sábado, 30 de abril de 2016

#29A: potencialidades y límites de una jornada contundente



Una manifestación multitudinaria con el limitado objetivo de marcar la cancha. Los que fueron, los que se bajaron y los que se enfrentaron. Otra vez la relación de fuerzas se expresó en la calle.

La concentración fue masiva y contundente. Los números se convirtieron inmediatamente en materia de debate. Los organizadores exageraron y apuntaron 350 mil participantes, las estimaciones más realistas mostraban poco más de un tercio de esa cifra.
Pero más allá de la controversia de los números, el acto inicialmente convocado por las cinco centrales sindicales y del que finalmente se bajó a último momento el sello que comanda Luis Barrionuevo (la “Azul y Blanca”), fue imponente y significativo.
Los camioneros fueron el corazón de la concentración, los mercantiles aportaron otra de las columnas destacadas, seguidos por los encuadrados en Luz y Fuerza y en la Unión del Personal Civil de la Nación que después de permitir que pasen 11 mil despidos -reconocidos oficialmente- en el Estado Nacional, recordó que había razones para manifestarse.
Los gremialistas más cercanos a Mauricio Macri, el “Momo” Venegas (Uatre) y Barrionuevo, se despegaron de la convocatoria cuando fue tomando un cariz opositor, menos por las intenciones de los dirigentes que por la intransigencia del Gobierno. Macri y su administración aplican con convicción un ajuste que combina recesión e inflación (tarifazos y despidos) con la consecuente pérdida del poder adquisitivo del salario como consecuencia más extendida. Pero además, el presidente amenazó con vetar la llamada “ley antidespidos” que tuvo media sanción en el Senado. Un proyecto limado, en relación al que se había consensuado en Diputados que ya tenía sus limitaciones. El Gobierno no está dispuesto a permitir que se ponga un mínimo límite a las aspiraciones patronales.
Los mecánicos de SMATA y algunas organizaciones que se agrupan en el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), como los taxistas, la Unión Ferroviaria o los telefónicos; tampoco se hicieron presentes, aunque vienen subiendo moderadamente el tono de las críticas al Gobierno.
El “peronismo territorial” también brilló por su ausencia, pese a que estuvieron alguna de las figuras políticas (como Daniel Scioli), una bandera considerable inversamente proporcional a la poca gente encuadrada de la localidad de Ituzaingó (Alberto Descalzo) se destacaba por ausencia de todo el resto.
La novedad fue la presencia de cierto progresismo, inexistente en movilizaciones de estas características en los últimos años. Estaban alrededor de las columnas de la CTA que dirige Hugo Yasky o no encolumnados. En Independencia y Paseo Colón rumbeando hacia el lado de la Av. San Juan se juntaban este “progresismo blanco” y la base camionera en un “choque de civilizaciones” separados por la “grieta” del último periodo del kirchnerismo.
Del espectro de organizaciones sociales (alguna vez “kirchneristas”) se destacó la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que dirige Juan Grabois de muy buenas relaciones con el Papa Francisco.
La izquierda y el sindicalismo combativo participaron con una columna representativa (con los aceiteros, trabajadores del subte, de Sutebas opositores, estatales y delegados de diferentes gremios), acompañados por los legisladores y referentes del FIT. Una presencia que fue destacada por la prensa nacional como uno de los componentes de la concentración.
El lugar de la convocatoria y el tono moderado de los principales discursos (sobre todo la síntesis del cierre de Moyano y el documento leído al inicio por Juan Carlos Schmid) evidenciaron el carácter de la concentración. Como en una especie de “teorema de Baglini” aplicado al sindicalismo burocrático, el tono de los oradores variaba proporcionalmente a su capacidad de conducción: de mayor a menor, Pablo Micheli fue el más encendido, Yasky también le puso “fervor”, Antonio Caló hizo un apagado discurso y Moyano habló midiendo meticulosamente las palabras para que quede claro su objetivo de no pasar de un “llamado de atención”.
El acto no fue ni en Plaza de Mayo ni en Congreso, pero tampoco en un estadio cerrado como presionaban quienes querían convertir la jornada en un evento 100 % folklórico.

No hubo paro y sólo Yasky decretó un difuso “cese de tareas” entre los estatales encuadrados en su central.

El “tiempista” Moyano, experimentado en el arte de la contención, hizo un movimiento doble. Le marcó la cancha al gobierno y en su discurso afirmó explícitamente que pretende ser parte de los dispositivos de poder con capacidad de influencia en las decisiones. En paralelo, realiza una acción medida y fríamente calculada para responder a un malestar extendido entre los trabajadores que sufren los despidos la pérdida del salario.
La relación de fuerzas impuso que cuando todavía no se cumplieron cinco meses de Gobierno, ya tuvo lugar la primera manifestación que unió a casi todo el arco del movimiento sindical. La masividad del 24 de Marzo, también había expresado un malestar que se combinó con el tradicional reclamo del juicio y castigo a los genocidas.
El acto demostró, justamente por todas sus limitaciones, que hay un poder de los trabajadores que podría ponerle un freno al ajuste y que la burocracia sindical administra para sus propios intereses, a la vez que expresa deformadamente.
Es una necesidad urgente para todo el movimiento obrero sobre el que recaen las consecuencias del plan de Macri, superar esos límites que impone la dirigencia, para poner en movimiento la fuerza de los trabajadores que en esta jornada volvió a expresarse. Para enfrentar a la “CEOcracia” con la misma voluntad con la que ellos aplican el ajuste. Esa fue la bandera que dejó planteada el sindicalismo combativo y clasista que participó guiado por el principio de golpear juntos y marchar separados, exigiendo la preparación inmediata de un plan de lucha y un paro nacional.

Fernando Rosso
@RossoFer

La coalición de los despidos

En oposición a los culebrones del Congreso, sectores muy importantes de la clase obrera han salido a defender sus reivindicaciones a través de una lucha decidida. Es el caso del vigoroso paro bancario, que terminó derrotando la intransigencia patronal, de la huelga docente universitaria, de las extraordinarias huelgas y puebladas que protagonizan los estatales y docentes santacruceños, fueguinos, mendocinos y santiagueños, entre otros. La movilización de este viernes 29, concebida para evitar un paro, terminará recogiendo en las calles esa enorme inquietud obrera
La ley “antidespidos” que avanzaba en el Senado en la tarde de este miércoles fue presentada como un desafío a Macri, quien volvió a reclamar contra cualquier restricción a las cesantías. Pero lo que hicieron los senadores peronistas es arrimar un paso hacia esa exigencia del gobierno y de toda la clase capitalista. Un senador opositor confesó que “tuvimos que poner primera y marcar la cancha, para no chocarnos después con el proyecto de diputados” (Ambito Financiero, 27/4). O sea que los senadores kirchneristas aceleraron la sesión para primerear a los diputados y obligarlos a debatir en base a un proyecto aún más limitado que el “dictamen” resuelto en la cámara baja -con el único voto en disidencia del PO-FIT (ver artículo). El proyecto del Senado acorta la prohibición de despidos a sólo seis meses y, como ya ocurría con el dictamen de kirchneristas y massistas en Diputados, el trabajador podría cambiar el despido por una doble indemnización. Además, “la ley sólo regirá para el sector privado” (Clarín, 27/4) -los senadores peronistas protegen así a sus gobiernos cesanteadores- y no será retroactiva. Pero el massismo -y una parte de los senadores del PJ- reclaman también eximir a las Pymes de los alcances del proyecto. Bajo esta denominación, revistan las empresas de hasta 200 trabajadores, el 70% de la fuerza laboral del país. Si el proyecto sólo rige para las grandes empresas y habilita a la doble indemnización, estaría igualando al mecanismo que éstas utilizan para desprenderse de trabajadores -los retiros voluntarios.
La amansadora parlamentaria contra el derecho al trabajo no terminaría ahí. El gobierno confía en “dormir” la iniciativa cuando llegue a Diputados, incluso para evitarse el veto presidencial. “Sobran ejemplos de iniciativas que quedaron cajoneadas durante el kirchnerismo, tras la aprobación de una Cámara”, señala Ambito Financiero (27/4) al anticipar el congelamiento del proyecto. Además, el macrismo ha conseguido el apoyo de Massa para una ley de empleo joven, un régimen de contratación laboral subsidiada por el Estado que actuará como incentivo para que las patronales se desembarazacen de trabajadores con mayor antigüedad y remuneración.

Burocracia sindical

Esta “media sanción” (cuya segunda “media” podría no llegar nunca) es la cosecha que ha logrado la burocracia sindical al cabo de un mes de peregrinación por las oficinas del Congreso. Cuando el número de despidos acumulados en el primer trimestre superaba largamente los 100.000, los Moyano, Caló, Yasky y compañía decidieron disimular su compromiso de fondo con el ajuste oficial reclamándole una legislación “protectiva” a los mismos bloques políticos que venían de votar el pacto buitre -precisamente, el punto de apoyo para un reforzamiento del ajuste. En aquella reunión de diputados con la CGT, fueron los parlamentarios del PO en el Frente de Izquierda quienes advirtieron que no sería el Congreso ajustador el dique contra los despidos, sino la acción directiva y colectiva de los trabajadores. El trámite parlamentario fue la coartada de la burocracia para el inmovilismo, mientras los despidos y suspensiones arrecian en la industria y en las reparticiones. La burocracia es una pata crucial de la coalición política que pretende armar el macrismo, para llevar adelante una reorganización social a costa de la clase obrera.

Crisis capitalista, fragilidad política

La marcha de la crisis capitalista, sin embargo, tiene un alcance muy superior a los compromisos precarios de la burocracia para seguir tirando.
Mientras Macri promete la ‘creación de empleo’, el gran capital reclama libertad para seguir despidiendo y degradar todavía más las relaciones laborales. El derrumbe de Brasil golpea sobre las terminales automotrices y las autopartistas y muchas otras industrias derivadas. Días atrás, el pope Ratazzi, de Fiat, que tiene a 1.500 trabajadores suspendidos, reclamó una nueva devaluación, de cara a la agudización de la competencia internacional y el aumento de los costos provocados por el tarifazo. Pero un sacudón cambiario se daría de patadas con la presente bicicleta financiera, armada sobre una devaluación inferior a la tasa de interés usuraria que remunera a los “inversores”. Por detrás de la común voluntad ajustadora, la marcha de la crisis agudiza los enfrentamientos entre los capitalistas y sus bloques. Aunque Macri logró emplazar a Massa y al PJ en la cuestión de los despidos, la impasse económica le pone límites muy claros a la tentativa oficial de armar una coalición de gobierno estable.

La clase obrera

Finalmente, en la frágil coalición del ajuste hay que inscribir a Cristina Kirchner, cuyo mensaje a la tropa propia es la de preservar la “unidad” con los Gioja, Scioli y los senadores que han votado el pacto buitre. Los límites de la camarilla K para acaudillar una oposición popular al macrismo está dictada por su propia naturaleza ajustadora (Santa Cruz), y por el temor a dar con sus huesos en la cárcel.
En oposición a los culebrones del Congreso, sectores muy importantes de la clase obrera han salido a defender sus reivindicaciones a través de una lucha decidida. Es el caso del vigoroso paro bancario, que terminó derrotando la intransigencia patronal, de la huelga docente universitaria, de las extraordinarias huelgas y puebladas que protagonizan los estatales y docentes santacruceños, fueguinos, mendocinos y santiagueños, entre otros. La movilización de este viernes 29, concebida para evitar un paro, terminará recogiendo en las calles esa enorme inquietud obrera.
En este cuadro, nos movilizamos el 29 junto a los sindicatos y cuerpos de delegados del clasismo y de la izquierda, en una columna que reclamará el paro nacional contra los despidos, los tarifazos y por el salario. El 1 ganamos la Plaza de Mayo, como viene haciéndolo la izquierda desde hace más de una década, en defensa de todas las reivindicaciones amenazadas y de una alternativa política propia -el Frente de Izquierda- frente a los partidos y el régimen de los despidos masivos.

