domingo, 22 de abril de 2007
Aniversario del nacimiento de Lenin.
Sus Tesis de Abril siguen vigentes para los revolucionarios
El 22 de abril de 1870 nacía en Simbirsk, región central del Volga, VladimIr ilich Ulianov, el hombre que con el legendario seudónimo de Lenin cambiaría el curso de la historia de la sexta parte del mundo, ejerciendo decisiva Influencia intelectual y política en lo que va del siglo.
Ayer dijimos algunas cosas de Lenin consideradas un tanto apologéticas por alguien que nos merece un gran respeto y que nos reclamaba a la vez recordar al “hombre del futuro” desde el punto de vista científico.
Sin ánimo de justificarnos no era esta la única nota que haríamos sobre Lenin sino que continuaríamos hasta el día de su natalicio que es el 22 de abril de 1870.
Tomando en cuenta las recomendaciones de nuestra amiga y teniendo en cuenta nuestro proceso y la etapa actual de la lucha hemos elegido las tesis escritas por Lenin en el mes de abril y que encaran la estrategia del “doble poder” en Rusia.
La Revolución rusa de febrero había derrocado al Zar y su régimen.
Rusia ahora había pasado en tan solo un mes de la monarquía a ser una República.
Los obreros, campesinos y soldados estaban organizados en los “Soviets”.
Pese a la caída del Zar, pero continuaba la guerra, los terratenientes, y las largas jornadas de trabajo.
Entonces coexistían dos poderes, por un lado el gobierno oficial burgués y por otra parte los soviets, los consejos de obreros, campesinos y soldados donde eran mayoría los mencheviques y social revolucionarios frente a los bolcheviques que eran la minoría.
Una vez derrocado el zarismo los trabajadores y campesinos se preguntaban si estas organizaciones de poder social debían convertirse en parte del poder oficial del nuevo poder, acaso disolverse, o llamar a tomar el poder en sus manos. Toda esta discusión y de acuerdo a la respuesta que se diera a las mismas dependería el carácter de la revolución Rusa, un debate que se producía en marzo de 1917 antes de que Lenin escribiera sus Tesis de abril.
El pueblo tenía sus dudas sobre el gobierno provisional burgués, que impulsaba continuar la guerra, mientras que todas las reivindicaciones obreras y campesinas deberían esperar.
Después de la Revolución, la burguesía, no podía reprimir al pueblo por que el ejercito y la policía estaban junto a los obreros y campesinos en los soviets. El gobierno provisional para sobrevivir tenía que hacer concesiones.
Los bolcheviques impulsaron las milicias obreras, mientras que los mencheviques no querían repartir armas entre los trabajadores. Los bolcheviques luchaban por la ley de ocho horas y los mencheviques consideraban negativo esta medida.
Los bolcheviques obraban y declaraban como revolucionarios consecuentes y los mencheviques estaban más interesados en las alianzas con los sectores de la burguesía.
Los bolcheviques antes de la llegada del exilio de Lenin a Rusia estaban debilitados por la represión zarista, el exilio y la cárcel y como consecuencia de ello los viejos militantes perdían las perspectivas de la nueva situación.
Las respuestas siempre eran las mismas del pasado.
En abril se decía que, antes de llegar Lenin, los bolcheviques andaban ciegos, y las formulas siempre eran las mismas de 1905, mientras el pueblo actuaba por su cuenta, solamente pensaban en la Asamblea Constituyente, el Parlamento y llegaban solo hasta allí.
Muchas vacilaciones de los bolcheviques hacían que los mencheviques tomaran todas las iniciativas. La principal misión era por tanto la instauración de un régimen democrático republicano.
Los obreros bolcheviques no podían hacer nada para obtener s reivindicaciones de aquel gobierno provisional.
El pueblo tenía mayor visión que la propia dirección bolchevique.
A iniciativa de estos obreros, se vota en contra de la entrega del poder al gobierno provisional, y la dirección bolchevique en Petrogrado veta esta resolución.
