martes, 30 de septiembre de 2025

Argentina colonia


Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E35. 

 La noticia de los últimos días es el impacto que está teniendo el rescate del gobierno norteamericano de Trump, del Tesoro yanqui a Milei. Un rescate que es muy claro, cuando Milei y su ministro Caputo anuncian que van a requerir un préstamo de emergencia del Tesoro americano lo hacen con la conciencia que el gobierno de Milei había caído en default: el riesgo país ya estaba en 1.500 puntos; la pérdida de reservas en tres días había superado los 1.000 millones de dólares y la promesa que había hecho en un streaming el ministro Caputo de que el gobierno iba a vender todos los dólares que se requieran era una promesa imposible de cumplir, porque fundamentalmente partía de la base que el Banco Central lo que no tiene es reservas. 
 Entonces estaban sometiendo a una posible crisis que ponía en cuestión ya no solamente una estabilidad económica del gobierno, no ya solamente un resultado electoral negativo en las elecciones del próximo 26 de octubre, sino que estaba en cuestión incluso la sobrevivencia del gobierno de Milei; y van de emergencia a una reunión en Estados Unidos a requerir un salvataje, un salvataje que, visto en el año, es el segundo salvataje que tiene Milei después del que suscribió con el FMI entre marzo, abril, mayo de este año. En ese momento fue casi por 20 mil millones de dólares y ahora, si bien todavía estamos lejos de conocer exactamente la letra chica del acuerdo, eso no se sabe, se habla de una cifra similar que el gobierno norteamericano, no ya el FMI, sino directamente el gobierno norteamericano le daría a Argentina para salvar a su socio, Javier Milei.
 Las primeras repercusiones en Argentina por este salvataje al gobierno lo entusiasmaron, ¿por qué lo entusiasmaron? Porque el riesgo país bajó un poco, estaba en 1.500 puntos, bajó a 900, pero también es cierto que los últimos dos días de la semana pasada volvió a subir un poco y se estabilizó en los 1.000 puntos, el hecho de que esté en mil puntos el riesgo país, si bien es mejor que 1.500, de todas maneras lo deja al gobierno argentino fuera del mercado internacional; con mil puntos de riesgo país Argentina no puede renegociar los vencimientos de deuda muy importantes que tiene el año que viene y también el año 2027; es decir, es una baja insuficiente para el objetivo de la reestructuración de deuda o de renegociación de los vencimientos de capital. 
 Y el dólar, que también bajó un poco del techo que había tocado, de todas maneras sigue en niveles muy altos y no se sabe qué va a pasar en las próximas semanas, porque lo más probable es que el acuerdo que hizo el gobierno con las cerealeras para que entre un flujo de dólares de cierta importancia, más o menos unos 7 mil millones de dólares, se va a agotar entre lunes de esta semana, martes de esta semana y después nos queda hacia las elecciones de 26 de octubre muchos días, y en general los analistas coinciden que después de esta baja transitoria va a volver a haber un rumbo ascendente del dólar. Entonces, son acuerdos de corto plazo que están muy lejos de despejar el panorama de la bancarrota económica y financiera de Argentina. 
 Ahora, ¿Cuál es el costo que pagó Argentina por este retroceso, insisto, transitorio del riesgo país y este retroceso transitorio del dólar? El costo puede ser muy, pero muy alto. El primero se notó en este acuerdo con las cerealeras, que ha dado lugar a una verdadera crisis política en Argentina y es bastante esclarecedor de cómo funciona la Argentina capitalista no ya con Milei, sino de hace mucho tiempo para atrás. ¿Por qué esto? Porque el gobierno, desesperado por los dólares, anunció que eliminaba las retenciones a las exportaciones de granos hasta las elecciones de octubre. Y esa eliminación transitoria de las retenciones -que es desigual, depende del cultivo que se trate en la exportación, el más alto es el de la soja del 26%-, ¿a quién benefició directamente? benefició directamente, no ya a lo que se suele llamar los productores que están, digamos, organizados en la Sociedad Rural, en Coninagro, en la Federación Agraria, sino a un pequeño grupo de cerealeras que son las que les compran a los productores sus granos para luego exportarlos. 
