Un nuevo escándalo sobrevuela la Casa Rosada: Laura Belén Arrieta, representante de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), habría llegado a la Argentina a fines de febrero en un avión de lujo privado proveniente de Miami e ingresado con valijas sin pasar por el control de la Policía Aeroportuaria y de Aduana. La luz verde para ello habría sido dada por Santiago Caputo. Desde el oficialismo, naturalmente, aseguran que no hubo irregularidad alguna, pero desde Aduana confirman que los hechos son ciertos.
Esto fue revelado por el periodista Carlos Pagni en La Nación+. Hasta el momento, ningún fiscal tomó la denuncia. De haber sido así, ¿qué había en las valijas? ¿Por qué la camarilla gobernante ordenó que no se revisaran? Con todo, es normal que la Justicia adicta no tome cartas en el asunto. Con el escándalo de los bolsos de Kueider y el criptogate pesando sobre su persona, no resultaría extraño que el rufián que ocupa el Sillón de Rivadavia se haya metido en una nueva movida espuria.
Arrieta es representante de la CPAC, la conferencia organizada por Trump en la que se congregan referentes de la derecha mundial. En su última edición, Milei se destacó por un hecho lamentable: le regaló una motosierra a Elon Musk, en momentos en los que salía a la luz que el magnate recibía cuantiosos subsidios del Estado norteamericano. El círculo presidencial trató con Arrieta para organizar la CPAC en Buenos Aires, en diciembre pasado.
En este contexto trascendió que Fernando Arrieta, hermano de Laura, es militante de La Libertad Avanza y trabaja con Sebastián Pareja, el armador de Karina Milei en la provincia de Buenos Aires. Pareja tiene denuncias por venta de candidaturas y se vio envuelto en un escándalo por apropiación ilegal de tierras.
El jefe de Laura es Leonardo Scatturice, fundador de OCP Tech y de COC Global Enterprise –la aeronave pertenece a esta última empresa. Se trata de uno de los personajes que colaboró con los libertarios para que pudieran viajar a Washington a hacer de las suyas. Andrés Vázquez, el jefe de la DGI conocido por ser un evasor offshore, llegó al poder de la mano de Scatturice.
Este personaje es un exagente de inteligencia que ofició como policía de la Bonaerense y trabajó para Fernando Pocino, jefe de los espías de Cristina Kirchner. Ha tejido lazos con Santiago Caputo, el facho que maneja la Side, y ha asesorado al gobierno en materia de inteligencia y antilavado. Scatturice está involucrado en la causa Dark Star, que fuera iniciada para investigar casos de espionaje ilegal y habría sido armada por Jaime Stiuso para batallar contra espías opositores –estaba enfrentado a Pocino (La Nación, 12/2/2021).
Lo de Arrieta sacó a la luz más porquerías que salpican al gobierno. Los bolsos de Kueider, la pudrición de alimentos en galpones, el criptogate y ahora la promoción de becas para la universidad del amigo Benegas Lynch seguramente sean la punta del iceberg de la actividad putrefacta libertaria.
Milei y su pandilla usan el poder del Estado para empobrecer a los trabajadores, enriquecer a los capitalistas y meterse en movidas turbias con total impunidad. Los trabajadores tenemos que usar el poder de nuestra organización para echarlos.
Nazareno Suozzi
No hay comentarios:
Publicar un comentario