Marcelo Ramal

Las extrañas vías de la protesta obrera

El peronismo histórico (1945 hasta la crisis de 1952) consistía en un movimiento obrero de masas organizado en poderosos sindicatos con una política capitalista reformista y direcciones burocráticas que representaban en el seno de ellos a la burguesía y que no obedecían a sus bases sino a un dirigente burgués nacionalista, el coronel Juan D.Perón (después autoascendido sucesivamente a general y a teniente general).
Éste se apoyaba en la clase obrera gracias a la dominación de la misma por la ideología capitalista y al control burocrático que ejercían en sus organizaciones los dirigentes sindicales proburgueses.
Perón, para cumplir su objetivo declarado de construir una burguesía nacional desde el Estado y una “Argentina potencia” capitalista, se opuso a las luchas y a la independencia de la clase obrera (reprimió las huelgas y las prohibió en su Constitución de 1949) porque reconocía la existencia de la clase obrera en la que a veces se apoyaba y a la que controlaba mediante su aparato sindical estatal.
El postperonismo dirigido por la pareja Kirchner canalizó en cambio un proceso en el que los trabajadores tenían suficiente fuerza como para derribar gobiernos (2001-2003) pero venían de la terrible derrota de la superinflación de más del 1000 por ciento con los radicales y de la desindustrialización masiva producida por el neoliberalismo del peronismo menemista (al que pertenecían los Kirchner) y carecían de organización y de política propia.
De ahí el estallido de diciembre de 2001 que algunos ultraizquierdistas despistados confundieron con una situación revolucionaria o prerevolucionaria aunque expresaba a la vez,mezclados el deseo de un cambio políticosocial, la rabia y la desesperación y un conservadurismo que terminó por llevar al gobierno al menemista Néstor Kirchner y su grupo de aventureros de la política. El kirchnerismo no se apoyó en la clase obrera, la cual estaba débil y desorganizada.
Proveniente de un estallido social, a diferencia de Perón, no pudo oponerse a las huelgas a las que, además, no temía porque eran pocas pero desconoció lisa y llanamente la existencia de las clases y jamás se apoyó o intentó apoyarse en los trabajadores, mientras el gran capital extranjero y sus agentes seguían controlando todos los sectores importantes de la economía y en lo político mordía el freno esperando tiempos mejores.
El kirchnerismo defendió los intereses del gran capital, se ilusionó con reformar el capitalismo en Argentina sin tocarle las bases y llevó a cabo una política neoliberal con el agregado de un mero distribucionismo-asistencialismo que duró lo que duraron los altos precios de las mercancías primarias que exporta la Argentina extractivista. Néstor y Cristina Kirchner abrieron así el camino al retorno de los Yetis del capital financiero y de la Sociedad Rural y frenaron a los únicos que podrían haberlo impedido, los trabajadores organizados.
Llegamos de ese modo a Macri y a este Primero de Mayo de huelgas dispersas y de despidos. Por un lado, la combatividad obrera es mucha: en Tenaris (Techint) de Valentín Alsina, con el apoyo de los trabajadores de los otros establecimientos de la empresa, resisten el despido de sus dirigentes históricos con una huelga en la fábrica que ya impuso su reincorporación; los aceiteros lograron con su huelga arrancar un 38 por ciento de aumento y los bancarios 20 por ciento. Los metalúrgicos pararán a su vez contra las suspensiones y los despidos y por aumentos salariales. El gobierno del gran capital vacila y trata de hacer algunas concesiones.
Este sería pues el momento para una gran iniciativa unitaria y un Plan de Lucha…si hubiera una izquierda digna de ese nombre en Argentina. Porque el Frente de Izquierda y de los Trabajadores es sólo un inestable pool electoral que ni siquiera ha llevado a formar un bloque único en el Parlamento y mucho menos a una acción sindical común, unitaria, de lucha.
El 1º de mayo es un ejemplo vergonzoso de cómo los intereses de partido se sobreponen a los intereses generales obreros y anticapitalistas. Todas las organizaciones de la izquierda harán sus actitos por separado y en lugares diferentes (Rompiendo Cadenas, con un atisbo de unidad, hará el suyo y después irá a Plaza de Mayo “al de los otros” que, además, no serán todos).
El PTS tiene razón cuando califica de golpe de Estado lo que pasa en Brasil, pero es antiunitario cuando organiza por eso su acto frente a la embajada brasileña en vez de construir un acto único en Plaza de Mayo en torno a un plan obrero y democrático para los trabajadores de Argentina.
Eso da alas a la burocracia sindical, la cual hará un acto unitario de las cinco Centrales obreras (preparando la fusión de varias de ellas) para presionar al gobierno y negociar con éste amenazándolo con una huelga general. Este acto es una expresión deformada de la protesta obrera y popular pero es también un forcejeo entre dos políticas y fuerzas burguesas (las del frente de extrema derecha gubernamental contra las de los sectores burgueses que trabajan para el mercado interno, ocupan la mayor parte de la mano de obra y enfrentan lo más duro de la protesta obrera y de la crisis).
Todas las organizaciones de la izquierda, responsablemente, irán al acto de las burocracias sindicales frenadoras de las luchas y negociadoras con el gobierno y probablemente también a la huelga general si aquéllas llegasen a proclamarla para presionar más a un gobierno que sostienen. Pero esas izquierdas no son capaces de presentar consignas comunes, de marchar juntas pero diferenciadas, de osar tener políticas nacionales audaces y propias.
El FIT, en particular, aparece como la carabina de Ambrosio, sin gatillo, sin mira, sin carga, sin motivo. La izquierda “anticapitalista”, por sectarismo y ceguera, refuerza al capitalismo. ¡Qué decepción, qué vergüenza!

Guillermo Almeyra

El plan de lucha sacó la universidad a la calle


El último Congreso de la Federación Nacional de Docentes Universitarios resolvió profundizar su plan de lucha nacional -el único realmente existente en el país- con una semana de paro, del 25 al 30, donde se multiplican las clases públicas, los cortes de calles, las carpas educativas en las principales plazas o frente a los rectorados, volanteos en las calles y movilizaciones. De Misiones a Patagonia Austral y de Cuyo a la UBA.
Aquí, en Buenos Aires, el puntapié inicial fue un partido de fútbol en el que los docentes de la AGD golearon al equipo del ajuste, de casacas amarillas y con los nombres de los responsables políticos del ajustazo buitre, ante la presencia de prácticamente todos los medios televisivos y radiofónicos que sirvieron de canal para difundir nacionalmente los reclamos docentes.
El movimiento huelguístico, que ya cumple la 12a. jornada de paro, le dio un golpe a las federaciones burocráticas (Aduba-Fedun, Feduba-Conadu) que tuvieron que salir de su oxidado y largo receso de todos estos años para convocar a paros aislados en la misma semana del parazo nacional que se
está desarrollando.
Pero, sobre todo, voló por el aire la propuesta salarial del gobierno de Macri y Bullrich que pretendían cerrar el conflicto con un miserable 15% a octubre, repudiado y considerado una provocación por la base docente en sus asambleas y en las calles. El martes 26, al segundo día de la semana de paro, con la presencia del propio ministro, el gobierno se vio obligado a cambiar su propuesta ofreciendo dos cuotas de 15% a mayo y 15% a diciembre, lo que también fue rechazado por la Conadu Histórica, que salió de la reunión ratificando el plan de lucha.
El ajuste sobre los salarios y sobre la universidad -con presupuestos que no garantizan siquiera el funcionamiento administrativo hasta el segundo cuatrimestre- encuentra una fenomenal barrera y un repudio creciente en la docencia universitaria.
En ese marco, el viernes 29, AGD, junto con decenas de sindicatos combativos como los aceiteros, los Suteba recuperados, Ademys, se movilizará en una columna independiente al Monumento al Trabajo con una bandera de arrastre que replica la consigna: “Abajo el ajuste. Por un paro nacional”.

Santiago Gándara

Los Costos del Acuerdo. Un análisis del costo anual esperado de la reciente emisión de deuda argentina

El gobierno argentino acaba de anunciar la colocación de deuda por 16.500 millones de dólares, según el siguiente detalle: 2.750 millones a tres años y a una tasa del 6,25%; 4.500 millones al 6,85% a cinco años; 6.500 millones al 7,5% a diez años y 2.750 millones al 7,62% a treinta años.
Si bien se ha conocido el perfil de vencimientos de la deuda, que incluye pagos semestrales de intereses devengados y la cancelación del principal al finalizar el período acordado para cada uno de ellos, la cancelación de estos compromisos implicaría dos alternativas extremas: refinanciar la deuda al vencimiento, reproduciendo la ya conocida estrategia de “deuda eterna”, o disponer de los recursos para su cancelación.
Ilustrar la verdadera magnitud del esfuerzo colectivo para atender este nuevo compromiso financiero es el objetivo de este artículo. Para ello se ha estimado el compromiso presupuestario que debiera realizarse si se decidieran juntar, año a año, los recursos para poder pagar en los términos comprometidos en aquellas emisiones.
Para ello, suponemos una amortización lineal del capital, es decir, que los recursos destinados a la cancelación de cada bono, aunque no se pague, se previsionan proporcionalmente. Por ejemplo para el primer año 1/3 del valor del bono con vencimiento en 2019, 1/5 de los bonos a vencer en 2021, 1/10 para los de diez años y 1/30 para los más largos. Al compromiso por capital se adicionan el de los intereses sobre el capital adeudado según lo establecido en el detalle precedente. Con estos criterios se define el cronograma de compromisos que se presenta a continuación:



Dados los supuestos de nuestra estimación, los requerimientos anuales son mayores al inicio. Hasta el tercer año se suman los compromisos derivados de los bonos con los cuatro distintos vencimientos, después del tercer año ya se habrá cancelado el primer bono, después del quinto año los dos primeros bonos, y así con el resto, el compromiso presupuestario anual también iría disminuyendo con el tiempo.
Ahora bien, de aquellos 16.500 millones de dólares, 9.300 se usarán para pagar en efectivo a los fondos que mantienen su litigio contra el Estado Argentino en el Juzgado de Griesa en Nueva York. De modo que ese dinero ni siquiera entrará a la economía argentina, sino que irá directamente a las cuentas bancarias de esos fondos financieros que no aceptaron los canjes de 2005 y de 2010. El resto, unos 7.200 millones, sería usados, según declaró el Ministro Alfonso Prat Gay en conferencia de prensa, “para no hacer un ajuste fiscal” (sic).
A diario observamos la multiplicación de despidos, el aumento de tarifas y la aceleración de los precios. El ajuste en realidad ya comenzó. Se evita algo antes de que ocurra, no después. Pero concentrémonos en el costo anual estimado de la operación. Dado lo anterior, en el primer año de vencimientos, Argentina deberá enfrentar un pago por los cuatro bonos por un total de casi 3.800 millones de dólares. De modo que de aquellos 7.200 millones, en realidad sólo estarían “disponibles”, en el mejor de los casos para mitigar los efectos del ajuste, 3.400 millones.

¿Qué implica un costo anual de 3.800 millones de dólares?

El gasto total que se comprometió en el Presupuesto Nacional 2015 para Educación, por ejemplo, fue de unos 68.000 millones de pesos. A un tipo de cambio de 15 como el actual, eso equivale a unos 4.550 millones de dólares. Dicho en otras palabras, si nada más se modificara en la economía argentina (ceteris Paribus le llaman los economistas que gustan del uso del latin), y si se tratara meramente de cambiar una cosa por otra, la economía argentina podría pagar el costo del primer año de esta emisión de deuda, solamente del primer año y solamente de esta deuda, “entregando” casi el 85% de todo su presupuesto educativo anual.
En la República Argentina hay actualmente 53 Universidades Nacionales. Durante 2015 el Tesoro Nacional les transfirió, entre salarios docentes, salarios no docentes, programas de intercambio, cooperación internacional, capacitación, programas especiales, categorizaciones, incentivos a la investigación, etcétera, un total de casi 50.000 millones de pesos. Al tipo de cambio actual, eso equivale a unos 3.333 millones de dólares. Si el gobierno nacional decidiera enfrentar ese primer vencimiento entregando el equivalente a la totalidad de los recursos que en 2015 transfirió a las Universidades Nacionales por todo concepto, no le alcanzaría. Si cerrara absolutamente todas las Universidades Nacionales, no pagara ningún salario en todo ese año, cancelara absolutamente todos los programas y proyectos, y el país no tuviera actividad universitaria alguna en todo el año, ese ahorro le permitiría al gobierno reunir el 88% de lo que necesitará pagar.
Y esto se repetiría durante los tres primeros años. Sin siquiera considerar el nada despreciable hecho de que el presupuesto educativo está de hecho también siendo recortado, durante cada uno de los tres primeros años de vencimientos los compromisos presupuestarios anuales superarían los gastos universitarios ejecutados en 2015. Ceteris paribus, serían tres años consecutivos sin Universidades Públicas Nacionales.
La sustentabilidad de una deuda radica en que el deudor genere capacidad de pago. Dicho sencillamente, la deuda “sirve” al deudor cuando le permite crecer y generar capacidad para devolver; de lo contrario, a quienes sirve es al acreedor y a los intermediarios. Aquí no se está tomando deuda para incrementar la capacidad productiva nacional. No resulta esperable que se destinen estos fondos a la industria (no parece ser el sector preferido de la gestión económica actual), pero aun imaginando que se lo hiciera, ni siquiera destinando aquellos 3.400 millones a proyectos industriales multiplicadores podría generarse jamás la capacidad de pago para devolver 16.500 millones más sus intereses.