 Cuando se produce esa compra se le descuenta al productor el precio de la retención, en la idea que después el exportador cuando lo vende paga ese impuesto. Como ahora se eliminó el impuesto, esa diferencia entre lo que se compró al productor y la exportación se la embolsaron directamente las cerealeras y se habla de que solamente en tres días, solamente en tres días, estas cerealeras ganaron por esa eliminación transitoria de retenciones unos 1.500 millones de dólares, que no es a expensas del productor, como está protestando ahora la Sociedad Rural, es fundamentalmente a expensas del fisco, porque era un impuesto que se debía cobrar y se dejó de cobrar y que el gobierno va a tener que compensar con mayor ajuste, ¿ajuste a quién? ajuste a los jubilados, al Garrahan, a personas con discapacidad, a la universidad, a la obra pública paralizada. Es decir, una transferencia enorme de recursos del fisco, que finalmente es la ciudadanía que paga los impuestos, que paga 21% de IVA cuando va a comprar al supermercado, al trabajador que se le quita con el impuesto a la ganancia sobre su salario, ese sector social transfiere a las exportadoras 1.500 millones de dólares. 
 Un hecho brutal, que a la vez pone en evidencia que el comercio exterior de Argentina, es decir la relación de Argentina con el mundo, está mediada por un pequeño grupo de grandes empresas, norteamericanas algunas, chinas otras, que tienen la capacidad de retener la exportación, por lo tanto, de retener los dólares que esa exportación representa y la venden cuando quieren, imponiendo los términos de esa venta, es decir, obligaron al gobierno a retirar las retenciones para tener una ganancia extraordinaria. 
 Eso es un hecho importantísimo que plantea un debate programático, porque mientras nosotros planteamos un monopolio de comercio exterior en manos públicas, todos los gobiernos capitalistas han defendido un monopolio de comercio exterior en manos privadas, porque hemos visto cómo las cerealeras tienen la capacidad de retener la cosecha, es decir, de guardarse los dólares y venderlos cuando esos dólares rindan más en pesos, eliminando transitoriamente las retenciones. ¿Quién plantea transformar integralmente el comercio exterior? Solamente el Frente de Izquierda, no lo plantean otras fuerzas políticas que han gobernado de esta manera.
 Ahora, este hecho también es interesante porque el gobierno tuvo que recular muy rápido y a los tres días de haber eliminado las retenciones transitoriamente sale una resolución diciendo "se cumplió el cupo de los 7.000 millones, vuelven las retenciones", y tuvo una crisis con una base que el gobierno quiere mantener, que es la base del capital agrario de Argentina, que dijo "nosotros no nos beneficiamos"; la Sociedad Rural, cuyo presidente es un mileísta fanático, tuvo que protestar por la presión de su base, que dijo "nosotros no nos beneficiamos con la rebaja de retenciones"; ¿Qué es interesante ver acá?, que hay todo un verdadero choque capitalista de intereses. Porque ¿Quién fue el que reclamó que las retenciones se vuelvan a instalar? ¿Saben quién fue? El capo del Ministerio de Economía norteamericano de Bessent, que en un tweet que sacó dijo "Nosotros no queremos que se eliminen los impuestos a la exportación de granos" y lo volvió a imponer. ¿Y esto por qué? Porque la base que tiene Trump en Estados Unidos del capital agrario protestó porque Argentina, al quitar impuestos a las exportaciones, vende un poquito más barato a China desplazando a su competidor norteamericano. 
 Es decir, Estados Unidos, bajo la presión de capital agrario norteamericano, vuelve a imponer las retenciones para que en la competencia internacional de venderle a China los agricultores norteamericanos no sean desplazados por los argentinos, demostrando que el acuerdo colonial que Argentina está firmando con Estados Unidos, y cuyos términos todavía no conocemos, incluso no solo afecta principalmente a los trabajadores, pero también supone una fuerte lucha intercapitalista, afectando incluso al sector de capital agrario. 
