, crisis y convulsiones que tiene en todos los frentes: la crisis financiera y de deuda, la crisis de reservas y las presiones devaluatorias, las contradicciones y guerras comerciales que desata el acuerdo comercial con Estados Unidos, el recrudecimiento inflacionario, las tendencias recesivas profundas y las imprevisibles causas de corrupción. La victoria electoral de medio término tiene demasiados límites para semejante ofensiva contra las masas y de sometimiento nacional. Por eso el apuro. En este cuadro se entiende el peligro “comunista” que agita Caputo, que bien leído es el fantasma de la irrupción de los trabajadores que, en determinadas condiciones, no pueda contener la burocracia sindical y el cascoteado asistencialismo.
Un “Estatuto de Indias” con Trump que desatará choques múltiples
Según el insospechable Financial Times, la carta de intención del acuerdo comercial con Estados Unidos, cuya letra definitiva no se conoce y tal vez vayamos conociendo por tramos según los ritmos de la extorsión imperialista, tiene 12 condiciones a favor de los norteamericanos, tres a favor de ambos países y una a favor de Argentina. La que es a favor de Argentina ya está afectando, porque es un aumento de la cuota de exportación de carnes de 20 mil a 80 mil toneladas, solo un 6% del total de envíos de carne al exterior, que sin embargo ya se sumó a los factores de aumento en el precio de la carne: en noviembre aumentó un 15% en los mostradores argentinos y un 25% en el ganado en pie. Jugoso negocio para la oligarquía y algunos frigoríficos, más castigo al bolsillo popular. Pero las “a favor de Estados Unidos” son aplastantes: preferencia de ingreso de productos norteamericanos desde autos, medicamentos sin aprobación de Anmat, químicos, maquinaria, productos de tecnología de la información, productos agrícolas, aves de corral, hasta ganado bovino (aunque ellos son importadores y no exportadores) y otros que podrán agregarse. En cambio, solo tendrán ingreso preferencial a Estados Unidos los que ellos no produzcan. Veremos el aluminio y el acero, que por ahora siguen con los mismos aranceles.
Todavía conoceremos cláusulas más leoninas de esta contraparte del rescate de Bessent. Pero veamos un aspecto crítico central. Todo esto y la cuestión de inversiones en minería y áreas estratégicas está relacionado directamente con la disputa con China. Y, por ahora, todo viene al revés. China en septiembre se transformó en el principal socio comercial argentino; sus exportaciones a Argentina fueron de U$S 13.091 millones, un salto del 66% en los primeros nueve meses de 2025 respecto del mismo período de 2024 (La Política Online). Fue noticia esta semana la importación de galpones para armar y hasta cabañas para el turismo en Salta y Catamarca (El Cronista, 19/11). La cuestión escala al punto que el zar del acero argentino, Paolo Rocca, puso el grito en el cielo porque están entrando 87.000 lavarropas importados por mes contra los 5.000 que entraban en el pasado y otro tanto de heladeras. La denuncia de Rocca -que sería uno de los beneficiados con la entrada de acero a Estados Unidos- es indicativa de reclamos “regulacionistas” de lo más concentrado de la UIA. En el extremo del desastre industrial argentino en marcha está la industria textil, con 11.000 despidos y 12.000 suspensiones; una catástrofe que, según las obreras de Textilana, no se debe solo a las importaciones sino también a la brutal caída del mercado interno. Ya conocemos la dramática realidad en el neumático. Y la noticia de la semana la tenemos con los cierres de varias plantas del mayor gigante avícola, Tres Arroyos. La crisis industrial hace metástasis a toda velocidad, en todos los rubros.