¿De dónde saldrán esos recursos entonces?

De acuerdo con los argumentos del gobierno nacional, habría dos respuestas. Una es que a partir de este acuerdo la República Argentina vuelve a los mercados financieros internacionales, vuelve a ser confiable y producto de esa confianza ingresarán nuevas inversiones al país. Al respecto diremos dos cosas: en primer lugar, si lo que se ganó fue confianza de inversores financieros, a lo sumo cabría esperar inversiones financieras, especulativas, esto es, más deuda, de modo que reforzaríamos lo hasta aquí dicho agregando los efectos adicionales de una deuda mayor (si por 16.500 millones de dólares se comprometen recursos equivalentes a los de todo el sistema universitario durante tres años, imaginemos lo que sería con más deuda y sufriendo más ajuste). En segundo lugar, debemos destacar que no existe nada objetivo o demostrable detrás del argumento de la confianza. Pensemos, ¿cuál sería el mecanismo producto del cual la confianza tuviera la mágica capacidad de multiplicar el dinero? Si usted es un comerciante “confiable”, ¿por simplemente serlo comprueba que el dinero en su caja registradora se multiplica como por generación espontánea? Si usted es un trabajador honrado y “confiable”, ¿tiene, por el hecho de serlo, la garantía de su puesto de trabajo y, además, de su salario? En verdad no existe nada real allí. Se trata de una ingenua creencia, o de una burda mentira.
Vamos al segundo fundamento del gobierno nacional: ese dinero fresco, multiplicado por la confianza, derramará hacia toda la sociedad, llegando incluso hasta las capas más bajas del pueblo. Nuevamente, se trata de una afirmación dogmática, otra cuestión de fe. No existe ningún mecanismo natural que conduzca a la igualdad en la distribución de la riqueza. ¿Qué evidencias respaldan la afirmación de que el libre mercado conduce naturalmente a la igualdad? No conocemos ningún caso.
El costo de esta deuda es altísimo. Pero lo más grave está en la concepción política en la que se enmarca. Se optó por cambiar la producción nacional por la especulación financiera, la generación de riqueza por el endeudamiento, llegando finalmente al absurdo de pretender la pobreza cero incrementando masivamente la cantidad de pobres, eso sí, con un mensaje de esperanza y felicidad prometida para legiones de nuevos desafortunados, insistiéndoles con que la confianza en los mercados y en el sector financiero nunca debe perderse.
Podremos perder el empleo, la producción nacional, la autonomía económica, la soberanía política y hasta el orgullo de ser argentinos. ¡Pero Dios no permita que perdamos la fe en los mercados financieros!

Marco Targhetta y Cristian Santos
CELAG

Gran triunfo de la Pluricolor en el nuevo gremio de Prensa

Duro revés para la lista kirchnerista

Con una masiva participación -82% del padrón- se realizaron ayer las primeras elecciones del nuevo sindicato de Prensa de Buenos Aires, el SiPreBA, que consagró en su conducción a la lista Pluricolor, formada por los delegados de base y agrupaciones que impulsaron esta organización, y de la cual forma parte la Naranja de Prensa.
La Pluricolor recibió un respaldo contundente de los trabajadores de Prensa con casi el 83% de los votos totales, frente al 16% de la lista opositora –La Gremial- que responde al kirchnerismo y a La Cámpora, que perdió por lejos en la empresa a la cual pertenece el candidato a secretario general –Tiempo Argentino-; en Télam, donde los K tuvieron el manejo (y la puerta de ingreso) hasta hace cuatro meses y en la única donde tiene mayoría en la Comisión Interna (La Nación).
Una derrota en toda la línea de la campaña de esta lista, que apareció claramente como divisionista y que se asentó en el macartismo (especialmente contra el Partido Obrero) y la defensa del gobierno kirchnerista y de la burocracia sindical, respecto de la cual no ahorró ningún elogio.
La participación y la cantidad de votos totales -1081 sobre un padrón de 1300 compañeros- en esta primera elección, cuando recién se están dando los primeros pasos del nuevo sindicato, son un fuerte golpe sobre la decrépita y solitaria burocracia del antiguo sindicato –la UTPBA- que sólo mantiene el apoyo de las patronales –que la utilizan para firmar convenios a la baja- y un aparato en creciente descomposición.
La masiva votación es también un apoyo de los trabajadores al nuevo sindicato que ha tomado en sus manos la organización de la lucha contra los masivos despidos y cierres de empresa que recorren el gremio. A los conocidos del grupo Szpolski-Garfunkel, se sumó el jueves 28 el despido de 30 compañeros en Editorial Atlántida y el cierre del portal Infonews, también propiedad de aquellos vaciadores seriales y fuente de trabajo de más de 50 compañeros.
En el discurso realizado al finalizar el escrutinio, el secretario general electo del SiPreBA, Fernando “Tato” Dondero, marcó líneas centrales de la orientación del nuevo sindicato: “vamos a ir a una gran campaña de afiliaciones para sumar a miles de compañeros del gremio, vamos a ir por la personería gremial, para tener la representación total de los trabajadores de Prensa y vamos a modificar nuestros estatutos para adecuarlos a lo que nos propusimos cuando formamos nuestro sindicato: que sea una organización democrática, transparente, con representación de las minorías”.
La primera acción del SiPreBA luego de las elecciones se realizaba el viernes 29, cuando marchaba junto a la columna independiente formada por los sindicatos y corrientes combativos del movimiento obrero al acto convocado por las cinco centrales obreras. Un gran debut del sindicato de lucha de los trabajadores de Prensa.

Nelson Marinelli
SIPREBA

El clasismo ganó el SUTNA (neumático) nacional

La Lista Negra-Roja-Granate ganó el sindicato nacional y dos de las tres seccionales en disputa (San Fernando y Merlo) en las elecciones del SUTNA. Se trata de una victoria por importante margen. Pedro Wasiejko, secretario adjunto de la CTA Yasky, reconoció la derrota de su lista.
Alejandro Crespo, nuevo secretario general, es integrante de la mesa nacional de la Coordinadora Sindical Clasista y miembro del Partido Obrero.

Prensa Obrera

Cosecha soja, siembra inundación

El monte nativo absorbe 300 litros de agua de lluvia por hora. Una pastura convencional (donde hay ganado) 100 litros. Y un campo con soja apenas 30 litros por hora. Una investigación del INTA explica que el cambio del uso del suelo es un factor fundamental para explicar por qué las inundaciones son cada vez más frecuentes y graves. “No estamos de acuerdo en que los excesos hídricos se deban a la falta de obras ni al exceso de lluvias, sino más bien a cuestiones asociadas al extractivismo de la agricultura de hoy y principalmente a la generalización de la agricultura en las últimas dos décadas”, afirma Nicolás Bertram, investigador del INTA Marcos Juárez (Córdoba). También apunta a las responsabilidades del poder económico del agronegocio.
Misiones sufrió una gran inundación en 2014. A inicios de 2015 fue el turno de Córdoba y de Santiago del Estero. El segundo semestre las sufrieron el Litoral y Buenos Aires. Este año fue el turno de Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Corrientes, Córdoba y noroeste bonaerense. “Fue un tsumani que vino del cielo”, había dicho en 2015 el entonces gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. En línea similar, responsabilizando a la naturaleza, argumentaron otros mandatarios.
Nicolás Bertram, ingeniero agrónomo del INTA Marcos Juárez, estudia desde hace 10 años los “excesos hídricos”. Su trabajo académico fue titulado “Ascenso de napas en la región pampeana: ¿Incremento de las precipitaciones o cambios en el uso de la tierra?” (firmado junto con Sebastián Chiacchiera). Analizaron las lluvias de los últimos 40 años y los cambios en el modelo agropecuario (sojización y expulsión de ganadería), entre otras variables.
“El incremento sostenido del componente freático que se dio en los últimos 40 años en la región pampeana, y que en la actualidad se acerca demasiado a la superficie, conlleva a un alto riesgo no solo en lo que respecta a producciones agrícologanaderas, sino también en sectores urbanos, pudiendo inundaciones generar en ambas situaciones”, alertaba el trabajo, presentado en el XXV Congreso Nacional del Agua (Conagua 2015) en Paraná.
Bertram explica en lenguaje gráfico: “La napa estaba a 10 metros de profundidad y hoy está a menos de un metro. Los suelos están saturados, no pueden absorber más. Es como si antes teníamos una maceta grande y echábamos un balde de agua. Ahora la maceta es 10 veces más pequeña pero echamos el mismo balde de agua”.
La investigación explica que se observaron dos tipos de efectos en el comportamiento de la napa, a corto plazo (asociado a precipitaciones) y largo plazo (relacionados con los cultivos y el consumo que generan). Luego del procesamiento de datos (donde confirmaron que las lluvias se mantuvieron dentro de sus promedios anuales) aseguran: “A partir de datos históricos se puede observar una relación directa entre el incremento de los cultivos (de soja principalmente) y el acercamiento de la napa freática a la superficie”.
El trabajo señala que buena parte de la región pampeana la napa freática se encuentra a un metro de profundidad (o menos) y recuerda que 10 millones de hectárea pasaron de la actividad ganadera o mixta a la puramente agrícola, con preponderancia de la soja. “Millones de hectáreas de pasturas y pastizales que consumían agua durante los 12 meses del año fueron cambiadas por cultivos anuales que, en el mejor de los casos lo hacen durante un tercio o la mitad de ese tiempo, pasando de ansorber anualmente 1.500-2.000 litros a 500-800”, precisa el trabajo como explicación del ascenso de la napa casi a la superficie.
El trabajo estuvo focalizado en Marcos Juárez, zona de la Pampa Húmeda y núcleo sojero. Bertram asegura que la investigación es extrapolable a toda esa región e incluso a zonas extrapampeanas, como San Luis (donde se crearon nuevos ríos), Santiago del Estero, y regiones del norte de Santa Fe y Buenos Aires (zonas que fueron monitoreadas con freatímetros).
Sobre la actual inundación, que afecta a 40.000 personas (11.000 evacuados), el investigador del INTA señala que “llovió por encima de la media, pero de ninguna manera eso explica la magnitud del desastre; la clave está en el ascenso de la napa y que se arrasó el monte, que retenía agua”.
Bertram cuestiona la propuesta de políticos y empresarios. “Ninguna obra va a solucionar las inundaciones”, afirma. Y llama la atención sobre los “responsables” de los anegamientos. “Muchos medios de comunicación cuestionan siempre a los políticos y en parte no está mal, pero esos medios nunca vinculan la inundación con el poder económico del modelo agropecuario, desde los Grobocopatel a Monsanto, Bayer, Cargill, Dow y una larga lista. Quizá porque esas empresas son los anunciantes en esos medios”.
La investigación también cuestiona el modelo. “Pese a este escenario, se continúa en una carrera por lograr mayores y más estables rendimientos de los cultivos agrícolas, en la supuesta búsqueda de alimentar a un mundo que sigue padeciendo hambre, en donde muchas veces no existe el tiempo para pensar para quién y qué se está produciendo”, afirma el trabajo del INTA.
La investigación concluye que “si no se modifican las rotaciones o el uso de la tierra, no sólo se seguirá incrementando el nivel freático, sino también la superficie con un alto riesgo de anegamiento”. Afirma que se pueden encontrar soluciones (incorporación de pasturas, otros cultivos, mejor manejo de agua), pero debe primar una “mirada amplia”, interdisciplinaria, donde además de los sectores productivos se tenga en cuenta los aspectos ambientales y sociales.

El avance del modelo

La investigación del INTA recuerda que la técnica de “siembra directa” (sin labranza) y el uso del “paquete tecnológico” (transgénico y agrotóxico) ha sido claves en el avance del modelo agropecuario que impulsó desmontes y ascenso de la napa freática. Precisa que el 80 por ciento de la región cultivada del país utiliza esa tecnología. Datos oficiales del Ministerio de Agroindustria confirman el avance transgénico en las últimas dos décadas en todas las provincias que hoy padecen inundaciones. Entre 1994 y 2014, Buenos Aires aumentó un 460 por ciento la superficie sembrada de soja, Córdoba incrementó el 331 por ciento y Santa Fe un 133 por ciento. Aunque en superficie menor, los incrementos fueron desproporcionados en Chaco (aumentó el 430 por ciento el área con soja), en Entre Ríos el incremento fue del 1.270 por ciento y en Corrientes las hectáreas con soja aumentaron un 10.000 por ciento. En paralelo, en todas estas provincias aumentaron las hectáreas de bosque talado.

Página 12

El 1° de Mayo y la dictadura militar del 76



Durante los años de la dictadura militar del 76 no se dejó de conmemorar el primero de mayo, a pesar de las prohibiciones y las persecuciones.

Discursos, amenazas, represión y disciplinamiento

Lo hicieron algunos sindicatos, agrupaciones gremiales, partidos políticos. Pero también hubo colaboracionistas con los dictadores que en esos días hicieron declaraciones formales, vacías de reclamos.
A su vez, desde el gobierno dictatorial, a través de sus ministros, aprovechaban la ocasión para atacar al movimiento obrero, justificar las persecuciones y las medidas antiobreras que fueron tomadas. La Junta Militar, designó como ministro de Trabajo al gral. Liendo, quien luego de ordenar una batería de medidas contra la clase obrera, participó activamente en las reformas a la Ley de Contratos de Trabajo.
Entre sus primeras actividades estuvo definir la política del gobierno hacia el movimiento obrero en su mensaje del 1º de mayo de 1976. En el mismo, con todo cinismo, fijó las pautas de la política laboral (…). Luego, defendió las modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo, la reglamentación del derecho de huelga, que se hallaba suspendido, la Ley de Asociaciones Profesionales y la intervención de la CGT. Finalmente, dejó en claro cuál era la política para cualquier oposición en las fábricas a la dictadura al afirmar que “Con relación a la actividad de la subversión en el ámbito fabril se sabe que ella intenta desarrollar una intensa y activa campaña de terrorismo e intimidación a nivel del sector laboral. Los objetivos de esa campaña son: la destrucción de la Nación, la paralización del aparato productor, la instauración de una dictadura marxista y la negación del ser nacional. (…). Frente a ese accionar, el gobierno y las FFAA han comprometido sus medios y su máximo esfuerzo para garantizar la libertad de trabajo, la seguridad familiar e individual de empresarios y trabajadores y el aniquilamiento de enemigo de todos”.

Todos los primeros de mayo, las FFAA daban a conocer distintos mensajes con una serie de medidas.

En 1977, el Comando del II Cuerpo de Ejército, con asiento en Rosario, emitió un comunicado del arma, en el cual puntualizó que “La suspensión temporaria de algunas actividad gremiales tuvo como finalidad corregir factores distorsionantes de la vida nacional, teniendo en cuenta que serán paulatinamente restablecidas en cuanto se logre el reordenamiento y reencauzamiento planificado y se ubiquen por encima de lo coyuntural. (…)”.
El gral. Liendo, para el primero de mayo de 1977 desgranó estos conceptos: “Hemos partido de una intolerable situación de desorden y desequilibrio en las relaciones laborales y debemos llegar a una nueva situación de armonía con entidades representativas y sólidas”, para luego llamar al “diálogo”, al pronunciar que “el gobierno ha llamado al diálogo y a la participación y esa convocatoria es, en el ámbito laboral, el medio idóneo para efectuar la tarea preparatoria de la normalización gremial. (…)
Luego de ese discurso oficial, la prensa de Rosario comentó que en los medios sindicales de nuestra ciudad prevalece el comentario favorable al mensaje del gral. Liendo. Se fortaleció la tesis de que, visto lo dicho por el ministro, queda reabierto el diálogo entre el Poder Ejecutivo y la dirección de los gremios, el que estaba prácticamente paralizado. Esa paralización se debió sobre todo a las desavenencias entre los dirigentes de los sindicatos con motivo de la elaboración del comunicado. Tal comunicado, suscripto por la Comisión de los Veinte que integran organizaciones intervenidas y no intervenidas y que no tuvo publicación, sino que “circuló privadamente, parece –según se afirma en los círculos aludidos– contribuir a que las cosas marchen bien en el futuro”. Típico de los colaboracionistas sindicales. (…)
En síntesis, los mensajes de los genocidas del 76, en los distintos primeros de mayo hicieron hincapié en los objetivos económicos del proceso, la necesidad de sacrificios y esfuerzos de los trabajadores, las tareas de ordenar y recuperar a la Nación, a la vez que se destacaba que se buscaba el punto de equilibrio entre el desarrollo de sus riquezas potenciales y la armonización de su crecimiento económico y social, como también corregir los excesos y vicios, e instrumentar normas que eviten la corruptela en la utilización de fondos sindicales y reconstruir la armonía en el campo laboral a través de las relaciones individuales de trabajo.
O sea que esas conmemoraciones transcurrieron entre los discursos de los ministros de Trabajo; los pocos actos de gremios y partidos políticos, dada la represión y prohibiciones existentes; los distintos comunicados gubernamentales, algunos con tonos amenazantes, otros conciliadores, los restantes de denuncias.

El panorama en Rosario

La situación no distó de lo que sucedía en el resto del país. La Asociación de Empleados de Comercio fue el gremio más consecuente en esos años en conmemorar la fecha, y el Círculo Católico de Obreros dio a conocer una serie de documentos analizando la situación de la clase obrera. De parte del resto del movimiento obrero se destacaron el documento de 45 gremios emitido el 1º de mayo de 1981, la actitud durante la Guerra de Malvinas, los actos y las numerosas declaraciones en 1983.
El primero de mayo de 1976, dado el clima de represión a las organizaciones sindicales y políticas, las manifestaciones públicas fueron casi nulas. (…) Por su parte, en esos días, los gremialistas Hugo Ortolan, Andrés Poletti y José Pascual informaron que “quedaron en la Central Obrera realizando tareas administrativa, atendiendo el departamento de vivienda, de previsión social, y el banco de sangre”. (…)
La primer huelga general se realizó días previos a la conmemoración del 1º de Mayo de 1979. Una vez anunciado el paro, fueron detenidos varios dirigentes, e inmediatamente se solicitó su libertad. (…). El gobierno explicitó que estaba garantizada la libertad de trabajo, a la vez que calificó a la medida como “paro ilegal”.
Mientras que el 1º de mayo de 1981, se conoció un documento de la CGT: “No aceptaremos argumento alguno que pretenda justificar que todo este esquema económico sea soportado por los trabajadores. Vemos con alegría y esperanza como en muchos lugares de la tierra los trabajadores han logrado acceder a mejores condiciones de vida y también fundamentalmente a un mayor ejercicio de su libertad, pues participan en las grandes decisiones en las que se juega su destino”.
Sin embargo, el documento también adelanta algunos de los argumentos de lo que más tarde sería conocido como teoría de los dos demonios. “En nuestra América, en cambio, el panorama suele presentarse más oscuro, pues nuestros pueblos han visto y ven correr su sangre y dilapidando sus sacrificios por una lucha irracional entre minorías de izquierda y de derecha, ninguna de las cuales representa al verdadero deseo de paz e independencia que en ellas anida, sino el bastardo objetivo de anexarse a uno u otro de los imperios que hoy dirimen su supremacía planetaria. En nuestro país con sus particularidades observamos una situación que guarda similitudes. Los trabajadores hemos sido blanco de las agresiones de los dos extremos, que por encima de sus diferencias ideológicas han visto en los hombres y en las organizaciones sindicales un bastión de resistencia nacional a esas intenciones”.
Ese año se realizó un encuentro de un sector de los sindicatos de Rosario agrupados en la Intersectorial de los 20, con dirigentes nacionales como Jorge Triaca, secretario general del Sindicato de Obreros del Plástico, que fue acompañado por Delfor Jiménez de los Textiles, Otto Calace, de Sanidad y Juan Rachini de Aguas Gaseosas.
Jorge Triaca, años después durante el juicio a las Juntas Militares, declaró que no sabía nada de los desaparecidos, que no los había en el movimiento obrero, que no recordaba nada de lo sucedido durante los años de la represión.
La acumulación de la crisis económica, sumado a los problemas internos, al desprestigio generalizado, llevó a los militares a buscar una salida y lograr consenso nacional, al replantear en los hechos y por sorpresa la antigua demanda nacional de la recuperación de las islas Malvinas el 2 de abril de 1982. Durante el tiempo que duró el conflicto armado con Gran Bretaña, se produjo una nueva conmemoración del primero de mayo. Las posturas, actitudes, declaraciones, documentos, tanto desde el gobierno como de los gremios o partidos políticos fueron disímiles y contradictorias.
Por su parte, las posturas de la Iglesia Católica frente a la dictadura militar, mudaron desde la jerarquía que en su gran mayoría fueron quienes apoyaron, colaboraron, y justificaron sus acciones, hasta una minoría de quienes se opusieron denunciando tanto la represión como la política económica. Frente a las distintas conmemoraciones del primero de mayo, se dieron en la ciudad variadas posiciones. En 1977, el Círculo Católico de Obreros reflexionó sobre la situación del movimiento obrero, mientras que en 1979, como una forma de adhesión a la fecha se inauguró el nuevo templo en San José Obrero en la zona norte de la ciudad, con una peregrinación y la presencia del Arzobispo de Rosario Guillermo Bolatti. Luego todos los años se concretaba un extenso programa que incluía misa, ofrenda y bendición de los instrumentos de trabajo, de herramientas. Posteriormente almuerzo de confraternidad, y peñas por la noche.
El Círculo Católico de Obreros, en 1981, emitió un extenso documento en el cual luego de analizar la revolución industrial, el origen del capitalismo, y las consecuencias sociales del mismo.

