Uribe tiene 73 años. Fue presidente de Colombia por dos mandatos consecutivos (2002-2010) y se lo considera el artífice de las dos presidencias que lo sucedieron en el cargo, mientras era electo senador. Es el fundador y presidente honorario del partido político de derecha Centro Democrático, la principal oposición al actual presidente, el centroizquierdista Gustavo Petro. Todavía se lo considera uno de los hombres más poderosos del país. La jueza Sandra Heredia, en su veredicto, creyó necesario señalar: “La Justicia no se arrodilla ante el poder. Hoy este juzgado no decide sobre un nombre, decide sobre unos hechos” (La Nación, 29/7). Y aclaró: "indistintamente de la pena que se impondrá, se hace merecedor de la prisión domiciliaria como sustitutiva de la pena de prisión" (Página/12, 29/7).
Sobre Uribe pesan varias causas penales más, sobre todo por sus responsabilidades en la ´guerra sucia´ contra la guerrilla. Antes, durante y aun después de su mandato, el asesinato de dirigentes sindicales fue moneda corriente en Colombia a manos de los paramilitares. Uribe fue un activo representante internacional de la derecha y un desembozado aliado del imperialismo y del sionismo. Fue un articulador del involucramiento e injerencia de los militares norteamericanos en “la lucha contra el narcotráfico” y recibió tropas yanquis en su país. No es casual que, apenas conocido el veredicto, el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, posteara en X que "el único delito del expresidente colombiano Uribe ha sido luchar incansablemente y defender su patria", y acusó a los jueces de “extremistas radicales”, la imputación corriente del trumpismo contra cualquiera que contraríe sus órdenes o deseos. El propio Javier Milei es un defensor a rabiar de Uribe. Basta recordar cuando le dedicó todo tipo de insultos al actual presidente, Petro, al que califica de “terrorista”, por su pasada militancia en la izquierda pro guerrilla.
Este juicio tuvo un largo recorrido y aún está lejos de haber terminado, pues se descuenta que Uribe apelará a la Corte Suprema una vez que se conozca la sentencia este próximo viernes. Nadie excluye finalmente la posibilidad de una absolución. El proceso se remonta a 2012, cuando Uribe demandó ante la Corte Suprema por supuesta manipulación de testigos al senador petrista Iván Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Senado en su contra por sus vínculos con el paramilitarismo. Sin embargo, la Justicia no abrió una investigación contra Cepeda sino contra el ex presidente por la manipulación de testigos para que no declararan en su contra. En tres oportunidades, los fiscales de turno pidieron el archivo de la causa, lo que fue denegado por la Justicia. La acusación tomó impulso recién cuando el gobierno de Petro nombró una nueva procuradora.
A la luz de la partida por Bolsonaro que tomó Trump y sus disposiciones contra Brasil, no sería imposible que su gobierno anuncie nuevas represalias arancelarias contra Colombia, para salvar a otro de su misma calaña.
Jacyn
29/07/2025
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