La concentración será solo de aparatos. Fue acordada por el FSU luego de la maltrecha semana de lucha (la semana pasada) en la que algunas federaciones pararon lunes y martes, otras el viernes y algunas directamente no pararon ningún día. El horario y fecha de la concentración no obedece a ninguna estrategia para sumarse a la lucha que los jubilados dan frente al Congreso todos los miércoles, ni fue puesta para confluir con la jornada de lucha de los organismos científicos, sino que era la fecha en la que podían recibirlos en la Comisión de Enseñanza y la vicepresidenta de dicha comisión.
Este pequeño pantallazo ilustra el estado calamitoso en el que se encuentra el FSU, luego de seis meses de frenar toda acción de lucha conjunta de las Universidades Nacionales. En el acto, se supone que se anunciará la fecha de una marcha federal universitaria para fines de junio, pero aún están buscando el aval de los rectores.
Las camarillas universitarias, en su gran mayoría, están más preocupadas por cumplir su parte del acuerdo con el gobierno Milei, que es hacer avanzar el sistema de créditos universitarios. La FUA por su parte, se encuentra totalmente paralizada.
Por abajo, sin embargo, la cosa es distinta. El paro de CONADU Histórica tuvo fuerte acatamiento, incluso traccionó a parar a sindicatos de la otra CONADU. El paro de FATUN fue consecuencia de la presión de las bases ante un salario que se ha derrumbado. El acatamiento también fue altísimo, pese a que la burocracia había declarado, una semana antes, que no había clima de paro.
El Frente Sindical intenta volver a patear todo para fines de junio, en la espera del aval de los rectores a una presión para negociar un rescate. Pero el gobierno de Milei no afloja y ahora ha vuelto a fijar 1.3% por decreto para mayo, en paralelo al ataque al derecho de huelga y a la paritaria. La burocracia no quiere ganar y ni siquiera quiere posar. Solo teme ser desbordada si reemerge la marea universitaria del 2024. Por eso prefiere no hacer olas y rezar para que en las elecciones Milei sufra un traspiés. Una política que lleva a la derrota a docentes, no docentes y estudiantes y al avance de la privatización, que es a donde apunta el gobierno.
Hay que poner en pie la lucha de nuevo por medio de autoconvocatorias y coordinaciones.
Diego Toscano
27/05/2025
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