Fin de la dictadura y muchos actos

Luego de la derrota en Malvinas, el régimen militar se desfondó y Galtieri fue rápidamente reemplazado por el gral. Bignone, quien se limitó a abrir el proceso electoral, tratando de obtener para las Fuerzas Armadas algunos resguardos para el futuro. Había llegado la hora de la democracia y de los partidos políticos. Llevó todavía algo más de un año desempolvar las urnas, que según una célebre declaración de Galtieri estaban “muy bien guardadas”.
Propio de la situación que se vivía en el país –con la retirada de los militares, la apertura democrática, la movilización social y política, las elecciones en octubre– para la conmemoración de 1983 se dieron varios actos, conferencias, reuniones, hasta las más variadas manifestaciones.
Las declaraciones y comunicados fueron numerosos. Por su parte la UOM Rosario expresó que “seguirá bregando por consolidar los principios de la justicia social, tan caras a los anhelos de la clase obrera”. Se hizo un repaso de lo realizado a través del sanatorio Rosendo García, la entrega de viviendas, una escuela para el barrio obrero y la construcción de una escuela secundaria. A su vez, el SMATA saludó a los trabajadores, y las 62 Organizaciones Peronistas (Línea Azopardo) instó “a los compañeros trabajadores a mantenerse unidos a sus organizaciones en la seguridad de que el triunfo será del pueblo, como lo fue en aquel lejano 1º de mayo de 1886 en que, no obstante las muertes y encarcelamiento que sufrió el pueblo trabajador, se consiguió el objetivo de ese momento: las ocho horas de trabajo”.
Por su parte, la Comisión Directiva de la Agrupación Lista Marrón del Sindicato de Trabajadores Municipales organizó un acto en el Planetario Municipal, que consistió en la colocación de una ofrenda floral, minuto de silencio y palabras de los dirigentes. El “Centro de Trabajo para el Modelo Argentino”, adherido a la línea del MUSO del PJ, brindó un almuerzo “por la lealtad del trabajador peronista”. (…)
El acto más importante fue el organizado por el MAS y se realizó el 29 de abril en Plaza Pinasco “para recordar la fecha que es un símbolo de las luchas de la clase obrera por sus reivindicaciones contra la explotación capitalista”. Los oradores destacaron que el 1º de mayo no es un día festivo sino un “símbolo de trabajo, movilización y lucha” y la necesidad de terminar con el imperialismo y reemplazarlo por un sistema justo y nuevo, como el socialismo, ya que “su principio fundamental es la independencia política de la clase trabajadora”. Luego habló como invitada María Rosa de White de la APDH, quien se refirió al documento sobre la subversión de la Junta Militar y dijo “que está muy lejos de constituirse en un aporte y que el gobierno no asume ante la nación ni el mundo sus responsabilidades”. Posteriormente Anita Labat de Magistral, del gremio textil, afirmó que “ya no podemos quedarnos en nuestras casas a esperar, porque corremos el riesgo de no poder defender nuestros derechos, hacerse socialista es querer una vida mejor”. A su turno, Alberto Pujals, integrante del Comité de huelga de Villa Constitución de 1975, informó que “el socialismo reunió los 7.000 afiliados requeridos en esta provincia”, para luego expresar que “nuestro país necesita hacer una segunda lucha por nuestra independencia, la primera fue contra las tropas españolas, la segunda contra el imperialismo y los monopolios, que la van hacer los trabajadores”. (…)
A su vez, la CGTRA de calle Italia, junto con las 62 Organizaciones y la Mesa de Agrupaciones Gremiales Peronistas, convocaron a una misa en la Iglesia San Antonio de Padua, de San Martín y Ayolas, y una concentración en el Cristo Redentor, depositándose ofrendas florales por los mártires del movimiento obrero. La CGT de calle Córdoba reafirmó la decisión irrevocable de profundizar la acción en la defensa integral de los derechos adquiridos por la clase trabajadora, insistiendo en la inmediata normalización sindical, devolución de las obras sociales, la corrección de las políticas socioeconómicas que determinan la insuficiencia salarial y la reactivación del aparato productivo para reducir el alto índice de desocupación y subocupación existente.
Entre los dirigentes que hicieron declaraciones estuvo Hugo Ortolan quien afirmó que “el pacto militar-sindical no le preocupa, y que el sector obrero está unido más allá de la opinión de los dirigentes con el único propósito de defender sus propios intereses, y que su sector no siente ningún odio y queremos que lograr la felicidad de la célula más importante de la sociedad, que es la familia. La normalización sindical de producirá cuando se levanten las leyes restrictivas y se pongan en vigencia los derechos constitucionales”.
Durante todos esos años, los comunicados y declaraciones de los distintos partidos políticos fueron clandestinos, producto de la represión que se vivía.
Los trabajadores y el país marchaban hacía las elecciones, recuperando la democracia, dejando atrás años de represión, crisis económica, corrupción, como nunca había vivido la Argentina.

Leónidas Ceruti
Historiador

viernes, 29 de abril de 2016

Hoy, sin paro, las cinco centrales sindicales salen a las calles



Se espera una masiva jornada de protesta que será un llamado de atención para el macrismo. Alcances y límites. La posición del moyanismo, del kirchnerismo, y las exigencias que llevará la izquierda.

Con menos de 150 días de gestión, el gobierno de Mauricio Macri habrá logrado hoy un hecho inédito: las tres CGT, junto a las dos CTA, harán un acto común para pedir por la emergencia ocupacional, el impuesto al salario y aumento en las jubilaciones, entre otras demandas.
Está anunciada también la participación de distintos sectores del peronismo, así como una columna crítica e independiente con la cual participarán la izquierda y el sindicalismo combativo para exigirle a las cúpulas sindicales un paro nacional para comenzar a enfrentar en serio el ajuste.
Se espera que decenas de miles de personas se acerquen a la convocatoria, en Paseo Colón e Independencia, donde harán uso de la palabra Hugo Moyano, Antonio Caló, Hugo Yasky y Pablo Micheli.
En algunos gremios habrá cese de actividades para facilitar la concurrencia, aunque las cúpulas sindicales se negaron a convocar a un paro nacional que le dé mucho mayor fuerza a la protesta, paralizando la economía y poniendo en movimiento la fuerza de todos los trabajadores del país. Asimismo, los organizadores desistieron de llevar la jornada a un lugar de mayor simbolismo político como la Plaza de Mayo o el Congreso.
Aún con estos límites, se espera para hoy una masiva protesta obrera contra la política económica del gobierno de Macri, que será un llamado de atención para Cambiemos, que entre el creciente malestar por las medidas económicas y el escándalo de Panama Papers, ha perdido rápidamente parte de su capital político, con el problema adicional de que una reactivación de la economía no se avizora para el corto plazo.
Como un símbolo de los tiempos que corren, vale recordar que a pocas cuadras del lugar del acto de hoy, en octubre pasado y a pocos días de la elección presidencial, Mauricio Macri había inaugurado un monumento a Juan Domingo Perón, en un evento que contó con la participación de Hugo Moyano, que en ese entonces apoyaba la candidatura del PRO de forma apenas disimulada. Mucha agua ha pasado bajo el puente desde entonces.
Por el lado de los dirigentes y organizaciones alineadas con el kirchnerismo, el acto de hoy marcará el fin de otro baluarte del ya malherido “relato”, ya que durante años, cuando eran oficialismo, rechazaron participar de las jornadas de lucha bajo el discurso de que eran convocadas por el mismo Hugo Moyano que hoy cerrará el acto, siendo cómplices así de los ajustes y dividiendo las luchas del movimiento obrero, aún cuando se reclamara por causas justas como la inflación, el impuesto al salario o despidos.
La izquierda, ayer como hoy, está por golpear juntos cuando las demandas son justas, y participar de forma independiente con sus propias críticas y exigencias, como la que llevará hoy dirigida a las mismas cúpulas sindicales que ya han dejado pasar en estos meses una escalada inflacionaria y más de 100.000 despidos sin llamar a un paro nacional, que es necesario para luchar contra el ajuste del gobierno nacional, así como de los gobiernos provinciales, sean de Cambiemos o del Frente para la Victoria, como en Tierra del Fuego y Santa Cruz.
Sólo el gran malestar conseguido por Cambiemos en tan poco tiempo consiguió unificar a todas las organizaciones oficiales del movimiento obrero en un acto común. Las cúpulas sindicales estuvieron durante meses tratando de evitar tener que salir a las calles. La negativa del gobierno nacional a implementar cambios sustanciales en el impuesto al salario, y ahora la amenaza de vetar la llamada “Ley antidespidos” si resultara votada en el Congreso Nacional, dejaron a los dirigentes con las manos vacías a la hora de mostrar resultados ante la base trabajadora que, lejos de todo gradualismo, en estos meses soportó un acelerado plan de ajuste. La jornada de hoy, entonces, desde el ángulo de las cúpulas gremiales, tiene el doble sentido de dar un canal para descomprimir la bronca sin hacer un paro, y enviar un mensaje al gobierno nacional que también les sirve para hacer valer su fuerza a la hora de negociar sus prebendas, como el manejo de los millonarios fondos de las obras sociales. En los próximos meses se verá sin el plan escala con nuevas medidas, que la dirigencia de las centrales viene tratando de evitar.

Macri, a contramano del humor popular

Hasta el oficialista Grupo Clarín, por medio de una editorial publicada esta semana, le advirtió a Macri, llamándolo “Mister President”, que tenía un problema si seguía siendo visto como el presidente del “Círculo Rojo” que gobierna sólo para los poderosos.
A pesar de sus intentos por hacer anuncios sociales y mostrar sensibilidad, la credibilidad de Macri es mucho más débil que los argumentos que surgen del bolsillo popular. Ayer, con mucha hipocresía, el presidente sostuvo sin que nadie le creyera que “el compromiso principal que hemos asumido como gobierno es trabajar juntos por una Argentina con pobreza cero”.
No ayudó tampoco cuando salió a cruzar al jefe de bancada del Frente para la Victoria en el Senado, Miguel Angel Pichetto, por la media sanción de la “Ley Antidespidos” en el Senado. “Esa es una ley que destruye el trabajo y perjudica a los argentinos”, dijo Mauricio en algo que sólo puede ser interpretado como una defensa de los intereses empresariales, y un intento de discurso neoliberal que se repite en clave de farsa luego de la experiencia de millones que ya descreen de que la lluvia de inversiones prometida depare algo bueno para el pueblo trabajador (en caso de que algún día lleguen a caudales, cuestión, por otro lado, dudosa).
Más allá del debate por la “Ley Antidespidos”, lo que revela el cruce con Pichetto es una debilidad del macrismo que puede ser un factor actuante en el próximo período. Si durante sus primeras semanas Cambiemos gobernó por decreto, tirando por la borda su discurso republicano y de respeto a las instituciones, y más tarde logró aprobar el pago a los fondos buitre con la indispensable ayuda del Frente para la Victoria, la derrota en el Senado por la “Ley Antidespidos” abrió un nuevo interrogante con el cual deberá lidiar el gobierno nacional en el próximo período.

La izquierda marcha hoy de forma independiente de las cúpulas sindicales

Ayer en el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera de la Ciudad de Buenos Aires se anunció la participación independiente de la izquierda y el sindicalismo combativo en el acto de hoy. En conferencia de prensa, Claudio Dellecarbonara del subte, junto a dirigentes aceiteros, de AGD-UBA y otros, señaló que “este viernes 29 participaremos de manera independiente de las cúpulas sindicales para exigirles un paro nacional con movilización, para comenzar un plan de lucha nacional que pueda enfrentar seriamente el ajuste. Las demandas de la convocatoria son justas y las apoyamos, pero son insuficientes. La inflación afecta cada día más la vida de los trabajadores, ni hablar de los despidos. Por eso marchamos para luchar por paritarias libres y sin techo, por un salario igual a la canasta familiar, por la prohibición de los despidos y las suspensiones, contra los tarifazos en los servicios públicos, contra el impuesto al salario, para acabar con la precarización laboral y por aumentos de emergencia en los planes sociales y las jubilaciones, entre otras demandas".
La conferencia de prensa finalizó con el llamado a concentrarse a las 13 h en el Ministerio de Economía (Hipólito Yrigoyen y Paseo Colón) para luego marchar al Monumento al Trabajo, en donde convocan las cinco centrales sindicales.

Fernando Scolnik
@FernandoScolnik

La izquierda marchará de manera independiente de las cúpulas sindicales

Se anunció, en una conferencia de prensa realizada ayer, la participación independiente de la izquierda y el sindicalismo combativo.

Claudio Dellecarbonara, miembro del Secretariado Ejecutivo del sindicato de los trabajadores del Subte (AGTSyP) y dirigente del PTS en el Frente de Izquierda, declaró que “desde la izquierda y el sindicalismo combativo marcharemos este viernes 29 de manera independiente de las cúpulas sindicales para exigirles un paro nacional con movilización, para comenzar un plan de lucha nacional que pueda enfrentar seriamente el ajuste".
Junto a representantes del Sindicato de Aceiteros de Capital Federal, AGD-UBA y otros sectores combativos del movimiento obrero, Dellecarbonara manifestó este jueves 28 en la conferencia de prensa que "las demandas de la convocatoria son justas y las apoyamos, pero son insuficientes. La inflación afecta cada día más la vida de los trabajadores, ni hablar de los despidos. Por eso marchamos para luchar por paritarias libres y sin techo, por un salario igual a la canasta familiar, por la prohibición de los despidos y las suspensiones, contra los tarifazos en los servicios públicos, contra el impuesto al salario, para acabar con la precarización laboral y por aumentos de emergencia en los planes sociales y las jubilaciones, entre otras demandas".
La conferencia de prensa finalizó con el llamado a concentrarse a las 13 h en el Ministerio de Economía (Hipólito Yrigoyen y Paseo Colón) para luego marchar al Monumento al Trabajo, en donde convocan las cinco centrales sindicales.

jueves, 28 de abril de 2016

El largo y frío otoño de Macri



Plan Primer Empleo, fondos buitres y agenda social. Las CGT y el retorno del vandorismo. Massa, el equilibrista. El lodo de la corrupción no cesa de ensancharse.

