La cuestión de las condiciones de detención de Cristina Kirchner ha vuelto a levantar temperatura en las últimas horas. Los fiscales de la causa Vialidad, Diego Luciani y Sergio Mola, denunciaron como “improcedente” una visita de la intendenta quilmeña Mayra Mendoza a la expresidenta y apelaron el permiso otorgado por el juez Jorge Gorini para que la expresidenta se asome al balcón. El Tribunal Oral (tres jueces) ha determinado que, con excepción de algunos familiares, abogados o médicos personales, las visitas deberán contar con un permiso judicial. Es una exigencia que supera las condiciones generales de la prisión domiciliaria -los genocidas de la dictadura gozan de visitas irrestrictas e incluso de salidas-. Es una medida de incomunicación política, a despecho de una larga tradición histórica de agitación y propaganda política ejercidas desde la cárcel. Este ensañamiento fue precedido por la colocación de la tobillera electrónica a la detenida. Hay una presencia permanente de fuerzas federales en las inmediaciones del edificio de la calle San José.
En la picota
Sobre la expresidenta penden varias causas judiciales; algunas en conexión directa con la de Vialidad. Es el caso de la causa Hotesur-Los Sauces, donde se pretende probar ‘retornos’ pagados por Lázaro Báez, el designado como “testaferro” de la familia Kirchner para las obras viales, a través de la contratación de servicios de los hoteles de Calafate. La otra causa, “Cuadernos”, apunta a una red de “retornos” por obras públicas realizadas por la gran “patria contratista” de la burguesía. Aquí, Cristina Kirchner se encuentra imputada como presunta jefa de una asociación ilícita. El sobreseimiento o la conversión de varios de los empresarios imputados a la condición de “colaboradores de la causa” “arrepentidos” -como Ángelo Calcaterra, el primo ‘del alma’ de Mauricio Macri-, anticipa hacia dónde se dirigirá el dedo acusador.
Con menos prensa, pero muy superiores implicancias políticas, se encuentra la causa que se le sigue a Cristina por la firma del “Memorándum con Irán”. Es el acta que suscribió el gobierno de CFK en 2013 con aquel país para interrogar, en Teherán, a personeros del régimen iraní presuntamente involucrados en el atentado a la AMIA. El memorándum fue aprobado por el Congreso argentino, pero nunca lo refrendó el parlamento iraní. La acusación fundamental reposa en que el Memorándum implicaría el cese de las órdenes de detención –“alertas rojas”- de Interpol contra los iraníes acusados. Pero Interpol lo desmintió y señaló que tales “alertas” nunca fueron suspendidas. La acusación de “traición a la patria” contra Cristina, que Milei refrendó en el reportaje que brindó anoche a LN, viene cruzada con la causa de la muerte del fiscal Nisman.
Milei ha reflotado la cuestión del memorándum en medio del agravamiento de la guerra internacional y de la escalada de Netanyahu contra Irán, con la complicidad de Trump y de la “democrática” Unión Europea. En el reportaje, el presidente argentino presentó al criminal de guerra Netanyahu como un “hidalgo”, en abierta apología del genocidio. Días antes, y a través de un comunicado oficial, el gobierno argentino respaldaba las incursiones militares de Israel contra Irán y denunciaba que uno de los oficiales iraníes mencionados en la causa AMIA acababa de ser ascendido al alto mando de la Guardia Revolucionaria iraní. El gobierno liberticida ha metido a fondo la cuestión de la guerra internacional en la crisis política interna, desmintiendo a todos aquellos para quienes la guerra es un asunto ‘exterior’, sin conexión con la guerra social y política que se libra contra las masas en Argentina. Asociando al kirchnerismo con el “eje internacional del mal”, Milei apunta a librar una lucha política abierta para crear un polo fascista en la clase media, que no tiene hoy.
Prisión perpetua
La seguidilla de causas, y en particular la que se relaciona con el Memorándum, puede terminar en una sumatoria de condenas que equivalga a una prisión a perpetuidad. Ese horizonte está presente en la camarilla de fiscales y jueces que le dictó la condena y que hoy administra su detención. El régimen legal vigente sobre condiciones carcelarias -desde la selección de las visitas hasta las eventuales salidas- las relaciona con el tipo de condena recibida. En ese sentido, la tobillera y las restricciones descuentan un agravamiento de las penas por venir. Con el desarrollo de la guerra internacional, una condena a Cristina por el Memorándum nunca ejecutado con Irán sería funcional a la guerra de Netanyahu y Trump, después de tres décadas de encubrimiento del Estado argentino tanto al atentado a la AMIA como al perpetrado contra la embajada de Israel. En este último caso, la intervención y responsabilidad de la Corte ha terminado archivada.
La anunciada visita de Lula a CFK probablemente tenga que ver con este cuadro político –una extensión de la pena hasta equivaler para Cristina a una perpetua-; el brasileño, por su parte, pelea por una condena contra Bolsonaro por tentativa de golpe de estado. Pero Trump quiere la cabeza del juez Alexandre de Morais, que dirige la causa contra el golpista brasileño.
La expresidenta no pronunció una sola palabra de condena del genocidio palestino ni de la guerra contra Irán, probablemente por los temores a un agravamiento de su situación judicial, pero ello no excusa el silencio del conjunto del kirchnerismo y del peronismo; “la tercera posición” ni se hizo ver. La cuestión judicial, en uno y otro país, así como en varias otras regiones, desde Estados Unidos a Tierra del Fuego, son una expresión de una crisis de conjunto que amenaza con explotar. Las violaciones judiciales y constitucionales en el país de Trump tienen un carácter masivo.
A la luz de este cuadro, es muy claro que las tobilleras, los permisos y las condiciones carcelarias no son una anécdota. Los límites del kirchnerismo y de su jefa para abordar esta crisis general son insuperables; en su discurso del miércoles, solo atinó a crear la expectativa de un estallido de la política económica, con la esperanza de que “ya me van a venir a buscar”.
Marcelo Ramal
20/06/2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario