jueves, 11 de abril de 2024

Estados Unidos-Japón-Filipinas: una reunión trilateral que amplía el militarismo


El primer ministro japonés y el presidente norteamericano 

El presidente norteamericano Joe Biden fue el anfitrión de un encuentro desarrollado este jueves 11 en Washington junto a los mandatarios de Japón, Fumio Kishida, y Ferdinand Marcos jr., de Filipinas, en el que se ratificaron acuerdos políticos y militares. Esta alianza forma parte del cerco que la Casa Blanca está tejiendo contra China y que completan Australia, Taiwán y Corea del Sur. 
 En las últimas semanas, se intensificaron las tensiones entre Manila y Beijing en el Mar de la China Meridional, eje de una disputa territorial a varias bandas entre naciones de la región.
 A fines de marzo, barcos chinos dispararon con un cañón de agua a un buque que se dirigía a una guarnición militar en el atolón Ayungin, ocupado por Filipinas. Según El País (11/4), en días recientes, barcos de guerra y aviones de Estados Unidos, Australia, Japón y Filipinas hicieron ejercicios conjuntos en las costas de este último país. 
 El cónclave que se desarrolló este jueves escenifica un espaldarazo a Ferdinand Marcos jr. en su litigio con el gigante asiático. Marcos, hijo del dictador que gobernó entre 1965 y 1986 (cuando fue derrocado por un levantamiento popular, conocido como la “revolución EDSA”), extendió, tras llegar al poder, un pacto con Washington, de 2014, que permite a los norteamericanos usar cinco bases militares en el archipiélago. 
 A diferencia de su antecesor en el cargo, Rodrigo Duterte, que cultivó lazos con Beijing, Marcos se alineó decididamente con la Casa Blanca, lo cual ha provocado la ruptura política entre ambos mandatarios, que fueron socios en las elecciones de 2022. Duterte acaba de amenazar, inclusive, con una secesión de la populosa isla de Mindanao, de la que es oriundo.
 La alianza con el sanguinario clan Marcos por parte del imperialismo es una nueva demostración de la impostura de su presunta preocupación por los derechos humanos. 
 En el caso de Japón, hace tiempo que viene desenvolviendo un plan de rearme. El fallecido Shinzo Abe inauguró una política que, en base a la reinterpretación de un artículo clave de la Constitución “pacifista” de posguerra, incrementó el presupuesto militar e involucró efectivos nipones en operaciones en el extranjero. En mayo de 2023, el gobierno de Kishida anunció públicamente que había entrado en tratativas con la Otan para abrir una oficina de enlace con la alianza atlántica en su territorio.
 Todos estos pactos militares demuestran que el imperialismo alienta las tendencias a la guerra en el Pacífico.

 Gustavo Montenegro

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