El lunes pasado, cuando las temperaturas mínimas ya había bajado de los 10°, el Gobierno nacional anunciaba el llamado Plan Primer Empleo. Lo hacía como una respuesta política al crecimiento de los despidos y a los proyectos que se discuten en el Congreso Nacional en pos de frenar esa dinámica.
Intenta así generar una agenda propia que le permita negociar con parte de la oposición patronal, en aras de impedir la concreción de cualquier norma de ese tipo. Quiere evitar, a como dé lugar, el escenario de aparecer vetando una ley que encontraría amplia aceptación social.
Su agenda implica pensar desde la “empleabilidad” –Triaca dixit-, es decir desde las ventajas para el empresariado, en pos de que éste opte –o no- por contratar trabajadores. Una lógica que, como no podía ser de otra manera, se enmarca en la llamada “teoría del derrame”.
Pero el derrame tardará. El acuerdo con los fondos buitre, lejos de ser un bálsamo milagroso, abre una cantera de interrogantes. Como señaló Alejandro Bercovich “más allá de las declaraciones públicas de satisfacción corporativa por el fin del default (…) ese tránsito no es para nada sencillo. La pregunta del millón es si la exhortación de Macri a pasar el otoño (en otras palabras, a llegar al ansiado segundo semestre) terminará como la de Alsogaray a pasar el invierno de 1959: con un pico inflacionario por el repentino “sinceramiento” de variables pisadas durante una década, un recorte de diez puntos en la participación del salario en el ingreso nacional y un desplome de la actividad industrial, el producto bruto y la inversión en activos fijos”.
Si el “plan” antiinflacionario del gobierno equivale a medidas recesivas, su “plan” contra los despidos pasa, en parte, por la llegada de inversiones que, hasta el momento, nadie parece garantizar. La otra "pata" son las obras públicas cuyos anuncios "inmediatos" ya fueron diferidos por unos días.

La agenda social

La llamada agenda social engloba los despidos en ascenso, la pobreza y miserias “heredadas”, como así también las que se construyen al calor del ajuste macrista y la constante inflación que golpea sobre el salario.
Así lo advierte hasta el diario Clarín que le recordó a Macri que “lo que le falta ahora es lo más difícil para el presidente de un país devastado. Lograr que el sinceramiento de la economía no termine en un “sincericidio” en el que nadie se detenga a levantar los heridos sociales del ajuste inevitable”. Consignemos, al margen, que lo “inevitable” del ajuste solo puede justificarse desde el interés del empresariado.
Gobierno y oposición patronal buscan responder al descontento y la disconformidad que la crisis social genera. Lo hacen con una diversidad de programas que, dicho sea de paso, ponen en cuestión la consistencia de algunas alianzas políticas.
La persistencia de esa agenda social no habla solo de la crisis en curso, sino también de los determinantes para “resolver” la misma desde la perspectiva del Capital. Es decir, habla de la verdadera relación de fuerzas existente entre las clases sociales.
En una interesante nota publicada el domingo en Página/12, José Natanson -director de Le Monde Argentina- afirma que el kirchnerismo puede ser definido como una “cultura política” que da cuenta de los umbrales sociales no traspasables por el macrismo en el poder: la preferencia colectiva por la intervención estatal, la relación con el entorno latinoamericano y las necesarias políticas de contención social, entre otros tópicos. El kirchnerismo funciona, además, como una minoría intensa que –agregamos nosotros- tuvo su momento épico más reciente en la puerta de los Tribunales de Comodoro Py hace 15 días.
Lo paradójico resulta en que esas medidas de la agenda social pueden ser (re)apropiadas por una derecha con vocación neoliberal, que reivindica la “teoría” del derrame.
Se evidencia que la “nueva” derecha –impulsora de un ajuste en aras del “Estado eficiente”- está obligada a respetar la relación de fuerzas. Pero la realidad también pone de manifiesto lo limitado de las transformaciones sociales declamadas por el ciclo kirchnerista.

Return of vandorismo

Natanson también resalta el hecho de que Macri se reunió más veces con dirigentes de las CGT, de lo que lo hizo Cristina Fernández en su último mandato.
El dato sirve para ilustrar otro aspecto del peso de esa relación de fuerzas. La burocracia sindical, al mismo tiempo que juega su rol de garante de la “paz social” en el marco del ajuste, gruñe hacia un gobierno que se propone negociar prebendas pero que, al mismo tiempo, golpea duramente sobre su base de sustentación.
Si en los lejanos años 90 ese tipo de negocio fue posible, la conciencia obrera y popular ha cambiado. El ciclo de derrotas subjetivas que encarnó la dictadura genocida y la hiperinflación no están aquí para darle una “autonomía” extrema a la casta burocrática. Muy por el contrario, ahí está el peso de la izquierda trotskista en el sindicalismo combativo para dar cuenta de que no todo puede ser entregado sin costos y sin lucha.
En esos marcos hay que leer la movilizacion del viernes. La plétora de reuniones con el gobierno no logró evitar un acto que, según todos los indicios, amenaza ser masivo. El Monumento del Trabajo en la Ciudad de Buenos Aires será el escenario de una jugada vandorista con miles de trabajadores.
La burocracia sindical le marca la cancha al gobierno. Aunque su accionar marca un límite, se abstiene de luchar seriamente contra el ajuste. En sus cálculos están los proyectos de ley para frenar los despidos o nuevas prebendas aún mayores.

Massa y el “equilibrio justo”

En este remolino, el massismo juega a una suerte de equilibro político, como factor moderador de la agenda social en su expresión parlamentaria, intentando no ceder a las presiones del gobierno.
Si en las primeras reuniones con las cúpulas sindicales, Massa alentó la propuesta de la doble indemnización, la presión de las patronales –incluidas las que revistan en sus filas- lo obligó a retroceder y esbozar una propuesta intermedia, donde aparecen exenciones impositivas para sectores de las PyMe. Se la define, pomposamente, como “propuesta superadora”.
Desde ese lugar, según lo consigan algunos medios, se ofrece al gobierno la prenda de la gobernabilidad por la vía del ultimátum. “O aceptan este proyecto o nos vamos con la oposición” es la voz quese corre.
Al mismo tiempo, Massa intenta conciliar las tensiones de su propia coalición que unifica a empresarios vaciadores, sus representantes intelectuales y a sectores de la burocracia sindical. Si esa coalición funcionó como unidad en campaña electoral, las tensiones que genera el ajuste la ponen bajo fuego.

La política en el barro

Argentina no es Brasil pero su casta política pugna por imitarla. El domingo se conoció el pedido de paradero de Interpol para Néstor Grindetti, funcionario macrista cuyo nombre ya estaba asociado a los Panama Papers.
Al mismo tiempo, la novela de Lázaro Báez y Leonardo Fariña sigue su curso. En Tribunales Federales se pugna por incorporar otros personajes, ligados al apellido Kirchner.
La casta judicial opera sobre la política y las corporaciones mediáticas operan sobre la casta judicial. El lunes, mientras el hastag Ser Juez Casanello -con un pedido de apartamiento de la causa contra Báez- se hacía tendencia en Twitter, el canal TN repetía hasta el cansancio que las estancias del ex empresario K no habían sido allanadas. No sorprende entonces el exhaustivo allanamiento de este martes que, hasta el momento, no reportó ni un morlaco.
El país asiste a un juego presiones, extorsiones y negociaciones en el interior de la casta política y judicial, donde nadie puede presentar certificado de pulcritud. Cada noticia pone en evidencia la distancia sideral entre esa casta y la mayoría obrera y popular que sufre las consecuencias del ajuste. Al calor de la suba de precios y los escándalos de corrupción, la brecha entre “dirigidos y dirigentes” puede ensancharse.
La retórica del Frente Ciudadano no parece trascender el reunionismo permanente, la izquierda –que este fin de semana realizará actos de lucha en conmeracion del Día Internacional de los Trabajadores- impulsa un programa claramente anticapitalista contra los golpes del ajuste, mientras participa activamente de cada pelea por salario o contra los despidos.
El frío otoñal parece haberse instalado en Buenos Aires y en todo el país. Pero la temperatura social va en ascenso. No es una buena noticia para Cambiemos.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

El FMI elogia el ajuste de Macri



El organismo internacional publicó un informe sobre las perspectivas de la región. Celebra los cambios de política económica como la devaluación, el ajuste fiscal y el pago a los fondos buitres.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó ayer en México su informe sobre las Perspectivas Económicas de Las Américas de 2016, en el cual elogia los cambios en materia económica que emprendió el Gobierno de Macri. Las medidas de ajuste que destaca el organismo son la devaluación del peso, la eliminación de restricciones sobre el comercio internacional, la quita y reducción de retenciones al agro y a la industria, los tarifazos para reducir el déficit fiscal y el pago a los fondos buitres que permitirá, según el FMI, el regreso de Argentina a los mercados internacionales de capital.
El documento señala que “el nuevo gobierno se ha embarcado en una ambiciosa y muy necesaria transición para eliminar los desequilibrios y distorsiones macroeconómicas que han reprimido la inversión y erosionado la competitividad” y subraya las medidas al explicar que “se redujeron los controles del tipo de cambio, lo que derivó en una devaluación inicial del peso del 40 por ciento y cerró la brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelo; se removieron diversas restricciones sobre el comercio internacional; se anularon o redujeron las tasas de impuestos a la exportación sobre productos agrícolas, y se aumentaron las tarifas de los servicios públicos para contener el impacto fiscal de los subsidios energéticos, con mecanismos orientados a mitigar el efecto en los segmentos más vulnerables de la población.” Sin embargo, el FMI debe admitir que “la depreciación del peso y el aumento de las tarifas resultaron en un incremento significativo de la inflación en los primeros meses de 2016.”
En cuanto al pago de los holdouts, el organismo sostiene que “después de muchos años de litigio, las autoridades llegaron a un acuerdo con numerosos acreedores, lo cual permite que el país regrese a los mercados internacionales de capital. Este es un paso importante para permitir que Argentina recupere su posición financiera y acceda al ahorro externo para financiar el costo de la transición hacia un marco de política macroeconómica más consistente.”

Límites de la economía y el contexto internacional

El FMI, si bien felicita a la administración de Macri por el rumbo de ajuste emprendido, debe admitir las turbulencias que enfrenta la economía argentina y el contexto internacional que es adverso.
América del Sur fue afectada por la caída de los precios de las materias primas. En cuanto a las entradas de capital, el informe advierte que “han sido más resilientes que las de otras economías emergentes, pero su volatilidad ha aumentado, y las disminuciones observadas en 2015 se están revirtiendo desde finales de febrero”. También señala el problema para la Argentina si se agrava la economía brasileña “un deterioro más profundo de la situación podría provocar un cambio repentino en la valuación de los activos regionales, una menor demanda de exportaciones entre los socios comerciales de la región (en particular en el caso de Argentina, Paraguay y Uruguay) y mayores primas de riesgo.”
En cuanto a las variables económicas de Argentina sostiene que la actividad económica se ha desacelerado en los últimos meses y estima un crecimiento negativo para este año, contracción del producto del 1 % y un leve crecimiento del 2,8 % para 2017, la inflación calculada (llamativamente es la que predice Prat Gay) es del 25 % en 2016, es la mitad de lo que estiman las consultoras argentinas. Para el 2017, el FMI calcula una inflación del 20 %.

