jueves, 3 de noviembre de 2011
La presidenta Cristina Kirchner y el representante del Batallón 601, Gerardo Martínez, juntos en Cannes
Si bien la foto nos ahorra muchos comentarios, es importante destacar que mientras en la Argentina las patotas de Gerardo Martínez golpean a trabajadores, delegados y a todo aquel que piensa distinto, el Gobierno nacional responde avalando a un dirigente sindical que ha instaurado la violencia y el miedo para defender negocios millonarios.
Gerardo Martínez ha iniciado un "operativo blanqueo" y el Gobierno nacional esta siendo cómplice de esta operación.
Martínez llega a límites cercanos al cinismo cuando dice representar a los trabajadores argentinos en el mundo, cuando a los que él debería defender, osea los trabajadores de la construcción, son los peor pagos del país. Sumado a esto, como consecuencia de la estructura mafiosa que cambia la vida de los trabajadores por coímas, mueren casi 300 personas por año en accidentes evitables.
Aún peor es que la presidenta Cristina Kirchner borre con el codo lo que escribe con la mano, pues este gobierno dice ser defensor a ultranza de los derechos humanos y de la bandera de la memoria, la verdad y la justicia, cuando al mismo tiempo se saca una foto con Gerardo Martínez, denunciado como integrante del Batallón 601 de Inteligencia del Ejercito durante la última dictadura, e investigado por su posible participación en la desaparición de al menos ciento cinco obreros de la construcción. La Presidenta con este doble standard para juzgar los crimenes de lesa humanidad no hace otra cosa que ser lamentablemente funcional a la derecha más reaccionaria, casualmente de donde proviene Martínez.
Tal vez en Cannes las cosas se vean con otra perspectiva, pero aqui en Argentina somos muchos los que no vamos a permitir que la impunidad con todos los cómplices civiles de los genocidas continúe, por el contrario a fuerza de movilización y lucha la justicia caera sobre todos ellos como ocurrio con los asesinos de la ESMA.
Resabios de la dictadura, mafia y patotas
Cuando el 12 de julio de este año el SITRAIC junto a organismos de Derechos Humanos denunciaron la participación de Gerardo Martínez como integrante del Batallón 601 de Inteligencia durante la última dictadura militar se corrió el velo que ocultaba un pasado oscuro, un presente cómplice y un denominador común para concretar los objetivos: la violencia.
El líder de la UOCRA instauró un sistema represivo a lo largo de todo el país. ¿Cómo funciona ese sistema? ¿Quienes lo ejecutan?
Gerardo Martínez es la cabeza de una estructura mafiosa, es quien da la orden de accionar con violencia contra quien se le interponga en su camino. Es quien marca al "enemigo" tal cual lo hacía en la dictadura. Los objetivos a reprimir, golpear, extorsionar, apretar, amenazar, pueden ser una molestia para él o para alguno de sus socios. Por eso pueden ser los docentes en Santa Cruz, el SITRAIC, los mercantiles, un político opositor o simplemente un trabajador que quiera ser elegido delegado.
Las razones que lo impulsan son muchas, pero el modus-operandi es siempre el mismo.
En el circulo íntimo de Martínez conviven ex represores e integrantes de patotas de la Triple A, hombres que en tiempos de dictadura se manejaban como pez en el agua y que aún en democracia saben como ejercer la violencia para generar miedo; saben de persecuciones, de tortura, de secuestros extorsivos. Para que el sistema de Martínez funcione nada debe salirse de su curso, los oscuros personajes que rodean a Martínez lo ayudaron a llegar a donde esta, y él es uno de ellos. Bastaría mencionar algunos de los horrendos crímenes que son de público conocimiento y que son la nefasta y sangrienta marca que dejó el Batallón de Inteligencia 601, corazón del sistema represivo de la última dictadura militar.
La ecuación que le permite a Martínez continuar en el poder es: salarios bajos para quedar bien con el Gobierno y los empresarios a costa de entregar los derechos de los trabajadores, para generar negocios millonarios que se sostienen sólo con una gran cuota de impunidad "el poder es impunidad" dijo Alfredo Yabran. No es casualidad que Gerardo Martínez tenga el mismo abogado que el mencionado empresario, Pablo Argibay Molina.
