El peritaje oficial de estos cuadernos comprobó que fueron escritos mayormente por Centeno, pero también hubo tramos que fueron dictados (se deduce por el lenguaje diferente al usado por Centeno en el resto de los registros), y otros que corresponden a otras personas, junto a varios tachones y sobreescrituras. Los detalles de estos cuadernos (tiempo, lugar, modo de las entregas de dinero) fueron corroborados, según el fiscal, por las declaraciones de los llamados “imputados-colaboradores”, es decir, los “arrepentidos” -incluyendo al propio Centeno, que también está imputado en la causa-. Se trata de grandes empresarios vinculados a la obra pública, quienes confesaron haber pagado coimas. En este tramo, son juzgados seis funcionarios -entre ellos, CFK- y medio centenar de empresarios. Algunos de ellos están apuntados en una causa conexa, como parte del esquema de cartelización de la obra pública.
La mayor prueba de la causa reposa en las delaciones de los imputados. A cambio, recibirán un trato benévolo, pero a condición de que prueben sus dichos. Como mínimo, deberán ratificar lo que dijeron durante la instrucción. Esas declaraciones no fueron registradas en video, a pesar de lo cual los jueces admitieron esas como evidencia válida. En caso de desdecirse o contradecirse, podrían afrontar castigos muy severos.
Para CFK y su defensa los “arrepentidos” son en realidad un grupo de “extorsionados” y citan las declaraciones del actual ministro de Justicia de Milei, Mariano Cúneo Libarona, quien fue abogado defensor de uno de los empresarios de esta causa, Sergio Taselli, a quien le recomendó: "Tenés que arrepentirte, confesar algo e involucrar gente. Si decís que sos inocente, quedás preso". Esta tesis que convierte a los capitalistas en “víctimas” se corresponde con las declaraciones hechas por varios de ellos, que califican a las coimas como una “extorsión para mantener contratos”, o que simplemente “eran las reglas del juego en la obra pública”. Para CFK, fueron extorsionados a declarar contra ella bajo presión de ser encarcelados, por Stornelli y Bonadío. CFK niega por supuesto haber exigido y recibido sobornos. Como prueba de ello afirma que no se le ha detectado ninguna irregularidad financiera o patrimonial que pudiera dar pista del paradero del dinero. Pero al fallecido exsecretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, se le encontraron sociedades y propiedades en el exterior. A José López, exsecretario de Julio De Vido, otro ex, se lo descubrió desparramando dólares en un convento
En esta megacausa con centenares de testigos no hay pruebas directas de la participación de CFK en la operación de pago y cobro de sobornos, ni se encuentra mencionada en los cuadernos en cuestión. El principal testimonio en su contra es el del exsecretario de Obras Públicas, José López, quien ya se encuentra en prisión por otros delitos. La fiscalía afirma que las entregas de bolsos registrados en los cuadernos tuvieron como “destino final” un departamento de su propiedad, que la defensa de CFK dirá que no estaba habitado por ella ni por Néstor Kirchner en esos años. López atestiguó que confeccionaba regularmente la lista de pagos y cobros para presentarla a CFK. Ernesto Clarens, empresario financiero, lo ratificó.
CFK es acusada de haber encabezado una asociación ilícita, rol que la fiscalía deduce del accionar de sus subordinados para cobrar los sobornos registrados en los cuadernos. También está acusada de “coautora de cohecho pasivo reiterado en 22 oportunidades”. De igual modo lo estuvo en la causa de Vialidad Nacional, pero fue absuelta de asociación para delinquir pedida por los fiscales. Para la defensa, el juzgamiento dos veces por el mismo crimen es inadmisible en el derecho argentino.
Todo esto no exime a CFK de que en ningún momento denunció a los 63 empresarios de la construcción, del transporte, de la energía y de logística por corrupción en la obra pública, que dicen haber contribuido al financiamiento de sus campañas electorales. En estos momentos, muchos de ellos siguen vinculados a la contratación y concesión de obra pública bajo el gobierno de Milei.
En las vísperas de la lectura de los cargos en su contra, CFK dijo por X que el inicio del juicio es “distraccionista” porque se hace “justo cuando se discute el futuro del trabajo y de las jubilaciones, en lo que constituye una verdadera agenda judicial al servicio del ajuste”. La burguesía que está en el banquillo de los acusados es, precisamente, la principal impulsora y benefactora de esas contrarreformas laborales y sociales. No se conoce ninguna convocatoria de CFK a una lucha de masas contra la reforma laboral y a favor del blanqueo compulsivo de los trabajadores no registrados.
El Gobierno pretende que este juicio sea la sepultura política del kirchnerismo, con quien negocia la ampliación de la Corte, el nombramiento de jueces e incluso del Procurador. El diario Clarín ha lanzado una campaña para acelerar el juicio, sólo un tramo de la ´megacausa´ Cuadernos, que podría demorar hasta tres años, vale decir, más allá del ‘fatídico’ 2027.
Emiliano Fabris
10/11/2025

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