jueves, 18 de octubre de 2018

Sindicalismo, peronismo e iglesia: “la Santísima Trinidad”



Historia de la peregrinación a Luján. Por qué el sindicalismo nos convoca en este momento a "rezarle" a la virgen.

La virgen que se encuentra en Luján, donde marcharán este 20 de octubre a rogarle diversos sindicalistas fue encargada por un hacendado portugués en el siglo XIX. Para eso pidió una imagen de la Inmaculada Concepción de María casualmente en Brasil, el país que hoy se debate en un giro dramático hacia la derecha. La imagen llegó al puerto de Buenos Aires en 1630 e iba a ser llevada a la estancia del hacendado en Santiago del Estero pero la carreta que la trasladaba quedó atascada en Luján.
El padre Federico Grote, fundador de los Círculos Católicos de Obreros, fue el primero en organizar peregrinaciones a la ahora llamada Nuestra Señora de Luján. En la primera peregrinación, realizada el 29 de octubre de 1893, fue acompañado por unos 400 hombres con banderas argentinas.
Pero fue el 25 de octubre de 1975, luego del Rodrigazo y meses antes del golpe de Estado, cuando se realizó la 1° Peregrinación Juvenil a Luján, organizada por aquel entonces por un reducido grupo de capellanes, entre ellos Rafael Tello, que querían acercar la Iglesia a la juventud del país desviando la atención de la lucha de clases. La propuesta recibió el apoyo del entonces monseñor Guillermo Leaden. Se organizaron tres comisiones: Marcha, Contenidos, y Medios de Comunicación y recursos. Una vez en marcha los engranajes, la ciudad de Buenos Aires fue empapelada con afiches así también como la difusión que se hizo por radio y TV. Unos 30.000 jóvenes caminaron hacia la basílica de Luján con el lema "La juventud peregrina a Luján por la Patria".
“El comienzo de la peregrinación sorprendió a los propios organizadores, que se encontraron con jóvenes de todos los estratos sociales: jóvenes atildados, morochos de Lomas de Zamora, universitarios, trabajadores y de todas las villas que habían sido las mejor trabajadas”. (Pedro Ziwak, Télam, 29/9/2016)

La ideología que inspiró la marcha

El sacerdote y teólogo Rafael Tello fue el mayor inspirador de esta perenigración de 1975. Entre 1966 y 1974 se desenvolvió como perito de la Comisión Episcopal de Pastoral -COEPAL-, creada por el Episcopado Argentino para la recepción del Concilio Vaticano II (enero de 1959). En 1969 tuvo activa participación en la redacción del documento sexto de la Declaración de San Miguel, titulado "Pastoral popular". Fue asesor de la Pastoral Juvenil en los años 70. También consejero de congregaciones religiosas que buscaban insertarse en medios populares. Acompañó a muchos de los miembros del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (corriente fundada en 1967), a los curas villeros y los sacerdotes de la Cofradía de Luján. La Teología del Pueblo predicada por Tello se basaba en el Concilio Vaticano II que fijó como objetivo un aggiornamiento de la iglesia para volver a acercar a sus fieles adaptando la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo. El padre Mugica (asesinado por la Triple A en 1974) será uno de sus principales referentes. Esta teología hablaba de “pueblo” y “antipueblo”, no de “lucha de clases” como lo hacía la Teología de la Liberación. Tello tenía fuerte relación con Lucio Gera, también fundador del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, antecedente de la Teología de la liberación y artífice principal de la Teología del pueblo. Como dice Ziwak, las villas fueron las “más trabajadas” para la marcha a Luján a través de los curas villeros y jóvenes militantes, muchos de los cuáles serían luego secuestrados y asesinados por la dictadura cívico-militar.
Mientras empresarios, políticos y militares (y una buena parte de la iglesia) se preparaban para terminar con las coordinadoras industriales que se habían desarrollado como proceso cúlmine del Cordobazo de 1969. Mientras se desarrollaba una vanguardia obrera y juvenil que hacía su experiencia con el peronismo y comenzaba a comprender la necesidad de una revolución socialista que terminara con la explotación, la iglesia recurría a la fe de los y las creyentes para defender una Patria lejana a los intereses de los más explotados. Una vez más, como luego también haría en San Nicolás, la iglesia utilizaría la fe de sus creyentes con objetivos contrarrevolucionarios.

¿Por qué ir a Luján ahora?

Los organizadores de la marcha de este 20 de octubre convocan a una "gran marcha ecuménica" a la Basílica de Luján, para pedir a la Virgen "que el gobierno cambie el trazado económico" (Plaini).
Esto lo dicen después de un rotundo pronunciamiento de las y los trabajadores el 25/9 contra la política económica del gobierno y el FMI. Pero en vez de profundizar un plan de lucha, única medida efectiva para tirar semejante plan apoyado por el imperialismo, nos llaman a “apelar” a Dios para que haga recapacitar al gobierno.
Detrás de esta política sin duda está el papa Francisco (que dice haberse inspirado muchas veces en el fallecido Tello). “La Gran Marcha ecuménica del próximo sábado culmina en una misa que celebrará el obispo de Mercedes, monseñor Agustín Radrizani Goñi, para rezar por pan, paz y trabajo, consigna que consagró en las décadas del 80 Saúl Ubaldini (...) fue un católico de fe. Monseñor Roberto Bufano, obispo de San Justo, su confesor y amigo, en más de una oportunidad dijo: ’Saúl se puso el nombre de Dios al hombro’. Se puede afirmar que en su vida de dirigente sindical jamás pronunció el nombre de Dios en vano y llevó una conducta coherente, honesta, para que los reclamos de pan, paz y trabajo, y el anuncio de la Iglesia fueran mejor escuchados por el pueblo argentino. Que el Espíritu Santo ilumine a los actuales dirigentes sindicales y de las organizaciones sociales honestos que conducen la convocatoria del próximo sábado 20 de octubre”. (Infobae, “Pensamiento del Papa y la marcha del 20 a Luján”, 13/10/2018)
Ya sabemos adónde nos llevó Saúl Ubaldini: terminó entregándonos en bandeja a las privatizaciones y despidos de Carlos Menem. Sindicalismo y peronismo e iglesia parece ser la “Santísima Trinidad” llamada a salvar el gobierno para que llegue lo más pacíficamente posible a las elecciones del 2019. Las y los trabajadores no debemos caer nuevamente en sus engaños. Menos cuando la iglesia se demostró como la mayor enemiga de las mujeres en la lucha por la legalización del aborto. No vayamos a su marcha y manifestémonos junto a las mujeres brasileras que rechazan la candidatura del protofascista Bolsonaro.

Gabriela Liszt
@gaby_liszt

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