Que siga el ajuste

El FMI aconseja continuar con el ajuste fiscal así describe que “los esfuerzos de consolidación fiscal deben continuar con el fin de contener el aumento de los niveles de deuda” y agrega que “el anuncio de las autoridades de fijar metas fiscales plurianuales ha sido un paso en la dirección correcta, y será importante articular con más detalle las políticas subyacentes necesarias para alcanzar esas metas.”
Para el organismo, la transición macroeconómica que comenzó Macri es “esencial” y sugiere “continuar la implementación de reformas dentro de un marco de políticas congruente y bien comunicado” para “fomentar la inversión” y así llegará el “crecimiento económico” más sostenible.
El Fondo Monetario Internacional omite las consecuencias sociales que tuvieron las medidas de Macri en los últimos meses.
La devaluación y la quita de retenciones implicaron una gran transferencia de recursos de los trabajadores a los grandes exportadores. La alta inflación, causada por las medidas económicas, apuntó contra el salario real y según el último estudio de pobreza que publicó la UCA, la pobreza en 2015 fue de 29% y se incrementó en el primer trimestre de este año a 34,5 %. A abril de 2016 la cantidad de pobres fue de casi 13 millones y 2,35 millones de indigentes. Los despidos aumentaron y hay 127 mil nuevos desempleados según Tendencias Económicas y el ajuste fiscal por el que pide más implicó despidos de trabajadores estatales, y tarifazos al transporte público y los servicios.
El organismo también debe advertir que el combo de medidas contra los sectores populares no garantiza que la economía vuelva a crecer, la entrada de capitales es volátil en la región y la crítica situación internacional y en particular la crisis política y económica de Brasil pueden jugarle una mala pasada a los planes del macrismo.

Mónica Arancibia
@monidi12

El ajuste laboral suma 1.000 despidos por día desde que Macri llegó al poder

En cuatro meses, las cesantías en el sector público y privado afectaron a 129 mil trabajadores. Construcción, petróleo, metalurgia y comercio, los rubros más golpeados. El gobierno habla de una "sensación térmica", pero los gremios y cámaras empresarias trazan advertencias sobre el nuevo escenario. El apagón estadístico.
Van sólo 136 días de gobierno de Cambiemos, pero alcanzaron para modificar el mapa del empleo en la Argentina. Desde el 10 de diciembre, unos 127 mil trabajadores –del sector público, pero en especial del ámbito privado– fueron despedidos de sus empleos. La cifra se traduce en un promedio aproximado de 1000 cesantías por día desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada.
Sin datos oficiales por el apagón estadístico del Indec, la radiografía del ajuste laboral fue construida por Tiempo a partir de los informes de consultoras privadas y el análisis de especialistas, sindicatos y cámaras empresarias. La ausencia de índices públicos entorpece el registro de la pérdida de los puestos de trabajo y dificulta la tarea de los sindicatos a la hora de tomar medidas por sector o en conjunto. El gobierno prefiere contradecir los indicadores privados y sindicales con un argumento llamativo. "Los despidos son una sensación térmica", argumentó en las últmas horas el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.
Si bien los despidos en el ámbito estatal tuvieron mayor repercusión debido a las movilizaciones masivas que los visibilizaron, apenas representan un tercio del total. Así, el sector privado se configura como el mayor damnificado.
Un informe de la consultora Tendencias Económicas señala que, desde la asunción de Macri, los despidos estatales y privados escalaron a 127 mil. Una cifra similar es confirmada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que el jueves estimó las cesantías en 120 mil, a partir de una recopilación de datos de consultoras privadas de las provincias. Según aseguró esa entidad a Tiempo, 45 mil pérdidas de puestos de trabajo se produjeron en el Estado, en sus tres estamentos: nacional, en provincias y en municipios. En tanto, los despidos en el sector privado llegan a los 85 mil, de los cuales 55 mil se produjeron en la construcción.
El observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) recopiló los despidos que se sucedieron desde diciembre hasta fines de febrero y muestra la misma tendencia.
La ex ministra de Industria y actual secretaria de Producción de La Matanza, Débora Giorgi, confirma la tendencia. La ex funcionaria advirtió que en el populoso partido bonaerense se perdieron en la industria textil y del calzado 3300 puestos de trabajo formales, entre retiros voluntarios suspensiones y despidos. "Esto es consistente con 25 y 40% de caída de las ventas", explicó la funcionaria.
"Es importante la tendencia. No se tienen que contar sólo los despidos, hay que contabilizar los retiros voluntarios, porque cuando la línea de producción se desacelera, el trabajador especula con que es mejor pájaro en mano que cien volando. El trabajador es el primero que se da cuenta. Son los delegados de base los que saben cómo viene la producción", señaló Giorgi.
Según los cálculos de la ex ministra, los despidos en el sector metalúrgico llegan a 3000, mientras que el rubro comercio (donde es más difícil contabilizar por el alto grado de informalidad) suman cerca de 12 mil. El cuadro se completaría con 2500 en el sector mecánicos, terminales autopartistas y concesionarios.
La construcción aporta uno de los datos más alarmantes. La Cámara de la Construcción señaló a Tiempo que los despidos de ese sector ascienden a más de 57 mil.
Según la Encuesta de Expectativas de Empleo Global de la consultura Manpower Group, que entrevistó a 800 empleadores, las intenciones de contratación disminuyen cinco puntos porcentuales con respecto al trimestre pasado. "En la comparación con el trimestre anterior, las expectativas de contratación se debilitan en seis de los nueve sectores. Los empleadores de administración pública y educación reportan el declive más notorio de ocho puntos porcentuales. Para los sectores de construcción y servicios la caída es de siete puntos porcentuales, mientras que en transporte y servicios públicos se reporta un declive de cuatro puntos", señala el informe.
El mismo trabajo puntualiza que las expectativas "mejoran en tres sectores, más notablemente en finanzas, seguros y bienes raíces y agricultura y pesca, por siete y tres puntos respectivamente".

Sensación térmica

A la falta de información oficial se le suma el revoleo de cifras inexactas y las metáforas desafortunadas. Mientras que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, señaló que los despidos son 30 mil, Prat-Gay eligió referirse a la problemática que sufren los trabajadores como una "sensación térmica".
Y se sinceró: "Estamos preocupados porque la actividad económica está más débil de lo que hubiéramos querido y estamos cerca de aquellos que sufrieron aumentos de precios que le están afectando el bolsillo. A la discusión hay que darla con un poquito más de datos y de conceptos de la realidad. Es muy fácil decir que por una empresa que cerró despidieron 100 empleados pero hay que ver toda la película."
Son los mismos empresarios los que desmienten al gobierno. El titular de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Juan Chediack, aseguró a Tiempo que solamente en ese rubro de la economía hay 57 mil despedidos y que, en diciembre, ya eran 35 mil los puestos caídos. Pese a todo, Chediack rescató que la caída empezó a mermar en marzo. "Veníamos perdiendo 10 mil empleos por mes pero llegó la estabilidad y en abril no hubo despidos. El peor momento pasó", explicó.
En el universo metalúrgico no comparten ese diagnóstico optimista. El secretario de Prensa de la UOM, Abel Furlán, denunció que su gremio ya perdió entre 7000 y 8000 puestos de trabajo debido a "la apertura indiscriminada de las importaciones y a partir del impuestazo al gas y la luz".

Causas y apagón estadístico

El análisis de las variables que diseñaron el nuevo cuadro de situación confluye en el andamiaje económico. "Durante el primer bimestre aumentaron un 39% las importaciones de confecciones. Las causas son claras. Se suma el desmantelamiento de las políticas activas orientadas a mantener el nivel de actividad, junto con el crecimiento de las importaciones en sectores sensibles. A esto hay que agregarle el deterioro del poder de compra por devaluación, debido a la quita de los derechos de exportación que pesan sobre la canasta familiar en la carne y el trigo, más el aumento de los remedios, de los combustibles y de los servicios", explicó Giorgi.
El economista de la CTA Autónoma Claudio Lozano aseguró a Tiempo que "relevar despidos no sirve para saber si hay desempleo". Y argumentó: "Hay que saber si hay creación de empleo. Y uno supone que, con las políticas actuales, eso no está ocurriendo".
Entre los despidos y una caída salarial del 15 por ciento, Lozano estima que, desde el inicio de la gestión de Cambiemos, hay 300 mil nuevos indigentes y 917 mil nuevos pobres.
El diputado nacional Omar Plaini también se queja de la falta de información estadística. "Jorge Todesca cuando no era parte del gobierno era una de las cabezas del 'índice Congreso' y se jactaba de que con dos personas elaboraba el índice de desocupación, y ahora llevamos cinco meses y no tenemos ni noticias", le explicó a este diario.

Sector público

Si bien no es el sector más afectado, el Estado registró el despido de alrededor de 45 mil trabajadores, 12 mil nacionales y 24 mil de las provincias y municipios. Sin embargo, gracias a las movilizaciones y luchas del sector, se logró la reincorporación a 9000, según explicó a Tiempo Hugo "Cachorro" Godoy, secretario adjunto de la ATE-CTA. "Todavía tenemos que dar la pelea, reincoporar más compañeros aún, paramos el sangrado, y tenemos que empezar a discutir la reincorporación con las autoridades del gobierno", puntualizó.
Las iniciativas contra los despidos están siendo discutidas en el Congreso (ver página 5). En ese contexto, Plaini presentó un proyecto que ata el seguro de desempleo, que hoy es de 400 pesos, al salario mínimo vital y móvil. "El Poder Ejecutivo invierte la carga de la prueba. Critica a los diputados y a los sindicalistas por presentar proyectos de ley paliativos, por querer resolver los efectos de las causas", explicó.

Horizonte nublado

Ni lerdas ni perezosas, las grandes empresas de la industria aprovecharon la emergencia de un proyecto de ley antidespidos –y el rechazo del gobierno a la iniciativa- para marcar la cancha y sacar beneficios extra. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, recibió a la plana mayor de la Unión Industrial Argentina (UIA), cuyos miembros le advirtieron las nefastas consecuencias que podría acarrear el tarifazo energético al sostenimiento de los puestos de trabajo.
El secretario de esa entidad, Juan Carlos Sacco, explicó que hay entre 6900 y 7000 empresas electrointensivas que, sin una solución rápida, podrían ejecutar 35 mil despidos directos en el mediano plazo. Con los despidos indirectos el número llegaría a 95 mil, según el empresario.
Otro directivo de la UIA, el vice José Urtubey, acreditó la hipótesis de Sacco y alistó entre los sectores más amenazados al automotriz, la metalmecánica y la construcción, más directamente asociada a la producción.
A la par, el referente empresario de la industria de la alimentación, Daniel Funes de Rioja, aseguró que en términos de dotaciones permanentes "no hay información de bajas". Sin embargo, reconoció posibles dificultades futuras si persiste el agravamiento de la inflación que ya se tradujo en bajas del consumo.
Para graficar, Furlán profundizó el diagnóstico de la UOM al precisar que la semana pasada "entraron 8000 heladeras desde Brasil". Y advirtió: "Hay empresarios que dicen vamos a esperar entre 45 y 60 días y, si no se revierte, no vamos a esperar como en 2001 a fundirnos. Vamos a cerrar nuestras persianas lo antes posible", explicó.
La misma tensión asedia al sector textil, de fuerte desarrollo a partir de 2002, pero hoy por hoy con un panorama muy complicado debido a los términos que regulan el comercio exterior desde la llegada de Macri al poder. El ex presidente de la Cámara de ropa de bebés y niños (Caibyn), Víctor Hugo Benyakar, lamentó la baja de la actividad y vaticinó una recesión para el futuro en virtud de que las empresas planean "importar un 50% de su producción", una decisión que afectará medularmente los puestos de trabajo.
Marco Meloni, de la Fundación Pro-Tejer, consignó que toda la cadena textil emplea alrededor de 400 mil personas y en el sector agregan que cerca de 150 mil son trabajadores informales. A fines de 2001, el 70% de la producción textil era importada pero, en los años subsiguientes, con inversiones por U$S 4000 millones la producción local llegó al 55%, con impacto en un empleo que hoy ve muy afectadas sus perspectivas.
La situación alcanza al resto de los sectores sensibles. Voceros de la Confederación General Económica de la Argentina (Cgera) marcaron que las políticas del macrismo todavía no impactaron en el empleo pero sí en la actividad, por lo que los despidos son una posibilidad concreta.
Según las fuentes, el gobierno se comprometió con estas industrias a frenar las importaciones, pero en los últimos días se registraron aumentos en el ingreso de marroquinería extranjera. La importación fuerte de productos textiles se produce en la segunda mitad del año, por lo que los fabricantes argentinos están en vilo.
Las importaciones no sólo aumentan por los canales formales. La nueva gestión de Aerolíneas Argentinas amplió de 23 a 46 kilogramos el máximo permitido para el ingreso de equipaje por pasajero, una ventaja que muchos comerciantes están aprovechando en detrimento de la industria y el empleo locales dando lugar a un esquema de importación clandestino.
El segmento mercantil y de los servicios atraviesa horas menos agitadas. El titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos De la Vega, aseguró que hasta hoy "no hubo despidos masivos sino en todo caso algún goteo", por lo que la situación "no es un problema como en la industria automotriz, que tiene suspensiones, o la construcción, afectada por el freno de la obra pública".
De la Vega consideró por último que los 120 mil despidos públicos y privados "son un hecho socialmente lamentable pero en un país con una masa laboral de 10 millones de trabajadores, no alcanzan para hablar de una crisis".

