lunes, 11 de noviembre de 2024

Cristina defiende el nacionalismo antiobrero e imperialista de Trump


El peronismo se alinea en la órbita de la entrega nacional. 

 La expresidenta y exvice Cristina Fernández de Kirchner, y actual presidenta del PJ, volvió a respaldar a la figura de Donald Trump, intentando polemizar con el presidente Javier Milei, reivindicando el “nacionalismo” norteamericano, sin reparar que para el caso de los Estados Unidos se trata de un apoyo al reforzamiento de la política imperialista y al programa antiobrero de un elemento reaccionario.
 Cristina se refirió nuevamente a Donald Trump –ya en el pasado había elogiado su “proteccionismo estatal”- en el marco de una actividad política en Villa Fiorito, Lomas de Zamora, donde en referencia a Javier Milei manifestó: “Este idiota que está contento que ganó Trump, que aprenda de Trump, que es nacionalista, que quiere que las industrias de su país tengan mejores salarios”. 
 La frase es más que llamativa, ya que el nacionalismo de Trump representa los intereses del imperialismo norteamericano contra las economías de los países coloniales y semicoloniales. O, como señaló el dirigente del Partido Obrero, Gabriel Solano, “el nacionalismo de Trump no es otra cosa que un reagrupamiento de fuerzas del imperialismo norteamericano para disputar con sus rivales, empezando por China, el dominio del planeta”. 
 La equiparación del gobierno de Trump con los gobiernos nacionalistas de América Latina y el mundo no tiene ningún asidero más que el de alimentar una confusión política mayúscula. En este sentido, Solano agregó que “para América Latina, considerada por el capital yanqui su patio trasero, la llegada de Trump reforzará la guerra comercial y los ultimátum diplomáticos”.
 Bajo el gobierno de Trump, incluso, se respaldaron los golpes contra los gobiernos “latinoamericanistas” de Evo Morales, las ofensivas golpistas contra Venezuela y el apoyo al bolsonarismo en Brasil. 
 Cabe agregar también una consideración respecto a la supuesta intención (falsa) de Trump de que “las industrias de su país tengan mejores salarios”. Nada más lejos de la realidad. Trump es un partidario de la liquidación de las condiciones y derechos de los trabajadores, justamente, para favorecer a los capitales norteamericanos en la disputa por el mercado mundial. 
 Una expresión manifiesta de esta vocación antiobrera es su alianza con el multimillonario Elon Musk, que ha hecho escuela de despidos y ajuste con su adquisición de la empresa Twitter y en Tesla. 
 Trump no solo es un enemigo de los derechos de los trabajadores, sino que tiene un abierto posicionamiento contra la sindicalización, y ha hecho gran parte de sus campaña diciendo que va a bajarle los impuestos a las patronales: todo muy lejos de un supuesto “progresismo fiscal”. 
 Quien se refirió en términos similares a los de Cristina es otro de los referentes del “peronismo ortodoxo”, Guillermo Moreno”, quien manifestó que el nacionalismo de Trump es igual que el peronismo. Algo que fue replicado por Néstor Pitrola, en el acto del Partido Obrero en Parque Lezama, señalando que esto implica admitir que “el peronismo hoy está en la entrega nacional”.
 Cristina también afirmó que el gobierno de Milei “quieren destruir el Estado argentino, quieren reducirnos de vuelta a una simple colonia exportadora de materias primas y el resto que se joda”, pero sin explicar a qué lugar distinto, sino al de semicolonia sometida, nos llevaría la política de Trump que tanto defiende. Además, el intervencionismo estatal de los Kirchner nunca sirvió´para revertir la posición de sometimiento semicolonial de la Argentina, apoyándose en los mismos pilares que Cristina ahora denuncia. 
 El peronismo que se ufanaba de ser un movimiento antiimperialista y nacionalista se encuentra en la actualidad elogiando a un gobierno fascistoide, antiobrero e….. imperialista, mostrando el alcance de la degradación política de sus dirigentes, incluso como proyecto “nacional y popular”. 
 La salida al ajuste de Milei no es la política trumpista, ni el coqueteo cipayo con el imperialismo, sino la organización independiente de los trabajadores con un programa político y económico propio: algo que a lo que el peronismo nunca ha aspirado y por lo cual es necesaria su superación con una fuerza propia de los trabajadores. 

 Marcelo Mache

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