Lenin, se encontraba exiliado en Suiza. Desde Zurich escribía en marzo “Desconfianza absoluta, negar todo apoyo al Gobierno provisional; no hay más garantía que armar al proletariado”. Lenin exige de todas formas abandonar la guerra imperialista y recién en abril podrá llegar a Rusia.
Mejor estar solo que seguir esta táctica, confundiendo la guerra imperialista con una guerra defensiva.
En la primera manifestación realizada “Los pueblos volverán las armas contra sus explotadores, la Revolución Rusa ha iniciado una nueva era”.
Y en el mismo tren blindado para combatir los sectores más conciliadores y reformistas del partido bolchevique escribió sus famosas “Tesis de Abril” como el principal documento para el desarrollo de la Revolución.
Antes de transcribir textualmente el programa de Lenin señalaremos algunas de las principales consideraciones de Lenin presentadas el 4 de abril.
“La guerra es imperialista, de rapiña. Es imposible acabar con ella, con una paz democrática, sin derrocar el capital”.
“La tarea de la revolución es ahora poner el poder en manos del proletariado y los campesinos pobres. Ningún apoyo al gobierno burgués. No a la república parlamentaria. Volver a ella desde los soviets es un paso atrás”.
“Los bolcheviques están en minoría. Deben por tanto desarrollar una paciente labor de esclarecimiento y propaganda”.
“Nacionalización de todas las tierras del país y su puesta en manos de los soviets locales de braceros y campesinos. Nacionalización de la banca bajo control obrero”.
“Celebrar inmediatamente un congreso del Partido. Construir una Internacional revolucionaria, rompiendo con la II Internacional”.
Durante el debate interno a su llegada de Suiza Lenin pregunta a los bolcheviques ¿que está pasando que aún no han tomado el poder?
La respuesta de los viejos dirigentes del partido es que aún no se a terminado la Revolución burguesa.
Lenin dice que la fuerza debe estar en manos del proletariado.
Lenin, se apoya en la práctica, y elige las tareas diarias de los bolcheviques poniendo al día la teoría marxista.
Exigía que el partido resolviera estos problemas y trataran de ganar la mayoría de los soviets, explicando pacientemente mediante un plan de propaganda.
Aquellos debates y discusión interna en un partido de masas y de cuadros enriquecían la organización y la fortalecían.
Lenin debió combatir fervientemente contra los dirigentes más conservadores que aplicaban fórmulas teóricas de manera dogmática
Los que insistían en que lo principal era establecer una República burguesa parlamentaria, una democracia progresista, para después luchar por el socialismo “consolidar las libertades”.
Desde febrero existían dos poderes en Rusia, pero esta situación no podía durar mucho tiempo. Uno de ellos debería triunfar y el otro desaparecer. Es decir que el gobierno provisional burgués prevalecería, o ganarían los soviets.
Si triunfaban los burgueses donde también estaban representados los terratenientes seguramente que el gobierno no haría la Revolución Agraria, ni los capitalistas se interesarían por mejorar la vida de los obreros.
El gobierno provisional burgués no iba a renunciar a apoyar a las potencias imperialistas. La única manera de cambiar las cosas en Rusia La única solución era que el poder obrero prevaleciera.
De otra manera la burguesía recompondría tarde o temprano la fuerza militar y policial.
Lenin veía que había que arrancar a las masas de la influencia burguesa menchevique y de los social revolucionarios.
“Hay que dejar viejo el viejo bolchevismo”, solía decir. Es necesario establecer una línea divisoria clara entre la pequeña burguesía y el proletariado, repetía.
Lenin se enfrentó desde el comienzo con los planteos de los mencheviques de las dos etapas de primero la revolución burguesa donde los trabajadores deben apoyar hasta que termine y a partir de allí recién iniciar la lucha por el socialismo.
En abril del 17 los obreros, junto a los campesinos y soldados en la práctica ya habían establecido un estado obrero paralelo al gobierno de los partidos reformistas social revolucionarios y mencheviques que desde los primeros meses disponían de la mayoría de los soviets y los habían subordinado a la burguesía.
