viernes, 24 de enero de 2025

Milei expone en Davos un programa clerical, militarista y fascista


En su discurso en Davos, Milei arrancó recordando su primera visita al “Forum Económico Mundial” hace un año atrás, para acoger enseguida la totalidad de la agenda de Trump: la hostilidad hacia la cuestión del cambio climático; hacia las reivindicaciones de mujeres y disidencias sexuales y, desde luego, contra el “cáncer del socialismo”. 
 De su primer año de gestión sólo reivindicó “la reducción de la inflación y la eliminación del déficit fiscal”. Es que a las mentiras hay que decirlas rápido y cambiar de tema, porque la inflación argentina sólo se “redujo” después que los liberticidas promovieron una “hiper” entre diciembre 2023 y febrero 2024. El propósito central de este “cambio de precios relativos” fue, por un lado, proceder a una confiscación histórica de salarios y jubilaciones; y, por el otro, elevar sustancialmente el valor en dólares de los precios, tarifas, beneficios y títulos de la deuda pública. Si el “enemigo del Estado” se hubiera detenido unos minutos en su propia gestión, debió decir que esa operación económica contra los trabajadores se ejecutó apelando al más furioso intervencionismo estatal –tarifazos, decretos, vetos presidenciales. 

 Desatinos 

Milei “se fue” enseguida de la situación nacional para incurrir en varios desatinos. Dijo que a partir de la revolución industrial se “dio rienda suelta a la capacidad creativa del hombre para dar inicio a un proceso de generación de riqueza nunca antes visto”. Lo que ocurrió fue más bien lo contrario, es decir, la subordinación de la creatividad humana al capital -el obrero moderno como “apéndice de la máquina”- para una acumulación de riqueza “nunca vista” por parte del capital. La “generación de riqueza” no “sacó de la pobreza al 90% de la población mundial”, como afirmó Milei; cambió sí la forma de la miseria social, exacerbando un “polo de riqueza y otro de miseria”. Pero enseguida, Milei se ensombreció para decir que “en algún momento del siglo XX perdimos el rumbo”, y comenzó “la utilización del poder coercitivo del Estado para distribuir la riqueza creada por el capitalismo”. En realidad, el Estado fue forzado a reconocer los derechos de los trabajadores, por el pánico que le causó la revolución social –el Octubre ruso y las revoluciones de posguerra. Ahora, todo el peso del “poder estatal coercitivo” está concentrado en la guerra imperialista internacional. En esa línea, el gobierno liberticida ha colocado a su propio aparato estatal de “seguridad” e inteligencia en manos de elementos más o menos declarados del Departamento de Estado y del Mossad. 

 Ambiente y género

 Milei le dedicó una parte desmesurada de su discurso a repudiar a la llamada agenda “woke” –la cuestión ambiental, la inmigración y las políticas de género. Fue un intento grosero de reivindicar para él mismo la primacía de la agenda que acaba de exponer Trump, aunque sólo ahora se declara dispuesto a aplicarla. En el caso de la inmigración, Gustavo Sáenz, el gobernador de Salta, ha tomado la posta para crear un Estado policial en la provincia. Milei también la emprendió contra el “ambientalismo fanático”, para defender su agenda minera y petrolera, que se verá afectada por la competencia y la reducción de precios que propone el norteamericano. Los proyectos de gas natural licuado (GNL), anunciados por Trump, empujan a un escenario de sobreproducción y bajos precios que manda a la ´banquina´ a Vaca Muerta y a los proyectos gasíferos de Argentina. 
 Finalmente, el argentino embistió contra las leyes que penan la violencia a la mujer, en este caso, en nombre de la “igualdad (de hombres y mujeres) ante la ley”. La desigualdad social, sin embargo, está por encima de la ficción jurídica, como lo demuestra el intento de condenar por homicidio a Yolanda Vargas. El ataque político contra la mujer es un ataque contra toda la colectividad de obreros y obreras, trabajadores y trabajadoras, en una palabra, contra la clase proletaria explotada por el capital. Milei le teme como a la peste a la movilización de masas de la mujer. Milei, el libertario, esgrime una agenda clerical, el sometimiento bíblico de la mujer hacia el hombre, y contra la libertad sexual en general. La gran burguesía que reivindica para sí la diversidad sexual deberá hacer mutis por el foro para no comprometer el “superávit fiscal”. El Wall Street Journal deberá mandar al olvido su famoso editorial a favor del matrimonio igualitario. Milei ha dado un paso atrevido para su gobernabilidad, como lo veremos cuando se reanuden las clases y celebremos el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. 

 Otra vez, pasado y presente 

Milei y Trump, sin embargo, no abandonarán la agenda de la “transición energética”, que supone subsidios inconmensurables para los capitalistas. Simplemente la convertirán en un campo de disputas contra europeos, chinos o rusos. La estrechez nacionalista de estos bandidos no les impide ver que el clima es una cuestión planetaria. Sólo la quieren poner bajo su hegemonía. Un régimen social de rivales es incompatible con una estrategia conjunta internacional en relación al medio ambiente. La transición climática es incompatible, por sobre todo, con un régimen histórico embarcado en otra guerra mundial con armas de destrucción planetaria.

 Marcelo Ramal 
 23/01/2025

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