lunes, 25 de agosto de 2025

Javier Milei: el “homo argentum” en la cuerda floja


Las perspectivas de una gran crisis en desarrollo. 

 La prensa de este domingo está que arde. Se trata de una verdadera “corrida”, como las que se producen contra el peso, pero en este caso de los editores de los principales diarios. Del “coraje” que atribuían a Milei para ajustar los gastos sociales y hasta humanitarios para alcanzar el “equilibrio fiscal”, ahora resulta que, para Clarín, “el gobierno libertario (ha recibido) una piña al mentón”; “la realidad política ha cambiado drásticamente, de modo repentino”; “hay un gobierno que ha sentido cada golpe hasta el alma”; “el fentanilo adulterado... pone de manifiesto el aventurerismo y la desaprensión del poder político, ¡que no pueden quedar impunes!”; “la descomposición del triángulo de hierro” (por Milei, su hermana y Santiago Caputo); “la peor de las tormentas”. La Nación, por su lado, habla de “las zonas oscuras de un gobierno en shock” y hasta aventura que “si no hubiera elecciones en dos meses, el gobierno estaría en una crisis terminal”. Los fanáticos de la televisión política deben estar esperando el programa de los lunes de Carlos Pagni, para ver cómo se desdice del futuro promisorio que le ha pronosticado al gobierno liberticida. Para los lectores de Política Obrera, este desenlace político en desarrollo no constituye la menor novedad. 
 El pánico que registra la prensa alineada con los mayores grupos capitalistas se centra en las coimas que recibían y cobraban Karina Milei y “Lule” Menem. Éstos están acusados en los audios de Diego Spagnuolo, el ajustador de la ANDIS, la Agencia de la Discapacidad, introducido a la cofradía liberticida por un personaje siniestro como José Luis Espert. Spagnuolo es el mismo que hace poco cuestionó la atención que recibía un niño autista del organismo de discapacidad. El ‘escándalo’, sin embargo, no lo ha provocado la evidencia de esta corrupción, sino la sospecha, que para muchos es certeza, de que las revelaciones de la corruptela provienen de adentro del gobierno, y no solamente esto, sino del mismo Santiago Caputo, el tercero del triángulo de hierro. La motivación de quien algunos llaman “el mago del Kremlin” habría sido el desplazamiento de su camarilla en el reparto de candidaturas electorales efectuada por Karina Milei. El pasaje de facturas por estas reyertas se extiende al Congreso, donde el vehemente diputado radical con peluca, De Loredo, ha terminado votando esta semana en contra del gobierno. La corruptela en discapacidad se viene a sumar al caso $Libra, la estafa manufacturada por el propio Milei. 
 En el negociado participa el laboratorio Suizo Argentina, cuyo mandamás fue agarrado con 250 mil dólares en el bolsillo. De la discapacidad se pasa, entonces, al sistema privado de salud, cuando el ministro Lugones en esa cartera tiene ‘in pectore’ un plan de liquidación de los servicios de salud sindicales, públicos o cooperativos. Lugones es considerado parte del terrible asunto del fentanilo contraminado, ya que la violación de los controles ha tenido lugar bajo su gestión. El número de muertos por el fentanilo es muy elevado en relación a aquellos que han muerto por co-morbilidades. El tema involucra a otro laboratorio, HBL, lo que introduce en la crisis al mismísimo Donald Trump, que reclama el pleno acceso de los laboratorios norteamericanos a los mercados de medicamentos, no solamente en Argentina sino en todo el mundo. No pasará mucho tiempo para que la crisis de la salud en el país se convierta en una disputa internacional. 
 La prensa de este domingo asigna un lugar decisivo, en toda esta crisis, a la crisis cambiaria, bancaria e industrial que sacude el ajuste motosierra desde principios de año. Diez puntos por esta advertencia, lo cual no la exculpa a ella ni a los infinitos boletines de las consultoras (ni al gurú de Milei, el decano de los economistas, Juan Carlos de Pablo) por haberla caracterizado hasta ahora como un tema de ‘arbitrajes’ y ‘desequilibrios de coyuntura’. Es decir que el régimen se tambalea en sus cimientos, no solamente en “la cumbre”. La política de “secar de dinero a la plaza” ha provocado un derrumbe industrial, que no es sin embargo fortuito, porque respondió al propósito de detener una corrida al dólar y una megadevaluación. Para Marcos Buscaglia, de La Nación, otro admirador de la motosierra, “la cadena de pagos se está cortando y las tasas de morosidad en créditos y cheques están subiendo fuertemente”; “de continuar mucho más destruiría el sistema productivo argentino”. Catastrófico, simplemente. 
 Este cuadro de conjunto explica muchas ‘movidas’ políticas, como el intento de organizar alternativas; por ejemplo, Provincias Unidas, un bloque de cinco gobernadores, o Somos Buenos Aires. Lo mismo vale para la cadena de votaciones desfavorables que ha tenido Milei en el Senado, aunque se convalidó el veto financiero más importante, el que afecta a los jubilados. En el límite de la crisis, el gobierno obtuvo del Congreso la continuidad del ajuste a los jubilados en sus propios términos. El comité editorial de La Nación no se olvidó de fijar opinión, según su costumbre: “Toma de rehenes, escribió, en alusión al Senado, para quebrar el déficit cero”. Gaza, en Argentina. 