En definitiva, todo parece indicar que el dólar que Caputo y Milei sostienen con los salvatajes a repetición del FMI y de Bessent está siendo funcional a una penetración comercial china sin precedentes. Esto requeriría aranceles diferenciados contra China, a favor de Estados Unidos, pero justamente contra nuestro principal comprador de soja, derivados y carnes. La ofensiva de Trump hacia el patio trasero latinoamericano, que tiene desplegados portaviones en el Caribe, pone a Argentina como cabeza de playa central de la batalla geopolítica. Y Argentina tiene mucho para perder; no somos Guatemala, El Salvador o Ecuador, que suscribieron acuerdos similares; Argentina es, por ejemplo, uno de los 22 países en el mundo con industria automotriz. En definitiva, somos un terreno de sometimiento colonial donde perdemos en cualquier variante, también frente a la penetración china. La inversión extranjera directa (IED) es negativa hoy, lo cual demuestra la naturaleza del extractivismo y la primarización en marcha de la mano de la dependencia financiera extrema. Solo los trabajadores podemos patear este tablero y abrir una salida soberana en el marco de la presente crisis mundial y sus enfrentamientos comerciales y bélicos entre potencias imperialistas o protoimperialistas como China.
Deuda, reservas, inflación: nada resuelto
Caputo y Milei son cuestionados por sus exsocios como Arriazu, Giacomini o el “mejor ministro de economía de la historia”, Domingo Cavallo, por tipos de la burguesía como Redrado y podríamos decir por toda la “profesión” por no acumular reservas, lo que para todos ellos implica dejar flotar el dólar, terminar con las bandas y devaluar. El FMI pide lo mismo, aunque el poder de Trump lo silencia. El fondo de inversión Pimco, recordemos, dijo “no ponemos un dólar” si la moneda local está sobrevaluada. Estamos ante una cuestión de fondo. No lo piden por razones dogmáticas; lo reclaman porque Argentina tiene un vencimiento en enero de U$S 4.500 millones y unos U$S 32.000 en 2026/27.
Con las reservas en divisas netas negativas en U$S 12.000 millones, los pagos no se pueden afrontar. Apuntemos que operan con los encajes de los ahorristas. El gobierno es rehén de Bessent y sus alquimias, que como mínimo nos endeudan mucho más aún. El lance del gobierno es rollear (renovar) el vencimiento de enero y los que siguen, capitalizando los intereses, o sea, mediante un aumento exponencial de la deuda. Pero con el riesgo país en 600 puntos, eso es demencial; depende de bajarlo con las compras de bonos de Bessent y sus amigos. El meneado crédito de U$S 20.000 millones de un trío de bancos con garantías norteamericanas no llegó nunca; solo aspiran a uno de 5.000 millones al ¡9%! Si esto es rienda corta del Tesoro o límites que no se podrán trasponer lo dirá el tiempo, pero lo que es claro es que el gobierno vive al día y deberá hipotecarnos hasta lo que no tenemos.
En este cuadro, la devaluación está a la vuelta de la esquina de cualquier barquinazo. El arbitraje norteamericano en el mercado de cambios y de deuda, en estos términos, agravará la recesión económica y la avalancha importadora. En tanto, la inflación de noviembre escalaría al 2,5% por transporte y carne, elevando una velocidad crucero que tiene por contrapartida paritarias al 1 o 1,3% en el mejor de los casos, cuando no al cero. Reservas, deuda e inflación se vinculan. La olla a presión salarial no explota porque los trabajadores están debilitados por falta de producción y cuesta superar a la burocracia entreguista. No obstante, puede haber un paro del transporte porque quieren pagar el aguinaldo en seis cuotas; hubo paros en Fate y en la universidad esta semana. Hay que impulsar la lucha salarial.
