miércoles, 21 de mayo de 2025

América latina en disputa por la guerra comercial


Reunión China-CELAC, base yanqui en Brasil y el acuerdo Trump-Xi Jinping

 Este martes se realizó la IV Reunión Ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), y China logró afianzar los puentes con la región, la cual se disputa con los Estados Unidos. Colombia se incorporó formalmente a la Ruta de la Seda a pesar de ser socio global de la OTAN y de los fuertes lazos comerciales que la unen con Estados Unidos. 
 Argentina fue el único de los 33 países que no firmó el documento final. El enviado de Milei se retiró antes para evitar suscribirlo. Todos los otros gobiernos derechistas de la región, -incluso los enviados de El Salvador y Paraguay- rubricaron el documento final de 28 puntos que promueve el multilateralismo, impulsa la integración regional y cuestiona el injerencismo estadounidense. 
 Entre los diversos acuerdos firmados, Xi Jinping ofreció nuevas líneas de crédito de alrededor de 10.000 millones para inversiones y una exención de visado para cinco países: Brasil, Colombia, Chile, Perú y Argentina. 
 Curiosamente, al mismo tiempo se realizaba en Miami la 10ª Conferencia de Seguridad Hemisférica que, además de tratar sobre narcotráfico y migración, alertó sobre la amenaza china en el continente. 

 El avance sobre la región 

En estos últimos años, China se convirtió en el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe, y el primer socio comercial de Brasil y Chile. En 2024, el volumen comercial entre China y ALC superó los 500.000 millones de dólares, lo que es una suma 40 veces mayor que en el 2000. China ejecutó más de 200 proyectos de infraestructura en la región, que implicaron casi 1.000.000 de puestos de trabajo. En 2015 hubo un préstamo de 22.500 millones de dólares, gestionados desde el Banco de Desarrollo de China, para la construcción de obras de infraestructuras. También puso 100.000 millones de dólares para la transmisión de energía de Belo Monte de Brasil, el eólico Helios de Argentina, el Puerto de Chancay de Perú, la Línea 1 del Metro de Bogotá, Colombia, y la primera autopista moderna de Jamaica. Además, concedió 17.000 becas gubernamentales y 13.000 plazas para programas de capacitación para la región. 
 Lula da Silva se hizo presente, junto con Boric y Petro. Los demás paises, incluso los proTrump, enviaron representantes. Para Brasil se acordó una inversión de 4.700 millones de dólares incluyendo 1.000 millones de dólares en combustibles renovables para aviación a través del Grupo Envision. Además, se creará un Centro de Investigación y Desarrollo (I+D) en el área de energías renovables, mediante la asociación entre las empresas Windey Technology, por la parte china, y la brasileña SENAI CIMATEC. Este cuadro prevé un aumento en las exportaciones de productos agrícolas y minerales hacia China. Así se profundiza la relación que ubica a Brasil como productor de materias primas y energía y China como metrópoli industrial. Además, Lula participó en cuatro audiencias con ejecutivos de empresas chinas del sector de energía sustentable y también de defensa. 

