martes, 11 de octubre de 2022

“Dólar Coldplay” o shows más caros, otra improvisación cambiaria del gobierno


Una devaluación en cuotas que pagarán los consumidores.

 El gobierno instalaría un nuevo tipo de cambio denominado “dólar Coldplay”, el cual estará orientado a los eventos culturales organizados por empresas extranjeras, como los recitales de bandas oriundas del exterior. Para que estas empresas puedan acceder “en tiempo y forma” a las divisas y girarlas al exterior deberán abonar $200 cada dólar, es decir un 30% más que el valor del dólar oficial. Esto forma parte de todo un paquete improvisado de desdoblamiento cambiario que buscaría preservar las alicaídas reservas del Central mientras se garantizan los dólares necesarios para cubrir los costos de los shows, pero conforma una devaluación en cuotas que pagarán los consumidores.
 Esta medida se suma al dólar soja, al dólar tecno y hasta los importadores tienen un dólar especial, puesto que son los únicos que acceden al dólar oficial. Mientras tanto, en caso de que cualquier laburante quiera comprar algo en el exterior, viajar o comprar dólares para que el poder adquisitivo de su salario no sea pulverizado por la inflación, debe pagar un dólar mayor a $300, más una cantidad enorme de impuestos. 
 Las empresas foráneas de cultura trasladarán ese costo más caro por cada dólar al precio que pagan los consumidores por los eventos, por lo que serán los trabajadores que quieran ver a sus artistas favoritos los que paguen una entrada un 30% más cara. Además, también fomentará el reclamo de otros sectores como es el caso de la industria, las cuales vienen reclamando dólares al Banco Central para importar. 
 La presentación del nuevo “dólar Coldplay” está encarada con una fachada de “promoción de la cultura” por parte del mismo gobierno que votó la ley que establece la caducidad para los fondos de Cultura y que ahora rebota en las comisiones de Presupuesto su derogación. Esto último está atizado por las metas fiscales impuestas por el FMI, lo cual impulsó el enorme recorte presupuestario en esferas públicas fundamentales que ejecutó Massa hace unos meses atrás.
 Esta medida es un eslabón más en el espectro cada vez mayor de divisas más caras, lo que termina conformando una depreciación del peso más generalizada. Así se cercena cualquier posibilidad de que la población pueda acceder a divisas y preservar el valor de compra de su salario, mientras se premia con beneficios cambiarios a fugadores y evasores seriales, como las patronales del campo, las automotrices, las petroleras, las mineras y las empresas tecnológicas. 
 Mientras el gobierno le flexibiliza el cepo a las patronales y restringe cada vez más el acceso al dólar oficial para la población trabajadora, va configurando una devaluación cuyas consecuencias la pagarán los trabajadores porque los capitalistas están cubiertos, como sucede con la banca que tiene los bonos indexados. Los trabajadores tenemos la tarea de imponer nuestra propia agenda. Lo lograremos ganando las calles y peleando por un paro nacional y un plan de lucha. 

 Camila García

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