jueves, 24 de noviembre de 2011

20-N: cautiva y desarmada, la izquierda parlamentaria ha sido derrotada…


Hace años que la izquierda de este país, desapareció. No faltaron punzantes viñetas en las que se repetía aquello tan terrrible de “En el día de hoy, cautiva y desarmada, la izquierda ha sido derrotada”, pero todo está empezando a cambiar. Ha llegado el momento de empezar a dar la vuelta a este desastre cuyas consecuencias sociales son cada día más insostenibles.
Se puede certificar que esta derrota tiene al menos dos fechas claves, el 23-F, cuando la actuación de parte del ejército nos llevó a imaginar que todavía quedaban pinochetistas en potencia, de manera que pocos se atrevieron a mirar hacia atrás con ira. Luego llegó el referéndum sobre la OTAN el 12 de marzo de 1986, cuando Felipe consiguió cambiar la opinión de mucha gente que estaba por el “No”, advirtiendo que no garantizaba lo que podía pasar sí tenía lugar una mayoría en este sentido, o sea la que daban todas las encuestas. La “normalización democrática” ya se había apoderado de los sindicatos desde los pactos de la Moncloa (y se cerró con los relevos de Nicolás Redondo y de Marcelino Camacho), en tanto que la política social y de reformas que se había podido desarrollar desde los ayuntamientos comenzó a cerrarse en los noventa, sobre todo con la Ley del suelo del PP…
Este 20-n cierra otra fase, la que podíamos llamar “no nos falle”. Aznar demostró que las cosas podían ir todavía peor, que nos podía meter en una guerra contra el pueblo de Irak pasándose la opinión pública por el forro, pero lo del 11-M fue ya demasiado. Para evocar de lo que es capaz “nuestra” derecha no es necesario rebobinar hasta julio del 36 y todo lo demás, basta con valorar la campaña pepera en relación al 11-M, y como todavía sigue escupiendo sobre la evidencia. Por si alguien tiene dudas, ¿os podéis imaginar que habría pasado si en vez de Trillo y el PP hubiera estado un socialista y el PSOE detrás de la catástrofe del Yak-42 sucedida en mayo de 2003, y que acabó con la vida de 62 militares españoles?, da susto imaginarlo. Y es que, aquí la derecha nunca ha dejado de mandar en este país, lo que ha hecho la izquierda ha sido “gobernar” con el margen que le han dejado. Eso es algo que no deberíamos olvidar, y lo tiempos que vienen van a demostrar muchas cosas, por ejemplo, la policía ocupando las plazas.
Pero semejante evidencia –la misma que se da sin ir más lejos en la prensa, sí “El País” es la única izquierda posible estamos perdidos-, no se deduce que tenemos que atenernos al mal menor, entre otras cosas porque esta es la manera de hacer el mal mayor, entre otras cosas porque esa izquierda utiliza esta realidad como coartada ya que sus objetivos funcionan como una empresa que vende una alternativa, cuando en realidad lo que suele hacer es imponer las mismas medidas ya que sirven al mismo señor…Llama la atención que el mismo pueblo que había iniciado la cresta de las movilizaciones cuando Franco todavía firmaba penas de muerte, luego se colocara detrás de la monarquía. La única explicación que se me ocurre es que en aquel momento tenía, al menos aparentemente, tres cosas en la mano.
Una, eran las conquistas sociales que venían combinada con un notable mejoramiento de las condiciones de vida (obviamente a gracias a la emigración, el pluriempleo, las horas extras, etc), otra fueron las conquistas de algunas libertades fundamentales, y en tercer lugar, estaba la promesa felipista según la cual, gradualmente y de la mano de Europa, África dejaría de comenzar en los Pirineos, y dejaríamos atrás nuestro pasado “tercermundista”, una palabra sobre la que sintetizó no poco del racismo subyacente europeísta de nuestros ilustrados. Pero esta fase se cerrará el 20-N, el PSOE ya no obtendrá nunca más un cheque en blanco, la confianza. Es posible que todavía sirva más adelante para abofetear a la derecha, pero ya nadie se va creer un nuevo zapatero que prometa cosas, entre otras cosas porque en su seno no hay más vida que la propia de una empresa, donde me pongo yo, qué hay de lo mío. Esto sucederá además en un tiempo en el que las mayorías se desgatan por años cuando antes lo hacían al menos por décadas. La historia de la crisis camina hacia una única dirección, hacía peor. Desde ahora el problema de los gobiernos es que dicha pendiente de crisis se está encontrando con quienes no contaban, con la calle.
En semejante coyuntura no parece que una alternativa de capitalismo verde vaya a conocer un ciclo como el que vivió en Alemania, pasando de la contestación a la integración en una abrir y cerrar de ojos. Estos días, un amigo me ha mandado un You Tube con la intervención en francés en el parlamento europeo del que fue Daniel el Rojo. Clamaba contra las medidas aplicadas en Grecia, y lo hacía rojo de ira. Pero en el discurso no se cuestionaba el sistema económico, el mal radicaba en la prepotencia de la “troika” que ni tan siquiera tenía la gentileza de darle a Papandreu el tiempo que necesitaba. Aquí Equus, es la cara derechista de IU, la prolongación pactada de IC-EV, que ahora está sacando del armario el lenguaje “rojo”. Recuerdo haber escuchado ese discurso a Joan Saura y a Rafael Ribó en la época en que Julio Anguita parecía incontenible, lo saben hacer, no en vano habían sido “marxistas”, sin embargo, cuando quedó claro que Felipe y “El País” (con la ayuda de “renovadores” y sindicalistas”, podían más, cambiaron el discurso para volver a lo de siempre, a la política como asuntos de despachos y como un juego de maniobras. Es el lenguaje que utilizan cuando se quedan fuera de los despachos. Para EUiA ya no se trata tan siquiera de despachos, sino de taburetes. Pero que nadie espere ningún giro hacia la izquierda más allá del verbal. Hace tiempo que para esta gente las luchas son, en el mejor de los casos, cosas para contar a los nietos después de muchas décadas solapados bajo el “programa mínimo”, de espaldas a cualquier activismo social desde abajo.
