sábado, 7 de junio de 2025

Trump aumenta al 50 % los aranceles al aluminio y al acero


Trump aumentó de 25 % a 50 % los aranceles sobre el acero y el aluminio que importan los Estados Unidos. 
 La suba afecta en primer lugar a Canadá, que es por lejos el principal proveedor de aluminio de Estados Unidos, pero también se ven perjudicados México, Brasil, Corea del Sur y Argentina, que es proveedora de ambos productos. El único país que queda fuera de la medida es el Reino Unido. Trump lo eximió luego de que se firmara un acuerdo de “concesiones recíprocas”, que compromete a Gran Bretaña a desmantelar las cadenas de producción con China e incluso con la Unión Europea, aunque en este caso sujeto a los acuerdos “recíprocos” que firmen estos estados antes del 9 de julio, cuando vence la tregua arancelaria, del orden del 25 %, establecida el 3 de abril pasado. La ‘tregua’ fue impuesta por el derrumbe del mercado de deuda pública de Estados Unidos apenas se conocieron los elevados aranceles que Trump acaba de establecer. El anuncio de ayer rompe, en forma parcial, la tregua convenida. 
 Las negociaciones con Argentina se encuentran protegidas por un acuerdo de confidencialidad. La Casa Blanca envió una carta, como a otros países, instando a Milei-Caputo a ofrecer “reciprocidades” para alcanzar un acuerdo. Estas van desde una base militar en el Sur, la libre remesa de utilidades para empresas norteamericanas, un freno a inversiones de China (Atucha III), hasta el veto judicial definitivo para que CFK pueda presentarse a elecciones. El concepto de “reciprocidad”, establecido por EEUU en las negociaciones comerciales en la década del 30 del siglo pasado se ha convertido en una exigencia de cambio del régimen económico del resto del mundo. 

 Argentina 

En 2024 la Argentina exportó a Estados Unidos unos 630 millones de dólares entre ambos productos, pero con una participación mucho más importante del aluminio (530 millones) que del acero. Las empresas impactadas fueron Aluar, única productora de aluminio de la Argentina, y Tenaris, del grupo Techint. 
 En el caso del aluminio, Aluar colocaba en Estados Unidos unas 180.000 toneladas por año, el 40 % de su negocio, pero que equivale a menos del 4 % de las importaciones de Estados Unidos, y, desde marzo, por el aumento de los aranceles al 25 %, debió postergar entregas. 
 Según el Aluminum Import Monitoring (AIM), el sistema de monitoreo de importaciones que aplica Estados Unidos, las colocaciones mensuales argentinas de Aluar se desplomaron, de casi 19.000 toneladas en marzo a apenas 370 toneladas en abril y 3.700 toneladas en mayo, cerca de 0,1 y 1 % respectivamente de las licencias concedidas por Washington en los dos últimos meses (Infobae, 30/05). 
 Por lo tanto, la sobrecarga del 50 % anunciado ya no haría mella en la degradada exportación de Aluar. La expectativa es que esa sobresuba tenga el propósito político de acelerar la rendición de los países afectados. Como, entretanto, Trump ha aceptado que la japonesa Nippon Steel se quede con la estadounidense US Steel, la barrera arancelaria al acero puede convertirse en inconmovible. Para Tenaris sólo quedaría la alternativa de reducir a Siderar al abastecimiento interno y poner sus fichas en sus plantas norteamericanas. El nacionalismo siderúrgico se impone sobre el nacionalismo territorial. Dada la inmensa demanda de acero que exigiría un plan de industrialización del agro y de la manufactura en Argentina, lo adecuado sería nacionalizar la industria del acero para ponerla al servicio de un plan económico de largo plazo. Sin ataques profundos al monopolio capitalista, Argentina no puede diseñar un futuro. 

 Unión Europea 

La UE está tratando de acelerar las negociaciones con Estados Unidos antes de la fecha límite del 9 de julio. Trump pretende que la UE reduzca su superávit comercial en bienes y que rebaje las barreras arancelarias y no arancelarias. Califica al IVA, el impuesto sobre el valor agregado, como una barrera no arancelaria contra las exportaciones estadounidenses.
 La UE, por su lado, ha aprobado establecer aranceles por valor de 21.000 millones de euros (24.000 millones de dólares) sobre productos de Estados Unidos en respuesta a los gravámenes sobre los metales impuestos por Trump. Afectan a estados estadounidenses políticamente sensibles que producen soja, como Luisiana, y otros productos agrícolas, aves de corral y motocicletas. 
 El bloque europeo está preparando una lista adicional de aranceles sobre productos estadounidenses por valor de 95.000 millones de euros. Estas medidas, que son una respuesta a los gravámenes “recíprocos” de Trump y a los aranceles sobre los automóviles, se centrarían en productos industriales como los aviones de Boeing Co. y los autos fabricados en Estados Unidos. 

 La venta de US Steel 

Trump, que durante la campaña había declarado que seguiría a Biden en el rechazo a la adquisición de la US Steel por capitales extranjeros, empresa emblemática de la siderurgia de Estados Unidos, y por eso mismo obsoleta tecnológicamente, habilitó su compra por parte de Nippon Steel. El argumento de la “seguridad nacional” fue dejado de lado. La Nippon Steel pretende invertir 14.000 millones en dólares para aumentar la producción de acero en Pensilvania y modernizar plantas y construir nuevas instalaciones en Indiana, Minnesota, Alabama y Arkansas. Esto va en línea con el Acta de Reducción de Impuestos de Biden, para que las compañías extranjeras se instalen en Estados Unidos, pero que, al igual que Trump, exceptuaba a la siderúrgica japonesa. Japón, sin embargo, es el mayor tenedor de la deuda pública estadounidense y pilar por lo tanto del dólar. La inversión de la Nippon tiene, con todo, un costo adicional, porque quedarán excluidas del mercado norteamericano sus fortísimas sucursales en Brasil y Canadá –o sea que deberá producir una desinversión periférica-. De otro lado, China, un mercado importante para Japón, aunque estancado, ha acordado reanudar las importaciones niponas de pescado suspendidas desde 2023.

 Consecuencias 

En 2018, cuando Trump, en su primer mandato, impuso aranceles al acero, la producción estadounidense creció levemente, pero los costos del insumo para automóviles, herramientas y maquinaria aumentaron, y la producción de esas industrias se redujo en más de 3.000 millones de dólares en 2021, según determinó la Comisión de Comercio Internacional. 
 Los productos en góndola que ya han sufrido aumentos del 40 %. Ahora alertaron que los aranceles en el aluminio van a incrementar notablemente el valor de los enlatados.
 Elon Musk, designado por Trump para aplicar la motosierra a la salud y a los gastos sociales y culturales, ha estallado con furia extrema, porque el ajuste ha sido aplicado a los subsidios que recibe Tesla para sus autos eléctricos y al corte de los contratos de Starlink con el Estado. Se trata de decenas de miles de millones de dólares. Es la descomunal sanción que recibe de “su gran amigo” Donald Trump, por oponerse a la guerra arancelaria que hemos descripto, que son perjudiciales para su principal mercado, que no es otro que la República Popular China. 
 Los costos de capital de la reestructuración de la economía mundial son inmensos. Ya ha quedado demostrado que la guerra arancelaria es un detonante del derrumbe de los mercados financieros. 

 Aldana González
 06/06/2025

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