 Esto es importante verlo. Es decir, Argentina colonia plantea choques con diferentes sectores sociales, incluso al interior de la clase capitalista. Estos choques no se limitan exclusivamente al capital agrario, de ninguna manera. Hay una gran pelea, una gran pelea también por todo lo que tiene que ver con otras exportaciones que Argentina realiza, especialmente en materia de minería, donde hay una disputa fundamental. Salió publicado en Prensa Obrera un artículo de Iván Hirsch, que lo recomiendo mucho, que plantea a fondo cuáles son los intereses norteamericanos que están detrás de este acuerdo, como por ejemplo el tema del litio, un tema siempre muy hablado: Argentina exporta litio y dos tercios de esas exportaciones van a China, en cambio solamente va a Estados Unidos una séptima parte de las exportaciones y lo que quiere justamente Estados Unidos es revertir eso, porque Estados Unidos en su pelea con China quiere desplazar a China de ser el principal fabricante de baterías de litio, entonces hay una pelea y quiere quedarse con los recursos naturales de Argentina. 
 El único proyecto que fue rechazado del Rigi, que en su momento anunció el gobierno de Milei, es un proyecto que presenta una minera china en el cual hay una fuerte presión de Estados Unidos para que se rompan los acuerdos entre China y Canadá, dos países importantes en la minería internacional, para que Canadá rompa con China y se someta a los dictámenes del imperialismo norteamericano. Es decir, que acá hay una gran disputa; en el 2024 -y sigo reproduciendo lo que Iván coloca en su artículo- Argentina firma, bajo el auspicio de Milei, un memorándum de entendimiento sobre minerales críticos, que también es un memorándum secreto, no sabemos los términos del memorándum, pero se sospecha también que le plantea el acceso a Estados Unidos en Argentina sobre las tierras raras, en las cuales hay minerales muy importantes para cuestiones tecnológicas e incluso cuestiones de guerra. 
 Entonces, de fondo, lo que está acá planteado en el acuerdo que Argentina suscribió con Estados Unidos no es un salvataje gratuito, sino que, por el contrario, es el sometimiento a los dictámenes de Estados Unidos, es un planteamiento de tipo colonial, y la forma que va a asumir este salvataje todavía no la conocemos, pero hay conjeturas. Una es que puede ser una especie de swap como el que tiene Argentina con China; bajo el gobierno de Alberto Fernández, Massa, Cristina Fernández de Kirchner, como Argentina no podía pagar sus vencimientos, se le pidió a China autorización para que 5 mil millones de dólares del swap puedan ser utilizados para el pago de deuda. Hoy Estados Unidos quiere que el swap del Tesoro americano sirva para reemplazar el que tiene con China. ¿Por qué? Porque quiere quitarle a China la posibilidad de que en un intercambio de monedas, el Banco Central argentino y Argentina los utilice para comprar a China y, en la guerra comercial, lo que pretende Trump es que ese comercio vaya a Estados Unidos.
 Además no es menor para Argentina que pasemos a ser deudores directos de Estados Unidos como país porque otra forma que pueda asumir este salvataje complementariamente es que Estados Unidos compre directamente los bonos de deuda emitidos por Argentina para revalorizarlos un poco, pero tener como acreedor directamente al Estado norteamericano plantea una capacidad de presión de Estados Unidos aún más fuerte que la que tiene el Fondo Monetario Internacional. Entonces, estamos viendo que este salvataje está lejos de abrirle a Argentina un panorama de crecimiento e incluso de darle a Argentina y al gobierno de Milei una estabilidad, está lejos de eso, pero compromete a Argentina a mediano y a largo plazo en cuestiones vitales de su comercio internacional, en cuestiones vitales del uso de sus recursos naturales, sean los recursos agrarios, sean los recursos mineros. Es un acuerdo realmente colonial. 