Pero el mismo gobierno burgués no había sido capaz de llevar a cabo las tareas de los cambios propios de la revolución burguesa.
Lenin explicaba que según la teoría después de la dominación de la burguesía, le sigue la dominación del proletariado y los campesinos. Pero en la práctica sucede de otras maneras entrelazándose unas con otras. A veces la dominación de la burguesía, como en otras la dictadura del proletariado, como el gobierno democrático de los mencheviques que entrega voluntariamente el poder a la burguesía.
Lenin no tomó únicamente en cuenta las viejas fórmulas, por el contrario exigió el armamento del pueblo, esclarecer los errores, eliminar las concepciones reformistas de la revolución, como las tareas inmediatas del partido.
Muchos militantes del partido durante aquel mes de abril iban cambiando de actitud y parecer. Ya a fines de ese mes la mayoría de los volcheviques habían asumido las Tesis de Abril de Lenin.
Lenin no vacilaba había que tener una actitud intransigente contra las clases dominantes.
El marxismo aclara que las Revoluciones son independientes de los individuos. Y que las mismas responden a causa objetivas históricas y superiores a cualquier persona. Ya existían condiciones materiales y subjetivas en Rusia para plantearse la Revolución y la dictadura del proletariado, probablemente la crisis se hubiera planteado con o sin Lenin, pero es indudable que con la llegada de Lenin a Rusia el proceso se aceleró y tomó el rumbo correcto y acertado.
Con Lenin el Partido tuvo una propaganda más acertada, pudo instaurar la dictadura del proletariado, el proceso pudo acelerarse, los acontecimientos dejaron de transcurrir en medio de la improvisación o del azar.
Cuando la crisis del partido ponía fin y la táctica del partido se esclarecía, los bolcheviques además de dirigir la Revolución en Rusia acometían otra gran tarea la de colaborar, aportar e intentar cambiar el mundo, junto a los otros pueblos.
TESIS DE ABRIL
Habiendo llegado a Petrogrado únicamente el 3 de abril por la noche, es natural que sólo en nombre propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación, pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario.
Lo único que podía hacer para facilitarme la labor y facilitársela también a los opositores de buena fe, era preparar unas tesis por escrito. Las leí y entregué el texto al camarada Tsereteli. Las leí muy despacio y por dos veces: primero en la reunión de bolcheviques y después en la de bolcheviques y mencheviques.
Publico estas tesis personales mías acompañadas únicamente de brevísimas notas explicativas, que en mi informe fueron desarrolladas con mucha mayor amplitud.
TESIS
En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía., en virtud del carácter capitalista de este gobierno, es intolerable la más pequeña concesión al “defensismo revolucionario”.
El proletariado consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes condiciones:
a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos;
b) renuncia de hecho y no de palabra, a todas las anexiones;
c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.
Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz impuesta por la violencia.
Organizar la propaganda más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones.
Confraternización en el frente.
La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.
Este tránsito se caracteriza, de una parte, por el máximo de legalidad Rusia es hoy el más libre de todos los países beligerantes; de otra parte, por la ausencia de violencia contra las masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de éstas en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo.
Esta peculiaridad exige de nosotros habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor del partido entre masas inusitadamente amplias del proletariado que acaban de despertar a la vida política.
Ningún apoyo al Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas, sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria "exigencia" de que deje de ser imperialista.
Reconocer que, en la mayor parte de los Soviets de diputados obreros, nuestro partido está en minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos los elementos pequeñoburgueses y oportunistas, sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado, desde los socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de Organización Chjeídze, Tsereteli, etc, Steklov, etc, etc.
Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.
No una república parlamentaria, volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba.
Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia. Es decir, sustitución del ejército permanente con el armamento general del pueblo.
La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.
En el programa agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros.
Confiscación de todas las tierras de los latifundios.
Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados campesinos pobres. Hacer de cada gran finca, con una extensión de 100 a 300 deciatinas, según las condiciones locales y de otro género y a juicio de las instituciones locales, una hacienda modelo bajo el control de diputados braceros y a cuenta de la administración local.
Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional
único, sometido al control de los Soviets de diputados obreros.
No “implantación” del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros.
Tareas del partido:
Celebración inmediata de un congreso del partido;
Modificación del programa del partido, principalmente:
Sobre el imperialismo y la guerra imperialista,
Sobre la posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un “Estado Comuna”.
Es decir, de un Estado cuyo prototipo dio la Comuna de París.
Reforma del programa mínimo, ya anticuado.
Cambio de denominación del partido. En lugar de “socialdemocracia”, cuyos líderes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a la burguesía lo mismo los “defensistas” que los vacilantes “kautskianos”, debemos denominarnos Partido Comunista.
Renovación de la Internacional.
Iniciativa de constituir una Internacional revolucionaria, una Internacional contra los social chovinistas y contra el “centro”.
En la socialdemocracia internacional se llama “centro” a la tendencia que vacila entre los chovinistas o “defensistas” y los internacionalistas, es decir: Kautsky y Cía. en Alemania, Longuet y Cía. en Francia, Chjeídze y Cía. en Rusia, Turati y Cía. en Italia, McDonald y Cía. en Inglaterra, etc.
Escribo, leo y machaco: “Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante”
Y esos señores de la burguesía, que se llaman socialdemócratas, que no pertenecen ni a los grandes sectores ni a los defensistas revolucionarios de filas, tienen la osadía de reproducir sin escrúpulos mis opiniones, interpretándolas así: “ha enarbolado (!) la bandera (!) de la guerra civil” (¡ni en las tesis ni en el informe se habla de ella para nada!) "en el seno (!!) de la democracia revolucionaria”
¿Qué significa eso? ¿En qué se distingue de una incitación al pogromo?, ¿en qué se diferencia de Rússkaya Volia?
Escribo, leo y machaco: “Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y, por ello, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas”.
Pero cierta clase de opositores exponen mis puntos de vista ¡¡como un llamamiento a la “guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria”!!
He atacado al Gobierno Provisional por no señalar un plazo, ni próximo ni remoto, para la convocatoria de la Asamblea Constituyente y limitarse a simples promesas. Y he demostrado que sin los Soviets de diputados obreros y soldados no está garantizada la convocatoria de la Asamblea Constituyente ni es posible su éxito.
¡¡¡Y se me imputa que soy contrario a la convocatoria inmediata de la Asamblea Constituyente!!!
Calificaría todo eso de expresiones “delirantes” si decenas de años de lucha política no me hubiesen enseñado a considerar una rara excepción la buena fe de los opositores.
En su periódico, el señor Pléjanov ha calificado mi discurso de “delirante”. ¡Muy bien, señor Pléjanov! Pero fíjese cuán torpón, inhábil y poco perspicaz es usted en su polémica. Si me pasé dos horas delirando, ¿por qué aguantaron cientos de oyentes ese “delirio”? ¿Y para qué dedica su periódico toda una columna a reseñar un "delirio"? Mal liga eso, señor Pléjanov, muy mal.
Es mucho más fácil, naturalmente, gritar, insultar y vociferar que intentar exponer, explicar y recordar cómo enjuiciaban Marx y Engels en 1871, 1872 y 1875 las experiencias de la Comuna de París y qué decían acerca del tipo de Estado que necesita el proletariado.
Por lo visto, el ex marxista señor Pléjanov no desea recordar el marxismo.
He citado las palabras de Rosa Luxemburgo, que el 4 de agosto de 1914 denominó a la socialdemocracia alemana “cadáver maloliente”. Y los señores Pléjanov, Goldenberg y Cía. se sienten “ofendidos”. ¿en nombre de quién? ¡En nombre de los chovinistas alemanes, calificados de chovinistas!
Los pobres social chovinistas rusos, socialistas de palabra y chovinistas de hecho, se han armado un lío.
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