En una rápida mirada por el mundo, se aprecia que la lucha de clases no puede, no debe llevarnos a confusiones. Desentrañar el tenor de la misma, es tarea responsable de los revolucionarios. La sólida concepción dialéctica materialista de la historia- en su carácter de guía para la acción, y no de dogma o receta aplicable mecanicistamente – nos lleva a enfocar el análisis de esta situación, desde el punto de vista de la clase. Es decir desde la base material, desde las contradicciones del modo de producción, en la etapa terminal de su ultima fase: el imperialismo y su estrategia global, y la respuesta de los pueblos. De lo que se deduce que captar y desentrañar las principales tendencias, es el imperativo de la hora. Hablamos concretamente de la región, del continente, donde el proceso de lucha de clases rompe con el estado de contención burgués, en sus diversas formas y modalidades. Por lo tanto, de lo que se trata, es de apreciar y entender cabalmente, que el modo de producción capitalista basado en la explotación, la acumulación y expropiación, no admite atajos, y la ruptura con el orden burgués es violenta (ideología del proletariado o ideología burguesa); impulsada por la acción consciente de las masas, y la praxis histórica. La confirmación del desarrollo dialéctico, se expresa y visualiza con plena nitidez. El rasgo distintivo de la época condiciona y obliga a que el imperialismo pase a una nueva fase de dominación. Su instrumentación se basa en el desarrollo político-militar, a partir de sus necesidades objetivas: caída tendencial de la tasa de ganancia, agotamiento de las reservas y recursos naturales (hidrocarburos, agua y bao-diversidad), la acumulación de un déficit fiscal incontrolable, a lo que se le debe agregar la volativilidad del dólar. De manera tal que vivimos un proceso de neo-colonización, en un cuadro donde aflora la verdadera naturaleza del imperialismo: dictadura terrorista y genocida del capital financiero, sobre las fuerzas del trabajo y particularmente sobre la clase obrera. En este cuadro, carecen de validez las diferentes experiencias y formas de gobierno de corte populista, socialdemócratas, conciliadores, reformistas, que han sucedido a las derechas vernáculas, como verdaderas piezas de recambio para sostener y promover el orden burgués. Categoría Marxista que la Academia y el Post-modernismo, han intentado extirpar y desvirtuar infructuosamente, de la cabeza de las grandes masas, del proletariado y de la clase obrera. Esta es la metodología del imperialismo, del fascismo, con sus diferentes caras. Es a partir de este análisis, desde el punto de vista de clase, que se basa en el modo de producción y relaciones de producción, la base material y la caracterización del Estado, que reafirma su validez el encabezado de la nota: “YA NO HACE FALTA MAS CONFUSIÓN”. Por lo tanto, camaradas, compañeros, amigos: en momentos de ofensiva imperialista, somos “ Campo de batalla, o base de agresion” (R. Arismendi). Las orientaciones de los actuales gobiernos antes caracterizados, niegan el verdadero curso de la historia. Intentan esconder, disimular al topo de la historia, bajo el descolorido ropaje del nacional-chauvinismo, de los conflictos geo-políticos, del asistencialismo mendicante, en síntesis: niegan la abolición de la explotación del hombre por el hombre, ocultan la lucha de clases, y en consecuencia traicionan la revolución. No es desde el análisis de laboratorio, tampoco desde la erudición enciclopedista, alejados o de espaldas a la lucha de clases que llegamos a estas conclusiones. Lo hacemos desde el análisis concreto, de la realidad concreta, en la situación concreta. Por lo tanto, la verdad también es concreta. Es imperioso destacar, que hoy, en varios países de nuestra América, se vienen procesando situaciones de carácter pre-revolucionario que pueden transformarse en situaciones revolucionarias. Por lo tanto la lectura de tales acontecimientos, es siempre dialéctica, el salto de calidad de lo cuantitativo a lo cualitativo, o sea a la revolución. Es entonces camaradas, compañeros y amigos cuando el internacionalismo proletario, asume su papel, decisivo. En nuestro país, en el Uruguay, frenteamplista progresista, el del Tratado de inversiones, de la forestación y las pasteras, el de las maniobras Unitas, el de las tropas de paz, tropas de ocupación, de la violación del mandato popular y la Constitución de la Republica, de los trabajadores procesados, de los presos políticos caracterizados como sediciosos, de la falacia de los Consejos de Salarios, de la ley de libertades sindicales negociada bajo la prepotencia patronal y la actitud impúdica del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y el propio Parlamento de la Republica, del sometimiento a los dictados del FMI y su permanente monitoreo, etc. etc. etc., quizás sea entonces el momento de reivindicar el derecho sagrado a la indignación. Pero además luego de treinta y pico de años de acumulación histórica, para llegar al gobierno y cambiar el rumbo del país, en beneficio de los mas infelices, y bajo la entrega del Gobierno nacido en el seno de la clase obrera, de los sectores populares y del Frente Amplio, de lo que se trata es de discutir, de afinar la estrategia para la toma del poder. A riesgo de ser redundantes, recurriremos nuevamente al titulo de la nota: “Ya no hace falta más confusión”. Esta mención hace referencia concreta a las ultimas elecciones internas del Frente Amplio, donde algunos compañeros planteaban que lo que se plebiscitaba, era la política del Gobierno. Por lo tanto su objetivo era esa instancia, a la cual convocaban. ¿Y cual era la finalidad?. Por un lado mantener viva la presencia de un segmento radical “principista”, y por otro, ocupar mayores espacios de poder en la estructura de la fuerza política, para torcer el rumbo del gobierno. Si esto es así el plebiscito fue concluyente. No nos confundimos: para los revolucionarios el enemigo principal es el imperialismo y quienes ejecutan su política. Bregamos entonces por la construcción de un arco opositor que enfrente estas políticas y abra una nueva perspectiva de izquierda por la revolución y el socialismo. Bien camaradas, compañeros y amigos: El Manifiesto Comunista ( Programa de la clase obrera ), Patrimonio Histórico de la Humanidad, cobra vigencia mas que nunca, en momentos de destrucción planetaria. La voracidad y rapacidad del imperialismo lleva a la humanidad a una encrucijada: nudo dialéctico en el cual la acción conciente de las masas alumbradas por la teoría revolucionaria y orientadas por el partido de la revolución, resolverán el destino luminoso de la humanidad y del planeta, o el imperialismo sera su verdugo y su sepulcro.
Revolución Socialista o caricatura de revolución.
Refundación Comunista Uruguay
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