martes, 11 de noviembre de 2014

El salario, otra vez en la agenda



Esta semana paran los docentes bonaerenses por la reapertura de paritarias y está anunciado un paro bancario contra el impuesto al salario. En muchos lugares de trabajo se discute la necesidad de un bono de fin de año ante el golpe de la inflación. El proyecto del Frente de Izquierda para enfrentar el ajuste al salario. El salario, otra vez en la agenda.

Cuando a principios de año se cerraron la mayoría de los acuerdos paritarios, muchos sabían que los pactos entre las conducciones gremiales y los empresarios, patrocinadas por el gobierno, eran “pan para hoy y hambre para mañana”. Durante varios meses el avance de la recesión, con el panorama de suspensiones y despidos, y el discurso de “hay que cuidar el empleo”, hicieron efecto y no hubo mayores reclamos. Pero, como reconocía el General Perón, los salarios suben por la escalera y los precios por el ascensor. Con esa carrera desigual, la inflación y la pérdida del poder adquisitivo terminaron reinstalando el tema salarial en la agenda nacional.
Cada día, el tema se hace presente en la cola del supermercado y en las charlas en los lugares de trabajo. Hasta que el murmullo comenzó a entrar lentamente pero sin pausa en las oficinas de los dirigentes sindicales, preocupados por otros quehaceres. En algunos casos el reclamo tomó el nombre de “bono de fin de año”, en otros gremios planteó “la reapertura de las paritarias”, y también “contra el impuesto al salario”.
Presionados por esas "altas temperaturas" que llegaron antes que se comience el verano, los dirigentes de varios gremios iniciaron conversaciones con el gobierno y las cámaras empresarias. Jorge Capitanich, al principio, salió al cruce: "no hay motivos objetivos para un bono de fin de año”; o “en el tema Ganancias no hay modificación del status quo reinante”. La Presidenta lo reforzó marcando la cancha a los empresarios que cedieran a los reclamos sindicales: "si pueden dar un bono debe ser que no están tan mal".

Una semana movida

Pero como la realidad termina superando cualquier relato o intención del gobierno, vale enumerar una serie de hechos de las últimas semanas:
- Este lunes, el Jefe de Gabinete y la Viceministra de Trabajo debieron reunirse con las cúpulas del Sindicato de Petroleros Privados, ante las amenazas de paro contra el impuesto a las ganancias. La bronca que venía desde los yacimientos sentó a funcionarios y “dirigentes” en la mesa. Es posible que se acuerde un adelantamiento de las paritarias 2015, con una “suma puente”.
- Este miércoles 12 de noviembre, está anunciado el inicio de un paro de bancarios de todo el país, por 48 horas. Reclaman que no les retengan el impuesto al salario, pero la negociación podría terminar con el pago de una suma compensatoria de más de 5 mil pesos por parte de los bancos.
- Hoy martes 11 comienza una huelga de los trabajadores de la educación de la Provincia de Buenos Aires. El Frente Gremial Docente convoca el paro "ante la falta de respuestas concretas" de Scioli respecto a la reapertura de paritarias y un bono de fin de año. Además, el jueves y viernes para otro de los gremios de la actividad, UDOCBA. Hay reclamos docentes en otras provincias.
- Varias provincias debieron acceder al pago de “bonos de fin de año”. Entre ellas La Pampa: $3.500, San Juan: $3.000, Santiago del Estero: $3.000, San Luis: $2.000, Santa Fe: $1700, Córdoba $1500, aunque delegados opositores aseguran que no incluye a todos los trabajadores. En estos días podrían definirse también en La Rioja, Tucumán, Salta, Corrientes y Misiones.
- El Ministerio de Trabajo debió aceptar que los Camioneros que transportan el petróleo crudo desde Chubut y el norte de Santa Cruz dejen de pagar “Ganancias”. Las petroleras YPF, Panamerican Energy, Sipetrol y Tecpetrol se harán cargo del impuesto.
- En estos días se publicaron diversos estudios que sitúan la pérdida del salario real en un 8% en lo que va del año, con una inflación superior al 35%.

El salario que no alcanza

Hay que hacer un breve diagnóstico. En la Argentina en la que los empresarios “la levantan en pala” (Cristina dixit), los ingresos de la mayoría de la clase trabajadora ha quedado lejos del costo de una canasta familiar que permita la alimentación, el transporte, la vivienda, la recreación y el acceso a la cultura de millones de familias.

Si tenemos en cuenta que, para enero de 2014, la Junta Interna de ATE Indec estimó la canasta en $ 9.113,64 y que varios cálculos estiman una inflación de 30% en lo que va del año, hoy la canasta se ubica en $11.846. Y si analizamos los datos oficiales, a pesar de las manipulaciones, la mitad de la población cobra menos de $5.000 o menos, y sólo 1 de cada 10 supera los $11.000 que cuesta la canasta familiar.
Mucho peor para el 33% de los trabajadores que están en negro, y el 53% que sufre algún tipo de precarización. Son en total 8,5 millones de trabajadores y sus familias. Trabajo “no registrado” que afecta no sólo a los peones rurales o los empleados de comercio, sino a los mismísimos empleados estatales. En Jujuy, algunos cobran 300 pesos de salario en blanco. Vergonzoso.
El impuesto al salario, una fuente de recaudación muy estimada por la actual gestión, afecta a 1,5 millón de trabajadores y otro medio millón de autónomos. El sistema impositivo hoy se lleva el 50% del salario de un trabajador.
Entonces hablar de la “situación salarial” durante el kirchnerismo es hablar de las condiciones de explotación de la clase obrera que este gobierno ha garantizado, con muchas conquistas que las patronales obtuvieron durante la dictadura o el menemismo y siguen vigentes: flexibilización laboral, contratos basura, tercerización, empleo no registrado, ley de accidentes de trabajo, etc.
El “modelo” ha garantizado que millones de trabajadores cobren un salario por debajo de la canasta familiar, lo que ha llevado a extender las jornadas de trabajo y al aumento de los ritmos de producción. Esto ha permitido que el costo laboral unitario haya caído el 18,5% entre 2001 y 2012, como reconocen los análisis estadísticos.