Y acá hace falta que se plantee cómo cada sector político se presenta frente este acuerdo. ¿Qué dice cada bloque? Obviamente, el gobierno de Milei está a favor, es decir, lo está firmando. ¿Pero qué dicen los gobernadores? Acá vale mucho el tema de los gobernadores, porque los gobernadores son un mapa variopinto y no tenemos que olvidarnos que el nuevo embajador yanqui en Argentina, Peter Lamelas, dijo en el Senado norteamericano cuando estaba pidiendo la aprobación para su pliego que iba a venir a Argentina, iba a recorrer todas las provincias, porque finalmente la propiedad del subsuelo donde están los minerales es de las provincias, él dijo voy a recorrer todas las provincias para alinear a los gobernadores a una política pronorteamericana. Y acá queremos saber qué van a decir las provincias y gobernadores; hay del PRO, hay del radicalismo, hay del peronismo y de partidos provinciales, y muchos gobernadores están en la disputa entre entregar sus recursos naturales a China o entregárselos a Estados Unidos. 
 Y lo que falta acá es un planteamiento realmente de tipo nacional. Nadie plantea nacionalizar el comercio exterior, no lo plantea, por ejemplo, el gobernador de Santa Fe, que tiene a la vera del río Paraná a las grandes exportadoras que se llevan buena parte de la riqueza argentina. No lo plantean los gobernadores peronistas del norte, donde está la disputa por quién se queda con el cobre, quién se queda con el litio. No lo plantea el gobierno de Santa Cruz, que ya cuando lo dirigía el kirchnerismo se fue convirtiendo en una de las provincias mayores de explotación minera en los términos que plantean los monopolios mineros internacionales.
 Entonces, acá es un tema importante cómo se posicionan los bloques políticos, y el peronismo como partido político lo mismo, ¿se va a pagar o no se va a pagar este acuerdo con Estados Unidos? Recordemos que cuando firmó en su momento Mauricio Macri el acuerdo con el Fondo Monetario, el peronismo protestaba de palabra, pero cuando después gobernó con Alberto Fernández, con Massa y con Cristina Fernández de Kirchner reconoció esa deuda y la pagaron. Y del momento que este préstamo lo tomó Mauricio Macri a la fecha se llevan pagado con el FMI sólo en términos de intereses más de 13 mil millones de dólares, es una sangría nacional. El peronismo ha puesto, por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires como candidato a Itai Hagman que integraba la Comisión de Presupuesto bajo el gobierno de Alberto Fernández y, como él no quería votar a favor, pero tampoco quería poner un palo en la rueda, renunció a su lugar en la Comisión de Presupuesto para que asuma otro diputado del peronismo que iba a votar a favor, una maniobra que tiene que ser puesta en evidencia porque uno dice lo siguiente "esta gente ¿va a enfrentar luego, en el caso que sea, al gobierno, el acuerdo con el FMI y el acuerdo con el gobierno norteamericano?". Si uno ve los antecedentes tiene que concluir que no, y el propio Hagman, cuando ya se votó en la Cámara de Diputados, no votó en contra, se abstuvo. 
 Entonces, acá es importante denunciar que este acuerdo colonial que va a agravar la dependencia de Argentina, una dependencia que aparte no se reparte pareja en todas las clases sociales, recae especialmente sobre los trabajadores, va a ser solamente enfrentada por la izquierda y plantea una transformación social integral. No es solamente una denuncia plantear el monopolio de comercio exterior y una banca única que termine con estas triquiñuelas que se hacen todo el tiempo en el mercado financiero, que implica una sangría de los dólares que tiene la Argentina para que los usureros internacionales se lo lleven. Es necesario un monopolio del sistema financiero en manos públicas. Y eso tiene que ser llevado adelante por un gobierno de trabajadores. 
 Entonces acá se presenta una gran batalla programática que más tarde o más temprano se tiene que dar, porque la oposición al gobierno de Milei, como ya pasó bajo el gobierno de Macri, está dispuesta a avalar los intereses del imperialismo en Argentina y, como mucho, está dispuesta a oficiar de una especie de equilibrista entre intereses de diferentes potencias pero de ninguna manera a romper los lazos que nos une con el imperialismo para desarrollar Argentina bajo otras bases sociales que son bases obreras, que son bases socialistas.

 Gabriel Solano

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