Pero el GPS de la deuda marca rojo no sólo en la deuda en pesos sino en la de dólares. Mañana, 1 de Agosto, “Argentina, informa Clarín, deberá pagar 800 millones de dólares por comisiones e intereses” de la deuda con el FMI, y otros 800 millones a partir del 1 de Septiembre. El Tesoro deberá comprar las divisas al Banco Central, que tiene reservas negativas. Desde 2018, el FMI ha cobrado intereses por 13 mil millones de dólares, lo cual representa un promedio del 25% en dólares sobre la totalidad del préstamo. Si se agrega el pago de capital e intereses, en los próximos cuatro años, el total se iría a 26 mil millones de dólares. Desde 2018, asimismo, se han pagado intereses y comisiones a otros organismos internacionales por 10.400 millones de dólares. Dos economistas -Carlos Rodríguez y Walter Graziano- que primero se convirtieron en libertarios y ahora en sus renegados, han observado, muy oportunamente, en Clarín, que la deuda con esos organismos no fue aplicada a los objetivos asignados, sino desviados al pago de intereses a otros acreedores, e incluso a financiar fuga de capitales –siempre con la excusa del “equilibrio fiscal’ o “el macroeconómico”. En definitiva, una sangría financiera sin precedentes, que se apresta a explotar por todas sus costuras. El Banco Central, luego de la ‘purificación de pecados’ a que lo sometió Caputo, ha vuelto a la esfera de la prostitución de la que nunca ha salido. Ha comprometido varios billones de pesos para asegurar el tipo de cambio futuro, mientras el actual o ‘spot’ salta la tranquera, asumiendo en los próximos meses una pérdida extraordinaria de dinero cuando esos compromisos lleguen al vencimiento. Dada toda esta madeja de maniobras, es imposible conocer cuál es el monto real de la deuda pública bajo todas sus facetas. Por ejemplo, el monto de capital e intereses por los préstamos “repo” firmado con bancos internacionales (incluido uno de China), con la garantía del oro y de bonos de deuda, para pagar vencimientos de deuda en dólares. El juicio por YPF -que se disputa en Nueva York- implicará endeudamientos mayúsculos, incluso con independencia de la sentencia final. Si el jinete pierde las riendas del matungo tendremos una hiperinflación “libertaria” –el reverso de una política deflacionaria de un año. El mercado es un factor, sino de arbitrajes fugaces y de desequilibrios estratégicos. Las deudas bancarias de las familias, simplemente para sobrevivir, han provocado un gran salto en la cartera de “incobrables” de los bancos.
¡
Nada más sólido que todo esto para una campaña electoral!
Más allá del arribismo irrefrenable de las huestes de los partidos patronales, lo que explica la pulverización del peronismo y el fraccionamiento de los libertarios, es el derrumbe financiero que acabamos de describir –una deuda de más de 600 mil millones de dólares, cuando se juntan las de provincias, municipios, la pública y privada, la registrada y la que no, la indisputable y la judicial. Seis gobernadores acaban de anunciar que harían rancho aparte de los dos polos, aunque sólo estén elevando su precio. Argentina sólo necesita un liderazgo socialista y revolucionaria para cargarse a toda esta podredumbre y abrir un rumbo histórico nuevo junto a la clase obrera y a los trabajadores de todos los países.
Jorge Altamira
31/07/2025
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