 Que la crisis sería “terminal” de no ser por las elecciones significa que, para la prensa, Milei todavía tiene una salida. Frente a una situación similar, las elecciones de 2001 fueron, para De la Rua, el último clavo del cajón – aunque precariamente, el peronismo y el radicalismo (Duhalde y Alfonsín) habían tejido una alternativa, y Techint les había preparado un esquema para salir de la convertibilidad. Pero la preparación de un recambio está en marcha. Esa es la importancia del proyecto de ley que deroga el alcance irrestricto de los decretos de necesidad y urgencia, impuesto por el kirchnerismo en 2006. Laura Serra, de La Nación, lo califica de “dictamen letal”, sin advertir que es un salvavidas para Milei, si es que está dispuesto a un compromiso. En tal caso, el plebiscito que quiere obtener Milei para la continuidad de su política, en las elecciones de octubre, ha salido de la agenda. Sólo quedaría un gobierno de transición inestable y un giro de la política económica hacia los sectores industriales. La misma ‘oposición’ que hizo de oficialista todo este tiempo, necesita, precisamente, tiempo. Es lo que le gustaría tener a Kicillof para sustituir al “riesgo país” que, según el editorial La Nación, representaría el kirchnerismo, e iniciar negociaciones con Provincias Unidas. Una politóloga, en Clarín de este domingo especial, ofrece esa variante: “una transversalidad”, dice, entre peronismo y no peronismo, o “un interregno”, como llama a la finalización del mandato de Milei. La burguesía prefiere seguir aprovechando las ilusiones democráticas de la mayoría de las masas, ofreciendo alternativas y pseudoalternativas, a la pseudopolarización que quieren imponer la camarilla de Milei y, por supuesto, Donald Trump. El conjunto del sistema político supuestamente opositor ha evitado, con enorme cuidado, cruzar el río Jordán, como sería salir a la calle para protestar contra la masacre en Gaza, ni qué decir romper con el estado sionista. El más jugado en esta cobardía moral ha sido el peronismo. 
 Con esta crisis, el debate electoral que se presenta por delante es la crisis política y la salida a la crisis política. Exactamente lo que todos los partidos han buscado evitar, como lo demuestra la singular coincidencia de que ninguno de ellos, de derecha a izquierda, ha presentado su programa. La selección de los candidatos no ha seguido una línea de principios. Significa que la crisis los sorprende y los golpea, sin ninguna preparación para una lucha de poder. El deber de los socialistas es siempre, pero ahora más que nunca, llamar la atención de la clase obrera hacia la crisis del régimen y del poder político, y señalar que toda lucha consecuente por reivindicaciones insoslayables plantea una cuestión de poder. Es lo que ha ocurrido, exactamente, con la lucha del Garrahan, jubilados y discapacitados, que a pesar su carácter parcial, suscitó una cuestión de poder por el impacto que produjo en la población y en el mismo sistema político. Política Obrera ha procedido de otro modo – ha presentado su programa, señalado el antagonismo irreconciliable entre las reivindicaciones populares y el poder político de la motosierra, y convoca a la auto-organización con vistas a una huelga general. El planteo contrasta fuertemente con el de cierta ‘izquierda’ que reclamó una atención para lo contrario: que sí es posible y, por lo tanto, conveniente, obtener las reivindicaciones sin la necesidad de conmover y golpear al régimen político. “¡Sí, se puede!” se convierte, en esta variante, en una consigna tramposa, en un posibilismo que hace abstracción de la lucha política. La tesis del “gobierno fuerte” y “las masas atemorizadas”, con la que se ha buscado paralizar las luchas, está objetivamente muerta; es necesario hacerla consciente. El rol de Política Obrera en este escenario político adquiere toda su importancia, porque el partido independiente de la clase obrera se construirá solamente sobre la base de un programa de poder. 
 Las columnas de prensa de este domingo advierten que LLA perderá las elecciones en la provincia de Buenos Aires por cuatro o cinco puntos, y en la tercera sección por cerca de veinte puntos, pero sin hacer mención al porcentaje de ausentismo. Este resultado podría ser un adelanto de una derrota en Octubre de la coalición liberticida, cuya raquítica bancada se viene desgajando dentro y fuera del Congreso, luego de haber pulverizado al Pro y a la UCR en un abanico de facciones. Podría producir también, sin embargo, una contrarreacción derechista a partir de diversos distritos de importancia como Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Caba, aunque sería imprudente descartar una reversión de la tendencia en ellos, que han votado masivamente a JxC y luego a LLA en las últimas elecciones. El gobierno hará una campaña furiosa para revertir los resultados bonaerenses, aunque, si se confirma lo ya parece una información oficial, la banda liberticida será ganada por el derrotismo en las semanas que faltan para el 7 de septiembre (día del metalúrgico). Es probable que en este marco se desarrolle un fuerte interés de la clase obrera. Como hemos señalado en otra parte, no podemos establecer el plazo en que los trabajadores volverán a ocupar el centro político, pero estamos seguros de que cuando ocurra se desarrollará a una velocidad sin precedentes.
 Con esta caracterización, con esta perspectiva y con este método, no solamente llamamos a votar a Política Obrera el próximo 7, sino por sobre todo a integrar nuestras filas y a colocar al socialismo revolucionario en el plano histórico que ha conquistado a través de décadas de victorias y derrotas. 

 Jorge Altamira 
 24/08/2025

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