jueves, 26 de julio de 2018

El animal Albino y quiénes le dieron de comer



La intervención en el Senado del médico Abel Albino, hombre del Opus Dei, descolló por su ataque contra la anticoncepción: “Los chicos tienen que entender que el profiláctico no la protege de nada. El virus del SIDA atraviesa la porcelana. Es 500 veces más chico que el espermatozoide. Entonces, el profiláctico no sirve absolutamente porque falla el 30% de las veces en el embarazo, imagínense lo que puede pasar con el SIDA”.
La barbaridad fue parte de un discurso oscurantista. Interpelando a los senadores, relativizó las muertes derivadas del aborto clandestino y atacó la enorme lucha del movimiento de mujeres contra la sumisión a los pactos de la Iglesia con el Estado y por la conquista de una mayor autonomía sexual. Albino acusó a los legisladores de que, en caso de aprobarse la ley, “van a tener las manos manchadas de sangre de esas criaturas por este réquiem satánico”. El médico puso como ejemplo “de madre, a pesar de que no fue madre” a otra enemiga acérrima del derecho al aborto, Teresa de Calcuta –cuya organización acaba de sumar un nuevo capítulo a un largo recorrido criminal, con un escándalo por tráfico de bebés.
Las expresiones fascistoides de Albino vienen de larga data, tanto en declaraciones públicas como en escritos como “Gobernar es poblar. ¿Paternidad responsable o fornicación asistida?”, libro en el que sostiene que la homosexualidad es una enfermedad (incluso “que podría ser la consecuencia de una violación”), ataca la educación sexual y promueve la virginidad y el sometimiento de la mujer con respecto al hombre.
Los partidos patronales han mantenido con él estrechos lazos políticos y económicos, incluidos muchos de sus personeros que hoy se muestran indignados por sus asertos.
En primer lugar, la fundación creada por Albino, la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin), firmó en diciembre pasado un acuerdo millonario, todavía vigente, con el Ministerio de Educación para “colaborar” con los problemas de malnutrición de la primera infancia y mejorar la educabilidad de los niños de 3 a 5 años. En 2015 y 2016, la fundación recibió fortunas por parte del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Carolina Stanley, para la apertura de centros de atención primaria, tercerizando en esta corporación retrógrada la salud de los sectores de la población más golpeados por las políticas de gobierno. Actualmente, “la fundación que preside Albino, tiene convenios vigentes con el Estado. Durante 2016, la entidad recibió $9.520.720; en 2017 la cifra subió a $52.656.187 y para este año está estimado que el número supere los 120 millones de pesos. Así se desprende del informe de la Jefatura de Gabinete ante el Congreso” (Infobae, 25/7).
Albino fue distinguido en numerosas oportunidades por el Senado nacional, mientras que en 2014 la Legislatura porteña aprobó la propuesta de María Eugenia Vidal (en ese entonces vicejefa de gobierno porteña) de declarar al médico como “personalidad destacada de la ciencia”.
Pero el vínculo de Conin-Albino con el Estado no es una novedad política: desde hace años que los gobiernos de Salta, Misiones y Mendoza, así como el kirchnerismo a través de programas nacionales, mantienen una “colaboración” con el energúmeno en cuestión. Hasta 2011, su fundación mantenía sedes “a lo largo y ancho del país (el área metropolitana de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Córdoba), dos en Paraguay, uno en Perú y otro en Gambia” (La Nación, 28/08/11). En esa época, pleno gobierno K, Albino aseguraba que el Ministerio de Trabajo de la Nación pagaba los sueldos de algunas enfermeras, y el de Acción Social, por su parte, facilitaba alimentos. Actualmente, las sedes de Conin superan el centenar. En Salta, Albino firmó recientemente con el gobernador Juan Manuel Urtubey un acuerdo para construir 50 centros más en la provincia. “Hay voluntad política”, celebró Albino.
Las palabras cloacales de Albino en el Senado se inscriben en un largo derrotero de oscurantismo, garantizado y alimentado por el kirchnerismo, el macrismo y sus socios.
Para llevar a fondo la pelea por la separación de la Iglesia y el Estado, se hace necesaria la independencia política del movimiento de mujeres y del conjunto de la clase obrera.

Prensa Obrera

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