Martínez garantiza su impunidad con violencia para acallar la voz de quien piensa distinto imponiendo el miedo.
La mano derecha
Su mano derecha y quien lo secunda en la UOCRA es el que ejecuta sus ordenes directas, su nombre es Hugo Domingo Ferreyra. Este compadre, y amigo de Martínez desde los tiempos en que integraban una patota de la Unión Ferroviaria ligada a la Triple A, es el nexo con las patotas que utilizan para reprimir trabajadores, delegados, etc.
La Seccional Capital, que conduce Ferreyra, es el centro de reunión de los integrantes de estos verdaderos "grupos de tareas en democracia" que Martínez usa para reprimir reclamos sindicales o cualquier acción que ponga en peligro sus negocios e intereses. La sede de la UOCRA Capital queda a la vuelta de la Central Nacional, ubicada en avenida Belgrano, y es donde se esconden las armas que utilizan en manos de ex convictos, barrabravas y mano de obra desocupada.
Es también el lugar de reunión donde coinciden, por ejemplo, la barrabrava de Defensa y Justicia, aquella que supo integrar Cristian Favale autor material del asesinato de Mariano Ferreyra, y quien también "trabajo" para Martínez y Ferreyra con anterioridad.
Además concurre una gran parte de la barrabrava de San Lorenzo, recordemos que Carlos Datria, Vicepresidente Primero de ese club y recientemente renunciante, es un hombre fundamental en el esquema económico de Martínez, esta íntimamente relacionado con él y fue de su mano que ingresaron al negocio del fútbol a través de San Lorenzo.
Datria tenia más de ocho hombres en cargos claves, todos relacionados con la UOCRA como Néstor Larrandart, secretario general también renunciante junto al mencionado Datria.
Ferreyra maneja la otra pata necesaria para obtener impunidad, es quien acuerda con la Federal para obtener las zonas liberadas, la protección se extiende a la provincia de Buenos Aires, y ahí Martínez gracias a su buena relación con Scioli, con su buen amigo Javier Mouriño como nexo, ha logrado ubicar a hombres cercanos a él en jefaturas clave de la Bonaerense. Tal es el caso del Jefe Departamental Carlos Perillo; el Comisario Guillermo Britos, quien desempeñó altos cargos en la Bonaerense y ha sido de la mano de Francisco De Narvaez candidato a diputado provincial en las últimas elecciones; y se suma a ellos el Jefe Distrital Fabián Cañete, uno de los responsables de "armar" una causa para encarcelar injustamente al dirigente del SITRAIC Carlos Olivera.
Seria sumamente simple cruzar los datos de los dirigentes y colaboradores gremiales de la UOCRA desde 1976 hasta la fecha con el listado de los integrantes del Batallón de inteligencia 601 para constatar cuantos vivieron y viven escondidos en esa estructura mafiosa. Nos consta además que algunos han reportado a otras fuerzas, como la aeronáutica por ejemplo.
Dejamos un pequeño ejemplo para mostrar todo lo que falta saber, es el de Raúl Alberto Leiva DNI: 12.622.342, quien durante más de veinte años reporto en la UOCRA a las ordenes de Martínez. Este nefasto personaje integrante de la Triple A, y de la banda de Aníbal Gordon, es tristemente recordado por los trabajadores de la Construcción que peinan canas, ya que era enviado por Martínez a lo largo de todo el país a imponer la violencia y el miedo.
Se conocen desde hace muchísimos años ya que Raúl Alberto Leiva, al igual que Horacio Américo Barcos , que Juan Eduardo Daffunchio y que el propio Gerardo Alberto Martínez pertenecieron al Batallón 601 de inteligencia del ejercito durante la dictadura militar.
Raúl Alberto Leiva DNI: 12.622.342 a fojas 46, y con número de orden 2474, aparece en el listado oficial que el Ejercito Argentino le entrego al Archivo General de la Memoria y a la justicia, después del decreto que firmó la Presidenta para desclasificar los archivos del nefasto y sangriento Batallón 601.
SITRAIC
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