En el caso de IU, es evidente que este es el discurso “radical” de Llamazares, el mismo que apoya la cúpula de comisiones Obreras, la cúpula que Cayo Lara busca para las fotos. Me parece que esa foto desvela las limitaciones del viraje que encarna Cayo Lara, que combina esta pose con otra más radical, la que indica el lema “Rebélate”, que responde al lenguaje airado de los sectores más rotundamente antisistema, y que llaman a las barricadas. Pero, conociendo el paño (o sea la capacidad de los “apparatchiks”), mucho me temo que la mano derecha puede más que la izquierda, sobre todo cuando se trate de pactar y negociar posibles acuerdos en un cuadro institucional en el que se ha instalado la herencia comunista. No creo que sea posible plantearse una alternativa de izquierdas seria sin el sector combativo de IU, el que ya está de vuelta de trajíneo institucional. Habrá que esperar a los acontecimientos para comprobar hasta que punto los pactos se anteponen el juego de los pactos a los movimientos….De momento, es evidente que nos encontraremos en un nuevo escenario, y sin perspectivas ni márgenes de reformas. De estas, solamente quedaran los recuerdos.
Estamos ya pues, en otra película. El mundo ha girado de base, pero en sentido contrario al preveía la letra de La Internacional. Hasta ahora, la vieja izquierda vivía del capital acumulado en períodos anteriores, pero esto ya da mucho más, incluso la posibilidad de giros electorales en Alemania, Gran Bretaña o Francia, no son indicios de ningún cambio sustancial en la situación. Donde esto queda más que en ninguna otra parte es Italia donde después del suicidio del PCI apenas si quedaron algunos baluartes que, como en todas partes, tienen delante el trabajo de Sísifo.
En medio de la gran debacle, se están creando nuevos polos de esperanza. El 15-M no es otra cosa, es un comienzo ante una situación que no deja más espacio que la contestación. Los que conocimos las gran movilización antifranquista, echamos en falta el enorme poder organizativo entonces, inferior ya al que se conoció durante la República. Pero al favor del 15-M hay que decir de entrada, que acaba de comenzar. Luego, que el nivel de formación de su base social es muy superior al de la antigua clase obrera que se tragó los sapos de los pactos de la Moncloa, la Constitución y todo lo demás, por miedo, y también porque no veía luz fuera “del partido”, o de los “partidos” mal llamados marxistas-leninistas. Detalles como los de la unificación e inmediata ruptura política y sindical del PTE y la ORT que entonces movían masas, puede parecer actualmente algo de otro planeta. El 15-M refleja en no paca medida un rechazo de esta tradición jerarquizada, y se rearma frente a la tentación de funcionarios y liberados.
Estamos pues al final de una época, y ante un nuevo comienzo…
De una lado está la caída de la izquierda transformada, una situación internacional que inicia un proceso de contestación generalizado en el que lo único que está claro es que el Gran Dinero se ha escapado, ha cambiado y muy positivamente, la perspectiva en Euzkadi, y en medio de todo ese berenjenal se sitúa la nueva candidatura, promovida por Izquierda Anticapitalista, que reúne asimismo grupos menores como En lucha / En lluita y Lucha Internacionalista en Cataluña más un sector de los Verdes en Madrid, sin olvidar por supuesto, la presencia de mucha gente independiente y muy significadas en los movimientos sociales. Con muy pocos medios, la candidatura está mostrando su capacidad de iniciativa con imaginación y audacia, y ha irrumpido en lugares donde hasta ayer no existía al tiempo que está logrando aumentar las audiencias allá donde ya estaba. Es un pequeño tinglado en el que los “carrozas” somos una minoría al lado de nuevos militantes que ya tienen sus experiencias propias en toda clase de acciones sociales. El debate es mucho más amplio y variado, e4s otra historia. Pienso que se trata de una posición mucho más correcta que la de aquellos y aquellas que rechazan sacar el máximo provecho de una situación, de entrada muy poco favorable.
En los actos y debates, no se invita la gente a votar, que también. Se les invita a participar en la desobediencia, en dar alas a una respuesta a lo que nos está cayendo encima. Algunos siguen creyendo que poco se puede hacer, pero los que hemos visto crecer la hierba bajo el franquismo sabemos que no es necesario mucho tiempo para que las respuestas se hagan masivas. Y cuando el pueblo de izquierdas se echa a la calle, la historia y los poderes establecidos tiemblan.
La derrota merecida de la izquierda marca registrada tiene que convertirse en una victoria de la izquierda que huye de los pesebres y que coloca el interés de los trabajadores y las trabajadoras por encima de cualquier otra consideración.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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