Competencia entre políticos capitalistas por ver cuál es más corrupto
Los medios y redes de uno y otro bando abruman con esta competencia, hasta aburrir. Ganaron la plana las explosivas revelaciones a partir del empresario Miguel Ángel Calvete, con una trama millonaria de coimas, retornos y descomunales sobreprecios en la Andis, contra la discapacidad, que abarca a cantidad de laboratorios y que ya produjo la eyección de su hija Ornella, quien no pudo ocultar un “vuelto” de U$S 700.000 en su casa. Pero también cayeron otros funcionarios, como el macrista Daniel Garbellini, segundo de Spagnuolo; todo lo cual recién empieza y debería conducir de cabeza al núcleo presidencial a partir del 3% de KM, mencionado en escuchas de la causa. Claro, el poder cuenta con las habilidades de Casanello, el juez capaz de mandar quirúrgicamente a juicio oral en tiempo récord a los dirigentes del Polo Obrero por denuncia y operación de inteligencia de Patricia Bullrich. En este andarivel político, las conclusiones de la Comisión Investigadora del caso $Libra son demoledoras, y en ella hay sectores de la oposición “dialoguista”. Pero en el andarivel peronista las cosas no van mejor, con el juicio de los cuadernos, cuya condición de fotocopias o no ya carece de importancia porque abarca a 61 empresarios con el macrista Calcaterra a la cabeza, además del pelotón de funcionarios de los gobiernos kirchneristas. La disputa por la aceleración del juicio oral de los cuadernos de Centeno parece responder a la necesidad del mileísmo de disponer de esa arma en los tormentosos tiempos que se avecinan. La cuestión de la cárcel de De Vido ha partido más aguas en el kirchnerismo, si esto era posible, porque un sector pide la libertad y otro le recuerda las víctimas de Once. En conclusión, la cuestión de la corrupción, que suele pasar a segundo plano cuando las cosas económicamente caminan, puede ser un factor que potencie las crisis latentes.
Abajo la reforma laboral y las otras
De la mano del default opositor, LLA está pretendiendo ser la primera minoría en Diputados, donde ya tendría 91 bancas con el pasaje de los últimos tres radicales con peluca. Por otro lado, el peronismo bajaría a 92 cuando rompan los de Jalil y quedaría a expensas de los siete de Zamora de Santiago del Estero que, aún quedándose adentro, pueden ir para cualquier lado al compás de las transas de los gobernadores que se están tejiendo. Se discute a espaldas del pueblo el presupuesto, donde serán víctimas propiciatorias todas las causas populares como Universidad, Discapacidad, Salud, etc. El atropello de Milei y su forro Santilli es tal que el canje por alguna obra o ATN a la provincia respectiva implica comprometer el voto a la reforma laboral a libro cerrado. Tal vez Gerardo Martínez sepa más de la reforma antiobrera que los diputados que tendrán que votarla después del presupuesto.
La crisis del peronismo no se restringe a la derrota electoral. Sus gobernadores están desesperados por seguir el rumbo de endeudamiento de Milei. Kicillof pide autorización para U$S 3.000 millones de nueva deuda en la misma línea de Jorge Macri, Llaryora o Pullaro. Sus diputados elaboran una reforma laboral propia, entrando como caballos en un debate en el que solo podemos perder los trabajadores. Y la CGT, con el seguidismo de las CTAs, es la columna vertebral del colaboracionismo con la reforma laboral de Milei. Toda su iniciativa ha sido reunirse con los diputados sindicales (cinco) para decirles que alguna reforma hay que hacer. El entreguismo de la burocracia tiene un alcance histórico, porque cualquiera sea el discurso que tengan, el momento requiere convocar asambleas generales en todos los sindicatos, poner en pie de guerra a todos los gremios uniendo el reclamo salarial ante el derrumbe del poder adquisitivo, el planteo de ocupar cada planta que despida masivamente o cierre, con el rechazo de plano a la reforma laboral, previsional e impositiva.
La CGT nos lleva de cabeza a una derrota, cuando las conquistas obreras no deberían discutirse siquiera en el parlamento, sino en las calles y lugares de trabajo, allí donde se arrancaron con lucha y con sangre. En esa línea, realizaremos asambleas partidarias el 13 de diciembre en todo el país y somos impulsores de toda la agenda de luchas y del sindicalismo combativo, los piqueteros y jubilados que culminará el 19-20 de diciembre con una movilización central. Un gran plenario obrero en Córdoba tomó esta agenda también. El Frente de Izquierda no puede simplemente debatir con sus diputados, que lo haremos; se tiene que involucrar de lleno en el impulso político a la lucha de los trabajadores.
Néstor Pitrola

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