Los banqueros tienen abierto el paraguas frente a una elección que no es Ejecutiva, ni para gobernador ni para intendentes, sino sólo legislativa –el parlamento provincial y los concejos-. Los especuladores se sienten cobijados por las extravagantes tasas de interés que cobran, con los pesos asegurados en el mercado futuro del dólar. Pero esto significará una hemorragia monetaria o fiscal, según que la pague el Central con emisión o el Tesoro echando mano a las cajas de los organismos descentralizados o los fondos fiduciarios del estado. En los días previos a una elección que es sólo provincial, el Tesoro vendió divisas a razón de 100 millones de dólares diarios –sin que el Morgan pestañee por el “ancla fiscal”-. Ese ritmo llevaría al Tesoro a agotar sus posibilidades de intervención en el mercado de cambios mucho antes del 26 de octubre; tendría que hacerlo en su lugar el Banco Central rifando reservas y disminuyendo el circulante y por lo tanto el crédito. “Sotto voce”, algunos comentaristas se atreven a profetizar una derrota del gobierno por paliza, al menos en la tercera electoral. En este juego de adivinanzas asoma la variante que perturba los pronósticos: el oficialismo quiere creer que un elevado ausentismo atenuaría la magnitud de su derrota, porque la abstención perjudicaría a los opositores. Supone que quienes lo votaron en 2023 se han distanciado de los ultraderechistas jodidos y ladrones, pero que no han saltado el corral. En suma, que podría repetirse lo ocurrido en la mayor parte de las elecciones desdobladas, donde cayeron en votos pero con una concurrencia fuertemente disminuida, que perjudicó en forma severa a las listas opositoras.
Milei transitó la semana previa a la elección entre un fantasmal acto de cierre de campaña en Moreno y un viaje igualmente fantasmal a los Estados Unidos. Allí, sólo consiguió reunirse con un aventurero financiero con antecedentes penales, Michael Milken –en condición parecida a los hermanos Milei-. Pero ni Scott Bessent, el secretario de Finanzas de Trump, ni algún enviado de él, se acercaron al viajero. En cambio, en la misma semana, el departamento de Estado puso bajo la lupa al plan de facilitación de las visas argentinas. Milei no genera escenas estruendosas en la corte de la derecha internacional. El entierro político de Milei será un sonoro golpe a los fascistas de este mundo. La semana que viene Bolsonaro será condenada a unas décadas de prisión, y el francés Macron deberá optar entre un gobierno del socialismo proimperialista de su país o la disolución de la Asamblea Nacional y un corte de 45 mil millones de euros en gastos sociales por medio de decretos, en una Francia en huelga. Los obreros de Brasil, de Estados Unidos, de gran parte de Europa y de Medio Oriente y Palestina entenderán la derrota político electoral de Milei como un impulso a la lucha contra el fascismo, la guerra imperialista y por el socialismo internacional El peronismo confirmaría en las urnas la ventaja que le asignan la mayoría de las encuestas, de un promedio de cinco puntos y porcentajes dispares en la tercera y primera secciones electorales. Pero el kirchnerismo se ha convertido en una bolsa de gatos confinada a Buenos Aires –provincia y Ciudad-. No tendrá gravitación en la Legislatura bonaerense, por sus divisiones internas, mientras que la victoria tendrá escasa proyección en los resultados nacionales, algo importante porque la elección al Senado es paritaria. La campaña de la Fuerza Patria careció de un liderazgo político. El pejotakirchnerismo carece de un programa alternativo frente a la crisis del gobierno de Milei-Caputo y, por lo tanto, de quien lo encarne; Pullaro, el gobernador de Santa Fe, acaba de excluir a Kicillof de la posibilidad de ingresar al bloque Provincias Unidas, al sumarse al “kirchnerismo nunca más”, aunque esta consigna puede perder su valor de uso después de Octubre. Los votos de Fuerza Patria han sido traccionados principalmente por los intendentes dentro de las fronteras del conurbano, con los recursos del aparato y de los estados de los municipios. La elección bonaerense no ha despejado ni dirimido la crisis intestina del peronismo. Kicillof estuvo lejos de monopolizar o siquiera hegemonizar las listas de legisladores.
Las variaciones de las intenciones de votos que recogen las consultoras oscilan entre el 35 y 45 por ciento. Pero ninguna registra el peso del ausentismo, que volverá a ser importante -y según algunos, podría marcar un récord. La votación, en ese caso, acentuará la crisis del régimen político sin abrirle paso a ninguna otra alternativa, que podría ver reducido su porcentaje fuertemente según se lo mida sobre todo el padrón o sobre el porcentaje de concurrencia tradicional. Las operaciones de recambio político que ya se están organizando no pasarán de episodios menores de incierta duración, barridos por las mismas contradicciones que se encierran en la crisis en desarrollo.
Las encuestas de Federico Aurelio le asignan al FITU entre un 7 y 8 % en las dos secciones electorales más numerosas –la tercera y la primera-. Sería una sorpresa para el elenco estable de los dirigentes del FITU, que no han vacilado en presentar candidatos testimoniales, falsificando el voto popular que reivindican con inusitada frecuencia; al comienzo de la campaña anunciaron que la elección era para el FITU “una cuesta arriba”, reflejando el retroceso marcado que habían registrado en las anteriores elecciones desdobladas. Un crecimiento de los sufragios hacia la izquierda es siempre una expresión de la pérdida de peso relativa del estado capitalista, aunque esté lejos de ser la más consecuente y, en última instancia, una manifestación de contención de una radicalización, en parte de los trabajadores, en parte de la clase media ‘ilustrada’. La campaña del FITU ha sido de nuevo antisocialista. El fraseo “con los trabajadores, las mujeres y les jóvenes, nunca con el ajuste y los corruptos”, tiene el propósito de velar u oscurecer el antagonismo de clase de la sociedad. La honestidad de la propia representación y el matiz progresista de la alternativa, no deja de ser por eso contrarrevolucionario. Las visitas de ‘solidaridad’ con CFK cuando la expresidenta fue privada de sus derechos políticos fue directamente un acto de apoyo al kirchnerismo, plagado de todos modos de corrupciones y ataques a la clase obrera. Ese registro de votos que las consultoras asignan al FITU es todavía inferior al que obtuvo Luis Zamora en 2001 y marzo de 2002. Los ascensos electorales del FITU han sido hasta ahora “rotativos”: Salta y Mendoza en 2013, luego Jujuy, para desaparecer por completo en elecciones posteriores o sufrir una fuerte disminución del caudal. Esta perinola atestigua que no existe un enraizamiento consciente en las masas. Ahora se agrega algo peor: una disputa electoral discursivamente violenta en el SUTNA entre las cuatro fuerzas de este conglomerado.
En el caso de nuestro partido, Política Obrera, hemos entendido que nuestra participación electoral era fundamental en la comprensión de que la crisis política abierta sacudirá como nunca antes a todas las clases sociales y en especial a la clase obrera, incluso si la crisis de 2001/2 fue histórica por su profundidad. En la escala de los objetivos, el primer lugar fue presentar centenares de candidatos en las ocho secciones menos una; en su inmensa mayoría docentes y trabajadores de la industria. En segundo lugar, en que intervengan como cuadros políticos socialistas, o sea como propagandistas y agitadores; En tercer lugar, ganar nuevas fuerzas. En estos tres aspectos fundamentales hemos progresado manifiestamente. En la larga crisis que se proyecta de aquí en más, Política Obrera intervendrá como la única fuerza que luchará para que la clase obrera se convierta en la principal protagonista de la crisis y para que se organice en un partido capaz de reclutar a las grandes masas.
La lucha continúa.
Comisión ejecutiva de Política Obrera
06/09/2025
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