 Base yanqui en Brasil 

Esto último es relevante porque se da al mismo tiempo que Estados Unidos manifiesta sus intenciones de asentar una base militar en la paradisíaca isla de Fernando de Noronha, en Brasil. La noticia se conoció la última semana en un portal de noticias de Defensa que describió la idea como una iniciativa de «uso irrestricto» basada en un presunto «derecho histórico de retorno operativo» por las inversiones que hizo durante la Segunda Guerra Mundial en el aeropuerto que hoy aspira a recuperar. La zona fue utilizada por Estados Unidos durante la contienda bélica pero después fue restituida a Brasil. Así Trump pretende utilizar el mismo argumento que está aplicando con Panamá para recuperar el control del canal con el desembarco del ejército. 
 La propuesta, según el sitio Defesa Net, involucra también al estratégico aeropuerto de Natal, la capital del estado de Río Grande del Norte. (Estrategia 13/05). La isla en cuestión tiene una importancia estratégica en el control del Atlántico entre Brasil y África.En términos de vigilancia oceánica pueden ubicarse «radares de superficie marítima y equipos ELINT/SIGINT, destinados al monitoreo de rutas navales y aéreas», según dice el sitio que publicó la iniciativa estadounidense. Además tiene capacidad para que operen desde ahí aeronaves de vigilancia marítima y UAVs, Vehículos Aéreos no Tripulados de media altitud y gran autonomía como como el MQ-9 Reaper o el SeaGuardian (Idem). De está manera se perfila un intento de avance de Trump hacia el Sur una vez que se aseguró Panamá y El Salvador en Centroamérica, más allá de la base que siente asegurada en Tierra del Fuego de la mano de su amigo Milei.

 Decadencia yanqui

 Estados Unidos en los últimos años hizo varios intentos por recuperar su injerencia en Latinoamérica, todos fallidos. La “Iniciativa América Crece” en diciembre de 2019, el nuevo “Marco Estratégico para América Latina y el Caribe” en 2020, la Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas impulsada por Biden en 2022. Ninguno logró los objetivos de comprometer a los países de Latinoamérica en cerrarse a China. La clave está dada porque no tiene nada que ofrecer a cambio. La deuda externa norteamericana que representa el 120% de su PBI le impide brindar las inversiones y los créditos que ofrecen los chinos. Además perdieron importancia como socios comerciales. 
 Por eso ya 150 países del mundo suscribieron el acuerdo de la Ruta de la Seda. De los veinte que hay en la región, hasta ahora Trump solo logró que Panamá rompiera el acuerdo; ruptura que forma parte de un paquete imperialista que está desencadenando huelgas generales y una movilización permanente desde hace casi un mes en el país centroamericano. Y a pesar de esta injerencia, Trump no pudo evitar que el enviado de Panamá suscribiera el documento de este IV encuentro China-CELAC que se pronuncia contra, justamente, la injerencia norteamericana. Todo esto ocurre en medio de la guerra comercial, tras la imposición de aranceles recíprocos entre ambas potencias, los cuales también contribuyen a alejar a los países de Estados Unidos. 

 Acuerdo Trump-XI 

La Casa Blanca suspendió las medidas comerciales más duras contra China por 90 días, dejando aranceles del 30%, mientras que los aranceles chinos para los productos estadounidenses quedaron en un 10%. Trump también anunció que de no renovar el acuerdo no habría aranceles desmedidos. Este recule de Trump -que fue festejado en las bolsas de todo el mundo- es consecuencia del desmadre económico que hubiera ocasionado una continuación de la medida. La interrupción de la cadenas de suministros y la escasez de productos de todo tipo -que hubieran hecho recordar al que se producía en las economías planificadas, bloqueadas por el imperialismo- hubieran sido penas insoportables para la sociedad yanqui adicta al consumo. 
 La obsecuencia postrera de Milei le va a costar caro a parte de la burguesía argentina. El desaire a los chinos no solo motivó que no hubiera ninguna declaración por la soberanía argentina de Malvinas, como en encuentros anteriores, sino que China suscribió acuerdos comerciales con Chile para comprar productos que antes obtenía de Argentina. Sin contar los proyectos de infraestructura que fueron abortados. Con estas muestras de sometimiento, Milei está pagando el préstamo con el FMI que solo le sirve para pagar vencimientos de deuda. Mientras, las bravuconadas de Trump en sus diversos ámbitos -aranceles, migración, narcotráfico- intentan ocultar un declive imperial imparable. En sus manotazos de ahogado, pretende hundirnos con él a los trabajadores, metiéndonos en una guerra mundial, mientras China busca establecer nuevas relaciones de sometimiento. 

 Aldana González 
 20/05/2025

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