lunes, 27 de octubre de 2025

El triunfo de Milei redobla la ofensiva capitalista con las reformas antiobreras


Solo los trabajadores podemos derrotarla. 
 Desde el búnker de LLA, Milei dijo que va por la reforma laboral. 

Javier Milei, envalentonado con el triunfo electoral, ratificó el rumbo de reformas antiobreras, presentándolas como una vía "para hacer grande a la Argentina". Es una declaración de guerra contra los trabajadores y sus conquistas, porque las mismas no solo no van a revertir la desinversión capitalista y generar empleo sino que ni siquiera despejan la inviabilidad de la política económica ni la perspectiva de una nueva devaluación. 
 En el búnker de La Libertad Avanza, el presidente dijo en su discurso que "Durante los próximos dos años tenemos que afianzar el camino reformista que emprendimos para dar vuelta de una vez y para siempre la historia argentina. Ahora estamos enfocados en llevar a cabo las reformas que la Argentina necesita para consolidar el crecimiento y el despegue definitivo". Como vemos, se vale del resultado de los comicios para reforzar el ataque contra los trabajadores, algo que fue saludado por la plana mayor de la burguesía nacional, la cual no desiste, sin embargo, de presionar por una salida devaluatoria. En ese sentido se pronunció el desarrollador inmobiliario Eduardo Constantini, quien afirmó que “El dólar no debería irse al piso de la banda porque no es bueno para la economía real". Así las cosas, el triunfo del oficialismo no disipa la posibilidad de un salto cambiario que destruya los ingresos populares. 
 Mención aparte merece la presentación de la reforma laboral como un requisito para destrabar inversiones y crear puestos de trabajo. Si reparamos en las consecuencias que tuvo la Ley Bases vemos que esa afirmación es absolutamente falaz: la misma eliminó numerosos derechos laborales, sin embargo, no trajo ninguno de los beneficios prometidos. Por el contrario, desde que asumió La Libertad Avanza proliferó la descapitalización de las empresas y se perdieron 275.927 empleos formales; además, el trabajo no registrado alcanzó su máximo registro. El "camino reformista" que pregona Milei solo redunda en una mayor explotación obrera. La fuga de capitales seguirá su curso, por eso mismo, la devaluación aparece como una consecuencia inevitable más tarde o más temprano. 
 A su vez, Milei descontó el aval de la oposición para aprobar esas reformas, al mencionar que "Desde el 10 de diciembre tendremos el Congreso más reformista de la historia". Paso seguido, aclaró que "hay decenas de diputados y senadores de otros partidos con los que podemos encontrar acuerdos básicos". De estas declaraciones, el pueblo debe concluir que la única forma de derrotar semejante ofensiva es a través de la movilización, sin depositar confianza alguna en la fuerzas políticas del régimen que sostienen al gobierno, incluido el peronismo, que, a través de Itai Hagman, se pronunció a favor de que las Pymes accedan a "regímenes laborales especiales", donde se vulneren los derechos obreros. La propia Cristina Kirchner, en una de sus cartas, habló de "modernizar las relaciones laborales", lo que, en criollo, significa barrer con los convenios. 
 Una lucha a fondo contra esos planes antiobreros también implica superar a las burocracias sindicales, que no dudarán en entregar los convenios colectivos de trabajo, como ha ocurrido en todos los gremios donde hubo flexibilización. Sin ir más lejos, Héctor Daer, uno de los triunviros de la CGT, dijo hace algunas semanas respecto a la intención del gobierno de avanzar en la reforma laboral que "Para darse ese lujo van a tener que ganar las elecciones muy bien”, condicionando la defensa de las conquistas obreras a un triunfo electoral de Milei que finalmente obtuvo. 
 Hasta el secretario de Trabajo, Julio Cordero, felicitó a la CGT por haber colaborado con el gobierno desde que comenzó su mandato. Finalmente, esos burócratas son responsables de que Milei haya remontado electoralmente, en la medida que desarticularon la respuesta del movimiento obrero contra la derecha y le dieron la espalda a todas las luchas.
 Con todo, no es cierto lo que dijo el mandatario en una entrevista de que "lo peor ya pasó". Para los trabajadores, lo peor está por venir, por eso debemos prepararnos para las batallas que se avecinan y volcarnos a la acción directa, la única manera de ganar esta pulseada. La victoria de Milei en las urnas no es un cheque en blanco del electorado para que profundice su agenda reaccionaria; debemos anoticiarlo de eso como lo hicimos con Macri en aquellas jornadas del 14 y el 18 de diciembre de 2017 que marcaron el ocaso de su gobierno. Las bancas conquistadas por el Frente de Izquierda estarán al servicio de promover esa rebelión popular.

 Sofía Hart

No hay comentarios:

Publicar un comentario