Reacción conjunta

Las empresas no disimularon el malestar con los proyectos legislativos que buscan frenar los despidos. Luego de que el ministro de Trabajo definiera la posibilidad como "contraproducente" y que el presidente exhortara a "no volver" a alternativas que "fracasaron en el pasado", los empresarios acompañaron con denuncias furibundas y promesas de nuevos reclamos al Ejecutivo.
Un contundente Chediack dijo que una ley antidespidos "no sirve para nada". A la par, el gráfico Sacco se manifestó en contra, porque se trataría de "un nuevo cepo" a la actividad.
Urtubey se sumó a la condena general. El hombre de Celulosa Argentina proyectó una caída de la producción del 1,5% para 2016 y reclamó "trabajar con políticas de Estado para incentivar lo tributario y el comercio exterior" para compensar la caída.
En línea, Funes de Rioja evaluó que la reedición de la doble indemnización sería inoportuna. "Ninguna solución pasa por prohibir los despidos sino por mejorar la empleabilidad de los trabajadores y dar incentivos fiscales" a las empresas, finalizó el empresario.

Chequeado desmiente a Macri

El presidente Mauricio Macri rechazó el proyecto de ley que prohíbe los despidos. "Ya probamos en 2002 con leyes que prohibían y eso no trajo más trabajo, destruyó trabajo", señaló.
Para el sitio web Chequeado.com esa afirmación no es correcta. La publicación informó que: "La doble indemnización fue establecida en 2002. El artículo 16 de la llamada 'ley de emergencia económica' suspendía la posibilidad de efectuar despidos 'sin causa justificada' por el plazo de 180 días a partir del 6 de enero de ese año y obligaba al empleador a pagar el doble al trabajador si de todas maneras lo hacía. El plazo se fue renovando con diferentes medidas que también redujeron el porcentaje de la segunda indemnización que debía pagar el empleador (en 2004 se redujo primero al 80% y luego, en 2005, al 50 por ciento)".
A renglón seguido consignó que: "Según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, entre 2002 y 2007 el empleo privado registrado pasó de 3,5 millones a 5,6 millones de empleos, es decir, un aumento del 60 por ciento. Si se mira por trimestres, los tres primeros de 2002 sí mostraron una caída del total de empleos (período que coincide con la crisis tras la salida de la convertibilidad), aunque a partir del cuarto trimestre el empleo privado registrado comenzó a aumentar nuevamente."
Cuando el entonces presidente Néstor Kirchner eliminó la doble indemnización y la prohibición de despidos, en septiembre de 2007, la tasa de desempleo medida por el Indec se ubicaba en el 8,5 por ciento.

Gimena Fuertes y Martín Ferreyra
Tiempo Argentino

miércoles, 27 de abril de 2016

Salario ajustado



La baja del salario, vía la inflación, junto a decenas de miles de despidos, es el principal ataque a los trabajadores. El viernes las centrales sindicales harán un acto. La izquierda y el sindicalismo combativo participará de manera independiente.

La devaluación, la quita de retenciones a muchos sectores patronales, los tarifazos en beneficio de las privatizadas de servicios públicos, junto con el desenfreno con que las empresas remarcan precios, desataron una escalada inflacionaria que está deteriorando velozmente el salario.
A pesar que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, haciendo uso de una desopilante teoría, negó que la devaluación vaya a impactar en la inflación, todos los precios se modificaron al alza, incluso antes de la asunción del gobierno de Cambiemos.
No tuvieron la misma suerte los salarios de una gran parte de la clase trabajadora que siguen siendo los del año pasado. Con precios nuevos y salarios viejos la carestía avanza sobre el pueblo trabajador.
La inflación que mide la Ciudad de Buenos Aires (insospechada de opositora) fue de 3,3 % en marzo, 11,9 % en el primer trimestre y en términos anuales alcanza el 35 %. La medición de San Luis, otra de las referencias frente al “default estadístico” nacional, indica un 3 % en marzo, 10,2 % en el primer trimestre y 37,3 % de inflación anual.
Pero la escalada no se detiene. Teniendo a la vista abril muchos analistas económicos empiezan a hablar de una inflación mensual que podría alcanzar el 7 % debido a los aumentos en el transporte, el agua, el gas y las naftas. A un ritmo de 4 % mensual, como venía siendo en promedio hasta marzo, la inflación podría alcanzar al 60 % anual.
A esta altura ya nadie cree en las metas del ministro Prat Gay que decía que durante el año la inflación sería del 25 % anual. Ese objetivo ni siquiera podrá lograrlo aun con el efecto de la recesión erosionando la actividad económica.
El deterioro del salario real (la pérdida de su poder de compra) es la clave de toda devaluación, cuyo fin último es recomponer las ganancias empresarias. La devaluación debe superar en proporción a la inflación y esta al incremento de salarios. Ese es el “secreto” de una devaluación exitosa desde el punto de vista de los capitalistas.
La suba del dólar fue aproximadamente 50 % entre diciembre y marzo, mientras que la inflación para el mismo período se ubica alrededor del 15 % y los salarios se quedaron quietos en la mayoría de las ramas. Para mantener esta ventaja que sacaron las patronales desde diciembre el gobierno declaró la guerra al salario.

La extorsión de los despidos

A poco de asumir el ministro Prat Gay lanzó otra de sus máximas: “cada gremio sabrá hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos”. Cabe aclarar que se trata de una “paloma” del gabinete que brega por el ajuste “moderado”.
Esa declaración fue una extorsión lisa y llana para que los trabajadores no salgan a defender su salario bajo la amenaza de la desocupación. Consecuente con esa premisa la política económica recesiva con ajuste, restricción monetaria y encarecimiento del crédito ya se cobró decenas de miles de puestos de trabajo.
La burocracia sindical en estos meses no defendió ni el salario ni el trabajo. Es una ilusión que el que "no hace olas" mantendrá el “statu quo”. El inmovilismo no sólo lleva a perder el salario, sino también a poner en riesgo el trabajo. Por eso la izquierda plantea la organización desde las bases y un plan de lucha para recuperar el salario y enfrentar los despidos.
El SMATA, que dirige el entregador serial, Ricardo Pignanelli, aceptó el mes pasado una paritaria por seis meses con 7,5 % de aumento entre enero y marzo más el 11% entre abril y junio (alrededor de 20 % semestral). A pesar de la moderación en el acuerdo salarial siguen en riesgo los puestos de trabajo: en el gremio avanzan los despidos, las suspensiones y los retiros voluntarios.
Es sólo una muestra que el ajuste del macrismo es sobre el conjunto de las condiciones de vida del pueblo trabajador: ataca tanto el salario como el empleo.
Hace unos días Jorge Triaca, el ministro de Trabajo, negó que haya una ola de despidos. La realidad dice otra cosa.
Frente a la ausencia de datos oficiales proliferan los cálculos privados, algunos más cuestionados que otros. Según la consultora Tendencias Económicas los despidos sumaron 127 mil en los primeros meses del año.
El propio ministro de Modernización, Andrés Ibarra, confirmó 11 mil despidos en la Administración Pública Nacional. Si se le agregan los despidos en provincias y municipios el número llega a 25 mil empleos públicos destruidos. Restando las bajas en el ámbito público, hay otros 100 mil despidos en el ámbito privado, de los cuales una gran proporción corresponde a puestos perdidos en la construcción.
Según la última Encuesta Permanente de Hogares, que contiene datos correspondientes al tercer trimestre de 2015, había 11,3 millones de ocupados y 709 mil desocupados (5,9 % era la tasa de desocupación) en los 31 aglomerados urbanos relevados. Luego de ese trimestre no hay nueva información por el “default estadístico” de Cambiemos.
Esos datos están cuestionados por la manipulación estadística del gobierno anterior, encabezado por Cristina Fernández, pero, tomándolos como parámetro para tener algún punto de comparación, los 127 mil nuevos desempleados que registra Tendencias Económicas significan un 18 % de aumento en relación a los 709 mil desocupados de aquel trimestre o una caída de 1 % entre los ocupados.
Se trata de una destrucción de empleo nada despreciable para sólo los primeros meses del año y para los efectos inmediatos de la política económica recesiva que aplica el macrismo.
Por eso, los datos y cifras de empleo se transformaron en un campo de disputa entre la negación de Cambiemos y la pose combativa de la oposición patronal.
La semana pasada la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados de la Nación aprobó por mayoría un proyecto consensuado entre diferentes bloques de la oposición para prohibir los despidos de manera retroactiva desde el 1° de marzo 2016 hasta 31 diciembre de 2017.
En simultáneo la Cámara de Senadores aprobó en comisión otro de menor alcance que podría llegar a debatirse durante el día de hoy en una sesión especial de la Cámara solicitada por la oposición.
La diputada del PTS en el Frente de Izquierda, Myriam Bregman, presentó un proyecto más avanzado que incluye la prohibición por dos años de las suspensiones y despidos y la estatización bajo control de los trabajadores de toda fábrica o empresa que cierre. Además contempla a los trabajadores no registrados o “en negro”.
Sin embargo, si avanzase el proyecto consensuado sería un paso adelante para proteger en lo inmediato a los trabajadores que están siendo afectados.
Por eso Mauricio Macri emprendió una cruzada contra cualquier ley que prohíba los despidos. El lunes anunció el envío al Congreso del plan denominado “Primer Empleo”, que más que un beneficio para los jóvenes que buscan iniciarse en el mercado laboral es un nuevo intento de flexibilización laboral con enormes beneficios para las empresas.
La cruzada oficial contra una ley que prohíba los despidos escaló durante el martes con una fuerte presión sobre los gobernadores para que influyan sobre sus legisladores. Esos hombres ya demostraron cuan firmes son cuando votaron la entrega a los fondos buitre a cambio de promesas de fondos frescos para las provincias.

El acto de las centrales

Este viernes 29 las tres CGT y las dos CTA marcharán al Monumento al Trabajo para realizar un acto donde reclamarán contra los despidos y por el deterioro del salario. Hugo Moyano será el orador que cierre la jornada.
Pablo Moyano, su hijo y titular del gremio de Camioneros, dijo que "se terminó la paciencia". Pero la medida llega luego que la inflación ya hizo su trabajo sobre el salario y las patronales despidieron trabajadores en gran número.
La izquierda marchará de manera independiente de las cúpulas sindicales. Claudio Dellecarbonara, miembro del Secretariado Ejecutivo del sindicato de los trabajadores del Subte (AGTSyP) y dirigente del PTS en el Frente de Izquierda, declaró que “desde la izquierda y el sindicalismo combativo estamos planteando en todos los lugares de trabajo la propuesta de participar del acto, pero de forma independiente de los dirigentes que lo convocan. Las demandas de la convocatoria son justas, aunque insuficientes y no podemos dejar de señalar que en los últimos meses sufrimos una escalada inflacionaria enorme que afectó el bolsillo de los trabajadores, así como decenas de miles de despidos, sin que estos dirigentes hayan llamado a un solo paro nacional”.
Dellecarbonara continuó diciendo que “los trabajadores y nuestras familias no tenemos tanta paciencia como las cúpulas sindicales. Por ese motivo, iremos al acto de forma independiente a exigirles un paro nacional con movilización en las calles que sea un primer paso para comenzar a enfrentar en serio el ajuste”. Y completó: “es necesario luchar por paritarias libres y sin techo, por un salario igual a la canasta familiar, por la prohibición de los despidos y suspensiones, contra los tarifazos en los servicios públicos, contra el impuesto al salario, por acabar con la precarización laboral, y por aumentos de emergencia en jubilaciones y planes sociales, entre algunas de las principales demandas”.

Pablo Anino