El respaldo de Estados Unidos fue un factor importante en el triunfo de Milei. El gobierno trumpista chantajeó al pueblo argentino diciéndole que si no votaba por el oficialismo libertario iba a retirar todo tipo de “asistencia” al país dando el último empujón a una fuerte devaluación y dejando que su economía termine por desmadrarse por completo. Milei y Caputo se pasearon por Washington pidiéndoles a los mandamases del norte dinero y apoyo para pilotear la enorme crisis económica y social reinante.
En este contexto aparecieron los anuncios del salvataje por 20.000 millones de dólares (swap) y de un supuesto envío de otros miles de millones provenientes de bancos como el JP Morgan. El gobierno colocó a Pablo Quirno al frente de Cancillería, un exjerarca de ese banco, quien anunció la recompra de bonos de deuda vía JP Morgan para revalorizar activos y que ciertos fondos buitre puedan terminar de hacer ganancias y abandonar el barco antes de que se hunda.
Además de otorgarle al imperialismo el manejo de la política cambiaria y exterior, el gobierno acordó con el FBI llevar adelante una política para avanzar en un reforzamiento del espionaje contra los luchadores y la oposición. Milei y su séquito, asimismo, pretenden entregarle a la burguesía norteamericana la explotación de tierras raras y otros recursos naturales, colocándose como su peón en la disputa por el mercado mundial que mantiene contra China. Un intento que se verá atravesado por crisis políticas y alineamientos al interior de la propia burguesía nacional, que tiene negocios aceitados con el régimen chino.
El peronismo en ningún momento postuló un programa para hacer frente a este chantaje de Estados Unidos. No planteó ningún tipo de medida de defensa nacional, porque es una fuerza capitalista incapaz de romper su subordinación -y la de Argentina- al imperialismo. Tanto es así que su candidato bonaerense, Jorge Taiana, fue parte de la delegación que, cuando gobernaba el Frente de Todos, se reunió con la entonces jefa del Comando Sur, Laura Richardson, junto a la propia Cristina Kirchner. Hasta Axel Kicillof tildó de infantil el planteo de romper con el sometimiento al FMI.
El Frente de Izquierda, por el contrario, cerró su campaña electoral con un acto frente a la embajada norteamericana rechazando esta presión de Trump y denunciando que Milei le había entregado el control del gobierno a la Casa Blanca. Es la única fuerza que plantea un programa antiimperialista y de defensa de los intereses de los trabajadores, con medidas como el repudio de la deuda externa fraudulenta y la ruptura con el Fondo Monetario, y la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo control obrero para cortar la sumisión a las multinacionales y el capital financiero internacional.
Ahora, con la votación obtenida como una línea de resistencia, la izquierda tiene la tarea de militar a fondo en los lugares de trabajo, estudio y en los barrios con el objetivo de preparar al pueblo para enfrentar la ofensiva de Milei y los capitalistas, lo cual requiere superar la orientación entreguista y conciliadora del peronismo y la burocracia sindical.
Nazareno Suozzi

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