Los “buitres” del salario

En el terreno del salario, el gobierno muestra que las multinacionales han tenido un terreno fértil para realizar sus superganancias a través no sólo del saqueo de los recursos naturales, sino también el robo del trabajo obrero. Durante la convertibilidad menemista las 500 grandes empresas, por cada peso que pagaban en salario obtenían 0,69 centavos de ganancia; en la “década ganada” obtuvieron una ganancia de $1,54 por cada peso de salario. Más del doble. (Estimación propia en base a Encuesta Nacional a Grandes Empresas relevada por el Indec).
El gobierno, para dividir, siempre argumenta que los obreros de la multinacionales automotrices o petroleras ganan más que otros trabajadores. Oculta que su salario relativo, o sea comparado con las ganancias obtenidas por las empresas, en muchos casos ha retrocedido.

Las estrategias del gobierno y los empresarios

A pesar del reiterado intento del gobierno de alejar el “fantasma” de los reclamos salariales, esta será una semana movida, en los despachos y también en las calles.
Según el diario económico IProfesional, “para evitar ceder en uno de los puntos donde tiene menos margen de maniobra como es Ganancias – uno de los pilares de su ingreso tributario –, el Gobierno intenta ‘privatizar’ la solución, con el riesgo de que se genere un ‘efecto dominó’ de reclamos por bonos y reapertura de negociaciones salariales”. La decisión de habilitar el adelantamiento de paritarias, el pago de bonos de fin de año o de sumas “puente” puede convertirse en un problema candente para fin de año. Ni hablar para el inicio de un año electoral como 2015, con una inflación pronosticada superior al 35% anual.

Cada burócrata es divisible por dos

Lo único que permite que por ahora la situación se vea controlada es el rol de las centrales sindicales, tanto oficialistas como opositoras. Si bien todos los capos gremiales han hecho mención al tema – incluído el jefe de la CGT Antonio Caló –, las medidas de fuerza se siguen haciendo esperar. A lo sumo buscan dejar todo en pedidos “corporativos”, solo por su gremio, limitando así la fuerza necesaria para arrancar un aumento para el conjunto de los trabajadores.
Las CGT de Moyano y Barrionuevo han entrado en una tregua desde el 28 de agosto, se limitan a negociar con las cámaras de su sector y se acercan a Massa y Macri. La CTA de Yasky sólo amenaza de palabra con reclamos a los gobiernos que no son kirchneristas. La CTA de Micheli, abandonada por Moyano, convoca una marcha este 20 de noviembre. No hay ninguna medida de conjunto de las "minicentrales" en que Cristina ha dividido a la cúpula sindical.

La izquierda reclama contra el ajuste al salario

La única voz insistente que se ha levantado contra el ajuste salarial y los ataques que viene sufriendo el movimiento obrero ha llegado desde el sindicalismo combativo y la izquierda. En distintos plenarios y declaraciones que se han realizado en las últimas semanas ha estado presente la exigencia de un paro de 36 horas y un plan de luchas a las centrales sindicales por este y otros reclamos obreros. Entre ellos, la reapertura de paritarias; un bono de fin de año de $4000; el apoyo a Lear y todas las luchas contra despidos; la eliminación del impuesto al salario; contra la entrega del petróleo y el pago de la deuda.
Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea B del subte, expresó a La Izquierda Diario que “no alcanza lavarse la cara sólo con pedidos. Esto no debe quedar en anuncios vacíos, sino que es necesario organizar planes de lucha votados en asamblea con los compañeros para conseguir el objetivo, frente a la negativa de las patronales como es el caso de Metrovias. Ni las conducciones kirchneristas ni las opositoras están dispuestas a esto.”
Quien que ha criticado duramente la política oficial y ha presentado una propuesta sobre el tema ha sido el diputado nacional Nicolás del Caño (PTS-FIT). El proyecto del Frente de Izquierda propone un bono extraordinario de 4 mil pesos a todos los trabajadores estatales y privados, efectivos, contratados y en negro, que deberá ser abonado por los empleadores antes de fin de año. Además, la iniciativa establece que los jubilados y pensionados y los beneficiarios de planes sociales perciban un pago extraordinario de 3 mil pesos.
El proyecto deja claro que la izquierda no sólo levanta la bandera de la defensa de los puestos de trabajo, sino que propone enfrentar el ajuste y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Como argumenta Del Caño en su proyecto, “a una situación extraordinaria hay que darle soluciones extraordinarias. El pago de emergencia que plantea este proyecto busca ponerle un freno a esa pérdida del salario real. Así como defendemos los puestos de trabajo acompañando a los trabajadores de Lear y Donnelley, también defendemos el salario”

Lucho Aguilar

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