El valor de mercado de las LI llega a un tercio del valor nominal.
El recorrido de las Letras Intransferibles (LI) a lo largo de dos décadas muestra con toda claridad el carácter impagable de la deuda externa. Se emitieron por primera vez para pagarle al FMI en 2006 y, ahora, se utilizará un nuevo préstamo del Fondo para cancelarlas. Lo anterior, lejos de sanear el balance de Banco Central, supondrá un mayor drenaje de reservas cuando lleguen los vencimientos.
El mecanismo fue inaugurado bajo la presidencia de Néstor Kirchner en 2006, cuando el Tesoro colocó estas letras en las arcas del BCRA a cambio de retirar U$S 9.530 millones de las reservas para cancelar la deuda con el FMI. Como vemos, no hubo desendeudamiento alguno, ya que disminuyó el stock de deuda externa a costa de aumentar la deuda intra sector público. Dichos instrumentos son catalogados en el mundo financiero como "papelitos de colores" ya que los intereses son casi nulos, en su mayoría se renuevan automáticamente (por ser deuda intraestatal) y son intransferibles, es decir, el BCRA no puede venderlos en el mercado.
Cristina Kirchner siguió utilizando ese recurso para pagarle a los acreedores privados de deuda externa, enchufándole al BCRA Letras Intransferibles por U$S 54.800 millones durante su presidencia. Mauricio Macri redujo el stock de LI en U$S 16 mil millones, pero porque canjeó letras por bonos en dólares, transformando parte de la deuda intraestatal en deuda externa nuevamente. Alberto Fernández volvió a emitir LI por U$S 12 mil millones para afrontar vencimientos de deuda externa. También lo hizo Milei, en enero 2024, por U$S 3.200, para pagarle a los bonistas.
Así las cosas, la política de rescate de la deuda externa usuraria, gobierno tras gobierno, condujo al Banco Central a la bancarrota. En lugar de reservas líquidas, la entidad está repleta de activos ilíquidos (LI) cuyo valor de mercado es apenas un tercio de su valor nominal. Según la consultora EcoGo, mientras que el valor nominal del stock de LI asciende a U$S 69.231 millones, el de mercado llega a U$S 23.161 millones.
Ahora, Milei se vale de esa estafa para montar otra. Quiere presentar el nuevo préstamo con el Fondo Monetario como una forma de sanear el balance del Banco Central y disminuir la deuda pública, dado que el Tesoro utilizará esos dólares para cancelar parte de las LI.
Ahora bien, no solo las pagará a precio de mercado, muy por debajo de su valor nominal, sino que además el BCRA volverá a perder reservas cuando llegue el momento de afrontar los vencimientos de capital e intereses con el FMI. De nuevo, se reduciría la deuda intraestatal pero crecería la deuda externa.
Resulta notable que tanto Néstor Kirchner como Javier Milei hayan apelado al dibujo contable de las Letras Intransferibles para fraguar un desendeudamiento que no es tal. Finalmente, el pago de la deuda externa y sus intereses a expensas de las reservas lleva a más endeudamiento, configurando un espiral sin salida. La única forma de recapitalizar el Banco Central es repudiando esta hipoteca fraudulenta y rompiendo con el FMI.
Sofía Hart
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